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Bloque 4. La dominación europea del mundo y la I Guerra Mundial
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Actualizado el día 15 de diciembre de 2019
Bloque 4. La dominación europea del mundo y la I Guerra Mundial
Contenidos
Evolución de los principales estados en
Europa, América y Asia: Inglaterra victoriana, Francia: el II Imperio y la III
República, Alemania bismarckiana, Imperio austrohúngaro y Rusia.
Estados Unidos: de la guerra civil [la
Guerra de Secesión] hasta comienzos del siglo XX.
Japón: transformaciones de finales del
siglo XIX.
La expansión colonial de los países
industriales: causas, colonización y reparto de Asia, África y otros enclaves
coloniales, consecuencias.
La Paz armada: Triple Alianza y Triple
Entente.
La I Guerra Mundial: causas, desarrollo y
consecuencias.
Criterios de evaluación
1. Describir las transformaciones y conflictos
surgidos a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX distinguiendo el
desarrollo de los mismos y los factores desencadenantes.
2. Analizar la evolución política, social
y económica de los principales países europeos, además de Japón y Estados Unidos
a finales del siglo XIX presentando información que explique hechos.
3. Describir la expansión imperialista de
europeos, japoneses y estadounidenses a finales del siglo XIX, estableciendo
sus consecuencias.
4. Comparar sintéticamente los distintos sistemas
de alianzas del período de la Paz armada.
5. Distinguir los acontecimientos que
conducen a la declaración de las hostilidades de la Primera Guerra Mundial,
desarrollando sus etapas y sus consecuencias.
6. Localizar fuentes primarias y
secundarias (en bibliotecas, Internet, etc.) y extraer información de interés,
valorando críticamente su fiabilidad.
7. Utilizar el vocabulario histórico con
precisión, insertándolo en el contexto histórico de finales del siglo XIX y
comienzos del XX.
1.1. Realiza un diagrama explicando
cadenas causales y procesos dentro del período “finales del siglo XIX y
comienzos del XX”.
2.1. Elabora un eje cronológico con hechos
que explican de la evolución durante la segunda mitad del siglo XIX de
Inglaterra, Francia, Alemania, Imperio austrohúngaro, Rusia. Estados Unidos y
Japón.
2.2. Explica a partir de imágenes las
características que permiten identificar la Inglaterra victoriana.
2.3. Analiza textos relativos a la época
de Napoleón III en Francia.
2.4. Identifica y explica razonadamente
los hechos que convierten a Alemania durante el mandato de Bismarck en una
potencia europea.
3.1. Identifica y explica razonadamente
las causas y las consecuencias de la expansión colonial de la segunda mitad del
siglo XIX.
3.2. Localiza en un mapamundi las colonias
de las distintas potencias imperialistas.
4.1. Describe las alianzas de los países
más destacados durante la Paz armada.
5.1. Identifica a partir de fuentes
históricas o historiográficas las causas de la I Guerra Mundial.
5.2. Comenta símbolos conmemorativos
vinculados a la I Guerra Mundial.
6.1. Analiza y explica las distintas etapas
de la Gran Guerra a partir de mapas históricos.
7.1. Extrae conclusiones de gráficos e
imágenes sobre las consecuencias de la I Guerra Mundial.
II. EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPALES ESTADOS
EN EUROPA, AMÉRICA Y ASIA
Francia: del Segundo Imperio a la
Tercera República
Después de la revolución de 1848, Francia se
convirtió en una gran potencia económica y colonial, al tiempo que pasaba de un
régimen monárquico a otro republicano.
El Segundo Imperio (1852-1870)
Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de
Napoleón I, accedió a la presidencia de la república francesa tras la revolución
de 1848, pero pronto su gobierno adquirió un carácter fuertemente autoritario. En
1852 promulgó una nueva constitución, sancionada por un plebiscito[1] mayoritariamente
favorable, que le otorgaba plenos poderes; proclamó el Segundo Imperio y se
intituló Napoleón III. En este período se distinguen dos etapas:
El imperio autoritario (1852-1860). Durante
esta etapa, el gobierno persiguió a la oposición e instauró la censura de
prensa, el control de las reuniones públicas y la propaganda electoral. Consiguió
el apoyo de la Iglesia católica y defendió el orden y la autoridad. Su forma de
gobernar correspondía a la tradición cesarista, en la que el poder se
concentraba en un solo hombre, pero “su legitimidad procedía del pueblo”. Es lo
que se ha denominado bonapartismo.
El imperio liberal (1860-1870). En esta
fase el emperador perdió parte de sus apoyos. La oposición se organizó y surgió
con fuerza el movimiento obrero, lo que obligó a Napoleón III a hacer
concesiones políticas y liberalizadoras: amnistía para los condenados por
delitos políticos; reformas legislativas para otorgar mayores atribuciones a
las cámaras legislativas; liberad de prensa; reformas educativas y concesión a
los obreros del derecho de huelga y libertad de asociación.
Esta evolución liberal dividió a la
oposición; en 1870 Napoleón III convocó un plebiscito para ratificar las reformas,
que ganó por amplia mayoría.
Napoleón III, preocupado por el progreso
militar de Prusia, declaró la guerra a ese país en julio de 1870. La derrota
francesa en la batalla de sedán (2 de septiembre) precipitó la proclamación de
la república.
La Francia de la III República (1870-1914)
En 1871 el gobierno de la república, en
medio de la revuelta de la Comuna, se vio obligada a firmar la Paz de Frankfurt,
por la que perdía Alsacia y Lorena, que pasaron al Imperio alemán y además tuvo
que comprometerse a pagar reparaciones de guerra. Estos hechos suscitaron en
Francia un fuerte sentimiento antialemán.
