Bloque
5. La época de entreguerras (1919-1939)
Contenidos
La
difícil recuperación de Alemania.
El
fascismo italiano.
El
crash de 1929 y la gran depresión.
El
nazismo alemán.
La
II República en España.
La
guerra civil española.
Criterios
de evaluación
1.
Conocer y comprender los acontecimientos, hitos y procesos más importantes del
período de entreguerras, o las décadas de 1919 a 1939, especialmente en Europa.
2.
Estudiar las cadenas causales que explican la jerarquía causal en las
explicaciones históricas sobre esta época, y su conexión con el presente.
3.
Analizar lo que condujo al auge de los fascismos en Europa.
Estándares
de aprendizaje evaluables
1.1.
Analiza interpretaciones diversas de fuentes históricas e historiográficas de
distinta procedencia.
1.2.
Relaciona algunas cuestiones concretas del pasado con el presente y las
posibilidades del futuro, como el alcance de las crisis financieras de 1929 y
de 2008.
1.3.
Discute las causas de la lucha por el sufragio de la mujer.
2.1.
Explica las principales reformas y reacciones a las mismas durante la II
República española.
2.2.
Explica las causas de la guerra civil española en el contexto europeo e
internacional.
3.1.
Explica diversos factores que hicieron posible el auge del fascismo en Europa.
1.
La
Revolución Rusa de 1917. La creación de la URSS
1.1. Causas de la revolución. La crisis
del imperio zarista
Rusia era a principios del siglo XX un
extenso imperio extendido entre los mares. Báltico y Negro y desde la frontera
polaca hasta el océano Pacífico. Estaba gobernado por los zares de la dinastía
Romanov, y en él existía un malestar generalizado.
El descontento político se debía al gobierno
autocrático[1]
de los zares, que propició la aparición de una oposición política integrada por
partidos liberales burgueses y partidos marxistas revolucionarios, como los
bolcheviques.
El descontento económico y social se
debía al contraste existente entre la rica minoría, dueña de la tierra y de las
fábricas, y la miseria del campesinado y del proletariado industrial.
1.2. Las revoluciones de 1905 y 1917
En 1905, el malestar general, unido al
causado por la derrota rusa ante Japón, desencadenaron una revolución que
obligó al zar a crear un Parlamento o Duma y a emprender algunas reformas. Pero
la autocracia se mantuvo.
En 1917, las derrotas del ejército ruso
en la Primera Guerra Mundial y el sufrimiento popular a causa de la guerra provocaron
una doble revolución:
La Revolución Burguesa de febrero de
1917 depuso al zar Nicolás ll, e implantó una república. El Gobierno
provisional, liberal y burgués, prometió reformas; pero su lentitud y la
decisión de continuar en la guerra mundial provocaron su caída.
La Revolución Bolchevique de octubre de
1917, organizada por los marxistas radicales o bolcheviques, derrocó al
Gobierno provisional y llevó al poder a su dirigente, Lenin, apoyado por los
soviets[2] o
comités de obreros, campesinos y soldados.
En 1918, los bolcheviques adoptaron el
nombre de Partido Comunista; y retiraron a Rusia de la guerra, firmando el
Tratado de Brest-Litovsk con Alemania (1918). Después, aprobaron una
Constitución, que establecía el traspaso de los latifundios al campesinado, el
control de las fábricas por los obreros, y la nacionalización de la banca y de
los transportes. En 1919 fundaron la Tercera Internacional.
La actuación de Lenin desencadenó la
oposición armada de los grupos contrarrevolucionarios. Estos organizaron el
llamado Ejército Blanco -apoyado por Reino Unido, Francia y Japón-, que se
enfrentó al Ejército Rojo bolchevique dirigido por León Trotsky. El resultado
fue una cruenta guerra civil (1918 y 1921) que dejó ocho millones de víctimas.
La victoria del Ejército Rojo consolidó
la revolución.
