viernes, 29 de mayo de 2015

4º eso bilingüe antes domingo a las diez noche

Democracia en España

1º bachillerato texto comunismo

antes domingo a las 22 horas

jueves, 28 de mayo de 2015

Primera Guerra Mundial añadidos

La Primera Guerra Mundial produjo millones de bajas. Murieron diez millones de soldados y siete millones de civiles. Además el último año del conflicto comenzó la epidemia de Gripe española (1918-1920) que causó otras cincuenta millones de muertes. Más numerosos que los fallecidos fueron los heridos de los que varios millones quedaron incapacitados para llevar una vida normal (mutilaciones, transtornos mentales...).

Bajas en una guerra son los muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos en combate.

El trauma colectivo: Más de la mitad de los soldados que participaron en la Primera Guerra Mundial acabaron muertos, prisioneros o desaparecieron en combate. El conjunto de la sociedad occidental se vio sacudida por los efectos de la guerra y respondió de dos maneras, con el pacifismo y el irracionalismo.
- El pacifismo se convirtió en un sentimiento que se popularizó en Europa occidental. En Francia y Gran Bretaña el movimiento pacifista influyó mucho en los años veinte y treinta.
- Se extendió la idea de que el mundo moderno, industrial, era irracional e inhumano. Se perdió la confianza en la razón y en la idea de progreso. Las sociedades occidentales (Europa y Estados Unidos) comenzaron a desconfiar del racionalismo y el liberalismo que habían aparecido con la Ilustración. Ya no se identificó más el desarrollo tecnológico con la mejora de la Humanidad.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Documentales nazismo y Alemania

Propaganda ecologismo nazi

https://www.youtube.com/watch?v=LL1IuTWYrCI

Ecologismo nazi (documental en inglés)

https://www.youtube.com/watch?v=Bp4EmN7pqAA

Milagro económico alemán (Power Point)

https://www.youtube.com/watch?v=bRPs-YqUGqQ

La postguerra en Alemania

https://www.youtube.com/watch?v=I2arAuvNZYg

Milagro económico alemán (documental en inglés)