En la historia de la Tercera República se
pueden diferenciar dos períodos:
La República conservadora (1871-1879). Tras
un período transitorio (1871-1874), en el que colaboraron republicanos y monárquicos,
el moderado Thiers trató de afianzar el nuevo régimen, aunque hubo varios
intentos de restaurar la monarquía. Se tomaron varias medidas legislativas, casi
todas ellas del año 1875, que dieron lugar a la Constitución de la Tercer
República Francesa: se implantó el sufragio universal masculino, el poder
legislativo se repartió entre el Senado y la Asamblea, y se fortaleció el poder
ejecutivo en manos del presidente de la república.
La república “de los republicanos” (1880-1914).
El triunfo republicano en las elecciones de 1880 abrió la puerta a nuevas reformas
democráticas, como la implantación de la enseñanza estatal laica en 1882,
considerada el instrumento de formación del espíritu republicano. De 1889 a
1898 la república se consolidó, triunfó la expansión imperialista y se elaboró
una avanzada legislación social (leyes de higiene y seguridad en el trabajo,
pensiones, etc.). Sin embargo, la vida política se vio enturbiada por el affaire
Dreyfus[2].
Desde finales del siglo XIX hubo una oleada
anticlerical: en 1905, el estado francés derogó el Concordato e incautó los
bienes de la Iglesia. Los siguientes gobiernos ampliaron las reformas sociales.
También se creó un ambiente prebélico, que llevó al presidente Poincaré a
llamar a la “Unión Sagrada” de todos los partidos contra la amenaza alemana.
[1] Plebiscito: Consulta
de los poderes públicos al voto popular directo para aprobar o rechazar una
propuesta política sobre poderes excepcionales, soberanía, etc.
[2] Affaire Dreyfus: Acusación
de traición y condena en 1894 de Alfred Dreyfus, un oficial francés de origen
judío. La acusación y la condena se basaron en pruebas falsas, pero hasta 1906 Dreyfus
no fue rehabilitado. Este asunto desató un fuerte antisemitismo en algunos
sectores de la sociedad francesa.
D.
ESTADOS UNIDOS: DE LA GUERRA DE SECESIÓN HASTA COMIENZOS DEL SIGLO XX
1.
Estados Unidos: territorio y población
Tras el final de la Guerra de
Independencia los Estados Unidos crecieron de manera constante. Sus excesos de
población se iban desplazando hacia el oeste y desalojando a los indígenas.
Estos territorios fueron adquiridos formalmente por el gobierno federal o
nacional en varias etapas:
1ª De 1776 a 1803 la población
estadounidense rebasó los Montes Apalaches y ocupó los territorios hasta el río
Mississippi. En 1787, el mismo año que se aprobó su constitución, los Estados
Unidos promulgaron una ley por la cual los nuevos territorios podrían
convertirse en nuevos estados cuando tuvieran un mínimo de población blanca.
Así que pronto surgieron nuevos estados junto a los trece iniciales.
2ª De 1803 a 1848 la población de origen
estadounidense se apoderó de las tierras entre el río Mississippi y la frontera
con México. Este territorio se correspondía con la Luisiana francesa. Napoleón
vendió esta colonia a los Estados Unidos en 1803 a cambio de una cantidad en
metálico pues estaba más preocupado por sus problemas en Europa que por las
poco productivas tierras de Norteamérica.
3ª De 1848 a 1865 los estadounidenses
ocuparon la costa oeste y se formó el estado de California. Entre 1846 y 1848
Estados Unidos y México habían estado en guerra y, tras ser derrotado, este
último cedió la mitad de su territorio a la Unión. El mismo año de 1848 se
encontró oro en California y la Fiebre del Oro atrajo a miles de personas a la
costa oeste.
4ª De 1865 a 1900 se ocupó finalmente todo
el territorio de los Estados Unidos con la colonización de las Grandes Llanuras
(el Gran Desierto Americano) y la reclusión de todos los grupos indígenas en
reservas.
La expansión de los Estados Unidos hacia
el oeste hasta alcanzar la costa del Océano Pacífico fue un asunto demográfico
antes que político. Las fronteras de los Estados Unidos se expandieron por
detrás del avance de su población que constantemente se instalaba fuera de las
fronteras nacionales.
Las tres razones para estas migraciones
internas hacia el oeste fueron:
En primer lugar la búsqueda de tierras de
cultivo. El crecimiento demográfico en la costa este y la llegada de
inmigrantes hicieron que una parte de la población eligiera moverse en vez de
quedarse en los barrios superpoblados de las ciudades costeras.
A ello se añadió que los colonos tenían el
permiso del gobierno para quedarse con toda la tierra que pudieran trabajar, y
la población indígena, muy escasa y de vida nómada, no tenía la fuerza para
impedirlo.
Ese movimiento migratorio hacia el oeste
fue convertido en la ideología del Destino Manifiesto. Éste significaba que
Estados Unidos debía ocupar todo el territorio entre los dos océanos para
implantar en él los valores de la cultura occidental que encarnaba el país
(racionalismo de la Ilustración, cristianismo, capitalismo industrial...). El
Destino Manifiesto supondría llevar la "civilización" al oeste.
2.
La Guerra de Secesión: causas, desarrollo y consecuencias (1861-1865)
Las causas estructurales de la Guerra de
Secesión o Civil War:
Causas económicas: Durante el siglo XIX se
fueron desarrollando dos sistemas económicos en los Estados Unidos. La parte
norte del país adoptó la Revolución Industrial, y la economía de esta región se
basó en una agricultura y una industria que abastecían al mercado interno del
país, que estaba en constante crecimiento. La burguesía industrial y los campesinos
propietarios norteños apoyaban una política económica proteccionista frente a
las importaciones, sobre todo las británicas. Los estados del sur basaban su
economía en una agricultura de plantación (algodón) orientada a la exportación.
Los terratenientes sureños apoyaban una política económica librecambista, que
les permitiera exportar a Inglaterra sus materias primas, e importar los
productos manufacturados de donde se los ofreciesen más baratos.