1.3. Las consecuencias de la revolución.
La URSS
El gobierno de Lenin (1921-1924). Lenin
concentró en su persona todo el poder político. En 1922 creó una organización
política, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), integrada por
Rusia y otras repúblicas asiáticas. Se organizó como un Estado federal y adoptó
una Nueva Política Económica (NEP) que combinaba elementos comunistas y
capitalistas. Gracias a ello, la economía soviética se recuperó.
El gobierno de Stalin (1927-1953). El
sucesor de Lenin inició una nueva etapa, el «estalinismo». En ella se impuso un
sistema político totalitario que reprimió cualquier oposición mediante purgas.
La economía pasó a manos del Estado. Se colectivizó
la tierra, trabajada mediante cooperativas campesinas –koljoses- o asalariados
en granjas estatales –sovjoses-. La industria creó grandes complejos estatales
metalúrgicos, químicos y de armamento; y la banca y los demás servicios se mantuvieron
nacionalizados. Además, el Estado planificaba cada rama productiva mediante
planes quinquenales[3],
planes económicos a cinco años en los que se marcaban los objetivos. Como
resultado de todo ello, la URSS se convirtió en una gran potencia económica y
militar.
En 1922, en una conferencia de
delegaciones de Rusia, Bielorrusia y Transcaucasia (integrada por
Armenia-Georgia-Azerbaiyán), se formó la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. Después, se fue ampliando con la incorporación de otras repúblicas.
La URSS se organizaba como un Estado federal cuya dirección estaba en manos del
Partido Comunista.
2.
La
economía (I). De la prosperidad a la crisis
2.1. Los “felices
años veinte”
La economía del período 1924-1929 pasó
por una etapa de prosperidad conocida como los “felices años veinte”. Afectó a
Europa y, sobre todo, a Estados Unidos, que tras la Primera Guerra Mundial se
convirtió en la primera potencia económica mundial.
Las bases de esta prosperidad económica
fueron tres:
El desarrollo de la industria. Fue
posible gracias al nuevo sistema de producción en cadena, que permitía fabricar
en masa artículos como automóviles, electrodomésticos y otros bienes.
El incremento del consumo. Se debió a la
publicidad y a las facilidades de compra proporcionadas por la venta a plazos y
los créditos bancarios.
Las inversiones en bolsa. Se
convirtieron en una forma rápida de conseguir dinero para los particulares, las
empresas y los bancos. Todos ellos invirtieron su dinero en la compra de
acciones, haciendo subir su precio sin parar.
La prosperidad de este período fomentó
la confianza en el sistema capitalista, que había permitido aumentar el nivel
de vida y disfrutar de bienes y servicios.
También desembocó en un modo de vida frívolo, caracterizado por la moda
extravagante, y el gusto por la música popular, los bailes alocados (jazz,
charleston), y los espectáculos (cine, cabarés, teatro) y la pasión por la
velocidad.
La crisis de 1929. Cadenas
causales
Al terminar la contienda se
acumularon excedentes agrarios y muchos agricultores se arruinaron. El aumento
de la producción industrial por encima de la demanda dio lugar a la acumulación
de stocks sin vender.
2.2. La crisis de 1929. El crac de la
Bolsa de Nueva York
La prosperidad económica finalizó en
1929. Este año se inició en Estados Unidos una crisis económica provocada por
el exceso de producción en relación con el consumo.
Durante la Primera Guerra Mundial, la
agricultura y la industria estadounidenses habían aumentado sin descanso su
producción para abastecer a los países beligerantes. Pero, al finalizar la
contienda, estos redujeron la demanda, lo que originó la acumulación o stocks
de productos agrícolas y artículos industriales sin vender. Con ello, su precio
bajó, y las empresas sufrieron importantes pérdidas.
