INTRODUCCIÓN
El régimen franquista se inició al final
de la Guerra Civil (1939) y terminó a la muerte de Franco en 1975. Francisco
Franco impuso una dictadura de carácter fascista, es decir concentró todos los
poderes, suprimió los partidos políticos, eliminó los derechos y las libertades
individuales y colectivas; creó un modelo de Estado que esperaba controlar toda
la vida de los habitantes del país.
El Franquismo tuvo tres etapas
diferenciadas:
La posguerra (1939-1959), caracterizada
por el aislamiento internacional, el estancamiento económico y la represión
política contra los vencidos.
El desarrollismo (1959-1973),
caracterizado por el crecimiento económico y la transformación social resultado
de la apertura al exterior.
La crisis del régimen (1973-1975), donde
la evidente mala salud de Franco se combinó con una crisis económica y una
creciente oposición social.
1.
LA
POSGUERRA (1939-1959)
A.
GRUPOS
IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES DEL FRANQUISMO
Dentro del bando
que ganó la Guerra Civil y que apoyó después a Franco estaban los falangistas,
los monárquicos, los conservadores y los carlistas.
Los falangistas
fueron el grupo político con mayor influencia hasta el fin de la Segunda Guerra
Mundial. A la dictadura militar unieron ideas como la negación de la lucha de
clases, la oposición al liberalismo, el comunismo y a la democracia, el
caudillismo, el ultranacionalismo, el centralismo…
Tras el fin de
la guerra mundial Franco pasó a apoyarse más en los conservadores dejando de
lado a los falangistas. Por su parte, los monárquicos fueron cada vez más
críticos con Franco, pues esperaban que tras la guerra este dejara que volviera
a España la familia real de los Borbones.
Los grupos
sociales que apoyaron al franquismo fueron la gran burguesía, el Ejército y la
Iglesia católica.
La gran
burguesía formada por los propietarios de latifundios, de los bancos y de las
grandes empresas. Gracias a la Guerra Civil se anuló la reforma agraria
republicana, se rebajaron los sueldos y desaparecieron los sindicatos, todo lo
cual benefició a los miembros de la gran burguesía.
El ejército
vencedor de la Guerra Civil fue la base del poder de Franco durante todo su
gobierno. Tras el conflicto se licenció muy lentamente a las tropas reclutadas
para la contienda, pero el tamaño del ejército español continuó siendo muy
grande comparado con la situación anterior a 1936, pues su finalidad era
controlar a la población y el territorio españoles. Los oficiales disfrutaban
de gran prestigio social, a pesar de tener sueldos escasos, y los altos mandos
del Ejército ocuparon puestos políticos en los gobiernos de Franco y en la
administración de empresas públicas, con sueldos muy elevados.
El tercer grupo
social que apoyaba a Franco fue la Iglesia católica, pues el dictador hizo que
el Estado español volviera a ser confesional. Las consecuencias de lo anterior
fueron que se suprimió el divorcio y el matrimonio civil; la enseñanza religiosa
volvió a ser obligatoria; se restableció el presupuesto estatal para el culto y
el clero; además gran parte de los colegios e institutos volvieron a estar en
manos de instituciones religiosas, mientras miles de maestros y profesores
republicanos eran despedidos y se les prohibía ejercer un oficio en la
Enseñanza.
B.
LAS
OSCILANTES RELACIONES CON EL EXTERIOR
Se pueden
establecer tres etapas en las relaciones exteriores españolas durante la
posguerra: el apoyo a los regímenes fascistas, el aislamiento internacional y
la alianza con los Estados Unidos.
Durante la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Franco apoyó claramente a las potencias
fascistas (Alemania e Italia). España no participó directamente en el
conflicto, pero tampoco fue neutral, sino “no beligerante”, es decir que
favoreció los intereses nazis y fascistas. El gobierno español envió materias
primas a los nazis, así como una unidad militar de voluntarios, la División
Azul, a luchar al lado de Alemania contra la URSS.
Tras la derrota
del fascismo y el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, España quedó
aislada internacionalmente hasta 1953. Las potencias vencedoras consideraban
que el régimen franquista seguía siendo su enemigo. En 1946 la ONU realizó una
condena de la dictadura de Franco y recomendó la retirada de los embajadores de
los países democráticos.
El aislamiento
internacional acabó en 1953 cuando se firmaron los acuerdos de colaboración
militar entre España y EE.UU. En el contexto internacional del enfrentamiento
entre Estados Unidos y la URSS los norteamericanos consideraban que la
dictadura de Franco, profundamente anticomunista, podía ser una buena aliada.
