martes, 31 de marzo de 2015

Batalla de Rafia (217 a. C.)


Battle of Raphia 217 BC | Total War Rome 2 historical movie | Ptolemaic Egypt Vs Seleucid Empire

Total War Rome 2 Machinima - Battle of Raphia HD

Battle of Raphia 217 BC | Total War Rome 2 historical movie | Ptolemaic Egypt Vs Seleucid Empire

The Cambridge Ancient History:

https://books.google.es/books?id=lnIpo8KBbP4C&pg=PA189&lpg=PA189&dq=%22daphne+parade%22&source=bl&ots=FICqXw9UGL&sig=KH7iUPz-RsgBnGYW7PD15XCQv5s&hl=en&sa=X&ei=3ZIwVc6dHoXkaN-ygNgN&ved=0CDMQ6AEwAg#v=onepage&q=%22daphne%20parade%22&f=false

http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_tii_v.HTML

http://igor-dzisblogspotcom.blogspot.com.es/search?updated-max=2010-12-21T06:05:00-08:00&max-results=15&start=45&by-date=false

    Los dibujos inferiores son obra del dibujante Igor Dzis y muestran el choque de los elefantes en la batalla de Rafia (217 a.C.).





EL EJÉRCITO SELÉUCIDA EN LA BATALLA DE RAFIA
    10.000 falangitas (los argiráspides o escudos de plata) bajo el mando de Teodoto el Etolio, el hombre que había traicionado a Ptolomeo y entregado gran parte de Celesiria y Fenicia a Antíoco.
    20.000 falangitas macedonios bajo el mando de Nicarco y Teodoto Hemiolius.
    2.000 arqueros y honderos persas y agrianos con 2.000 tracios bajo el mando de  Menedemo de Alabanda.
    5,000 medos, cissios (elamitas), cadusios -Media Atropatene- y carmanios mandados por Aspasianus el medo,
    10.000 árabes mandados por Zabdibelus,
    5.000 mercenarios griegos bajo el mando de Hipóloco el Tesalio.

    1.500 cretenses bajo el mando de Euríloco y 1.000 neocretenses bajo el mando de Zelys el Gortynio, 500 lanzadores de jabalina lidios y 1.000 kardakes bajo el mando de Lisímaco el Galo
    4.000 jinetes mandados por Antípatro, el sobrino del rey y otros 2.000 jinetes mandados por Themison formaban la caballería y 102 elefantes de guerra de origen india marchaban mandados por Filipo y Myischos


    EL EJÉRCITO TOLEMAICO EN LA BATALLA DE RAFIA

    3.000 hipaspistas mandados por Euríloco de Magnesia (la agema)
    2.000 peltastas mandados por Sócrates de Beocia
    25.000 falangitas macedonios mandados por Andrómaco de Aspendo y Ptolomeo, el hijo de Thraseas
    8.000 mercenarios griegos mandados por Phoxidas de Acaya
    2.000 cretenses mandados por Cnopias de Allaria
    1.000 arqueros neocretenses mandados por Filón de Cnossos
    3.000 libios mandados por Ammonius el Bacian 
    20.000 egipcios mandados por Sosibius entrenados al modo macedonio
    4.000 tracios y galos de Egipto y 2.000 tracios y galos de Europa mandados por Dionisio el Tracio
    700 hombres de la caballería personal del monarca y 2.300 jinetes libios y locales mandados por Polícrates de Argos
    Jinetes griegos y mercenarios dirigidos por Echecrates el tesalio
    73 elefantes de origen africano

    CAPÍTULO XXI
     Las fuerzas de Antíoco y de Ptolomeo.- La intrepidez de Teodoto contra la vida de este príncipe.- Disposición de uno y otro ejército.

