Bloque 1. El Antiguo Régimen
Contenidos
Transformaciones en el Antiguo Régimen: economía, población y sociedad.
Revoluciones y parlamentarismo en Inglaterra.
El pensamiento de la Ilustración.
Relaciones Internacionales: el equilibrio europeo.
Manifestaciones artísticas del momento.
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Enlace al tema de las revoluciones inglesas
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Enlace a la revolución americana
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LA GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA (1701-1714)
La Guerra de Sucesión Española es típica de las
guerras de la Edad Moderna y nos va a servir para aprender como sucedían esos
conflictos.
Este conflicto fue una guerra dinástica
que enfrentaba a dos dinastías [familias reinantes] para ver quien ocupaba el
trono tras la muerte del rey, como fueron la Guerra de Sucesión Polaca
(1733-1738) y la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-1748). La guerra era
decisión del rey, dueño del reino y de su ejército.
La duración de los conflictos se debía
en parte al lento desplazamiento de los ejércitos. La mayoría de los soldados
iban a pie lo que significaba que los ejércitos solían viajar menos de
cincuenta kilómetros al día, y cuanto más tiempo viajaban más lentos iban.
Además las pésimas comunicaciones (falta de carreteras y puentes) también se
hacía sentir y en invierno los ejércitos solían cesar los combates.
En 1700 murió sin descendencia Carlos
II, último rey de la dinastía de los Habsburgo[1] en
España. Los dos candidatos con más derechos al trono eran el archiduque Carlos
de Austria[2],
de la rama austríaca de los Habsburgo, y Felipe de Anjou, de la casa de Borbón.
Carlos II había nombrado como heredero a este último, ya que era nieto de Luis
XIV de Francia, el monarca más poderoso de Europa en ese momento y, por tanto,
el mejor aliado posible para garantizar que el nuevo rey recibiese su herencia
sin problemas.
En un principio, Felipe V fue aceptado
sin oposición tanto en España como en el resto de Europa, salvo por parte del
emperador de Austria[3],
que no había reconocido el testamento de Carlos II y había iniciado las
hostilidades en Italia.
Los combates en las guerras europeas de
la Edad Moderna solían producirse en zonas muy específicas: los valles del Rin,
del Danubio, del Po y los pasos de montaña de los Pirineos y los Alpes.
Pero pronto las potencias europeas se
alarmaron ante la posibilidad de que se formara un poderoso bloque franco-español.
El temor estaba justificado porque Luis XIV obraba como si fuera el rey
efectivo de España y, además, había reconocido los derechos sucesores de Felipe
V al trono francés. Esto podría conducir en un futuro a la unión de Francia y
España bajo una misma Corona[4],
cuya hegemonía sería indiscutible.
En consecuencia, Inglaterra y Holanda[5]
decidieron apoyar al emperador austriaco en su lucha por instalar a su hijo en
el trono español, lo que desencadenó la Guerra de Sucesión española, el primer
conflicto armado del siglo XVIII en Europa. Posteriormente se unieron a la
alianza Prusia, Portugal y el ducado de Saboya.
La Guerra de Sucesión fue al mismo
tiempo una contienda europea y una guerra civil española:
Como guerra europea se enfrentaron el
bando franco-español y la Gran Alianza antiborbónica (Austria, Inglaterra,
Holanda, Prusia, Portugal y Saboya).
Como guerra civil española, en general
la Corona de Aragón se inclinó por el archiduque Carlos de Austria, mientras
que la Corona de Castilla apoyó a Felipe V, aunque hubo partidarios de uno y
otro pretendiente en ambas Coronas.
Pero en 1711 la contienda entró en una
nueva fase a raíz de la elección del archiduque Carlos de Austria como
emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, tras la muerte de su padre y de sus
hermanos mayores. Este cambio de situación planteaba una nueva amenaza para
Europa en el caso de que a Carlos se le proclamara también rey de España, ya
que se formaría un gran bloque hispano-alemán como en el siglo XVI con Carlos
I. Ante esta posibilidad, Inglaterra presionó para finalizar la guerra y se
iniciaron unas largas negociaciones que condujeron finalmente a la Paz de
Utrecht de 1713.
No obstante, los Austrias quedaron fuera
de esta paz, ya que no renunciaban al trono español, y la guerra continuó en
Cataluña hasta el 11 de septiembre de 1714[6],
día en que las tropas borbónicas tomaron Barcelona tras un largo asedio.
Finalizada ya la contienda, todavía se mantuvo como último reducto austracista,
durante casi un año más, el reino de Mallorca, que capituló en 1715.
El asedio de Barcelona, que duró catorce
meses, sirve para mostrarnos otra causa de la larga duración de los conflictos
durante el siglo XVIII; todas las ciudades europeas estaban rodeadas de
murallas, y si eran defendidas se necesitaban semanas o meses para tomarlas al
asalto. Si eran demasiado fuertes las defensas había que asediar la ciudad, a
veces durante años, hasta que se rendía por hambre.
