https://www.elperiodicodearagon.com/opinion/2020/08/19/abriran-aparcaninos-septiembre-46511039.html
¿Abrirán los
‘aparcaniños’ en septiembre?
Olga Seco, 19 de agosto de 2020
Por lo visto, ha sido necesario, ver con determinación la forma
de la muerte, para asimilar que la vida deja en la memoria muchas cosas y no
las arrastra a un olvido permanente. No, de nada sirve agrupar nuestras
acciones en palabras duraderas. Sí, las mismas que afirman la contradicción de
muchos vocablos. A veces es necesario romper la continuidad y empezar de cero...
Las escuelas (opinión subjetiva) son la rara metodología
obsoleta que necesita un ajuste. Hay muchas personas preocupadas por lo que
sucederá en septiembre; descubro en muchas preocupaciones el egoísmo definitivo
de aquellos que piensan que en las escuelas les cuidan los hijos. ¿Cómo van a
concebir la educación más allá de lo tradicional? Junto a la fatalidad está el
espejo que refleja la suerte de las personas que piensan...
¿Para qué coño queremos internet? Es necesario ver que lo de
antes se está muriendo, no podemos seguir afirmando, lo que día a día nos niega
la pandemia. Es hora de aceptar que de ahora en adelante (todo o casi todo)
será virtual: incluida la enseñanza. Desgraciadamente los colegios han sido
aparcaniños.
Las necesidades de los padres han ido por delante de las
necesidades de los niños. En definitiva (opinión subjetiva) las escuelas han
sido el rincón de estudio en el que dejábamos a nuestros hijos a primera hora
de la mañana y escapábamos hasta por la tarde. ¿Y ahora qué?
Muchos de los que parecen (sonrío) la recia sensatez, no saben
ni en qué curso están sus hijos, pero por lo visto es menester rechazar todo
aquello que no tenga apariencia de guardería. Ser padres es intimar con la
entraña del afecto y concederle de vez en cuando alguna aclaración. Los niños
(lo estoy deseando) dejarán de concebir las escuelas cómo algo aburrido y desde
los hogares comenzará el punto de partida de la nueva educación. Más arte, más
poesía, más música, más pensamiento, más creatividad.
Hay cosas que la propia vida rechaza por innecesarias, junto a
la superficie vacía de muchos pupitres quedará un sistema educativo basado en
el aprendizaje de memoria, sí, el mismo que ha castrado el talento de muchos
genios. Niños que han sido tratados de «raros» e incluso medicados, por
aburrirse en los colegios. Junto a la roca de la pandemia está chocando nuestra
vida. A veces (opinión subjetiva) junto a lo abrupto comienza a brotar la
efusión.
https://www.elperiodicoextremadura.com/opinion/2020/08/24/terraplanistas-educativos-43852318.html
Los terraplanistas educativos
Pilar Garcés, 24 de agosto
de 2020
Por lo visto hay algunas familias que se plantean no llevar a
los niños al colegio el mes que viene, por miedo al contagio. Puede ser, aunque
yo no conozco ninguna. Todo lo contrario. Estoy rodeada de gente deseosa de
que, con plenas garantías sanitarias, sus hijos retomen su educación, su vida
social y una rutina exenta de miedo después de meses de aburrimiento y
tribulaciones. A esas familias que barajan no empezar el curso, si es que
existen, se les está dando cumplido altavoz.
Espero que esas familias no se agrupen y astutamente monten una
asociación que defienda la enseñanza en casa, para conseguir una repercusión
social similar a la lograda por los magufos antimascarillas, los del complot para
implantarnos un chip a través de las vacunas y los que sostienen que el virus
es un invento de la CIA. Porque a los alternativos de cualquier tema les
empiezas dando un titular, luego les recibes en audiencia para estudiar sus
propuestas y acabas pagando con dinero público un concierto para la plataforma
informática que necesitan. Y digo yo que una opción como la de escolarizar a
los niños online ni se tomará en consideración si no se produce un
confinamiento de toda la población. No estamos en ese escenario, sino
trabajando activamente para que septiembre llegue con su tradicional vuelta al
cole que no será voluntaria, sino obligatoria como marca la ley. Porque hace
muy poco tiempo, a los padres que propiciaban el absentismo no se les daba
precisamente un premio.
Como no creo en las casualidades, me causa desasosiego el
encendido debate sobre las ventajas e inconvenientes de quedarse a los niños en
casa, mientras nuestras autoridades guardan silencio o lanzan mensajes
titubeantes y contradictorios sobre cómo va a ser exactamente la apertura de
los colegios. Faltan veinte días y no hemos recibido ni un folio al respecto.
Con semejante falta de comunicación, y en medio del rebrote, no es extraño que
haya quien se preocupe y piense que los hijos estarán más seguros encerrados en
un domicilio que alguien (un abuelo, una madre que se pide una excedencia, un
canguro si hay posibles) se encargará de custodiar.
Los niños, por lo demás, muy bien. Van al parque, a la playa, de
excursión, leen, dibujan y juegan en la calle con los vecinos. Se han
acostumbrado a lavarse las manos diez veces al día, dan menos besos que antes,
huyen de las multitudes y no ponen ningún problema a la mascarilla. Han acudido
a una escuela de verano instalada en uno de esos colegios públicos cuyo futuro
se discute. La dirigen con los protocolos de precaución que marca el BOIB
personas que consideran que el juego y el ocio infantil son bienes que se deben
proteger, recursos insustituibles porque ayudan a la equidad social y al
desarrollo personal. No han pasado el verano encerrados en casa delante de una
pantalla, así que no sé por qué debería ser ese su lugar en septiembre.
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