Causas políticas: Durante parte del siglo
XIX hubo tensiones en el país sobre las competencias entre el gobierno federal
(nacional) y los gobiernos de los distintos estados. Una parte de la población
apoyaba un gobierno federal (central) fuerte que defendiese los derechos
individuales por todo el país. Otra parte de la población opinaba que cada
estado debía tener el mayor autogobierno posible y que las funciones del
gobierno federal (nacional) debían ser limitadas.
Causas ideológicas: En los estados del
norte surgió un fuerte movimiento antiesclavista. Este movimiento surgió por
influencia de Gran Bretaña (que había abolido primero la trata y luego la
institución de la esclavitud), los abolicionistas actuaron aliados a las
primeras sufragistas y a los partidarios de un aumento de la democracia. En los
estados del norte la esclavitud no tenía un papel económico pues la agricultura
estaba orientada al autoconsumo y a los mercados locales, y la industria
contaba con la mano de obra barata que suponían los inmigrantes. En cambio la
economía de los estados sureños dependía del trabajo de los esclavos en las
plantaciones.
La guerra civil entre los estados duró
cuatro años por el fuerte apoyo de la población sureña a la secesión, y la
victoria final de las tropas federales de la Unión [=el gobierno nacional]
llegó por la asfixia económica que sufrió la Confederación a causa del bloqueo
de sus puertos comerciales por la armada unionista.
Las consecuencias de la guerra civil:
La extensión de la Revolución Industrial a
todo el país y la formación de un mercado nacional. Ese mercado interno era
autosuficiente pues los Estados Unidos poseían la mano de obra, los recursos
naturales y la maquinaria necesarios para cubrir todas sus necesidades
económicas.
El fortalecimiento del gobierno federal
(nacional) frete a los gobiernos de los estados. Ello facilitó la realización
de grandes obras públicas que aceleraron el desarrollo de la industrialización
(ferrocarril transcontinental).
La abolición de la esclavitud significó un
gran avance en la democratización del país. Se consolidó definitivamente el
sufragio universal masculino para blancos, negros e inmigrantes naturalizados.
Además se intensificó la lucha para conseguir el voto femenino. Solo quedó
fuera de la esfera política la población indígena encerrada en reservas.
3.
The Gilded Age (1870-1914)
Esta fue la Edad Dorada, que no de oro. La
etapa de la historia estadounidense correspondiente a la época del
Imperialismo, la Belle Époque francesa, la Era Victoriana de los británicos y
la Paz Armada de los europeos.
La consolidación de Estados Unidos como
estado-nación sucedió tras la Guerra de Secesión. En ese proceso fue fundamental
la revolución de los transportes. Durante décadas la costa este y la costa
oeste habían estado unidas por rutas marítimas que rodeaban el continente
americano por su extremos sur, ya que las rutas terrestres eran escasas a causa
de las distancias, las dificultades climáticas, las Montañas Rocosas y la
hostilidad de los indígenas.
En 1863, durante el gobierno de Lincoln,
en plena Guerra de Secesión, se planeó completar la conexión entre la costa
este y la costa oeste mediante el ferrocarril. La línea acabó de construirse en
1869. El ferrocarril transcontinental aseguró un medio de transporte rápido,
para la época, seguro (frente al clima y los ataques de los indígenas) y
barato. El gasto del billete siempre sería pequeño frente a la inversión de los
colonos en caravanas con caballos, bueyes, carretas...
Las razones que permitieron a Estados
Unidos incorporarse a la Revolución Industrial y luego encabezar la Segunda
Revolución Industrial fueron:
La abundancia de recursos naturales de
todo tipo en un país del tamaño de un continente (carbón, madera, petróleo,
gas, hierro, ríos navegables…).
Una población en constante crecimiento a
la que se le unían continuas oleadas de inmigrantes europeos, lo que aseguraba
mano de obra abundante y barata, así como un mercado de consumo interno en
crecimiento.
La carencia de estados vecinos fuertes. La
guerra más sangrienta de la historia de Estados Unidos fue su guerra civil. Ni
Canadá ni México suponían amenazas para la Unión, por ello el presupuesto militar
del país era muy pequeño y todas sus energías podían dedicarse a producir
riquezas.
Un rasgo característico de la Segunda
Revolución Industrial en los Estados Unidos fue la aparición de trusts y otros
modelos de concentración empresarial. A los poderosos empresarios
norteamericanos de esta etapa se les llamó Robber Barons o “Barones Ladrones”
de forma despectiva. A finales del siglo XIX, normalmente se daba este nombre a
los empresarios que utilizaban prácticas propias de explotadores para amasar su
fortuna. Estas prácticas incluían:
controlar los recursos nacionales
tener mucha influencia en el gobierno
el pago de salarios extremadamente bajos
aplastar a la competencia mediante la
compra de las empresas ajenas a fin de crear monopolios y así aumentar los
precios
vender acciones a precios inflados a
inversores incautos de manera que a la larga desaparecía la empresa para la que
se emitió la acción y se arruinaban los inversores
Los principales "Barones ladrones"
fueron:
Cornelius Vanderbilt (1794-1877)
John Jacob Astor III (1822-1890)
Andrew Carnegie (1835-1919)
J.P. Morgan (1837-1913)
John D. Rockefeller (1839-1937)
Todos los capitalistas mencionados en la
lista realizaron negocios fabulosos en los que se embolsaron ganancias de
cientos de millones de dólares. ¿Cómo podían pagar dividendos -beneficios- a
los dueños de acciones en sus empresas? Asegurándose de que el Congreso
aprobara aranceles que mantuvieran alejadas a las manufacturas extranjeras,
asfixiando a sus competidores, manteniendo altos los precios y haciendo
trabajar doce horas diarias a cientos de miles de personas por salarios que
apenas podían mantener con vida a sus familias, mientras los capitalistas
recibían subsidios de sucesivos gobiernos.
Contra las prácticas de los “Barones
Ladrones” se levantó en su propio tiempo una campaña de críticas encabezada por
periódicos y políticos. A principios del siglo XX una serie de leyes aprobadas
por el gobierno estadounidense del presidente Teddy Roosevelt eliminaron los
peores excesos de los “Barones Ladrones”.