LA PAZ DE UTRECHT (1713)
Se denomina genéricamente Paz de Utrecht
a una serie de tratados bilaterales entre los contendientes de la Guerra de
Sucesión. El primero y fundamental fue el tratado de paz y amistad franco-británico
firmado en dicha ciudad holandesa en el año 1713.
Inglaterra fue la gran vencedora del
conflicto e inició un ascenso como potencia mundial, pues no sólo mejoró su
posición en Europa sino también en los otros continentes. A través de
diferentes tratados, obtuvo estas ventajas:
Mercantiles, como el asiento de negros
–monopolio para introducir esclavos negros en la América española durante
treinta años- y el navío de permiso –autorización para enviar a América un
navío al año con 500 toneladas de mercancías para su venta-. Ambas concesiones
fueron utilizadas por Inglaterra para camuflar un amplísimo contrabando con el
Nuevo Mundo.
Territoriales, como la obtención de
Gibraltar y Menorca[7],
que facilitaba la penetración inglesa en el Mediterráneo, y de Terranova,
cedida por Francia, de gran importancia pesquera y que reforzaba su poder en
Norteamérica.
España, por el contrario, fue la gran
perdedora, ya que, a cambio del reconocimiento de Felipe V como rey, tuvo que
ceder todos sus territorios europeos: a Saboya se le adjudicó Sicilia; y al
emperador Carlos de Austria, los Países Bajos[8],
el ducado de Milán, Nápoles y Cerdeña[9].
Posteriormente Austria y Saboya se intercambiaron Sicilia y Cerdeña[10].
Finalmente Prusia, que era un ducado
antes de la guerra, se convirtió en reino a cambio de aliarse con el emperador
austriaco.
EL EQUILIBRIO EUROPEO
La Paz de Utrecht no se limitó a poner
fin a la Guerra de Sucesión Española, también acabó con la hegemonía ejercida
por Francia en la segunda mitad del siglo XVII e inauguró un nuevo orden
internacional, basado en el equilibrio entre tres grandes potencias rivales, en
torno a las cuales se agrupaban, según las circunstancias de cada momento, las
demás naciones europeas:
El reino de Francia, que estaba agotada
por el esfuerzo bélico impuesto por Luis XIV, pero que continuó siendo el país
más poblado y rico de Europa.
El impero de los Austrias, que incluía
territorios desde el Mar del Norte hasta el Mar Mediterráneo y el río Danubio,
aunque su debilidad era la falta de unidad de su imperio.
Gran Bretaña[11],
que se convirtió en la gran potencia del siglo, sobre la base de su fuerza
marítima y comercial.
El nuevo sistema se basaba en la
rivalidad latente entre los Estados, que se aliaban formando bloques opuestos,
pero de igual poder, lo que garantizaba la paz mediante un inestable equilibrio
entre ellos.
En el llamado Siglo de las Luces (siglo
XVIII) la razón alcanzó incluso a las guerras, que fueron menos frecuentes y
más profesionales: solo se iniciaban si existían posibilidades reales de
victoria, y acababan cuando se reconocía la superioridad militar del enemigo[12].
Las paces también fueron más equitativas y pretendían recomponer el equilibrio
roto. En este nuevo orden europeo España, que había sido la gran potencia
hegemónica desde el siglo XVI hasta el final de la Guerra de los Treinta Años
en 1648, quedó relegada a potencia de segundo rango, como aliada de Francia, y
rival de Inglaterra y Austria.
[1] La dinastía de
los Habsburgo era una familia de origen alemán cuyas dos ramas gobernaban Austria
y España.
[2] El séptimo hijo
del emperador austriaco.
[3] La dinastía de
los Habsburgo o Austrias gobernaba numerosos territorios en Europa central
habitados por alemanes, húngaros, checos… Su principal cargo era ser
emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, un estado débil que existía desde
la Edad Media, pero que otorgaba a su gobernante mucho prestigio entre los
otros soberanos de Europa.
[4] Que Felipe V
acabara heredando Francia de Luis XIV no sería raro si pensamos que todos los
hijos de Luis XIV, y casi todos sus nietos, murieron antes que él, lo que nos
habla no tanto de su longevidad como de la escasa esperanza de vida en el siglo
XVIII, incluso para los miembros de la realeza.
[5] El nombre
oficial de Holanda era República de los Países Bajos, pero se usa el nombre de
Holanda para distinguir este país de los Países Bajos españoles, territorios
que correspondían con los actuales Bélgica y Luxemburgo.
[7] Menorca no
volvió definitivamente a formar parte de España hasta 1802.
[8] Los territorios
de los Países Bajos españoles corresponden aproximadamente a los actuales
Bélgica y Luxemburgo. Tras la guerra se convirtieron en los Países Bajos
austriacos.
