El 'cohete' económico no llega a los sueldos: el poder real de compra ha
caído un 1% con Sánchez
Francisco Núñez, vozpopuli.com, 21 de
octubre de 2024
“En este mundo
traidor nada es verdad ni es mentira: todo es según el color del cristal con
que se mira”, señala un poema de Campoamor. Es lo que parece estar
haciendo el Gobierno con los resultados de algunas estadísticas; en
particular, con las del crecimiento económico, mientras evita la interpretación
de otras como la evolución
de los salarios. El PIB ha crecido con Sánchez más de un 13% a
precios corrientes (en términos nominales); es decir, incluyendo el viento
de cola de la inflación.
Sin embargo, ese
rebote no lo notan los ciudadanos por la voracidad acumulada de
los precios y, en particular, por la
devaluación continúa en los sueldos (la causa más
importante de los problemas de la Seguridad Social), que se han convertido en
una de las asignaturas pendientes de este Gobierno como consecuencia del modelo
de crecimiento basado en los servicios con muchas empresas sin apenas músculo y
sin que los fondos europeos se estén empleando para cambiar activamente el
sistema.
Da la sensación
de que, dedicado a mantenerse en el poder, el PSOE se
ha olvidado de la ‘O’ de sus siglas y los salarios siguen sin recuperarse tras
el proceso de reducción que inició la reforma laboral de 2012 de Mariano
Rajoy en el sector privado. Según los datos del
INE, la ganancia media anual por trabajador ha crecido
entre 2018 y 2022 (últimos datos oficiales disponibles) un 12,2% en términos
nominales, mientras que el PIB también nominal ha crecido un 13,3% en este
periodo. Pero, en términos reales, es decir, descontando la
inflación, los asalariados han perdido en estos cinco años
cerca de un 1%, ya que los precios aumentaron un 13%.
Es decir, el
sueldo medio de los trabajadores (distorsionado al alza por los sueldos
públicos) es ahora de 26.900 euros frente a los 24.000 de cuando Sánchez
llegó a la Moncloa, cuando debería haberse
situado por encima de los 27.100 euros incluyendo la inflación. Por tanto, se
ha producido una pérdida monetaria cercana al 1%. En el
mandato de Rajoy (de 2012 a 2018), con un crecimiento de la economía nominal
del 17,1% y del 3,1% de la inflación, se produjo un alza
salarial en términos reales del 2,4% ya que los sueldos
pasaron de 22.700 euros en 2012 a 24.000 cuando con el IPC deberían haberse
situado en 23.400 euros.
Por tipo de
contrato, se observa además que con Sánchez los
sueldos de los trabajadores indefinidos han subido un 5,5%
en términos corrientes (hasta los 27.200 euros). Pero, descontando la
inflación, el resultado es de una pérdida de poder adquisitivo del 6,7% (debería
haber superado los 29.000 euros). Por su parte, los sueldos entre los
temporales (hay muchos trabajadores que prefieren el contrato eventual porque
está mejor remunerado que el fijo discontinuo promovido en la última reforma
laboral) se han elevado un 39% en términos nominales (25.100), que se quedan en
un 23% tras la inflación (20.400 euros).
Por
jornada, los sueldos nominales a tiempo completo han
crecido en este periodo un 10,4% (hasta los 31.000 euros). Pero, sin inflación,
se registra una pérdida de 2,2 puntos (debería
haber alcanzado los 31.700 euros). Por su parte, los sueldos de los empleados a
tiempo parcial (fijos y eventuales) han crecido un 16,2% (hasta casi 13.000
euros), que se quedan en un 3% más (debería haberse situado en 12.600 euros),
tras descontar los efectos de los precios. Todo esto evidencia que los contratos
más precarios son los que han recuperado algunas décimas de
poder adquisitivo.
En todo caso, la
pérdida de poder de compra de los trabajadores es aún mayor, ya que durante
estos años de dura crisis el Gobierno no ha adaptado la elevada inflación a los
impuestos y el Estado ha recaudado de más. Además, el agujero en los bolsillos
de los ciudadanos es mayor, si el cálculo salarial se hace desde el inicio de
la gran recesión en 2008. Así, sale que, mientras el PIB a precios de mercado
ha aumentado un 23,5% en estos 15 años, los sueldos medios individuales han
crecido un 23,1%. Pero, si se descuenta la inflación, los salarios reales
caen un -3,3%, porque los precios repuntaron un 27,3% en este
periodo. Es decir, si en 2008 la ganancia media era de 21.900 euros anuales,
ahora debería ser de casi 27.900 euros, y sólo ha alcanzado los 26.900 euros,
lo que supone una pérdida en términos de paridad de compra individual de unos
1.000 euros.