 https://www.youtube.com/watch?v=LlVnO9N0YW8

http://en.wikipedia.org/wiki/The_Sound_of_His_Horn

https://www.youtube.com/watch?v=YN7TyDrXMzU

martes, 26 de mayo de 2015

Documental sobre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría


http://www.youtube.com/watch?v=IXeNFCTfbU0


  1. ¿Qué tendrían que esperar los políticos dentro del refugio nuclear para poder salir al exterior?
  2. ¿Qué tres políticos se reunieron en Potsdam, a las afueras de Berlín, tras el fin de la II Guerra Mundial? ¿A qué país representaba cada uno?
  3. ¿Qué político había sido antes dueño de una mercería?
  4. ¿Cuál era el título completo del zar ruso que llegó a París tras la derrota de Napoleón en 1814? ¿Qué edad tenía aquel año?
  5. ¿A qué conferencia de paz en Europa asistió en 1919 el presidente norteamericano Wilson?
  6. ¿Qué fenómeno estuvo asociado a la guerra civil rusa?
  7. ¿Qué presidente norteamericano juró su cargo el cuatro de marzo de 1939?
  8. ¿Qué cambio imprimió este presidente a la política exterior norteamericana?
  9. ¿Por qué viajaron técnicos estadounidenses a la URSS en los años treinta?
  10. ¿Qué fue necesario hacer para colectivizar la agricultura rusa según el documental?
  11. ¿Qué hizo la URSS para duplicar en diez años su industria pesada?
  12. ¿Qué mostraron los juicios de Moscú a los ojos del mundo?
  13. ¿Quiénes hicieron una causa común de la lucha contra el fascismo?
  14. ¿Cómo ayudaron Hitler y Mussolini a Franco?
  15. ¿Qué político británico viajó a Munich el quince de septiembre de 1938?
  16. ¿Qué pasó en la Conferencia de Munich?
  17. ¿Qué políticos firmaron el Pacto germano-soviético según el documental? ¿A qué países representaban?
  18. ¿Según el señor Beria cual era el objetivo que buscaba Estalin con el Pacto germano-soviético?
  19. ¿Qué político comunista dirigió la ocupación soviética de Polonia oriental?
  20. ¿Qué estados invadió la URSS gracias al Pacto germano-soviético?
  21. ¿Cuáles fueron las consecuencias de la invasión soviética de Finlandia?
  22. ¿En qué fecha comenzó la invasión de la URSS?
  23. ¿Cuándo atacó el Imperio japonés la base aeronaval estadounidense de Pearl Harbor en las islas Hawai?
  24. ¿Cómo era la guerra en el frente oriental según Estalin?
  25. ¿En qué consistió la ayuda norteamericana a Rusia?
  26. ¿Qué pedía Estalin a los anglo-norteamericanos?
  27. ¿Cuánto duró la batalla de Estalingrado?
  28. ¿Qué desenterraron los alemanes en el bosque de Katyn?
  29. ¿Qué estado fue el responsable de aquella masacre?
  30. ¿Dónde estuvo instalado Roosevelt durante la Conferencia de Teherán (1943)?
  31. ¿Churchill, durante la Conferencia de Teherán, a quién llamaba Tío Joe?
  32. ¿Qué aceptaron los aliados durante la Conferencia de Teherán? ¿Cómo quedaría Polonia tras la guerra?
  33. ¿Cuándo sucedió el Día D, el Desembarco de Normandía?
  34. ¿Qué hizo el Ejército Rojo tras la insurrección polaca que expulsó a los alemanes de Varsovia?
  35. ¿Quién tendría más influencia en Hungría según el acuerdo informal de Moscú: los soviéticos o los anglo-norteamericanos?
  36. ¿Cuándo fue la Conferencia de Yalta (Crimea)?
  37. ¿Qué enfermedad sufría Roosevelt?
  38. ¿Qué se acordó en Yalta para Polonia y el resto de Europa del Este?
  39. ¿Qué político murio tras la Conferencia de Yalta?
  40. ¿Por qué los civiles alemanes se alegraban de ver a los soldados norteamericanos?
  41. ¿En qué río se encontraron las tropas soviéticas y estadounidenses?
  42. ¿Según el documental a cuánto ascendieron las bajas soviéticas en la II Guerra Mundial? ¿En qué proporción superaron a las de los anglo-norteamericanos?
  43. ¿Sobre qué edificio público berlinés se alzó la bandera roja?
  44. ¿En qué ciudad se fundó la ONU?
  45. ¿Qué general dirigía las fuerzas estadounidenses en Europa?
  46. ¿En qué fecha comenzó la Conferencia de Potsdam? ¿Qué políticos la acabaron?
  47. ¿Cómo se llamó la operación de los estadounidenses para crear la bomba atómica?
  48. ¿Cuándo fue lanzada una bomba atómica sobre Hiroshima?

martes, 19 de mayo de 2015

El hallazgo de Wittstock

https://www.lavanguardia.com/internacional/20120807/54334772947/hallazgo-wittstock.html



Un día de marzo de 2007 la pala de la excavadora de una cantera de grava junto a la localidad de Wittstock, en Alemania del Este, se topó con restos humanos. Edgar Laurinat, el propietario, informó inmediatamente al ayuntamiento. Se comprobó que había una fosa común con muchos esqueletos y se temió que se tratara de un nuevo rastro de aquellas “marchas de la muerte” con las que los nazis vaciaron los campos de concentración al fin de la guerra, matando por el camino a los más débiles. Una de ellas había pasado por Wittstock en 1945.

Pero todos los esqueletos eran masculinos y los forenses adelantaron en un examen preliminar que los restos, muy deteriorados por el efecto de los pesticidas agrícolas, eran más antiguos.

Eran víctimas de la guerra, sí, pero de una guerra muy anterior: la guerra de los Treinta Años de la primera mitad del siglo XVII, que asoló el continente europeo, y especialmente Alemania, desde el Báltico hasta Italia y Catalunya.

En Wittstock, el 4 de octubre de 1636, hubo una importante batalla de aquella larga guerra, que en Brandeburgo se instaló durante quince años sucesivos, diezmando a la población y asolando sus campos y villas. Enseguida se acotó en el lugar una fosa de tres metros y medio de ancho por seis de largo en la que aparecieron 125 esqueletos, 88 de ellos íntegros.

“Fue un hallazgo muy importante porque en Europa nunca se había encontrado un enterramiento militar tan grande de aquella época, lo que excitó enseguida a la comunidad arqueológica”, explica Anne-Kathrin Müller, del departamento de patrimonio de la región de Brandemburgo.