    Al iniciarse la primavera (218 años antes de J. C.), Antíoco y Ptolomeo tenían ya hechas todas sus prevenciones para decidir la guerra al trance de una batalla. Ptolomeo partió de Alejandría con setenta mil infantes, cinco mil caballos y setenta y tres elefantes. Antíoco, con la nueva de que el enemigo se aproximaba, reunió su ejército, en el que había cinco mil hombres armados a la ligera, daaos, carmanios y cilices, cuya inspección y mando tenía Bittaco el macedonio; veinte mil escogidos de todo el reino, armados a la manera macedonia, los más con broqueles de plata, mandados por Teodoto el etolio, aquel que había desertado de Ptolomeo; veinte mil de que se componía la falange, que conducía Nicarco y Teodoto el hemiolio; dos mil flecheros y honderos agrianos y persas; mil traces que mandaba Menedemo el alabandense; cinco mil medos, cisios, caddusios y carmanios, que obedecían a Aspasiano el modo; diez mil hombres de Arabia y otros países cercanos, a las órdenes de Zabdifilo; cinco mil griegos mercenarios bajo las órdenes de Hippoloco de Tesalia; mil quinientos cretenses bajo Euriloco; mil neocretas y quinientos flecheros de Lidia, mandados todos por Zeles de Gortinia; y mil cardaces gobernados por Lisímaco el gálata. La caballería consistía en seis mil caballos, mandados por Antípatro sobrino del rey, y los restantes por Temesión; de suerte que todas las fuerzas de Antíoco ascendían a sesenta y dos mil infantes, seis mil caballos y ciento dos elefantes.
    Ptolomeo se dirigió primero a Pelusio y sentó su campo en esta ciudad. Allí aguardó a los que venían detrás, y distribuidos víveres al ejército por la escasez y falta de agua que había en aquellos países, continuó su marcha a lo largo del monte Casio y lo que llaman los Abismos. Así que llegó a Gaza esperó el resto del ejército, y prosiguió adelante a lento paso. Al quinto día llegó a donde se había propuesto, y acampó a cincuenta estadios de distancia de Rafia, la primera ciudad de la Cæle-Siria que se encuentra saliendo de Egipto, después de Rinocorura. Al mismo tiempo Antíoco, habiendo pasado de parte allá de esta ciudad, fue de noche con su ejército a acamparse a diez estadios del enemigo: esta fue la primera distancia que hubo entre los dos campamentos. Pocos días después, con el fin de mudar a otro terreno más ventajoso, y al mismo tiempo infundir aliento a sus soldados, se atrincheró a la vista de Ptolomeo, a la distancia sólo de cinco estadios. Entonces ya fueron frecuentes las refriegas de los forrajeadores y de los que salían al agua, como también comunes las escaramuzas, ya de caballería, ya de infantería, que se produjeron entre los dos campos. Por este tiempo Teodoto emprendió una hazaña propia de un etolio, y por lo mismo de mucho valor. Bien enterado de la manera y método de vida de Ptolomeo, ya que había vivido mucho tiempo en su palacio, penetró al amanecer acompañado de otros dos en el real de los enemigos. Como era de noche, no se le conoció por el rostro; y como había diversidad de trajes en el campo, tampoco se hizo reparo en el vestido y demás compostura. Se dirigió resuelto a la tienda del rey, cuyo sitio tenía observado, con motivo de haber sido allí cerca las escaramuzas de los días anteriores. Efectivamente, después de haber pasado por todas las primeras guardias sin ser conocido, entra en la tienda donde acostumbraba el rey a cenar y dar audiencia, registra todos los rincones, no le halla por haber dado la casualidad de estar descansando en otra diferente, cose a puñaladas a dos que se hallaban durmiendo, mata a Andreas, su médico, y se retira a su campo sin más estorbo que el de haberse conmovido un poco la gente cuando ya iba a salir del real enemigo. Por el valor hubiera conseguido sin duda su propósito, pero le faltó la prudencia, por no haber examinado bien dónde acostumbraba a descansar Ptolomeo.
    Después de haber estado al frente los dos reyes cinco días, decidieron uno y otro que las armas resolviesen el asunto. Lo mismo fue empezar Ptolomeo a mover sus tropas del campamento, que al punto sacar Antíoco las suyas. Ambos formaron sus respectivas falanges y la flor de las tropas armadas a la macedónica, al frente unas de otras. En cuanto a las alas, Ptolomeo las ordenó de este modo: Polícrates con la caballería de su mando ocupaba la izquierda; entremedias de éste y la falange se hallaban los cretenses al lado de la misma caballería; seguíanse las guardias del rey; después los rodeleros al mando de Sócrates, y junto a éstos los africanos armados a la macedónica. En la derecha estaba Equecrates de Tesalia con la caballería de su mando, a la izquierda de ésta se hallaban formados los gálatas y los traces, después los mercenarios de Grecia conducidos por Foxidas, que tocaban con la falange egipcíaca. De los elefantes cuarenta estaban situados sobre el ala izquierda, donde Ptolomeo en persona había de pelear; y treinta y tres cubrían la derecha, delante de la caballería extranjera.
    Antíoco puso sesenta elefantes, que mandaba Filipo, su hermano de leche, al frente del ala derecha, en donde él había de pelear con Ptolomeo. Detrás de éstos situó dos mil caballos mandados por Antípatro, y otros dos mil que formó a manera de media luna. Contiguos a la caballería colocó de frente a los cretenses, después ordenó los extranjeros de Grecia, y entre éstos y los armados a la macedónica entremetió los cinco mil que mandaba Bittaco el macedonio. El ala izquierda la cubrió con dos mil caballos al mando de Temisón; a su lado estaban los flecheros cardaces y lidios; después tres mil infantes a la ligera conducidos por Menedemo; sucesivamente los cisios, medos y carmanios; e inmediato a éstos los árabes y sus vecinos que tocaban con la falange. Los restantes elefantes los situó sobre el ala izquierda, a las órdenes de, un joven llamado Myisco, paje del rey.


    CAPÍTULO XXII
    Acción de Rafia.- Victoria lograda por Ptolomeo.- Suspensión temporal de hostilidades entre éste y Antíoco.

