LA
REPOBLACIÓN DE LOS TERRITORIOS CONQUISTADOS
POR
LOS GOBERNANTES CRISTIANOS MEDIEVALES
Se
denomina repoblación a la ocupación de las tierras de al-Ándalus que los reyes
cristianos fueron conquistando desde el siglo VIII al XV. Esas tierras podrían
estar antes de su repoblación poco habitadas u ocupadas por una población
musulmana numerosa.
LA
PRESURA Y LA APRISIO
La
primera etapa de la repoblación se extiende del siglo VIII al comienzo del
siglo XI (711-1000). En esta fase se repueblan los valles de los Pirineos por
el este y la meseta norte por el oeste.
En teoría el rey era el poseedor de todas
las tierras conquistadas, pero en esta etapa bastaba ocupar una parcela para
que un campesino se convirtiese en dueño de ella. Si el agricultor roturaba[1] la
tierra adquiría el derecho de propiedad sobre ella. Este sistema se llamaba
presura en los reinos cristianos occidentales y aprisio en los orientales. De
esta manera surgieron gran número de pequeñas propiedades libres (alodios). La
mayoría de estos pequeños campesinos libres se concentraron en el condado de
Castilla. Los campesinos libres de la meseta norte y de los valles pirenaicos,
al elegir la tierra donde querían asentarse, vivían en pequeños caseríos[2]
aislados, pero cercanos entre sí, que formaban todos juntos una villa. Los
habitantes de las villas se reunían en un concejo abierto, esto era una
asamblea en la que podían participar todos los hombres libres. En el concejo
abierto se decidían los asuntos de interés colectivo: el uso de las zonas de
barbecho para pasto o recogida de leña, la selección de los cultivos que se
iban a plantar cada año, los turnos para llevar el ganado de cada familia
campesina a los terrenos de pasto, la forma de aprovechar el bosque (caza,
madera para muebles o edificios, combustible, carbón vegetal...), el uso del
molino...
Con el permiso de los reyes la presura o
aprisio también la realizaron los nobles, que eran así recompensados por sus
servicios militares, los monasterios y los obispos, que ocuparon grandes
extensiones de tierra trabajada por sus siervos. Gracias a este sistema los
reyes de Gallaecia[3] no
tuvieron que entregar feudos de su reino, sino que repartían las tierras recién
conquistadas, lo que permitió a su monarquía ser más fuerte que la de otros
reinos feudales europeos.
La repoblación de la meseta norte fue más fácil que las tierras al sur de los Pirineos al haber sido abandonadas por los musulmanes a mediados del siglo VIII a causa de su pobreza agrícola. En cambio el fértil valle del Ebro atrajo a una numerosa población musulmana que opuso una férrea resistencia a los avances de barceloneses, aragoneses y pamploneses.
Debido a la escasa población del reino
cristiano al norte del Duero sus reyes también atrajeron a cristianos mozárabes de al-Ándalus para
que se instalaran en la meseta norte. La mayoría de los mozárabes que se
asentaron en las tierras repobladas al norte del río Duero lo hacían huyendo de
las guerras civiles entre bereberes y árabes, y de las rebeliones de los
muladíes contra los árabes.
A partir del siglo XI, cuando la
repoblación cristiana alcanzó las riberas del río Duero y se acercó a las orillas del Ebro, la cercanía a
al-Ándalus volvió esas tierras peligrosas, a lo que se unió la invasión de los
almorávides en 1086, eso llevó a que se reforzara el papel de los nobles, los
monasterios y los obispos, que poseían castillos y monasterios amurallados. Así
pues, muchos campesinos libres se acabaron poniendo bajo la protección de un
señor laico (noble) o eclesiástico (abad u obispo), con los que perdieron el
dominio de sus tierras y se convirtieron en siervos.
Los
efectos actuales de la presura y la aprisio son que en los territorios
españoles al norte del Duero y a los pies de los Pirineos predomina la pequeña
propiedad agraria, llamada minifundio, y la población vive dispersa y en
pequeñas aldeas.
LA
REPOBLACIÓN MUNICIPAL O CONCEJIL
La
segunda etapa de la repoblación se extiende por los siglos XI y XII.
Aprovechando la debilidad de los reinos de taifas, y luchando contra los
almorávides[4], los
portugueses, leoneses, castellanos, pamploneses, aragoneses y catalanes ocuparon
los valles del Duero y del Ebro.