La situación real de las empresas, por
tanto, no se correspondían con el alto valor que sus acciones tenían en la
bolsa. En 1929, esta situación generó un clima de desconfianza y la subida del
precio de las acciones se redujo. El 24 de octubre de 1929, conocido como el “jueves
negro”, el temor a un descenso aún mayor llevó a los inversores a la venta
masiva de acciones, sin que hubiese nadie para comprarlas. El resultado fue el
desplome de su precio y la quiebra o crac de la Bolsa de Nueva York, con el
consiguiente hundimiento de muchas empresas y la ruina de grandes fortunas.
3.
La
economía (II). La Gran Depresión
3.1. La
generalización de la crisis
En Estado Unidos, la quiebra de la bolsa
provocó una depresión general. Millones de personas perdieron su dinero y
ahorros. Numerosos bancos quebraron, ya que habían invertido sus fondos en
comprar acciones o en conceder créditos para adquirirlas. Muchas industrias y
muchos agricultores se arruinaron ante el descenso de ventas y la falta de
créditos. Y el comercio exterior se paralizó al adoptarse medidas
proteccionistas.
Entre 1930 y 1931, la crisis se difundió
desde EE.UU. al resto del mundo, afectando a Europa y a los países asiáticos y
latinoamericanos. Se transformó así en una crisis total, la Gran Depresión, una
de las mayores crisis económicas de la historia.
3.2. Las consecuencias de la crisis
La crisis se reflejó en todos los
ámbitos de la vida.
En la economía, la producción agraria e
industrial descendió al decrecer la demanda; y el comercio exterior se redujo
al generalizarse el proteccionismo. Por su parte, el sistema capitalista sufrió
un fuerte rechazo entre las clases medias y trabajadoras.
La población detuvo su crecimiento; y la
migración transoceánica disminuyó, pues los países receptores limitaron las
entradas para reducir su paro.
En la sociedad crecieron el paro y las
desigualdades. Con ello, el optimismo de los felices años veinte fue sustituido
por el pesimismo y la falta de confianza en el progreso.
En política, la depresión desprestigió a
la democracia, que no supo evitarla; y favoreció el auge de ideologías que se
presentaban como salvadoras, como el totalitarismo entre la clase media, y el
comunismo entre los obreros.
3.3.
Las propuestas de solución
Cada país intentó salir de la crisis
buscando sus propias fórmulas.
Algunos promovieron la autarquía o
autosuficiencia económica, explotando los recursos propios y comprando al exterior
lo menos posible.
Pero la mayoría adoptó las ideas del
economista británico John Maynard Keynes, consistentes en estimular la
inversión, el empleo y el consumo mediante la intervención del Estado en la
economía. Este fue el caso de Estados Unidos, donde el nuevo presidente
Franklin Delano Roosevelt puso en marcha en 1933 un conjunto de medidas
económicas y sociales conocido como New Deal. Incluía el control de los bancos
obligándoles a conceder créditos a bajo interés; subvenciones a la agricultura
y a la industria para disminuir la producción; reducción de la jornada laboral;
salarios mínimos; seguros de desempleo; fomento de las obras públicas, etc.
4.
El
ascenso de los totalitarismos
4.1. La crisis de la democracia y el
ascenso del totalitarismo
En el período de entreguerras, la
catástrofe que supuso la Primera Guerra Mundial y las dificultades de la
posguerra ayudaron a formar una corriente de opinión contraria al sistema
democrático, al considerar que el parlamentarismo había fracasado.
La democracia y el sistema parlamentario
se mantuvieron en Estados Unidos y en los países europeos de mayor tradición
liberal, como Reino Unido y Francia.
Otros estados del centro y del sur de
Europa adoptaron regímenes autoritarios, de jefe único; o totalitarios, de
partido único y control social total. Los totalitarismos contaron con el apoyo
social de la clase media, descontenta por el descenso de su nivel de vida a
causa de la crisis; de gran capital, deseoso de detener el auge del comunismo;
de muchos excombatientes y parados descontentos; y de los sectores sociales más
conservadores. Entre ellos, destacaron el fascismo en Italia; y el nazismo, en
Alemania.