La expansión colonial de los países industriales: causas, colonización y reparto de Asia, África y otros enclaves coloniales, consecuencias.
Las consecuencias del imperialismo
El imperialismo no europeo
Estados Unidos y también Japón
emprendieron acciones de expansión imperialista en el tránsito del siglo XIX al
XX.
El expansionismo japonés
El Japón Meiji experimentó un rápido
crecimiento y aplicó medidas modernizadoras siguiendo el modelo occidental.
Esta política vino acompañada por un agresivo afán imperialista cuyo objetivo
era hacerse con el dominio de Corea y China.
Las razones del imperialismo japonés
fueron: la presión demográfica, la búsqueda de mercados exteriores para sus
productos y de recursos de los que carecía (hierro, carbón, petróleo, cobre,
estaño, etc.) para consolidar su industrialización. Sin embargo, en el
imperialismo japonés también influyeron las corrientes nacionalistas muy en
boga en la época, como la idea de un “Gran Japón”.
Una vez conquistados los archipiélagos
cercanos (Kuriles y Ryukyu), Japón forzó a Corea a abrir tres puertos y a
permitir el asentamiento de emigrantes japoneses. China, que era la potencia
hegemónica en la zona, se opuso a esta injerencia y se declaró la guerra entre
ambos países. Entre 1894 y 1896, las tropas japonesas intervinieron en Corea,
entraron en Manchuria y, tras una fácil victoria naval, desembarcaron en Port
Arthur y otros puntos en el golfo de Pekín. China cedió Formosa (Taiwán), las
islas Pescadores y la península de Liaodong con el enclave de Port Arthur.
La presencia japonesa en el sur de
Manchuria fue considerable intolerable por Rusia. Pero Japón atacó a Rusia en
1904, sin previa declaración de guerra (guerra ruso-japonesa), y aniquiló a la
flota rusa anclada en Port Arthur. Japón obtuvo el sur de la isla de Sajalín y
el protectorado sobre Corea, que se anexionó en 1910, y consolidó su dominio
sobre Manchuria. Esta expansión continuó durante la Primera Guerra Mundial a
costa de Alemania.
El imperialismo estadounidense
Estados Unidos irrumpió en la esfera
internacional en los años noventa del siglo XIX. En el imperialismo
estadounidense primaron los factores ideológicos y geopolíticos:
El sentimiento de superioridad del
pueblo estadounidense, exaltado por varias doctrinas. La doctrina Monroe
precisaba que el continente americano era el área de influencia de Estados
Unidos, vedada a los europeos. La doctrina del “destino manifiesto” defendía
que el pueblo estadounidense, al ser el pueblo elegido por Dios, podía
apropiarse de cualquier territorio que estuviese “destinado” a formar parte de
Estados Unidos. Estas doctrinas consolidaron un fuerte sentimiento nacionalista
que se sustentaba en la supuesta superioridad racial, política, religiosa,
cultural y técnica de la raza blanca anglosajona sobre el resto de los pueblos
de América.
Las concepciones geopolíticas defendidas
por el almirante Alfred T. Mahan tuvieron un amplio seguimiento. Mahan era
partidario de afianzar la posición de Estados Unidos por medio del domino
estratégico del mar, mediante el control de importantes bases navales y el
desarrollo de una flota de guerra, más que a través de la anexión de
territorios. Todas estas ideas justificaron el derecho a la intervención. Las intervenciones
de Estados Unidos se sucedieron en el Caribe y en otros estados americanos en
el Pacífico y en China.
En 1898 el presidente McKinley, con el
apoyo de poderosos medios económicos, la prensa y los sectores nacionalistas,
intervino en la guerra que mantenía España con sus colonias de Cuba y
Filipinas. Tras aniquilar el débil potencial naval de España, Estados Unidos
forzó la independencia de Cuba y la cesión a Estados Unidos de Puerto Rico,
Filipinas y la isla de Guam en el Pacífico y también ocupó la isla de Hawái.
El afianzamiento de la posición de
Estados Unidos en el Caribe y en el Pacífico se completó con la política
intervencionista de Theodore Roosevelt, presidente desde 1901. Este presidente
impuso la política del “gran garrote” (big
stick), es decir, del derecho de Estados Unidos a intervenir en los asuntos
internos de las repúblicas hispanoamericanas. Ayudó a Panamá a independizarse
de Colombia en 1903 y logró del gobierno panameño la ocupación militar
estadounidense de ambos lados del canal, cuya construcción terminó en 1914.
Desde entonces las intervenciones
armadas fueron constantes y su justificación era la defensa de los intereses
estadounidenses que se consideraron amenazados por movimientos desestabilizadores.
Las consecuencias del imperialismo
La colonización provocó cambios profundos
en la economía, la cultura y los modos de vida de los pueblos indígenas.
La explotación económica
Los europeos practicaron la “economía
del pillaje”, es decir, explotaron con el menor coste posible unos inmensos
territorios con abundantes recursos naturales.
Los colonos europeos se apropiaron de
las tierras, desplazando por la fuerza a los indígenas. Así, en Argelia, tras
la revuelta de 1871, cerca de medio millón de hectáreas de tierras fueron
confiscadas y distribuidas entre los colonos. En otros casos se encerró a los
indígenas en reservas (África del sur) o se les masacró sistemáticamente (Nueva
Zelanda, Australia). Las grandes compañías recibieron de los gobiernos de las
metrópolis concesiones gratuitas para explotar las tierras por el sistema de
plantaciones dedicadas al monocultivo (caucho, café, té, tabaco, cacao…).
También obligaron a los indígenas al
trabajo forzoso en condiciones infrahumanas, lo que, en ocasiones, produjo
drásticas reducciones de la población. Esta explotación y la ruina de las
actividades artesanales indígenas por la competencia industrial europea
aumentaron la miseria de la mayoría de la población sometida a la colonización.