El gobierno regional tuvo el buen sentido de promover un esfuerzo interdisciplinario alrededor de aquel enterramiento, poniendo en común a arqueólogos, forenses, genetistas, antropólogos, armeros e historiadores.

Cinco años después el resultado es una apasionante instantánea sobre los desastres de la guerra en el siglo XVII, que se exhibe en esta ciudad de 70.000 habitantes al oeste de Berlín y que en los próximos meses será expuesta en Múnich y Dresde.

Campesinos pobres, aventureros, forzados y criminales perdonados a cambio del servicio nutrían los ejércitos de mercenarios de la época. Era un conjunto internacional que mezclaba a gentes de toda Europa alrededor de las perspectivas de botín más que de las irregulares pagas, siempre inciertas.

No había uniformes - los soldados se ponían lazos en el brazo para distinguirse del adversario en el combate-, cada cual se organizaba su impedimenta y las armas se compraban a los oficiales. El resultado era un conjunto miserable que vivía de la población. No es extraño que por allí por donde pasaban los ejércitos sembraran calamidad: pillaje, violencia y enfermedades para la población local. Su presencia, idas y venidas, desordenaba el ciclo agrícola y sembraba el hambre.

Brandemburgo, la región que rodea Berlín, sufrió esos años peste bubónica, tifus y disentería. Su población se redujo en un 80% en las ciudades y entre el 40% y el 90% en las zonas rurales, un colapso demográfico del que el principado no se recuperó hasta el siglo XVIII tras incentivar la colonización de los hugonotes perseguidos en Francia.

Todavía hoy en obras de alcantarillado, tendidos de cables, o remodelación de edificios, aparecen tesoros particulares, enterrados en la región en aquella época ante la amenaza de la soldadesca.

Tampoco el destino del soldado era envidiable. El soldado sueco sobrevivía por término medio tres años y cuatro meses de servicio, ocho años los oficiales. No se moría en batalla sino sobre todo de penurias y enfermedades.

En toda la guerra de los Treinta Años se estima que murieron 1’7 millones de soldados, pero sólo uno de cada siete en batalla.

La vida del campamento era ruda, llena de carencias, frío y parásitos de todo tipo. La alimentación, complicada y variable: un día de hartazgo y aguardiente era seguido de largas y penosas carencias.

En caso de herida las posibilidades de sobrevivir disminuían cuanto más pobre era el herido. Los barberos cirujanos, que se pagaban ellos mismos el equipo, cobraban sus servicios. Las heridas graves no se trataban.

La batalla de Wittstock fue una de las más sangrientas de aquella gran guerra continental. Enfrentó al ejército imperial alemán de Melchor von Hatzfeld y del príncipe elector de Sajonia Johann Georg I con las tropas del mariscal sueco Johan Banér.

Antes de la batalla, la guerra estaba perdida para los suecos, pero Wittstock supuso un vuelco: se hicieron con toda la artillería, la intendencia, centenares de carros, incluido el de la plata y el de la correspondencia del elector sajón, y la mitad de los estandartes del adversario.

Fue un encontronazo entre dos grandes ejércitos de 23.000 y 19.000 hombres, respectivamente, del que los suecos, pese a su inferioridad numérica, salieron victoriosos por su superior táctica.

Murieron más de 8.000 soldados, especialmente cuando, tras una larga jornada de combate que comenzó a las dos de la tarde y se extendió hasta la puesta del sol, se produjo la desordenada desbandada de las tropas imperiales alemanas y los suecos emprendieron una persecución concluida en carnicería al día siguiente.

Testigo en el campo de batalla, Hans Jakob Christoffel von Grimmelshausen, relató el panorama de aquel día en su obra Simplicissimus Teutsch, un best seller alemán del XVII:

“No se veía nada entre el espeso humo y polvo levantado, como si el destino deseara cubrir la visión de tantos muertos y heridos, sin embargo, se escuchaba el triste quejido de los moribundos”.

En el campo de batalla no se encuentran objetos. Concluido el combate todo se peinaba para incrementar el ajuar del soldado. Los cuerpos de la fosa fueron enterrados desnudos, mezclados los dos bandos contendientes. La ropa, armas, utensilios e impedimenta desaparecieron. En el XVII se aprovechaba todo.

















Biografía del individuo 71. Un joven escocés al servicio de Suecia

El rallado esmalte de su dentadura revela serios problemas de nutrición en la infancia o haber padecido una grave enfermedad a los cinco años de edad. La porosidad de su bóveda palatina sugiere que padeció infecciones bucales. La carencia de vitamina D, tuvo por consecuencia una osteomalacia que ablandó sus huesos y explicaría la curvatura de sus tibias.