4.2.
Los
rasgos de los totalitarismos
Los partidos totalitarios controlaron el
poder político y todos los ámbitos de la vida de las personas. Por eso, en los
países en los que accedieron al poder, implantaron:
Un sistema político autoritario. En él,
el Estado concentró todo el poder y lo ejerció mediante un líder carismático
que exigía obediencia ciega: el duce[4]
Mussolini, en Italia; o el führer[5]
Hitler, en Alemania. No hay libertades personales, ni pluralismo político. Solo
un partido único, que reprime con violencia cualquier oposición.
El control económico y social. El Estado
dirigía la economía y se proclamó anticapitalista y anticomunista. Además,
controlaba la sociedad mediante la propaganda, la censura de los medios de
comunicación y la educación.
El rechazo de la igualdad. Defendieron
la superioridad de los miembros del partido único sobre los demás; la de los
hombres sobre las mujeres; y la de unas razas sobre otras.
El pensamiento irracional. Proclamaron
el fanatismo y la obediencia, reforzados con símbolos, escudos, cantos y
uniformes que fomentaban la unidad de sus seguidores.
El ultranacionalismo. Exaltaban la
grandeza de la propia nación, y reclamaron territorios para lograr su unidad o
para dotarla de un espacio vital[6] que
permitiera su supervivencia.
El militarismo. Defendieron la fuerza y
la guerra como instrumentos de poder, prestigio y progreso de los pueblos.
Algunos rasgos de los
totalitarismos
Los totalitarismos reprimieron
con violencia cualquier oposición mediante la policía política, como la Gestapo alemana; pusieron la educación al
servicio de los intereses del partido; exigieron el culto y la obediencia ciega
al líder; sostuvieron la superioridad de unas razas sobre otras; y defendieron
el patriotismo y la guerra como instrumento de prestigio y de poder de la
nación.
5. El fascismo y el nazismo
5.1. El
fascismo en Italia
Las
causas que favorecieron el nacimiento del fascismo en Italia fueron el
descontento por los acuerdos de paz alcanzados tras la Primera Guerra Mundial;
y la situación de la posguerra, caracterizada por la crisis económica, el paro,
la inflación y el malestar social, manifestado en movimientos revolucionarios
que asustaron a los sectores más conservadores.
El
fascismo fue obra del periodista Benito Mussolini, quien en 1921 fundó el
Partido Nacional Fascista que contaba con grupos paramilitares -los Fascios
italianos de combate o << camisas negras>>- dedicados a reprimir al
movimiento obrero. Así, se ganó el apoyo de los grandes propietarios, de la
pequeña burguesía, de la Iglesia y del rey Víctor Manuel III.
En
1922, la exitosa intervención de los Fascios contra los sindicatos y huelgas
obreras llevó a Mussolini a reclamar el poder. Para presionar al gobierno,
organizó una Marcha sobre Roma con sus <>, logrando
que el rey le nombrase jefe del gobierno.
Una vez
en el poder, Mussolini implantó una dictadura fascista. Para ello, asumió todo
el poder; restringió las libertades; prohibió los partidos políticos; reprimió
a los sindicatos y a cualquier oposición mediante la policía política (Ovra);
dirigió la economía; y controló todos los aspectos de la vida social mediante
la propaganda y la censura.
5.2. El
nazismo en Alemania
Las
causas que favorecieron el nazismo en Alemania fueron el descontento existente
en la República de Weimar (1918-1933) por la humillación sufrida en el Tratado
de Versalles; y la situación de la posguerra: crisis económica, paro y un
malestar social manifestado en movimientos revolucionarios.
El
nazismo surgió en torno al antiguo soldado Adolf Hitler y el Partido
Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes, fundado en 1920, que contaba
con una organización paramilitar (las Secciones de Asalto o SA), dedicada a
combatir a los comunistas.