Los acuerdos supusieron el establecimiento de bases militares estadounidenses en España, como la
de Rota, a cambio de entregar al ejército español armamento moderno. Además los
rasgos más claramente fascistas del régimen habían ido desapareciendo desde el
fin de la guerra mundial. A partir de ese momento el régimen franquista empezó
a ser reconocido internacionalmente, y en 1955 España entró en la ONU.
C.
LA
CONFIGURACIÓN POLÍTICA DEL NUEVO ESTADO
El régimen de Franco (1939-1975) fue una
dictadura opuesta al comunismo y a la democracia, con un fuerte carácter
centralista, por lo que se suprimieron los estatutos de autonomía tras la guerra.
Desde el principio hasta el final de su
funcionamiento el franquismo fue una dictadura en la que el Jefe del Estado,
Francisco Franco, tuvo todos los poderes en sus manos. Franco controlaba el
poder ejecutivo y el poder legislativo, que en una democracia se repartirían
entre un Gobierno y un Parlamento elegidos democráticamente, así como el poder
judicial, pues él nombraba a los jueces. Y, evidentemente, como Generalísimo de
los ejércitos, dirigía todas las Fuerzas Armadas españolas.
El partido único era la Falange Española
Tradicionalista y de las Untas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las
JONS), en la que estaban integrados todos los grupos vencedores de la Guerra
Civil (fascistas, carlistas, monárquicos, conservadores…).
Tras la eliminación de los sindicatos
obreros el régimen franquista creó el sindicato vertical[1],
donde estaban integrados obreros y patrones.
La dictadura franquista eliminó los
derechos individuales y colectivos (libertad de circulación, de expresión, de
prensa, de manifestación, de religión…) que aparecían en la Constitución de
1931.
Franco dictó varias leyes[2]
para institucionalizar[3] su
régimen. En 1938 el Fuero del Trabajo estableció los derechos laborales de los
españoles, y los sindicatos verticales. En 1942 se crearon unas Cortes
franquistas con carácter deliberativo o consultivo, es decir que tras oír las
leyes que proponía Franco siempre las aprobaban. En 1945 la Ley de Referéndum
estableció la posibilidad de realizar plebiscitos, y el Fuero de los Españoles
fue una declaración de derechos y deberes de los españoles.
D.
LA
REPRESIÓN POLÍTICA
Durante la
posguerra el régimen franquista realizó una intensa represión contra cualquier
oposición. En esos años hubo 50.000 ejecuciones y en 1940 había 270.000
encarcelados por causas políticas. Todavía en 1950 había más de 30.000 presos
políticos. Parte de estos prisioneros fueron usados como trabajadores forzosos
por el régimen franquista para que trabajasen en las obras del Valle de los
Caídos o en empresas privadas que apoyaban a la dictadura. Unos 5.000
encarcelados murieron por enfermedad (disentería, tifus, tuberculosis…) o por
hambre (con una dieta de berzas, nabos, coles, vainas de habas…).
A pesar de la
represión la lucha militar contra la dictadura continuó. Durante la Segunda
Guerra Mundial y hasta 1952 existió una guerrilla antifranquista, el maquis.
Los guerrilleros eran sobre todo republicanos que no se habían rendido y
esperaban que la derrota del nazismo significase la derrota del franquismo. El
número de maquis excedió los cinco mil.
Durante los años
cincuenta se abandonó la lucha armada y la única oposición organizada contra el
franquismo la realizó el Partido Comunista de España, que actuaba desde la
clandestinidad. Los otros grupos políticos republicanos (socialistas,
anarquistas, demócratas…) habían sido casi eliminados, y carecían del fuerte
apoyo exterior del que disfrutaba el PCE, financiado por la URSS.
La represión no
solo incluyó muertes y encarcelamientos, sino también la depuración de cientos
de miles de personas. Esto significó que fueron expulsados de su trabajo, sobre
todo empleados públicos, y se les prohibió volver a ejercerlo.
[1] Sindicalismo
vertical: Sistema fascista de afiliación de los trabajadores en corporaciones,
por oficios, en las que se integran a empresarios y obreros en la misma
organización con la pretensión de eliminar los conflictos de clase.
[2] Las Leyes
Fundamentales del Reino fueron ocho leyes que organizaban los poderes del
Estado durante la dictadura franquista. Que en esas leyes aparecieran derechos
y libertades no significa que se cumplieran, pues al ser el franquismo una
dictadura las instituciones del Estado (policía, jueces…) rompían las leyes sin
que hubiera consecuencias. Las dictaduras nunca son Estados de Derecho, ni
existe en ellas el imperio de la ley.
[3] Institucionalizar: Hacer legal. Integrar en la
estructura del Estado.
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