    Puestos en orden de batalla de este modo los ejércitos (218 años antes de J. C.), ambos reyes acompañados de sus generales y amigos se presentaron al frente de sus líneas para exhortar a los soldados. El mayor empeño de uno y otro era alentar sus respectivas falanges, ya que en estas tropas fundaba cada uno sus mayores esperanzas. Andrómaco, Sosibio y Arsinoe, hermana del rey, como jefes, animaban también la falange de Ptolomeo; y Teodoto y Nicarco por su parte procedían del mismo modo con la de Antíoco. Las arengas de una y otra parte se redujeron a lo mismo. Pues como ninguno de estos príncipes tenía ejemplo peculiar ilustre o memorable que proponer a sus soldados porque ambos acababan de subir al trono, sólo se valieron de recordarles la gloria y hechos de sus mayores, para excitar en ellos el espíritu y ardimiento. Y así rogaron y exhortaron para que se portasen con valor y esfuerzo en la ocasión presente, y para esto ofrecieron principalmente premios en particular a todos los oficiales, y en general a todos los soldados que habían de pelear. A esto o cosa parecida se redujo lo que dijeron los reyes, ya por sí, ya por sus intérpretes.
    Después que Ptolomeo con su hermana estuvo de vuelta en el ala izquierda de toda su formación, y Antíoco acompañado de sus guardias en su derecha, se dio la señal de acometer, y los elefantes dieron principio a la acción. Algunos de los de Ptolomeo hicieron resistencia a los de Antíoco; sobre cuyas torres era de ver el vivo choque de los combatientes, disparando lanzas, e hiriéndose mutuamente tan de cerca. Pero aun admiraba más ver batirse y herirse de frente los mismos elefantes; porque el reñir de estos animales es de este modo: se enredan, se tiran dentelladas haciendo hincapié con todas fuerzas para no perder el terreno, hasta que el más poderoso aparta a un lado la trompa de su antagonista. Una vez está torcida, le coge por el flanco y le hiere a mordiscos, al modo que hacen los toros con las astas. La mayor parte de los elefantes de Ptolomeo temieron el combate. Esto es muy ordinario en los elefantes de África. A mi entender, consiste en que no pueden sufrir el olfato y bramido de los de la India, y asustados de su magnitud y fuerza, emprenden la huida antes que aquellos se acerquen, como efectivamente sucedió entonces. Porque alborotadas las bestias, desordenaron las líneas que tenían al frente, y oprimiendo a la guardia real de Ptolomeo la hicieron volver la espalda. Antíoco entonces pasó de parte allá de las bestias, y atacó la caballería que mandaba Polícrates. Al mismo tiempo los extranjeros griegos que se hallaban cerca de la falange, invadieron por entremedias de los elefantes los rodeleros de Ptolomeo, cuyas líneas habían ya confundido sus bestias. De este modo fue forzada y puesta en huida toda el ala izquierda de Ptolomeo.
    Equecrates, que mandaba la derecha, al principio estuvo esperando el éxito de esta contienda. Mas así que vio que el polvo iba a parar a los suyos, y que sus elefantes no se atrevían a acercarse a los contrarios, ordena a Foxidas, comandante de los griegos mercenarios que ataque a los que tenía al frente; él, mientras, hace desfilar por la punta del ala su caballería y la que estaba detrás de los elefantes, con cuya maniobra evita la impresión de las fieras; y cargando por la espalda y en flanco sobre la caballería enemiga, la derrota en un instante. Lo mismo hizo Foxidas y los que se hallaban a su lado. Dieron sobre los árabes y medos y los forzaron a tomar una fuga precipitada; de suerte que Antíoco venció en el ala derecha y quedó vencido en la izquierda.
    Ya no quedaban intactas más que las dos falanges, que desnudas de sus respectivas alas permanecían en medio del llano, fluctuando entre el temor y la esperanza. Mientras que Antíoco proseguía la victoria en el ala derecha, Ptolomeo, que se había refugiado en su falange, se presenta en medio, se deja ver de los dos ejércitos, con lo que aterra a los contrarios e infunde ardor y espíritu a los suyos. A su ejemplo Andrómaco y Sosibio ponen en ristre sus lanzas y se dirigen al enemigo. La flor de las tropas de Siria sostuvo el choque por algún tiempo, pero las que mandaba Nicarco cedieron y se retiraron. Entretanto Antíoco, como joven y poco experimentado, juzgando del resto de su ejército por la ventaja que él había conseguido en el ala derecha, seguía el alcance de los que huían; hasta que un anciano le advirtió, aunque tarde, que reparase en que el polvo de la falange enemiga iba a parar a su propio campo. Entonces conociendo el yerro, acudió rápidamente con sus guardias al campo de batalla; pero hallando a los suyos que habían emprendido la huida, se retiró él también a Rafia, con el consuelo de haber vencido por su parte, y en la inteligencia de que si le había desmentido lo demás de la acción había sido por la flojedad y timidez de los otros oficiales.
    Después que la falange decidió la batalla, y la caballería del ala derecha unida a los extranjeros mató gran número de enemigos en el alcance, Ptolomeo se retiró a pasar la noche al campamento que antes tenía. Al día siguiente, después de recogidos y enterrados sus muertos, y despojados los de los enemigos, levantó el real y avanzó hacia Rafia. El primer pensamiento de Antíoco después de la derrota fue reunir todos los cuerpos de tropas que venían huyendo y acampar fuera de la ciudad; pero como la mayor parte de las gentes se había metido dentro, se vio forzado también a retirarse. Salió después al amanecer con las reliquias de su ejército y se encaminó a Gaza, donde acampó; y obtenida licencia de Ptolomeo para el recobro de sus muertos, les hizo los últimos honores. Ascendían éstos por parte de Antíoco a poco menos de diez mil infantes, más de trescientos caballos, más de cuatro mil prisioneros, tres elefantes que quedaron sobre el campo, y dos que murieron después de sus heridas. De parte de Ptolomeo se redujo la pérdida a mil quinientos infantes, setecientos caballos, dieciséis elefantes muertos, y casi todos los demás tomados. Este fue el éxito de la batalla de Rafia, que se dio entre los dos reyes con objeto de la Cæle-Siria.
    Antíoco, después de sepultados los muertos, se retiró a su reino con el ejército. Ptolomeo tomó sin oposición a Rafia y otras ciudades, esmerándose a porfiar sus ayuntamientos sobre cuál volvería primero a su poder y pasaría más pronto a su dominio. Cosa muy ordinaria entre los hombres acomodarse al tiempo en semejantes revoluciones; pero sobre todo los pueblos de la Cæle-Siria son muy inclinados y dados a este género de obsequios. En esta ocasión no hay que extrañar usasen de esta política, pues les guiaba el afecto que profesaban de antemano a los reyes de Egipto; porque en todo tiempo estos pueblos han tenido cada vez más veneración por esta casa. Así fue que no omitieron especie de agasajo para captar la voluntad de Ptolomeo: coronas, sacrificios, altares y todo género de cultos se tributaron en su obsequio. Antíoco, así que llegó a la ciudad que lleva su nombre, envió sin dilación a Antípatro, su sobrino, y Teodoto Hemiolio por embajadores a Ptolomeo para tratar de paz y alianza. Temía la invasión del enemigo; desconfiaba de sus pueblos después de la derrota que acababa de sufrir, y recelaba que Aqueo no se aprovechase de la ocasión. Con nada de esto echaba cuentas Ptolomeo. Alegre con la extraordinaria victoria que había logrado, y sobre todo con la inesperada conquista de la Cæle-Siria no tan sólo no aborrecía el reposo, sino que lo amaba más de lo que convenía, arrastrado de la vida afeminada y voluptuosa que siempre había llevado. Y así no bien hubo llegado Antípatro, cuando hechas algunas amenazas y dadas unas leves quejas de los procederes de Antíoco, le concedió treguas por un año, y despachó a Sosibio para ratificar el tratado. Él permaneció tres meses en la Siria y Fenicia para restablecer la quietud de las ciudades; pasados los cuales, dejó a Andrómaco el aspendio por gobernador de estos países, y levantó el campo con su hermana y confidentes para Alejandría, causando admiración a sus vasallos que, atento su modo de vivir, hubiese puesto a la guerra fin tan dichoso. Concluido el tratado con Sosibio, Antíoco volvió a su primer propósito, y se previno para la guerra contra Aqueo. Tal era el estado de los negocios de Asia.