Así, se
ganó el apoyo de buena parte de las clases medias arruinadas por la crisis
económica de 1929 y de los capitalistas contrarios al comunismo.
En la
elecciones de 1932, el Partido Nazi consiguió 13,8 millones de votos; y en 1933
Hitler fue nombrado canciller de Alemania.
Una vez
en el poder, puso fin a la República de Weimar, proclamó el III Reich alemán e
implantó una férrea dictadura, disolviendo o prohibiendo el resto de partidos y
sindicatos y anulando los derechos y la libertades fundamentales.
También
controló la economía; dirigió la educación, la cultura y el arte mediante la
propaganda y la censura; buscó la cohesión social en torno a la idea de la
superioridad de la raza aria y la persecución de los judíos; y adoptó una
política militarista basada en el rearme, el rechazo del Tratado de Versalles y
las reivindicaciones territoriales.
Todas
estas actuaciones desembocarían en la Segunda Guerra Mundial.
Elecciones
parlamentarias (número de votos del
Partido Nazi)
Fecha Votos %
Mayo,
1924 1918000 6,6
Diciembre,
1924 903000 3,0
Mayo,
1928 810000 2,6
Noviembre,
1930 6406000 18,3
Julio,
1932 13800000 37,3
Noviembre,
1932 11700000 33,1
6.
La
Segunda Guerra Mundial (I). Causas
6.1. Los contendientes
El 1 de septiembre de 1939 se iniciaba
la Segunda Guerra Mundial. El conflicto duró casi seis años, hasta el 5 de
agosto de 1945, y se considera el más importante de la historia de la
humanidad.
Los países contendientes se agruparon en
dos bandos. Por una parte, las potencias occidentales o Aliados, liderados por
Reino Unido y Francia; y por otra parte, las potencias del Eje, lideradas por
Alemania e Italia. Durante la contienda (1941), ambos bandos incorporaron
aliados, como la Unión Soviética, Japón y Estados Unidos, lo que dio al
conflicto un alcance mundial.
6.2. Causas del conflicto
Las causas generales
Las causas generales de la guerra fueron
múltiples. El deseo de revancha de Alemania, pues consideraba que había sido
humillada en el Tratado de Versalles al imponérsele el pago de indemnización a
los Aliados y una reducción del ejército y de la flota. La aparición de las
ideologías totalitarias y el auge del militarismo. Los nacionalismos, origen de
reivindicaciones territoriales. Y la depresión económica y el empobrecimiento
general causados por la crisis de 1929.
Las causas inmediatas y la chispa
Entre las causas inmediatas de la guerra
destacan la política militarista y agresiva de las potencias totalitarias en
los años anteriores a la guerra.
Así, Japón invadió Manchuria, en 1932;
Italia se anexionó Abisinia y Albania, en 1935 y 1939, respectivamente; y Alemania,
con el pretexto de incorporar a su imperio los territorios de población
germana, se anexionó Austria y la región checa de los Sudetes en 1938 y casi
toda Checoslovaquia en 1939. Estas agresiones no fueron contenidas a tiempo por
la Sociedad de Naciones ni por las democracias occidentales, que optaron por
realizar concesiones para tratar de evitar el conflicto.
La chispa que inició la contienda fue la
invasión de Polonia por Alemania, sin previa declaración de guerra, tras firmar
un pacto de no agresión con la URSS. Este hecho provocó la declaración de
guerra de Reino Unido y Francia contra Alemania.
El
camino hacia la guerra. Los pactos
A.
El Pacto de Acero. El 22 de mayo de 1939, Hitler y Mussolini firmaron el
Pacto de Acero, que establecía el apoyo mutuo de ambos países en caso de
guerra. Se establecía así el llamado Eje Roma-Berlín, al que se sumaría Japón
en 1940, una vez iniciada la guerra.