La Paz Armada: Triple Alianza y
Triple Entente. Las relaciones internacionales (1870-1914)
Desde la Guerra franco-prusiana de 1870
hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), se desarrolló un pulso
entre las grandes potencias por la hegemonía, en Europa y en aquellas áreas
donde se disputaban el reparto de los dominios coloniales o de las zonas de
influencia.
La Europa de Bismarck (1870-1890)
La llamada “era bismarckiana” fue la etapa
en la que el canciller alemán Otto von Bismarck impuso los intereses de Alemania
al resto de los países europeos. Los objetivos de su política fueron tres:
Mantener a Francia en un aislamiento diplomático
y hacerle pagar una cuantiosa indemnización de guerra de cinco mil millones de
francos, tras su derrota en la batalla de Sedán (1870). Era la forma de debilitar
a Francia y evitar que pudiera tomarse la revancha.
Mediar entre Rusia y Austria-Hungría, que
se enfrentaban por el control de los Balcanes.
Desarrollar una política de rearme bélico
como elemento disuasorio de posibles enemigos, lo que desencadenó una carrera
armamentística con otros países (Francia, Reino Unido, Italia y Estados Unidos).
La política de Bismarck se basó en el
principio de la Realpolitik, realismo político, que anteponía los
resultados a los principios morales a la hora de tomar decisiones políticas. Era,
pues, una forma de pragmatismo político.
Los sistemas bismarckianos
La política exterior de Bismarck se plasmó
en tres sistemas o fases de un sistema de alianzas, forjados entre 1872 y 1893.
El objetivo principal de estas alianzas era mantener la paz y, de paso, aislar
a Francia.
La preponderancia alemana o “primer
sistema” bismarckiano (1871-1879)
Un gran punto de fricción en Europa era la
rivalidad entre el Imperio austrohúngaro y Rusia en los Balcanes, donde el Reino
Unido apoyaba al Imperio otomano para mantener el statu quo existente. La diplomacia
bismarckiana consiguió la firma de dos acuerdos en 1873: uno germano-ruso y
otro austro-ruso, con los que se apaciguaban las pretensiones rusas y austriacas.
Además, Alemania, Austria-Hungría y el Imperio ruso formaron la Entente[1] de los Tres Emperadores, a
la que, en 1874, se adhirió Italia.
Sin embargo, las revueltas nacionalistas
en Bosnia-Herzegovina y en Bulgaria y la dureza de la represión turca motivaron
la intervención militar rusa en apoyo de Servia y Montenegro. Esta intervención
forzó la firma del Tratado de San Stefano (1878), que creaba un estado eslavo
en los Balcanes, la Gran Bulgaria, bajo influencia rusa. El tratado suponía la
ruptura del equilibrio en los Balcanes a favor de Rusia, por lo que pronto se
revisó por la presión británica y austrohúngara. Bismarck convocó el Congreso
de Berlín el mismo año de 1878, en el que se revocaron los acuerdos: la Gran
Bulgaria se disolvió, Austria-Hungría se hizo cargo de la administración de
Bosnia-Herzegovina y Reino Unido obtuvo la cesión de Chipre por los turcos. Rusia,
humillada, se alejó de la Entente de los Tres Emperadores.
La plenitud del sistema bismarckiano o “segundo
sistema” (1879-1885)
Alemania reforzó su papel de centro de la
diplomacia europea entre 1879 y 1885. En 1879 se firmó la Dúplice Alianza entre
Alemania y el Imperio austrohúngaro. En 1881 se renovó la Entente de los Tres Emperadores,
con lo que Bismarck consiguió atraer de nuevo a Rusia. Y en 1882 se creó la
Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia, nuevo país que entraba
en la órbita alemana.
El segundo sistema se basaba en el respeto
del statu quo en los Balcanes que había salido del Congreso de Berlín e
inauguró una larga etapa de paz en Europa, que duró hasta la década de 1910.
Pero, al mismo tiempo, las principales
potencias llevaron a cabo un intenso rearme. Por esta razón, denominamos Paz
Armada a la época que desde el año 1879 hasta el estallido de la Primera Guerra
Mundial, en 1914.
El final del sistema bismarckiano o “tercer
sistema” (1885-1893)
El tercer sistema se considera una continuación
del segundo. Desde 1885 estallaron rivalidades entre Rusia y Austria por temas
territoriales y dinásticos, provocadas por el nombramiento de un rey
proaustriaco en Bulgaria. La inestable situación de los Balcanes hizo que el
sistema bismarckiano entrara en crisis.
Bismarck consiguió la firma de dos nuevos
tratados que garantizaban el equilibrio en los Balcanes y aislaban a Francia. El
primero lo firmó Alemania con Austria; el segundo era un tratado secreto entre
Alemania y Rusia, llamado “Tratado de reaseguro”.
A estos acuerdos se sumaron diversos
tratados entre otros países europeos: Italia, Reino Unido y España, que perjudicaban
a Francia.
Sin embargo, el sistema de alianzas ideado
por el canciller alemán comenzó a desmoronarse definitivamente. Entre 1891 y
1893, Francia firmó con Rusia dos tratados, uno político (1891) y otro militar
(1892). El fin del aislamiento francés y el alejamiento de Rusia significaron
el final de la era bismarckiana.
[1] Entente: En francés,
“entendimiento, acuerdo”. Se aplica desde 1904 para designar los tratados de colaboración
entre dos o más países en perfecta sintonía de intereses.
IV. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
INTRODUCCIÓN
Entre 1871 y 1914 habían surgido fuertes
rivalidades económicas, coloniales y nacionales entre las grandes potencias europeas.
Los distintos países se unieron en alianzas políticas y militares por miedo y
odio a sus vecinos. Esto llevó al estallido de la Primera Guerra Mundial
(1914-1918), en la que participaron países del mundo entero.
A.