    viernes, 20 de marzo de 2015

    Aliados de Roma

    Liga Aquea
    arqueros en Pidna
    peltastas en Magnesia

    Capadocia
    caballería pesada en Farsalia

    Pérgamo
    peltastas en Pidna
    thureophoroi en Pidna

    Eduos (Lugdunum)
    caballería pesada en Farsalia
    infantería ligera en Farsalia

    Númidas
    caballería ligera en Pidna
    lanzadores de jabalina en Pidna
    caballería ligera en Zama
    lanzadores de jabalina en Zama

    Tracios
    caballería pesada en Farsalia
    voluntarios en Magnesia

    Gálatas
    caballería pesada en Farsalia
    infantería y caballería en Filipos

    Sirios
    caballería ligera en Farsalia

    Liga Etolia
    thureophoroi en Cinóscefalos

    Macedonia
    voluntarios en Magnesia

    Creta
    arqueros en Cinóscefalos
    arqueros en Pidna



    Caballería pesada: Pérgamo, eduos, tracios, Capadocia, gálatas
    Caballería ligera: númidas, Ponto, sirios
    Arqueros: Creta, Liga Aquea
    Peltastas: eduos, númidas, Liga Aquea, Pérgamo
    Thureophoroi: Liga Etolia, Pérgamo


    Tropas seléucidas en la batalla de Rafia (217 a.C.) -adaptado para RTW-:
    • Infantería media: tracios
    • Infantería ligera: lidios, árabes y cilicios
    • Arqueros: cretenses, peonios, licios (Licia, Panfilia, Caria, Pisidia) y medos (Media y Media Atropatene)
    Batalla de Cinoscéfalos (197 a. C.) aliados de Roma
    Jinetes de la Liga Etolia
    Infantes de la Liga Etolia
    Infantería ligera de Tesalia
    Arqueros cretenses
    Elefantes númidas