Unido a una inflamación de membranas y fibras óseas y, seguramente, al mal calzado, el joven sufrió problemas crónicos de cadera probablemente agravados por la sobrecarga física, bien durante el servicio, bien antes.

En cualquier caso, el individuo 71, uno de los 125 soldados de la fosa de Wittstock, debía sufrir en las marchas. El 4 de octubre de 1636 dejó de sufrir: recibió cuatro heridas graves, tres de ellas mortales.

Hilja Hoevenberg del Instituto forense de Brandemburgo, ha realizado una reconstrucción del aspecto físico de este personaje, un hombre de entre 21 y 24 años de edad, de 1’80 de estatura -el más alto de la fosa- cuyo color de pelo y ojos se ha establecido arbitrariamente por carecer sus huesos del necesario ADN.

Con un poco de documentación sobre indumentaria se llega al retrato de un chico pelirrojo y huesudo cuya cabeza es adornada por un sombrero con plumero. Otros miembros del equipo han realizado una completa aproximación al estado de salud del joven y han establecido con gran detalle las circunstancias de su muerte.

Lo primero fue el disparo de pistola, por la derecha, de un soldado de caballería. La bala de plomo se le incrustó en el hombro y se lo astilló. Tocado, pero no desahuciado, a continuación, recibió un fuerte golpe de alabarda en combate cuerpo a cuerpo que le fracturó el cráneo. La herida era mortal y el joven perdió el conocimiento.

Tendido en el suelo, alguien le remató con una cuchillada en la garganta por delante, tan fuerte que le alcanzó la segunda vértebra cervical tras atravesarle la tráquea y el tubo digestivo. Un cuarto golpe o fuerte pisotón le fracturó en tres partes la mandíbula inferior. Pero para entonces nuestro joven pelirrojo ya era un cadáver.

Los estudios han permitido establecer, o sospechar con gran posibilidad de acierto, el origen de 116 de los 125 soldados encontrados en el enterramiento de Wittstock: 27 alemanes, 27 italianos, 3 suecos, 6 letones, 4 finlandeses, 5 españoles y 42 escoceses, lo que da una idea del carácter heterogéneo e internacional de los mercenarios reclutados en ambos ejércitos.

La presencia mayoritaria escocesa en la fosa confirma la importancia que los mercenarios escoceses tuvieron, particularmente en el ejército sueco, en la guerra de los Treinta Años. Se estima que 50.000 escoceses, es decir una quinta parte de la población masculina útil de Escocia de la época, participó en la guerra. En el ejército sueco había trece regimientos escoceses. Uno de sus integrantes era el “Individuo 71” de piernas curvadas.

La Traca, más que un semanario de risa

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/traca-mas-que-semanario-risa/20230618102843213034.html


El 28 de junio de 1940, el régimen golpista fusiló a Vicent Miguel Carceller y a Carlos Gómez Carrera, Bluff, después de que un consejo de guerra los condenara a la pena de muerte. El primero era editor de la revista La Traca y el segundo uno de sus dibujantes estrella. Además, condenó a 30 años de prisión a José Mª Carnicero, también dibujante.

De este modo, pasaron a la historia por haberles cabido la gloria -incierta y trágica gloria-, de haber ridiculizado a Franco mediante unas caricaturas. Algo insólito, no los crímenes del franquismo, sino el hecho de condenar a muerte a un dibujante y a un editor, los cuales, jamás pudieron ser acusados de un delito de sangre.

Semejante venganza no se dio con los dibujantes, también magistrales, que, durante la II República, arremetieron sañudamente contra Azaña, Prieto, Albornoz, Alcalá Zamora, Largo Caballero como lo hizo Areuger en las páginas del Gracia y Justicia.

Es verdad que Gracia y Justicia sufrió multas y cierres varios y algunos de sus redactores fueron procesados como Kin. Su caricatura del ministro Álvaro de Albornoz, “Álvaro de la Tohalla de Baño”, es impagable. También sufrió el acoso de la justicia Areuger por ridiculizar a Lerroux. El escritor González Ruano escribió en sus memorias que fue amenazado de pena de muerte por las diatribas que escribió contra Azaña y Prieto en Gracia y Justicia. Pero nadie consumó semejante amenaza.

