Desperta Ferro
Antigua y Medieval
nº19
Bajorrelieve
que orna el zócalo sudoriental del MAUSOLEO DE LOS JULIOS,
Saint-Rémy-de-Provence. Fue construido por tres hermanos de la gens Julia en honor a sus padres. Su
progenitor fue un tal Cayo, galo de la Provincia –la Narbonense- que habría
obtenido la ciudadanía romana gracias a César –de ahí ese nomen, Julios-, probablemente durante la estancia de este en la
Transalpina en el invierno del 51-50 a. C. Aunque el monumento se ha datado
tradicionalmente alrededor del 30-20 a. C., estudios recientes los sitúan
alrededor del año 40 a. C. siguiendo criterios estilísticos. La escena aquí
reproducida se ha interpretado como una exaltación del valor de Cayo el Joven,
hijo difunto del fundador de la estirpe, que habría militado en la Legión VI,
reclutada en la Provincia y cuyos veteranos se asentaron tras la guerra civil
en la zona, en las inmediaciones de Arelate. La Legión VI participó en
Farsalia, acompañó a César a Alejandría y fue decisiva, aún muy mermada de
efectivos, en su victoria de Zela. Cayo el Joven, que sería la figura central
en la escena, habría muerto en Zela, identificándose esta batalla por la
presencia de una amazona que cae del caballo a la derecha de aquel; una
Victoria que sujeta un trofeo heroiza a Cayo, cuyos compungidos padres reciben
la noticia de su muerte en la esquina superior izquierda del relieve.
Desperta Ferro Antigua y Medieval nº25
Detalle
de uno de los frisos del Mausoleo de Glanum o MAUSOLEO DE LOS JULIOS,
Saint-Rémy-de-Provence, Francia, c. 40-20 a. C. Se trata de un complejo
mausoleo familiar erigido por los tres hijos de un matrimonio cuyo nombre
familiar es el de Julio; se explica que encontremos una familia con tal nombre
en la Galia si entendemos que el servicio en el ejército permitía a los no
romanos obtener la ciudadanía romana. En el momento de obtenerla, era costumbre
que cambiaran sus nombres indígenas por aquel de la persona con quien habían
combatido, por lo que es probable que en este caso se trate de la tumba de un
antiguo veterano de César –cuyo nomen
era igualmente Julio-. La riqueza del mausoleo sugiere que nos hallamos ante
una aristócrata galo, quizá acaso uno de los equites galos de los que habla el propio César, que devienen en equites romani (César, Bell. Gal. I.31; VII. 38). En otros
relieves, aquí no visibles, se representan escenas mitológicas y concretamente
una amazonomaquia, la caza del jabalí de Calidón por Meleagro, Cástor y Pólux,
y una escena de la Guerra de Troya con la lucha en torno al cadáver de
Patroclo. Por el contrario, la escena que aquí vemos podría representar un
hecho real. Dado que en la iconografía funeraria romana era usual la
representación del difunto, se puede sugerir que en este relieve se le muestre en
algún hecho bélico reseñable de su propia vida. Lo que vemos es un combate
entre jinetes armados y vestidos de forma bastante homogénea, lo que nos impide
distinguir a los miembros de una u otra hueste. Hacen uso de un género de silla
de montar “de cuernos” –bien visible en el caballo moribundo en primer plano-,
así llamada por los cuatro pomos que “ajustaban” al jinete y le permitían
cargar sin miedo a la caída, dada la ausencia de estribos. Los jinetes visten
un modelo de protección de lino encolado de tipo griego (linothorax) de cuyos extremos penden pterugues o cintas de cuero que protegen los hombros y la cadera.
Hacen uso de escudos cóncavos redondos de tipo igualmente griego (aspis en griego, clipeus en latín) aparentemente enmangados (y no embrazados) y
blanden lanzas y espadas. De estas últimas destaca su longitud y silueta
pistiliforme, así como la punta triangular muy aguzada, todo lo cual se
corresponde con lo que sabemos del modelo de espada empleada por las legiones
romanas tardorrepublicanas: el gladius
hispaniensis cuyo prototipo era, a decir de los propios romanos (y que la
arqueología se está encargando de confirmar) un arma propia de los pueblos
peninsulares prerromanos adoptada por Roma en el curso de la conquista de estos
territorios. Los cascos son de tipología variada: de tipo ático el del segundo
jinete por la izquierda; de tipo Montefortino avanzado el del jinete que blande
gladius –variante tardía dotada ya de
amplios cubrenucas-; quizás un casco galo de tipo Port el del que lucha contra
él, con su calota redondeada y chata. La mayoría de ellos se decoran con
penachos y en un caso presenta sendos cuernos, de lo que no tenemos refrendo
arqueológico para la época pero si iconográfico –por ejemplo en el Arco de
Orange-, lo que quizás indica un combate acaecido durante la Guerra de las
Galias.
hola que tal ?
ResponderEliminarme gustaria saber si me podria pasar fotos d elos ortrso relieves que menciona .
Su articulo es muy interesante pero demasiado corto, me hubiera gustado un analisis detallado a nivel iconográfico de cada friso. Tambien aprovecco para preguntarle como es posible el estado tan malo de conservacion: este pareciera no ser solo obra del tiempo los elementos , sino de vandalismo, que es lo que se puede ver en muchas ruinas clasicas en paises musulmanes.
agaurdo su rta y desde ya mil gracias
Gracias por el comentario.
ResponderEliminarEl análisis no es mío. Simplemente lo he copiado de la revista española Desperta Ferro especializada en historia militar.
Lo único original es que he añadido algunas fotos, que he buscado personalmente, a las que ilustraban el artículo.