    Aliados de Roma en la batalla de Magnesia (190 A. C.) -adaptado para RTW-:
    • Caballería pesada de Pérgamo (Frigia)
    • Arqueros cretenses
    • Peltastas aqueos
    Tropas seléucidas en la batalla de Magnesia (190 A. C.) -adaptado para RTW-:
    Infantería media: tralli, tracios, capadocios, gálatas, licios (Pisidia, Panfilia, Licia)
    Infantería ligera: licios (Licia, Pisidia, Panfilia), cilicios, jonios
    Arqueros: cretenses, frigios (Misia), elamitas
    Honderos medos de Atropatene
    Caballería ligera: gálatas, tarentinos

    Batalla de Pidna (168 a. C.)


    Aliados de Roma en la batalla de Farsalia -adaptado para RTW-:
    • Infantería ligera de capadocios, tesalios y etolios
    • Arqueros cretenses, lacedemonios, pónticos y sirios
    • Jinetes capadocios, pónticos (cab. lig.), armenios, cilicios, sirios (arqueros a caballo), gálatas, atenienses, beocios, peloponesios, macedonios, tesalios, tracios -bizantinos-, ilirios, alejandrinos

    THE CAMBRIDGE ANCIENT HISTORY

    https://books.google.es/books?id=lnIpo8KBbP4C&pg=PA190&lpg=PA190&dq=cardacians&source=bl&ots=FICn2w5QFM&sig=qfwR9Ka1Aq4P5267k8Sr0EHxapQ&hl=en&sa=X&ei=RGkNVdPoA434aMGegOAG&ved=0CDsQ6AEwBA#v=onepage&q=cardacians&f=false

    FROM SAMARKHAND TO SARDIS
    https://books.google.es/books?id=IZ65PED6ykMC&pg=PA257&lpg=PA257&dq=seleucid+manpower&source=bl&ots=eWNpBgY2YA&sig=HdcYiCaUtm495vYnXU878kVHBq0&hl=es&sa=X&ei=a_ELVcL9KoSwUZfKg4AB&ved=0CDEQ6AEwAg#v=onepage&q=seleucid%20manpower&f=false


    http://archive.org/stream/Cataphracts-aParthianElementInTheSeleucidArtOfWar/MielczarekM.Cataphracts-AParthianElementInTheSeleucidArtOf_war_djvu.txt

    http://allempires.com/article/index.php?q=cataphracts

    http://koryvantesstudies.org/studies-in-english-language/page212-2/






     http://www.bodybuilding.com/fun/bodies-of-work-volume-3.html

    FAHRENHEIT 451 libro de lectura

    http://profgustavo.blogia.com/2010/082603-fahrenheit-451-ray-bradbury-descargar-libro-pdf-.php

    http://www.librosdearena.es/Biblioteca_pdf/farenheit%20451.pdf

    Amiens 1918






    viernes, 13 de marzo de 2015

    Revolución Rusa en documentales y películas

    History of the World in 7 Minutes

    https://www.youtube.com/watch?v=cmKPLvctdaA

    Doctor Zhivago, el inicio de la guerra versión en inglés con subtítulos

    https://www.youtube.com/watch?v=k7B-nlmdX0g

    https://www.youtube.com/watch?v=ukGfxhJMvL4

    Doctor Zhivago, la revolución tras la guerra versión en inglés

    https://www.youtube.com/watch?v=7QkJjWIHFSA

    Serie en español

    https://www.youtube.com/watch?v=4TPdkvvQFtY

    magnesia 2

    Dos falangitas muertos se ven claramente (figuras 10 y 12), mientras por el campo de batalla reposan escudos, cascos y grebas. Libio dice que unos 53.000 soldados seléucidas murieron, aunque sin duda esta cifra es una basta-burda exageración. Sin embargo, las pérdidas seléucidas fueron numerosas, y el bronce insiste en la carnicería y en los restos de la batalla. Una de las unidades seléucidas derrotadas por la carga combinada de atálidas y romanos fue una brigada de 2.500 jinetes gálatas, y hay que destacar la presencia de una figura montada mirando a la derecha (figura 5) opuesta a la carga de caballería principal que está completamente desnuda, sugiriendo un guerrero gálata. Los contingentes gálatas suministraron unos 3.000 de infantería pesada y 2.500 de caballería pesada a la fuerza total de Antíoco de 60.000 infantería y 12.000 caballería, representando poco menos del 8 por ciento del total de la fuerza seléucida. EL papel de la caballería gálata en la batalla que permaneció en la narración del combate es despreciable, pero su presencia era conveniente para el propósito de la propaganda, ya que permitía a la placa evocar el tropo helenístico cuidadosamente construido de la amenaza celta. La celebración de la victoria frente a los celtas ya era fundamental para la propaganda atálida antes de la batalla de Magnesia. Eumenes sin duda deseaba seguir los pasos de su padre. Las pretensiones atálidas también competían con la vieja-antigua propaganda seléucida sobre la victoria de Antíoco I sobre los gálatas en la llamada batalla de los elefantes, que a pesar de la naturaleza aparentemente modesta de ese triunfo formó un pilar ideológico para el control seléucida de Asia Menor. Hasta los romanos abrazaron activamente la noción de la amenaza gala tras Magnesia. El cónsul Manlius Vulso se embarcó en una campaña brutal contra los gálatas en el 188 a.C., supuestamente en represalia por su apoyo a Antíoco III.