La justificación del SMI
En busca de
algunos votos, Sánchez y sus socios (Podemos y ahora Sumar)
han concentrado su interés en el Salario Mínimo
Interprofesional (SMI) y el resultado es que,
por ejemplo, según la última Encuesta de Estructura Salarial del INE, cada vez
haya más trabajadores con sueldos próximos al salario de supervivencia que ha
ido actualizándose. Lo que es evidente es que la desescalada salarial es
generalizada en el actual mandato del Gobierno, ya que afecta tanto a las
remuneraciones bajas y medias como a las consideradas altas.
Por ejemplo, el
17,1% de los trabajadores dispone ahora de un sueldo por debajo del SMI mientras
que en 2018, cuando llegó Sánchez a La Moncloa, la cifra era inferior en tres
puntos (14%) y en 2008, en el inicio de la gran recesión económica, no llegaba
al 9%. Lo que significa que está aumentando la pobreza salarial, concentrada en
el sector privado, ya que dos de cada tres nóminas en España se
encuentran ya por debajo de dos veces el SMI. Además, mientras que en 2008 se
encontraba el 4,2% de los trabajadores en el top salarial con una percepción
superior a seis veces el SMI, ahora sólo figuran al 1,3%, es decir, son casi la
mitad del 2,5% que había en 2018 cuando Sánchez desbancó a Rajoy en la moción
de confianza.
Según el INE, la
evolución nominal de los sueldos en estos años de Sánchez en La Moncloa ha sido
muy desigual en las distintas actividades laborales. Es decir, de las 18
censadas, sólo en un tercio han crecido las nóminas por encima de ese 12,2% de
aumento medio en este periodo, frente a una inflación del 13%. La mayoría son
actividades relacionadas con el sector público. Por ejemplo, en la
educación han crecido los sueldos individuales un 23,6%; un 23,3% en las
actividades inmobiliarias; un 14,1% en las Administraciones Públicas; un 13,4%
en la hostelería; un 13,1% en las actividades sanitarias y servicios sociales;
y un 13% en las comunicaciones.
Estas seis
actividades son las únicas que han recuperado poder adquisitivo desde 2018. En
el otro extremo, es decir, entre las nóminas que siguen perdiendo poder de
compra se encuentran: las actividades artísticas, recreativas y de
entretenimiento (con un alza del 4,6% nominal frente a una
inflación del 13%) que registran una pérdida de poder adquisitivo de más de
ocho puntos; las financieras y de seguros (4,9% de aumento); la industria
extractiva (6,8%); el suministro de energía (8,3%); la industria manufacturera
(8,5%); la construcción (9,5%); o, por ejemplo, las actividades científicas y
técnicas (10,3%) o el comercio (10,5%).
La letra pequeña
de la estadística del INE evidencia el descalabro salarial, mientras que se ha
desaprovechado la devaluación de las nóminas para incrementar la competitividad
de cara al exterior (no se ha creado masa crítica de
nuevas empresas exportadoras), que era el objetivo de la reforma laboral del PP
de 2012 y que no ha reconducido Sánchez. Así, en términos de SMI, el 85% de las
remuneraciones en España no llegan a superar en tres veces al salario de
supervivencia que el Ejecutivo ha ido actualizando en los últimos años. Ese
porcentaje era del 76%, es decir, casi diez puntos menos, cuando Sánchez llegó
a La Moncloa frente al 76% (en 2008 era del 71%).
Esto quiere
decir que sólo el 15% de los españoles (prácticamente uno de cada seis) obtiene
salarios de más de tres veces el SMI cuando hace cinco años llegaba al 25% (uno
de cada cuatro) y al 30% en 2028 (uno de cada tres nóminas). Por sexo, sale que
cuando Sánchez llegó al poder el 81% de las mujeres tenían un sueldo inferior a
tres veces el SMI y ahora, cinco años después, el porcentaje es del 88%. Ese
porcentaje era del 72% entre los hombres en 2018 y en 2022 es del 82%, es
decir, ha aumentado en diez puntos.
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