Esta fase es llamada repoblación municipal
o concejil. Fue dirigida por los reyes y condes y originó núcleos de población
concentrados. Los gobernantes cristianos creaban municipios tras conquistar los
territorios musulmanes. Estos municipios podían ser burgos fundados entonces o
antiguas ciudades andalusíes que recibían una nueva población cristiana. La población de estos centros urbanos podía ser sólo cristiana, incluir parte de la antigua población musulmana, y también judíos que ya habitaban el lugar o llegaban como emigrantes.
Los
reyes y condes cristianos establecían los límites del alfoz[5] y
daban a la población de cada municipio un fuero[6]. Los fueros locales, fueros municipales o fueros son el conjunto de leyes y libertades entregadas a los repobladores de una villa, es decir, una población sin señor o cuyo señor directo es el rey. En estas leyes se detallan las libertades, como la elección del alcalde, tributos que había que pagar a la corona, la obligación de prestar auxilio a la mesnada real con peones (infantes) y caballeros villanos, y muchas prerrogativas que hacían al hombre de la ciudad más libre que el campesino de régimen feudal. A cada fuero le correspondía, aparte de la ciudad o villa, un alfoz o territorio, que contaba con varias aldeas y municipios, dependientes de la villa principal. La población tenía un concejo, que gobernaba, y representaba a la ciudad en las Cortes. El concejo tenía gran poder sobre el alfoz y la ciudad. Cabe aclarar que una villa es aquella población con capacidad de hacer justicia (juzgar, detener y ajusticiar o imponer penas). Ejemplo de fuero es el concedido a Teruel en 1176 que incluso trata sobre cómo deben relacionarse los cristianos y los judíos de la ciudad:
"539: De los casos entre cristianos y judíos: Además, [Nos, el Rey] ordenamos que si un cristiano y un judío fueran a juicio por algún asunto,
ellos nombrarían a dos
habitantes de la ciudad como jueces, de los cuales uno debería ser un cristiano
y el otro un judío, como la ley manda. Y si ocurriese que su sentencia no
agradase a ninguno de los dos pleiteantes, sería recurrida ante cuatro jueces
que sean habitantes de Teruel, de los cuales dos serán cristianos y los otros
dos serán judíos, y el caso acabará con aquellos cuatro jueces, de acuerdo con
la ley. Quien recurriese [la sentencia de] estos cuatro jueces debería saber
que perdería el caso, como establece la ley. Estos jueces los interrogarán y
juzgarán sólo de acuerdo con lo que el fuero manda en Teruel…”
Además
de las ciudades repobladas en los valles del Ebro, el Duero y el Tajo, durante
los siglos XI y XII también surgieron una serie de nuevos burgos a lo largo de
la ruta de peregrinación que entraba en la península ibérica desde Europa y
llegaba hasta Compostela llamada el Camino de Santiago.
La población de los municipios se dedicaba al comercio y a la artesanía, pero
además cada municipio poseía rebaños de miles de ovejas y otras bestias, que,
con su carne, leche, cueros, lana... abastecían los mercados de la ciudad.
Estos animales pastaban en las tierras del municipio y si se producía una
expedición de saqueo enemiga podían ser guardados detrás de las murallas de las
ciudades con gran rapidez, además necesitaban menos personal para cuidarlos que
para trabajar los campos.
LA
REPOBLACIÓN DE LAS ÓRDENES MILITARES
La
tercera etapa de la repoblación se extiende por los siglos XII y XIII. En este
período se ocuparon el valle del Guadiana, el tramo bajo del Ebro y el Sistema
Ibérico y Sierra Morena.
Esta fase
es llamada repoblación de las órdenes militares. Fue dirigida por los reyes y
consistió en la concesión por parte de los reyes a las órdenes militares de
grandes propiedades en la frontera con al-Ándalus. Las órdenes militares
organizaron sus tierras como marcas militares cubiertas de castillos y con una
dedicación económica centrada en la ganadería ovina.
Esta fase
de la repoblación dio lugar a pueblos donde la población se concentraba en
protegida por murallas y trabajaba las tierras que pertenecían a las órdenes
militares.
La
población musulmana que vivía en esos territorios fue en su mayor parte
expulsada hacia los territorios de al-Ándalus, aunque una parte de ella siguió
viviendo tanto en aldeas como en las ciudades.