    martes, 10 de marzo de 2015

    La batalla de Magnesia en la arqueología

     http://www.academia.edu/6618284/A_Hellenistic_Battle_Scene_from_Pergamon_Working_Paper_








     Orden de batalla seléucida
    - 16.000 falangitas
    - 1.500 galogriegos de infantería
    - 3.000 jinetes gálatas con cota de malla
    - 1.000 jinetes de la agema

    - 200 o 1.200 arqueros a caballo dahae
    - 3.000 infantes ligeros cretenses y trallean
    - 2.500 arqueros misios, honderos cyrtian y arqueros  elamitas
    - 1.500 galogriegos de infantería de los tectosagi etc.
    - 2.000 capadocios armados de manera parecida
    - 2.700 soldados
    - 1.000 jinetes pesados de los Compañeros
    - 3.000 catafractos
    - 1.000 jinetes de la agema
    - 2.500 caballería galogriega

    - 1.000 cretenses
    - 1.500 carios y lidios armados de forma similar
    - 1.500 tralles
    -4.000 peltastas pisidios, panfilios y lidios
    - el mismo número de citiros y elimeos que en el otro ala

     http://gambargin.deviantart.com/

     http://byzantinum.deviantart.com/art/roman-army-3-154693745

    http://dashinvaine.deviantart.com/

    THE ART OF WAR IN THE WESTERN WORLD
     https://books.google.es/books?id=z2FRzcz2W0oC&pg=PA33&lpg=PA33&dq=shieldless+cavalry&source=bl&ots=RUsQld5iw7&sig=VMvKYlETdT9ldeMFkj98LfEBjvA&hl=es&sa=X&ei=QpcSVdPrN4GuUb7Pg4AF&ved=0CE8Q6AEwBg#v=onepage&q=shieldless%20cavalry&f=false

    .
    The Romans arrayed in their customary triple line formation with their left wing resting on the river. The Roman reinforced legions occupied the center of this formation and the Latins, the Ally legions, on their wings. In all, there were 20,000 men of the legion. Behind them, Scipio held his 16 elephants in reserve, fully aware that the African elephants could not face the larger Indian stock on equal terms. On the right Scipio placed the allied Pergamene army under Eumenes and the Achaean peltasts, 3,000 in all to cover the flank of the legions. Next to them he placed his cavalry, nearly 3,000 strong, 800 of them Pergamenes, the rest legionary cavalry. According to Livy, in the extreme right he posted the Trallian and Cretan horsemen, each body numbering 500 troopers, but most probably, these are the light troops and archers named by Appian to be intermingled among the cavalry. Livy also mentions 2,000 Macedonian and Thracian volunteers, who are left to guard the Roman camp. Domitius was stationed with 4 squadrons of cavalry on the right wing, Scipio kept command of the center and gave command of the left to Eumenes.[10]
    In all, both writers agree that the Roman army was about 30,000 strong and the Seleucids about 70,000. However, modern sources state that the two armies might have been not that numerically different and supports that the Romans fielded about 50,000 men as did Antiochus.[3]
    A popular anecdote regarding the array of the two armies is that Antiochus supposedly asked Hannibal whether his vast and well-armed formation would be enough for the Roman Republic, to which Hannibal tartly replied, "quite enough for the Romans, however greedy they are."[




    CASCO MONTEFORTINO


    GLADIUS HISPANIENSIS


    CASCO PILOS


    MONEDA MACEDONIA CON CASCO Y ESCUDO


    BATALLA DE MAGNESIA
    dibujo de Sean o'broagan aparecido en Warrior


    BATALLA DE MAGNESIA
    dibujo de Igor Dzis


    Escena de una batalla helenística procedente de Pérgamo
    Este artículo analiza una escena de batalla en una pequeña placa de bronce recobrada durante las excavaciones del Gran Altar de Pérgamo, inicialmente publicada en 1913



        La escena de batalla seguramente es de naturaleza histórica. Se ha sugerido para mantenerlo que la escena probablemente representa la batalla de Magnesia, que opuso a Roma, y su leal aliado Eumenes II de Pérgamo, contra el "gran rey" seléucida Antíoco III. Se han propuesto otras identificaciones, particularmente que la escena podría ser una celtomaquia, o incluso una batalla con los ilirios. Mi objetivo aquí es discutir en detalle que esta identificación con Magnesia es correcta, usando la comparación de las representaciones de soldados romanos y helenísticos, así como las descripciones literarias de la batalla que quedan. Acabaré con un tratamiento de la placa como propaganda atálida que discute la posición del reino atálida en su relación con Roma.