B.
El pacto germano-soviético. El 23 de agosto de 1939, la URSS de Stalin y
Hitler firmaron un pacto en el que <>. Las cláusulas secretas del pacto
estipulaban la partición de Polonia entre rusos y alemanes.
7. La Segunda Guerra Mundial (II).
Acontecimientos y consecuencias
7.1. El desarrollo del conflicto
(1939-1945)
Características de la guerra
La guerra tuvo una enorme extensión, ya
que sus operaciones se desarrollaron en el Pacífico, en Europa y en África,
implicó a sesenta países, y afectó de una manera u otra al 90% de la humanidad.
Fue, además, una guerra de gran duración –seis años, dos más que la primera–.
Se debió, sobre todo, a las victorias iniciales de Alemania, que obligaron a
una larga reconquista del territorio.
También destacó por su carácter de
guerra total, ya que obligó a organizar la economía de los países contendientes
en función de la guerra, movilizó a más de 100 millones de personas, y utilizó
un potente armamento (tanques, bombas, aviación, etc.) Y alcanzó una extrema
crueldad: unos 800 millones de civiles sufrieron la ocupación enemiga,
bombardeos y privaciones; y hubo deportaciones, torturas, asesinatos y
genocidios.
Etapas y acontecimientos
Las victorias del Eje (1939-1941).
Alemania lanzó una <> basada en el uso conjunto
de tanques y aviones. Gracias a ello, y a la neutralidad de Rusia, ocupó hasta
1940 casi toda Europa occidental. Luego, con el apoyo de Italia, forzó a
Francia a firmar un armisticio, ocupó parte de su territorio y obligó a la
formación del gobierno colaboracionista de Vichy. También intentó rendir a
Reino Unido mediante bombardeos; conquistó territorios en el norte de África y
los Balcanes (1940); y en 1941 invadió la URSS, ante la necesidad de recursos
alimentarios y energéticos. Esto abrió un segundo frente en el este europeo.
Por su parte, Japón, que deseaba extender su influencia en el Pacífico,
destruyó en 1941 la flota de Estados Unidos en Pearl Harbor (Hawái). Este hecho
provocó la entrada de Estados Unidos en el conflicto.
El equilibrio de fuerzas (1941-1943). En estos años, Alemania fue
frenada por los británicos en el norte de África y por los rusos en
Stalingrado; Italia fue invadida por los Aliados; y Japón fue frenado por
EE.UU. en el Pacífico.
El predominio aliado (1943-1945). Fue
resultado de una doble ofensiva en Europa. Por el oeste, tras el desembarco de
Normandía (1944), los Aliados liberaron París y penetraron en Alemania. Por el
este, el Ejército Rojo soviético ocupó diversos países de Europa oriental
(1944), mientras los guerrilleros partisanos liberaban Yugoslavia y Albania de
los nazis. Finalmente, en abril de 1945, Mussolini fue capturado y ejecutado; y
dos días después Hitler se suicidaba en Berlín, tras la entrada en la ciudad
del ejército ruso.
En el Pacífico, Japón se retiraba de
Birmania, Filipinas y China tras las batallas de Iwo Yima y Guadalcanal.
Finalmente se rendía tras el bombardeo atómico por EE.UU. de las ciudades de
Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 agosto de 1945. Este hecho puso fin a la
guerra.
7.2. Las consecuencias de la guerra
Pérdidas humanas y materiales. Como
efecto de las batallas, los bombardeos a poblaciones y las represalias se
produjeron entre 50 y 60 millones de muertos, la mayoría civiles, y 70 millones
de heridos y mutilados. Además, tras la guerra, hubo más de 40 millones de
desplazamientos forzosos por las modificaciones fronterizas. La guerra destruyó
también campos y ciudades, industrias, e infraestructuras como puentes,
puertos, ferrocarriles, etc.