LAS CAUSAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Desde finales del siglo XIX fueron
apareciendo las causas que provocarían la Primera Guerra Mundial. Estas fueron:
Francia deseaba vengar su derrota en 1871
ante el Imperio alemán (Segundo Reich) y recuperar las regiones de Alsacia y Lorena
que había ocupado Alemania.
Los conflictos de los Balcanes[3]:
el sudeste de Europa (zona de los
Balcanes) era un foco de tensión. Algunos pueblos del Imperio turco otomano
durante el siglo XIX habían conseguido su independencia (Grecia, Servia,
Bulgaria, Rumania) para luego hacerse la guerra entre ellos.
el Imperio austro-húngaro deseaba dominar
la región de los Balcanes, y entre 1878 y 1908 ocupó y más tarde se anexionó[4]
la región de Bosnia-Herzegovina, poblada en parte por serbios. El gobierno de
Servia protestó.
Rusia también quería controlar la región
de los Balcanes. Según la ideología paneslavista que seguía el gobierno ruso
todos los pueblos de cultura eslava[5], como los servios, eran aliados de
Rusia. Además el gobierno del zar (emperador de Rusia) quería dominar por
razones económicas y militares el estrecho del Bósforo y el estrecho de los
Dardanelos, que eran el paso marítimo obligado desde el mar Negro al mar
Mediterráneo. El dominio de los Balcanes y el control de los Estrechos fueron
las razones de que el Imperio ruso chocase contra el Imperio austrohúngaro y el
Imperio de los turcos otomanos.
Los estados industrializados de Europa se
habían convertido en potencias coloniales durante la Segunda Revolución
Industrial enfrentándose al crear sus imperios, especialmente Francia y
Alemania en Marruecos.
El gobierno de Gran Bretaña veía con miedo
como Alemania se había convertido en la primera potencia industrial europea.
Ambos países competían por el control de las rutas marítimas y del comercio
mundial. Gran Bretaña tenía la armada más poderosa del mundo pero Alemania
comenzó a construir también acorazados y ambas naciones se embarcaron en una
carrera de armamentos para conseguir la flota de guerra más potente.
Los diferentes focos de tensión en Europa
fueron la causa de la aparición de diversas alianzas militares: la Tripe
Alianza (Alemania, Imperio austrohúngaro e Italia) frente a la Triple Entente
(Francia, Gran Bretaña y Rusia).
B.
EL DESARROLLO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
1.
EL ESTALLIDO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
El 28 de junio de 1914 el archiduque
Francisco Fernando, el heredero del Imperio austro-húngaro, fue asesinado por
un pistolero serbio, un estudiante nacionalista, en la ciudad de Sarajevo,
capital de Bosnia.
El gobierno de Austria-Hungría pidió
explicaciones al gobierno serbio, que se negó a darlas. A partir de ahí
comenzaron las declaraciones de guerra:
Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia.
Rusia, aliada de Servia, declaró la guerra
a Austria-Hungría.
Alemania, aliada de Austria-Hungría
declaró la guerra a Rusia y a su aliada Francia.
En cuanto comenzó la guerra Alemania
invadió Bélgica, un país neutral hasta entonces, y Gran Bretaña entró en guerra
contra Alemania aliándose con Francia y Rusia.
2.
LA GRAN GUERRA
La Primera Guerra Mundial se conoció como
la Gran Guerra, porque nunca en un conflicto habían intervenido tantos países.
Se inició en 1914 y acabó a finales de 1918.
La Primera Guerra Mundial enfrentó a dos
alianzas militares:
Las Potencias Centrales: el Imperio
austrohúngaro apoyado por el Imperio alemán, el Imperio de los turcos otomanos
y Bulgaria. A estos estados se les llama así porque ocupaban la parte central
del continente europeo.
Las Potencias Aliadas (conocidas también
como los Aliados): Servia fue apoyada por el Imperio ruso, Francia y Gran
Bretaña. Aunque Italia era un miembro de la Triple Alianza, permaneció neutral
al comienzo de la guerra. Sin embargo, en 1915, Italia se unió a las Potencias
Aliadas, esperando conquistar el territorio habitado por italianos que
pertenecía al Imperio austrohúngaro. Más tarde, se unieron a los Aliados Japón,
Rumania, Estados Unidos, Grecia y Portugal.
3.
LAS FASES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La I Guerra Mundial se luchó en todo el
planeta pero las acciones principales sucedieron en Europa. Los combates en
Europa se concentraron en el Frente Occidental y en el Frente Oriental, a causa
de la posición geográfica de las Potencias Centrales. Las tres fases de la I
Guerra Mundial se establecen por lo que pasó en el Frente Occidental (Francia y
Gran Bretaña contra Alemania).
1.
Guerra de movimientos en 1914: los generales alemanes sabían que
tendrían que luchar una guerra en dos frentes y que los Aliados tenían más
población y riqueza, así que habían planeado derrotar primero a Francia, a la
que consideraban más débil, y luego volverse contra el Imperio ruso. Para
conseguir una victoria rápida el ejército alemán invadió el norte de Francia y
Bélgica, un país hasta entonces neutral, para poder alcanzar París con la mayor
rapidez. Al mismo tiempo, las tropas germanas lucharon una guerra defensiva
contra Rusia en el Frente Oriental.
El ejército alemán llegó a solo cuarenta
kilómetros de París. Pero los franceses, usando taxis para desplazar a sus
soldados, logaron detener a los alemanes en la batalla del Marne (1914).
En otoño de 1914 los contendientes
excavaron trincheras desde Suiza (país neutral) hasta el mar del Norte y los
frentes se inmovilizaron.
2.
La guerra de trincheras y la ampliación de la guerra: durante el año
1915 hubo varias batallas en el Frente occidental entre alemanes, franceses y
británicos pero ningún bando consiguió avanzar más de unos pocos kilómetros
porque la potencia de fuego era tan grande que hacía suicidas los ataques de la
infantería.