        La batalla tal como se muestra tiene las siguientes características:

    1. Una carga de caballería de dos lanceros de tipo helenístico armados con escudo, y de un jinete sin escudo y con lanza.
    2. Hombres con espadas usando cascos con penacho, túnicas y llevando escudos ovales.
    3. Una falange de infantería helenística a la defensiva, con muchos falangitas ya muertos.
    4. Un soldado de caballería desnudo cabalgando hacia la caballería helenística.
    Los soldados a caballo atraviesan la escena victoriosamente, aplastando los cuerpos caídos, y preparados para empalar a los falangitas con sus lanzas. Dos falangitas ya están muertos, reposando en la parte cóncava de sus escudos. No está claro que es el bronce: los excavadores plantearon que era algún tipo de "applique" beschlagstuck). La escena tiene mucho en común con escenas de combate representadas en algunas hebillas de cinturón metálicas procedentes de Iliria. Es tentador pensar que el bronce de Pérgamo es una hebilla de cinturón también, aunque su gran tamaño (24 cm) sugiere que estaba colocado como un applique sobre una estatuta más grande que la vida.
    En el caso de una escena fijada sobre un objeto, sin embargo, hay dos izquierdas para que el artista elija. la izquierda del espectador y la izquierda del portador. Sospecho que en este caso atacan desde la izquierda dle portador. Por comparación debemos observar la escena sobre la armadura decorada usada por una estatua de bronce del príncipe Germánico desenterrada en Amelia en 1964, que muestra el triunfo de Aquiles sobre Troilo. En la mayoría de las representaciones el incidente, Aquiles se coloca en su exitosa emboscada desde el lado izquierdo de la escena. Pero en la armadura de Germáncio, Aquiles ataca desde la derecha del espectador - pero la izquierda del príncipe. Andrew Stewart me ha señalado también que la cabeza de la gorgona también puede ofrecer una pista sobre quien es el vencedor y el perdedor. Uno siempre desea luchar al revés de la petrificadora gorgona. Por ejemplo, en el Mosacio de Alejandro, la gorgona decorando la armadura del observador mirando hacia Darío y los persas en fuga. En esta escena la gorgona observa la falange macedónica, mientras los jinetes helenísticos y la infantería desmontada tienen a sus espaldas su mirada. No parece adecuado comenzar a defender, desde el hallazgo general, que los exitosos jinetes helenísticos, victoriosos y centrales en la escena, son atálidas. De hecho, pienso que estaríamos muy sorprendidos si en cualquier representación el lugar principal pusiese a otros en vez de a los jinetes atálidas. 1
    Los Atálidas no triunfaron a menudo en sus batallas campales contra sus oponentes helenísticos. En guerras contra Aqueo, Filipo V y Prusias II, los reyes atálidas retrocedieron a su ciudadela, antes que luchar y ganar batallas campales. Hubo una excepción: Magnesia, donde la caballería atálida contribuyó a rodear y derrotar a la falange seléucida, de hecho Magnesia es una de las pocas batallas en las cuales podemos decir de forma segura... 2
    Los espadachines llevando escudos ovales con espinas verticales con forma de espiga de cebada refuerzan la asociación con Magnesia. La panoplia completa de los espadachines corresponde bien a aquella del legionario romano de la república media. De hecho, compara las figuras 3, 6 y 9 con los infantes romanos luchando en el monumento de Emilio Paulo (c. 167 a. C.), así como el soldado desmontado del siglo I a.C. de la moneda de Municio Thermus. En el bronce, los escudos ovales con espinas verticales podían representar seguramente el scutum romano oval y curvado mientras que las espadas de infantería largas y de hoja espigada son perfectamente compatibles con el gladius hispaniensis romano, que Polibio dice que se ajusta bien al tipo de golpes tajantes que el espadachín dle bronce realiza. TOdos los espadachines usan cascos. 3