Repercusiones políticas. Desaparecieron
monarquías europeas. Cayeron los regímenes totalitarios y se revitalizaron las
democracias. Y a nivel internacional se impuso un nuevo orden político mundial
liberado por las dos superpotencias vencedoras en la guerra: Estados Unidos y
la URSS.
Cambios territoriales. Tras los tratados de
paz surgió un nuevo mapa de Europa, pues fueron muchos los países que ampliaron
o redujeron sus territorios.
8.
El
diseño de la paz. La ONU
8.1. Las conferencias previas
Antes de finalizar la guerra en 1945,
los Aliados se reunieron en una serie de conferencias para solucionar los
problemas relativos a Alemania y a Europa oriental.
En la Conferencia de Teherán (noviembre
de 1943), se acordó que la URSS se anexionara las repúblicas bálticas y el este
de Polonia.
En la Conferencia de Yalta (febrero de
1945), los llamados Tres Grandes -Churchill, Franklin D. Roosevelt y Stalin-,
se comprometieron a que la reconstrucción de Europa se hiciera mediante
gobiernos democráticos; delimitaron las fronteras de Polonia; y decidieron la
división de Alemania y de la ciudad de Berlín en cuatro zonas de ocupación
militar: estadounidense, británica, francesa y soviética.
En la Conferencia de Potsdam
(julio-agosto de 1945), se acordó la devolución de los territorios ocupados por
los nazis; la desmilitarización y la partición de Alemania convenidas en Yalta;
el pago de reparaciones; y el castigo de los responsables nazis. Los juicios
contra los crímenes de guerra cometidos por los nazis se celebraron en la
ciudad alemana de Núremberg.
En el juicio principal de
Núremberg, un Tribunal Militar internacional (TMI) juzgó a partir del 20 de
noviembre de 1945 a 24 de los principales dirigentes del gobierno nazi y de sus
principales organizaciones por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad
y genocidio.
8.2. Los tratados de paz
Después de la guerra, en 1946, se
firmaron diversos tratados de paz y se terminaron de ajustar las fronteras de
Europa.
Tras ellos, la URSS amplió su territorio
en el Báltico y en el este a costa de Polonia, que fue compensada extendiendo su frontera oeste hasta el río
Óder a expensas de Alemania. Alemania y Berlín se dividieron en las zonas de
ocupación acordadas en Potsdam. Italia quedó ocupada por un ejército
angloamericano y perdió sus colonias; Japón quedó ocupado y cedió Manchuria a
China. Y Europa oriental quedó ocupada por millones de soldados rusos.
8.3. La creación de la ONU
Los Aliados decidieron también la
creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una nueva
organización internacional que sustituyera a la ineficaz Sociedad de Naciones.
Su nacimiento legal se produjo el 26 de
junio de 1945, en la Conferencia de San Francisco, y su carta de fundación fue
firmada por 50 Estados. Tendría su sede en Nueva York, y estaría integrada por
una Asamblea General de todos sus miembros -5 de ellos permanentes-, y otros
organismos. Sus objetivos eran mantener la paz y la seguridad mundial mediante
la solución pacífica de los conflictos, la cooperación internacional y el
respeto a los derechos humanos y a la libre determinación de los pueblos.
La creación de la ONU tomó
como base los principios de la Carta del Atlántico, una declaración conjunta
firmada por Roosevelt y Churchill en 1941. Perfiladas en sucesivas reuniones,
tomó forma legal en la Conferencia de San Francisco de 1945.
9.
La
cultura y el arte entre 1919 y 1945
9.1. La cultura
y la ciencia
La literatura de este extenso periodo
histórico se caracterizó por dos corrientes contrastadas: una pesimista, cuya
obra más destacada es La decadencia de Occidente, de Oswald Spengler; y
otra pacifista, con obras como Adiós a las armas, de Ernest Hemingway.