[9] En 1734, tras
la Guerra de Sucesión Polaca, los territorios Nápoles y Sicilia pasaron a estar
gobernados por miembros de la familia de los Borbones españoles.
[10] El duque de
Saboya consiguió junto a la isla de Cerdeña, pobre y poco poblada, el título de
rey, pasando a convertirse en rey de Cerdeña, lo que aumentaba su prestigio
entre los otros soberanos.
[11] En 1707 el
reino de Inglaterra y el reino de Escocia se unieron formalmente en el Reino
Unido.
[12] Las victorias
militares en el siglo XVIII no consistían en lograr derrotar a los ejércitos
enemigos o en conquistar ciudades sino en poseer suficientes recursos para
seguir pagando y mantenido a los ejércitos, de forma que la derrota militar de
un monarca solía estar unida a la falta de fondos.
Las relaciones
internacionales en el siglo XVIII
El siglo XVIII se
inició con la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Al trono de
la Monarquí Hispánica, vacante por la muerte sin descendientes de
Carlos II en 1700, aspiraban dos candidatos: Felipe de Borbón, nieto
de Luis XIV, y Carlos de Habsburgo, hijo del emperador austríaco
Leopoldo I. Contra el bando borbónico se formó la Gran Alianza de
La Haya, integrada por Austria, Gran Bretaña, las Provincias Unidas,
la mayoría de los Estados alemanes y, más adelante, Portugal y
Saboya. Felipe de Borbón consiguió imponerse en España pero las
tropas francesas sufrieron importantes derrotas en Europa central e
Italia.
El ascenso de Carlos VI
al trono imperial austríaco y el cansancio de los combatientes
precipitó la firma del Tratado de Utrecht en 1713.
La Guerra de Sucesión
Española coincidió con la Gran Guerra del Norte, Suecia, potencia
hegemónica en el mar Báltico, se enfrentó con éxito a Dinamarca y
Polonia. Sin embargo, su propósito de invadir Rusia en 1709 cambió
el signo de la guerra, que finalizó en 1721 con la firma del Tratado
de Nystad. Como consecuencia de ello
4º ANAYA
EL MOVIMIENTO OBRERO
De la protesta al
sindicalismo
La miseria del
proletariado, su marginación política y la falta de legislación
laboral originaron el movimiento obrero. Este comprende las
organizaciones del proletariado que lucharon por mejorar su situación
económica y política; y sus actuaciones colectivas.
En sus inicios, el
movimiento obrero consistió en actos de protesta contra la
mecanización, consistentes en la destrucción de las nuevas máquinas
(ludismo), al considerarlas responsables de su situación.
La clase obrera creó
también sociedades de socorro mutuo, cuyos integrantes pagaban una
cuota y recibían una ayuda en caso de accidente o despido; y
realizaron numerosas “peticiones al Parlamento” para que pusiera
fin a los abusos de la patronal.
En fechas posteriores,
se crearon sindicatos o asociaciones obreras reivindicativas. Sus
objetivos eran mejorar las condiciones laborales: reducción de la
jornada de trabajo, aumento de los salarios, logro de ciertos
derechos políticos (asociación, sufragio universal), y organización
de las medidas de lucha, como la negociación, las manifestaciones y
la huelga. Las primeras asociaciones obreras o Trade Unions sugieron
en Gran Bretaña, donde fueron legalizadas por el Parlamento en 1825.
La lucha política.
Cartismo, socialismo y anarquismo
De forma simultánea al
desarrollo de los sindicatos
https://www.google.es/?gws_rd=ssl#q=pdf+tema+islam
https://www.researchgate.net/publication/282158340_The_Evolution_and_Legacy_of_Cavalry_in_Ancient_Greece
https://www.researchgate.net/publication/282120875_Cannae_Zama_Why_Cavalry_Counts
https://books.google.es/books?id=ynp-AwAAQBAJ&pg=PT33&lpg=PT33&dq=hellenistic+greek+cavalry&source=bl&ots=2MQvtvum00&sig=yR3cWZtsXWgVXySiAvWBgwnLGys&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwi9_PzsoPnTAhXFuBoKHZTpASo4ChDoAQhVMAc#v=onepage&q&f=false
https://www.researchgate.net/publication/282158340_The_Evolution_and_Legacy_of_Cavalry_in_Ancient_Greece
https://www.researchgate.net/publication/282120875_Cannae_Zama_Why_Cavalry_Counts
https://books.google.es/books?id=ynp-AwAAQBAJ&pg=PT33&lpg=PT33&dq=hellenistic+greek+cavalry&source=bl&ots=2MQvtvum00&sig=yR3cWZtsXWgVXySiAvWBgwnLGys&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwi9_PzsoPnTAhXFuBoKHZTpASo4ChDoAQhVMAc#v=onepage&q&f=false
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