El hird, de origen noruego, fue originalmente un séquito informal de compañeros de armas, hombres del hird o huscarles, pero acabo siendo no sólo el núcleo alrededor del que se formaba el ejército del rey, sino parte integrante de la corte real.
En los reinos escandinavos (Noruega, Dinamarca y Suecia) el surgimiento de la caballería feudal fue más lento que en otras partes de la Europa medieval. En Escandinavia, durante la Plena Edad Media (1000-1300), la élite militar estuvo formada por tropas pagadas o por guardaespaldas antes que por caballeros feudales. En Noruega, a finales del siglos XI, el hird incluía gestir ("invitados"), "encargados de las velas", y huscarles tanto como auténticos "hombres del hird", aunque todos ellos eran hombres del hird en el más amplio sentido de la palabra. Habitualmente eran (aunque no siempre) voluntarios y hasta podían incluir extranjeros. De todas las categorías del hird mencionadas antes los "hombres del hird" eran la élite; seguían al rey donde quiera que fuese tanto en la paz como en la guerra, y nunca dejaban la corte excepto con un permiso especial.
Tradicionalmente el hird del rey consistía en 120 hombres (para los escandinavos un "centenar largo"), que incluían 60 "hombres del hird", 30 gestir y 30 huscarles.
No fue hasta el siglo XIII que en Noruega este antiguo sistema militar, heredero de la tradición vikinga, fue sustituido por el sistema feudal.
En la ilustración aparece un "hombre del hird" en el siglo XIII. Aunque su aspecto general es similar al de cualquier guerrero europeo occidental de esos años dos de sus armas lo caracterizan como un nórdico: el hacha danesa, de tradición vikinga, y el sombrero-de-hierro, que estuvo de moda en los territorios escandinavos hasta el final de la Edad Media.
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