LOS
REPARTIMIENTOS
La cuarta
etapa de la repoblación se sucede en el siglo XIII. Se ocuparon el Algarve (sur
de Portugal), el valle del Guadalquivir, Murcia, las islas Baleares y Valencia.
Este
periodo se caracteriza por los repartimientos. Los reyes concedían tierras a
nobles, monasterios u obispos en función de los intereses de la monarquía. Este
reparto de tierras dio lugar a la existencia de grandes latifundios[7].
La población campesina se concentraba en pueblos o ciudades amuralladas para
defenderse de los asaltos que procedían del reino de Granada.
Durante
el avance cristiano del siglo XIII gran parte de la población musulmana de los
territorios conquistados permaneció en sus lugares de origen. A los musulmanes
que vivían en los reinos cristianos se les llamaba mudéjares, y para mantener
ese privilegio debían pagar un impuesto extraordinario.
En Aragón
y Valencia la población mudéjar se mantuvo hasta después de la Edad Media, y
eso permitió la transmisión de las técnicas de cultivo andalusíes en esas
regiones.
En el
valle del Guadalquivir la población mudéjar acabó emigrando a finales del siglo
XIII hacia el reino de Granada y el norte de África.
Los
efectos actuales de la repoblación de las órdenes militares y de los
repartimientos son que en los territorios españoles al sur del Tajo predomina
la gran propiedad agraria, llamada latifundio, y la población vive concentrada
en pueblos grandes y ciudades.
Uno de los efectos a largo plazo del proceso de repoblación es el distinto reparto actual de la población por el territorio español. Las regiones más septentrionales (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco) tienen parte de su población dispersa por miles de aldeas con unos cientos de habitantes e incluso menos, dándose un continuo de población; es casi imposible avanzar cien metros sin encontrarse una casa, muchas veces con tierras de labranza alrededor. Según nos desplazamos hacia el sur peninsular más grandes son los pueblos en tamaño y población y mayores son las distancias entre ellos, dándose zonas de decenas de kilómetros vacías de personas. Al sur del río Tajo es donde se concentra mayor cantidad de poblaciones grandes pero también donde son más largas las distancias entre ellas, y estando apenas poblados los espacios intermedios.
ACTIVIDADES
Copia las
preguntas con bolígrafo negro.
Escribe las
respuestas en azul.
Deja
suficiente espacio para las posibles correcciones con bolígrafo rojo.
1. ¿Qué es la repoblación?
2. ¿Cuál de las fases de la repoblación dura más?
3. ¿Cuál de las fases de la repoblación dura menos?
4. ¿Qué sistema se usaba en Castilla: la presura o la
aprisio?
5. ¿Qué es el minifundio?
6. ¿Qué es un alodio?
7. ¿Qué es un concejo abierto?
8. ¿Por qué los reyes de León pudieron repartir menos feudos
que otros reyes feudales?
9. ¿Por qué hubo mozárabes que huían de al-Ándalus y se
instalaban en la meseta norte durante los siglos VIII, IX y X?
10. ¿Qué era un alfoz?
¿Qué son las tierras incultas?
¿Qué es el barbecho?
11. ¿Qué es un caserío?
¿Qué fue Gallaecia tras la conquista musulmana de la península ibérica?
¿Por qué la repoblación de la meseta norte fue más fácil que la de los territorios al sur de los Pirineos?
12. ¿Qué ciudades fueron capitales de reino de Gallaecia?
13. ¿Cuándo ocuparon al-Ándalus los almorávides?
¿Qué es un fuero?
¿En qué consistía hacer justicia en una villa medieval?
¿Por qué las ciudades cristianas de las zonas fronterizas con al-Andalus preferían criar ganado a labrar la tierra?
¿Qué era una marca?
¿Por qué los tribunales de justicia en Teruel eran mixtos cuando tenían un pleito dos personas de diferentes religiones? Razona tu respuesta en un mínimo de tres líneas.
¿Qué es recurrir una decisión judicial?
14. ¿Qué significa fundus
(palabra latina) en castellano?
15. ¿Cuál fue el último territorio musulmán que quedó en la
península ibérica tras la repoblación realizada por repartimientos?
16. ¿Quiénes eran los mudéjares?
17. ¿Por qué los mudéjares pagaban un impuesto
extraordinario? Da una respuesta con sentido, por favor.