Desde 1915 a 1917 la guerra de trincheras
supuso la muerte de millones de soldados para no cambiar nada.
En 1915, Italia entró en guerra a favor de
Francia y Gran Bretaña (Potencias Aliadas), mientras que Bulgaria y el Imperio
turco otomano apoyaron a Alemania y Austria-Hungría (Potencias Centrales).
En 1916, Alemania intentó ganar la guerra
provocando una batalla cuya única finalidad era matar tantos soldados enemigos
como pudiera. La batalla de Verdún duró diez meses, mató casi a un millón de
hombres, pero no consiguió terminar la guerra.
En 1917 la mayoría de los soldados y
civiles europeos estaban hartos de la guerra. Los civiles pasaban escasez de
todo tipo de productos y en algunos países, como Alemania o Rusia, se pasaba
hambre.
Aunque hubo protestas en muchas naciones
el único sitio donde triunfaron fue en Rusia. En 1917 tuvieron lugar dos
revoluciones en Rusia. El país pasó a estar gobernado por el Partido
Bolchevique que retiró a Rusia de la guerra y al año siguiente firmó la paz con
Alemania (paz de Brest-Litovsk, 1918) para poder resolver sus problemas
internos.
En 1917 las Potencias Aliadas perdieron a
Rusia pero recibieron a los Estados Unidos, que entraron en guerra contra
Alemania a causa de la guerra submarina que desarrollaba este país contra
cualquier barco que llegase a un país aliado.
3.
Guerra de movimientos en 1918: Los Aliados consiguieron algunas
victorias en el Frente occidental y en el Frente oriental derrotando a
Austria-Hungría y Bulgaria. Para otoño de 1918 los Aliados tenían suficiente
superioridad en soldados y material, gracias a Estados Unidos, que ya podían
ganar la guerra. Sin embargo el final de la Primera Guerra Mundial llegó por
causas internas de Alemania.
Durante toda la guerra la armada británica
(Royal Navy) había bloqueado los puertos alemanes provocando la escasez de
alimentos y materias primas en Alemania y Austria-Hungría. La respuesta alemana
fue el desarrollo de una flota de submarinos que atacaban a cualquier barco que
se dirigiese a Gran Bretaña o Francia.
La población alemana, debilitada por el
hambre y cansada de la guerra, conocía el ejemplo de la Revolución Rusa de
1917, así que en octubre de 1918 comenzó una revolución entre los soldados
alemanes. Ante estas circunstancias el káiser (emperador) Guillermo II abdicó y
abandonó el país. Se formó un gobierno provisional con miembros del Parlamento
alemán y fue proclamada la república alemana. Fue este nuevo gobierno el que
firmó el armisticio que finalizó los combates el 11 de noviembre de 1918.
Así fue que la rendición no la firmó el
gobierno imperial alemán, de carácter autoritario, que había comenzado la
guerra, sino el nuevo gobierno republicano y democrático. En el momento en que
finalizaron las hostilidades el territorio alemán no había sido todavía
invadido y los ejércitos alemanes ocupaban parte de Francia y Rusia, por eso
los nacionalistas extendieron la idea de que Alemania no había perdido la
guerra, sino que le habían robado la victoria (teoría de “la puñalada por la
espalda”).
4.
LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD
DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
De 1914 a 1918 las necesidades de la
guerra tuvieron un impacto espectacular sobre las economías y las sociedades de
los países beligerantes.
La economía de guerra
La mayor parte de la actividad económica
de los países que estaban en guerra fue dirigida hacia el esfuerzo militar. La
industria se concentró en producir suministros y equipo para las fuerzas
armadas, lo que incluía alimentos, uniformes, armas y vehículos. También se
usaron durante la Primera Guerra Mundial muchos inventos recientes como el
teléfono, el telégrafo, carros de combate (tanques), aviones, submarinos,
granadas, ametralladoras, artillería pesada y gases asfixiantes.
Al mismo tiempo la producción de bienes de
consumo disminuyó debido a que no había bastantes trabajadores en las fábricas.
Por consiguiente hubo escasez de algunos productos y los precios aumentaron
(inflación). En respuesta a este problema los gobiernos introdujeron el
racionamiento para distribuir la comida y otros productos básicos. La gente
recibía cartillas de racionamiento que les permitían comprar cantidades
limitadas de bienes racionados. Alguna gente también compraba y vendía estos
productos en el mercado negro.
Los efectos sociales de la guerra
Durante la guerra los hombres fueron
voluntarios al ejército o fueron reclutados dependiendo de los países. En los
estados europeos y sus colonias a menudo se usó la propaganda para alentar el
patriotismo y convencer a los más jóvenes para que se alistasen en las Fuerzas
Armadas (Ejército, Armada, Aviación).
Mientras los soldados iban a la guerra las
mujeres tuvieron que reemplazarlos en muchos campos de actividad económica, por
ejemplo en las oficinas y en las fábricas.
5.
LOS ACUERDOS DE PAZ
Tras el armisticio los representantes de
los Aliados se reunieron en la Conferencia de Paz de París (1919-1920) para
decidir las condiciones que se impondrían a las derrotadas Potencia Centrales.
Se firmaron varios tratados de paz pero el más importante fue el Tratado de
Versalles que estableció las condiciones de la paz con Alemania.
Los principales políticos responsables de
las negociaciones fueron:
Lloyd George por Gran Bretaña
Clemenceau por Francia
Wilson por los Estados Unidos
Orlando por Italia
Durante la conferencia de paz el
presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson propuso un acuerdo de paz que
ayudara a la reconciliación entre los diferentes países que habían participado
en la guerra. Sin embargo esta idea fue rechazada por los otros estados aliados
que habían sido devastados durante el conflicto, como Francia. En vez de eso
deseaban que las Potencias Centrales los indemnizaran por sus pérdidas.