Areuger la tramó contra Azaña a quien colocaba por delante la H: Hazaña. Sus caricaturas alargaban los rasgos físicos del político hasta convertirlo en alguien repugnante. No era inusual que a Azaña lo motejasen como el Monstruo y el Verrugas. Fue el gobierno de Azaña quien, tras el golpe de Sanjurjo en 1932, prohibió la publicación Gracia y Justicia. Hasta ese momento, el semanario no había sufrido ningún contratiempo. Y, ya puestos a decir, a Lorca lo presentaba como Loca, en alusión a su homosexualidad. Así que nadie se libraba de poner a horcajadas de asno a quien consideraba su enemigo político. Todo era cuestión de quién tenía el poder por el mango.

En fin, que ni los artistas de derechas ni los de izquierdas eran mancos manejando la caricatura con fines destructivos de la moral del enemigo. No tenían reparo en echar cucharadas de sal en la herida abierta. Y ya se sabe que la risa suele ir por barrios.

En más de una ocasión, Azaña manifestó su malestar contra las injurias que recibía de estos semanarios y es verdad que, en más de una ocasión, como se ha dicho, se los multó y censuró, pero de ahí a que el político alcalaíno mandara fusilar a sus creadores quedaba un trecho. Un trecho que Franco no dudó en atravesar aunque se manchara de sangre la camisa. Tenía de su parte a Dios y a la obispada.

Recordemos la historia de la Traca, a su editor y al dibujante Bluff, asesinados por la dictadura, cuya tragedia forma parte de esa Memoria Histórica que a cuenta gotas se va recuperando en este país, encontrando siempre en el camino la oposición frontal de una derecha que, incluso, anuncia de forma chulesca que, caso de ocupar las dependencias de la Moncloa en las próximas elecciones, lo primero que hará será derogar la Ley de Memoria Democrática aprobaba por el Parlamento. Si esto no es un anticipo de fascismo…

Vicent Miguel Carceller, editor

Con seguridad que pocos se acordaban de Carceller hasta que el historiador Antonio Laguna, en Historia del periodismo valenciano, publicó en 1990: “El periodista que se hizo millonario explotando su ingenio”. Años más tarde, en 2022, Ricardo Macián titularía su documental “Carceller. El hombre que murió dos veces”, en el Festival de Cine de Valladolid. La referencia a que murió dos veces tiene su retranca trágica.

En efecto, el 18 de agosto de 1917, se publicó una esquela en el semanario La Traca conteniendo esta chanza mortuoria:

“Don Vicente Miguel Carceller.

Director de la Traca ha muerto por comer langostinos. RIP.

No se reparten puros. Se suplica la tartana”.

La segunda vez que murió tuvo menos gracia. Y no hubo langostinos, desde luego.

El valenciano Carceller nació el mismo año en que se aprobó en España el sufragio universal para hombres, en 1890. Con tan solo 19 años tomó el relevo de la dirección editorial de la que sería su gran aventura empresarial, aunque no la única: La Traca. Su potencia satírica y transgresora solamente pudo ser detenida por la represión, habitualmente personificada por los reyes Ubú del momento: Primo de Rivera que lo silenció en 1924, aunque conviene precisar que, mientras el marqués de Estella se limitó a condenar su obra, el dictador gallego se llevó por delante la obra y a su autor, fusilándolo por las bravas.

La Editorial Carceller se constituyó como tal en 1921. De ella, salió, también, el semanario Clarín, con temática de toros. Se convertiría en otro bestseller en España, sur de Francia y América. Bien se puede decir que Carceller fue el rey Midas de la publicación. Todo lo que editaba se convertía en una fuente de oro.

Como signos definitivos de su poderío empresarial y de la vista de lince comercial que tuvo para el negocio lo pondrían de manifiesto varios hechos: primero, su empresa daba trabajo a 50 familias entre impresores, redactores, grabadores, dibujantes, personal administrativo y otros. Numerosas mujeres eran contratadas para trabajar preparando los innumerables paquetes que se distribuían a todos los puntos de venta del país. Segundo, disponía de crédito ilimitado en Papelera Española y otras fábricas de papel y, tercero, contaba con depósitos millonarios en el Banco de España, el Crédit Lyonnais, el Hispano Americano, el Río de la Plata, Banco de Bilbao, etc.

Fue, como queda dicho, un empresario millonario gracias a la risa, pero no solo. Lo que para unos era risa, para otros era injuria.