        En Magnesia, la situación apurada en el ala izquierda romana fue salvada por la carga de caballería contra los jinetes y la infantería ligera de la izquierda seléucida, encabezada personalmente por Eumenes y sus 800 jinetes pergameos. La placa de bronce muestra tres figuras ecuestres cargando de derecha a izquierda, dos de las cuales tienen cascos sin cimera y llevan lanzas largas sujetas a la altura de la cadera. Estas dos figuras (figuras 4 y 7) probablemente representan jinetes atálidas, llevando la versión helenística de la sarissa macedonia más corta que la original. Un tercer jinete (figure 8), cargando hacia la izquierda desde la extrema derecha, tiene un casco emplumado y lleva una lanza que maneja levantada. Esta figura tal vez es una de las doscientas veinte jinetes romanos e italianos agrupados bajo Eumenes, armados con una lanza más corta. La situación cercana de este jinete con una legionario con espada (figura 9) puede estar pensada para reforzar la noción de que el tercer jinete es romano. Observese que no lleva escudo, como los jinetes romanos sin escudo del monumento de Pidna. 4
        Dos falangitas seléucidas se mantienen firmes en la esquina de la izquierda, probablemente representando la falange principal, que durante la batalla se encontró atrapada entre el ataque de flanco de la caballería atálida y romana y el frontal de la infantería legionaria. Los dos llevan un escudo decorado al estilo macedonio, que era usado ampliamente a través del este helenístico. Detrás de los falangitas en orden cerrado en el bronce está un estandarte de batalla con la divisa del "sol de Vergina". Este es el primer testimonio de un estandarte de batalla helenístico, y aunque no está claro cuando se popularizó su uso entre los ejércitos helenísticos, la necesidad de estandartes de unidad puede corresponder. 5
    En el bronce es el jinete atálida con armas y armadura helenísticas quien derrota al jinete galo, no el emplumado romano a pie o a caballo, estableciendo las credenciales de Eumenes como un rey capaz de dispersar a los galos por sí mismo. El bronce por tanto representa una victoria romana con un giro: los principales héroes de la escena son los jinetes atálidas cabalgando al rescate de la desorganizada infantería romana a punto de caer ante el enemigo. Es cierto que la batalla de Magnesia fue un acontecimiento que Eumenes y sus sucesores tenían grandes razones para celebrar, ya que cimentaba su estatus como los principales aliados de Roma en el Mediterráneo oriental, y aseguró para ellos una posición dominante en Asia Menor. 6
    Los romanos reconocieron ampliamente la contribución de los Atálidas a la guerra con Antíoco el Grande. La Paz de Apamea obligó a Antíoco III a pagar una indemnización al fisco atálida, y proporcionar raciones al ejército de Eumenes. Las concesiones territoriales hechas por los Seléucidas se dividieron entre Pérgamo y Rodas, los principales aliados de Roma. El reino atálida aumentó mucho de tamañó, transformado de la noche a la mañana de un diminuto ducado con aspiraciones reales a un gran poder regional. Al final de su campaña contra los gálatas, Manlio Vubo dijo a los embajadores gálatas que tendrían que esperar hasta la llegada de Eumenes antes de que les concediese condiciones de paz, una señal deliberada a un leal colaborador. 7

    "Tengo autoridad completa sobre la tierra, por virtud de haberla recibido de los romanos que prevalecieron en la guerra y en la paz" 8
                                     Tanta deferencia hacia Roma era sorprendente que procediese de un rey heleno, que se suponía que conquistaba sus tierras con su propia lanza. En vez de eso, la invasión de Asia Menor por los hermanos Escipión había salvado una apurada situación militar en el interior de sus fronteras, ya que otra vez Antíoco III había acorralado a Eumenes dentro de las murallas de Pérgamo hasta que la llegada de las legiones alteró la dinámica estratégica. El bronce, sin embargo 9
    Sin embargo el bronce pone la dependencia de los romanos que tenía el rey bajo una luz más favorecedora, enfatizando en las vitales maniobras del rey durante la batalla, retratando a Eumenes no como un adulador de Roma, sino más bien como el arquitecto de la victoria romana que aumentó su poder de un modo tan espectacular. Deseo terminar con una nota especulativa, sobre la posible relación entre la escena y el arte triunfal romano. Aunque no han sobrevivido ejemplos seguros dle género parece que el impulso político para reflexionar sobre escenas de campañas dio al arte romano de la República media un aroma histórico característico podemos deducir que el bronce podía estar conectado con la pintura de la batalla de Magnesia encargada por Lucio Escipión y expuesta en el Capitolio. 9 bis
    Podemos conjeturar que el bronce podría tener relación con el cuadro de la batalla de Magnesia encargado por Lucio Escipión y expuesto en el Capitolio, un cuadro que sin duda Eumenes habría visto en sus visitas a Roma. Otras representaciones commorativas de la guerra seléucida pueden haber estado en Roma o sus alrededores: hasta los colonos latinos en Fregellae parecen haber commemorado la Guerra Siria con relieves que representaban falangitas, legionarios, elefantes de guerra, y barcos de guerra. La sugerencia cada vez más aceptada de Callagham de que el Altar debía datarse hacia el año 160 a.C., basada en la cerámica, crea la fascinante posibilidad de que el bronce esté relacionado de alguna manera con el friso del monumento de Emilio Paulo en Pidna. Es cierto que hay marcadas similitudes en ciertos aspectos de la escena, incluyendo los guerreros galos desnudos (el bárbaro arquetípico), aliado con el rey enemigo y falangitas postrados recostados en los cuencos de sus escudos (la falange una vez invencible ahora dispersa)


    Si el bronce de hecho data de la década de los sesenta del siglo II a.C. puede representar una pequeña parte de un realineamiento ideológico mientras las relaciones entre Eumenes y el Senado se deterioraban durante aquella época, en gran parte a causa del desacuerdo sobre las agresivas campañas de Eumenes contra los gálatas. Por lo tanto la placa evoca las ventajas militares que Eumenes y su caballería habían traido al pueblo romano, y recuerda un tiempo en que los galos habían sido unos enemigos mutuos indudables. Incluso si la placa se datase en los tiempos más felices de las décadas de los ochenta y setenta del siglo II a.C. este representa la fascinante visión de una victoria romana desde el punto de vista de un colaborador heleno. 10