El Tratado de Versalles
Los Aliados ratificaron cinco tratados en
la Conferencia de Paz de París, que luego fueron firmados por los países
derrotados. El Tratado de Versalles estableció unas condiciones de paz para
Alemania especialmente duras:
·
Tuvo que declararse único país culpable de la guerra.
·
Tuvo que pagar mucho dinero a los países vencedores, sobre todo a
Francia, por las destrucciones ocasionadas durante el conflicto. Estas
indemnizaciones fueron las reparaciones de guerra.
·
Se eliminó el servicio militar obligatorio en Alemania y su ejército se
redujo a cien mil hombres. Además no podía poseer tanques ni desarrollar una
aviación militar.
·
El imperio colonial alemán fue repartido entre los vencedores.
·
Alemania debió devolver las regiones de Alsacia y Lorena a Francia
·
Alemania debió entregar a Polonia un tira de territorio para que Polonia
tuviera acceso al mar Báltico en la ciudad de Danzig. El corredor polaco o
pasillo de Danzig separó la región alemana de Prusia Oriental del resto del
país.
Los
alemanes consideraron el tratado de Versalles como una humillación. Para ellos
no fue un acuerdo sino un Diktat, una imposición, y ello originó el deseo de
una futura revancha.
La Sociedad de Naciones
Durante la Conferencia de Paz de París el
presidente estadounidense Wilson propuso la creación de una Sociedad de
Naciones, es decir de una organización internacional que garantizase la paz y
evitase futuras guerras mediante la cooperación económica. La sede de este
organismo se situó en Ginebra.
La Sociedad de Naciones fracasó por:
·
La continua desconfianza entre los diversos estados
·
EE.UU. no se integró en la organización, pues el presidente Wilson no
logró convencer al Poder Legislativo de los Estados Unidos que era el que tenía
que aprobar esa decisión.
·
A las derrotadas Potencias Centrales, en un principio, no se les
permitió unirse a la Sociedad de Naciones
·
La Sociedad de Naciones carecía de medios para obligar a los estados a
mantener la paz
C.
LAS CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La Primera Guerra Mundial tuvo
consecuencias especialmente significativas para Europa, donde sucedieron la
mayoría de las batallas y de las destrucciones.
Las consecuencias más importantes del
conflicto fueron:
·
Pérdidas humanas: la guerra causó la muerte de once millones de soldados
y de siete de civiles. Esto redujo la población y la mano de obra disponible en
la Europa de postguerra.
·
Destrucciones materiales: los combates destruyeron ciudades, fábricas,
tierras de cultivo e infraestructuras como carreteras, puentes y puertos. Estas
pérdidas materiales dañaron mucho a la economía europea.
·
Decadencia económica: Europa perdió su liderazgo económico y necesitó
préstamos de los Estados Unidos para volver a levantarse después de la guerra y
para reparar los daños causados por los combates. Así es como los Estados
Unidos llegaron a ser la principal potencia económica mundial.
·
Cambios coloniales: los tratados de paz de París entregaron a los
Aliados el control sobre colonias o regiones que habían pertenecido a las
Potencias Centrales (Alemania e Imperio de los turcos otomanos) antes de la
guerra.
El Imperio turco otomano quedó reducido a
la península de Turquía. En su antiguo territorio asiático surgieron Irak,
Siria, Líbano y Palestina, que se convirtieron en mandatos bajo gobierno
británico o francés. Estos territorios fueron llamados mandatos porque se
suponía que serían administrados temporalmente hasta que se les diera la
independencia. Los países que más se beneficiaron de los mandatos fueron Gran
Bretaña (que consiguió controlar Iraq y otras partes de Oriente Medio) y
Francia (que pasó a gobernar Siria y Líbano).
·
Cambios en las fronteras de Europa: Este apartado se ve a continuación
por su importancia.
Los cambios de fronteras en Europa tras la
Primera Guerra Mundial
A consecuencia de los tratados de paz el
mapa de Europa cambió espectacularmente. Los imperios heredados del siglo XIX
(Imperio alemán, Imperio austro-húngaro, Imperio ruso, Imperio de los turcos
otomanos) desaparecieron y se dividieron dando origen a nuevos estados:
·
El Imperio ruso perdió Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania, y cedió
una parte de su territorio a la reconstituida Polonia.
·
El Imperio austrohúngaro se dividió en nuevos estados: Austria, Hungría
y Checoslovaquia. Una parte importante de sus territorios fue entregada a
Servia que formó un nuevo país llamado Yugoslavia. Otras partes del territorio
austro-húngaro se entregaron a Italia y Rumania.
·
Alemania debió devolver las regiones de Alsacia y Lorena a Francia.
Alemania debió entregar a Polonia un tira de territorio para que Polonia
tuviera acceso al mar Báltico en la ciudad de Danzig. El corredor polaco o
pasillo de Danzig separó la región alemana de Prusia Oriental del resto del
país.
Los cambios de las fronteras europeas tras
la I Guerra Mundial se debieron a que uno de los principios que propuso el
presidente Wilson para la paz era crear estados-nación democráticos que
evitarían futuras guerras europeas. Por desgracia, las poblaciones de Europa
central y oriental estaban tan mezcladas que en todos los nuevos estados
existían minorías nacionales. A causa de esto fueron continuos los choques
entre los nuevos estados, y la mayoría de ellos dejaron de ser democracias.
Otra razón, para el mal funcionamiento de los recién nacidos estados
democráticos de la Europa central y oriental, fue que el sistema económico
integrado de los antiguos imperios se rompió, al surgir fronteras políticas que
también lo eran económicas, nuevas monedas nacionales…
[3]
La península de los Balcanes o península balcánica limita al norte con el río
Danubio, al sur con el mar Mediterráneo, al este con el mar Negro y al oeste
con el mar Adriático.
[4] Anexionar: Incorporar, sumar.
[5] Los pueblos de cultura eslava son,
principalmente, los rusos, ucranianos, bielorrusos, polacos, checos, eslovacos,
servios, croatas, eslovenos y búlgaros.
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