18. ¿Dónde fue más importante la población mudéjar?
19. ¿Cuáles son los efectos actuales de la aprisio y la
presura?
20. ¿Cuáles son los efectos actuales de la repoblación de las
órdenes militares y de los repartimientos?
TRABAJO CON EL MAPA
Escribe con bolígrafo negro en la primera
zona repoblada: PRESURA Y APRISIO (SIGLOS VIII-X). A continuación, colorea esos
territorios con cera o lápiz amarillo.
Escribe con bolígrafo negro en el segundo
sector repoblado: REPOBLACIÓN MUNICIPAL O CONCEJIL (SIGLOS XI-XII). A
continuación, colorea esos territorios con cera o lápiz naranja.
Escribe con bolígrafo negro en la tercera
área repoblada: REPOBLACIÓN DE LAS ÓRDENES MILITARES (SIGLOS XII-XIII). A
continuación, colorea esos territorios con cera o lápiz rojo.
Escribe con bolígrafo negro en la cuarta
región repoblada: REPARTIMIENTOS (SIGLOS XIII). A continuación, colorea esos
territorios con cera o lápiz violeta o lila.
Escribe en mayúsculas con bolígrafo negro el nombre de Reino de Granada. A continuación, colorea ese territorio con cera o lápiz verde
claro.
[1] Roturar es arar o
labrar por primera vez unas tierras o los montes a los que les han quitado su vegetación,
para ponerlos en cultivo. Arar por primera vez las tierras incultas [sin cultivar].
[2] Un caserío es una
aldea formada por unas pocas casas, que además suelen estar separadas por los
campos de cultivo.
[3] Gallaecia fue el
nombre de la provincia romana que se extendía la norte del Duero. El reino que
tuvo capital en Cangas de Onís, Oviedo y León mantuvo el antiguo nombre romano
hasta el siglo XI. Gallaecia era el nombre de una provincia romana que ocupaba la zona del norte y oeste peninsular. Tras la conquista musulmana de casi toda la península ibérica, Gallaecia fue el nombre que dieron los musulmanes, y los otros reinos cristianos europeos, al reino cristiano que surgió al norte del río Duero. Así Alfonso II era llamado por otros reyes Hadefonsis regis Galleciae et Asturiae o Galletiarum principis o rex Gallaeciae.
[4] Los almorávides
fueron un movimiento religioso que creó un imperio en el norte de África
durante el siglo XI. A finales de esa centuria ocuparon al-Ándalus.
[5] Alfoz es el
nombre que se daba durante la Edad Media al territorio extramuros asignado a
una villa durante la repoblación concejil. Esto incluía a las pequeñas aldeas y
zonas rurales que dependían de las autoridades municipales de la villa.
[6] Los fueros
locales, fueros municipales o fueros son el conjunto de leyes y libertades
entregados a los repobladores de una villa, es decir, una población sin señor o
cuyo señor directo es el rey. En estas leyes se detallan las libertades, como
la elección de alcalde, tributos a la corona, la obligación de prestar auxilio
a la mesnada real con peones (infantes) y caballeros villanos, y muchas
prerrogativas que hacían al hombre de la ciudad más libre que el campesino de
régimen feudal. A cada uno le correspondía, aparte de la ciudad o villa, un
alfoz o territorio, que contaba con varias aldeas y municipios, dependientes de
la villa principal. La población tenía un concejo, que gobernaba, y
representaba a la ciudad en las cortes. El concejo tenía gran poder sobre el
alfoz y la ciudad. Cabe aclarar que una villa es aquella población con
capacidad de hacer justicia (juzgar, detener y ajusticiar o imponer penas).
[7] Un latifundio es
una propiedad agraria de gran extensión. La palabra viene del latín. Latus significa ancho, grande y Fundus significa finca, terreno. El
propietario de un latifundio es el gran propietario o latifundista.
Barbecho: Tierra de labor que no se siembra en uno o más años para que descanse y se regenere. Recurrir: intentar que la decisión de un juez sea examinada por otro juez distinto del anterior.
Una marca era una región fronteriza de un reino con otro reino que actuaba como zona de defensa. El gobierno de la marca era encargado a un marqués con amplios poderes. Dentro de las marcas los castillos, atalayas y ciudades fortificadas eran más comunes que en otras zonas del reino.