La música adquirió un gran desarrollo. Y el cine fue evolucionando desde
películas mudas y en blanco y negro a películas sonoras y en color.
En la ciencia,
Albert Einstein formuló la teoría de la relatividad, y Max Planck inició la
física cuántica.
9.2. La
evolución artística
La arquitectura racionalista
En arquitectura, una vez agotado el
modernismo a comienzos de siglo, surgió el llamado Movimiento Moderno o
racionalismo, caracterizado por el abandono de los excesos ornamentales, la
tendencia a la simplificación de las formas, y la valoración de la función a la
que se destina el edificio. El racionalismo originó dos corrientes: el
funcionalismo y el organicismo.
El funcionalismo, característico de
Europa, buscó crear una arquitectura nueva basada en la razón y en el principio
de que <>. Los edificios adoptaron
volúmenes geométricos y sin decoración, y plantas simples perfectamente
adaptadas a su función.
Sus representantes principales fueron
Walter Gropius, fundador de la escuela alemana de la Bauhaus, que integró la
arquitectura con el diseño interior y el mobiliario. Y Le Corbusier, que buscó
recuperar la dimensión humana de la arquitectura en obras como la Villa Saboya.
El organicismo se desarrolló sobre todo
en Estados Unidos, y buscó la integración del edificio en la naturaleza
empleando materiales más plásticos y formas más curvas. En esta corriente
destacó Frank Lloyd Wright, con su Casa sobre la cascada.
La escultura
La escultura utilizó los nuevos
materiales proporcionados por la industria, como el hierro, e introdujo el
movimiento real en las obras. La figura principal fue Alexander Calder, creador
de <> o esculturas con movimiento.
La pintura. Dadaísmo, surrealismo y
abstracción
El dadaísmo fue una corriente
provocadora que reivindicó la destrucción del arte, el azar y lo absurdo. En
ella destacó Marcel Duchamp, creador de los ready-made,
obras realizadas con objetos cotidianos. Con ellos pretendía demostrar que su
simple exposición en una sala de arte les daba un valor artístico del que
realmente carecían y que, por tanto, el arte era solo una actitud mental del
espectador.
El surrealismo se inspiró en el
inconsciente y los sueños para crear obras caracterizadas por las relaciones
absurdas e irracionales entre sus elementos. En este periodo, sus principales
representantes fueron René Magritte y Marc Chagall.
La abstracción eliminó de las obras
cualquier referencia al mundo real, con lo que el color y las formas se
convirtieron en los verdaderos protagonistas del cuadro. Pintores destacados de
esta corriente fueron Vasily Kandinsky, Paul Klee y Piet Mondrian.
[1] Gobierno
autocrático. Forma de ejercer el poder en la que una sola persona detenta toda
la autoridad, sin someterse a ninguna limitación a su poder.
[2] Soviets.
Asambleas de soldados, obreros y campesinos. Surgieron en la revolución de 1905
como oposición al zarismo, y desempeñaron un papel decisivo en derribarlo en la
revolución de 1917.
[3] Planes
quinquenales. Programación de los diversos sectores de la economía soviética,
sobre todo de la industria, durante un período de cinco años. Cada plan fijaba
unos objetivos y los mecanismos para alcanzarlos. Por tanto, fueron el
instrumento básico de la economía planificada del bloque comunista.
[4] Duce. Palabra
derivada del latín dux que significa “guía o conductor”. En la Italia fascista
fue usada para referirse a Mussolini como guía o conductor del fascismo.
[5] Führer.
Palabra alemana que significa “líder”. Fue el título elegido por Hitler para
denominar su liderazgo sobre el Estado y sobre el Partido Nazi.
[6] Espacio vital.
Territorio necesario para garantizar las necesidades y la supervivencia de la
población de un Estado. El concepto, influido por las ideas naturalistas de la
época, fue usado por Hitler y los ideólogos nazis para defender la política de
anexiones territoriales del III Reich
Editorial Anaya
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