miércoles, 26 de abril de 2023

1796 El ascenso de Napoleón n.º 64

 













La Guerra de Marruecos. España contra El Raisuni n.º 57

 














Los celtas n.º 49























 









La Segunda Guerra Púnica (V). Cannas n.º 77

 












Escena que representa la EVACUACIÓN DE UN LEGIONARIO HERIDO del campo de batalla de Cannas. Esta se produciría, lógicamente, en un momento anterior al envolvimiento de las legiones romanas, a partir del cual las posibilidades de escapar se redujeron drásticamente para los indemnes, y por completo en el caso de los heridos. Estos legionarios muestran algunas de las variantes de equipamiento defensivo que podríamos haber contemplado entre las filas romanas y de sus aliados latinos. Tres de ellos se cubren con CASCOS DE BRONCE DE TIPO MONTEFORTINO, siendo este el modelo más popular en el periodo. Un cuarto emplea, por el contrario, un casco de bronce de TIPO APULO-CORINTIO, con una visera falsa sobre la frente que solo cumple una función estética, ya que no se puede bajar para cubrir el rostro. Dos visten LORIGAS de cota de malla, fabricadas con anillas de hierro, un género de armadura que debía ser muy costoso –accesible solo para quienes tienen un censo superior a los 10.000 dracmas, según Polibio (VI.23.15)- Y, por lo mismo muy escaso. Las figuras que vemos en primer plano han optado, por el contrario, por pectorales de placas de bronce. En el caso de la figura de la derecha, corresponde a una coraza descrita por Polibio (VI.23.14): “la mayoría de estos soldados completan su armamento con una plancha rectangular de bronce, de un palmo de lado, que se colocan a la altura del corazón; esta pieza se llama ‘PECTORAL’, con la cual completan su equipamiento”. La figura de la izquierda, por el contrario, emplea un modelo de DISCO-CORAZA TRILOBULADO (con tres discos) que en este momento ya sería anticuado, siendo más propio de algunas generaciones anteriores y empleado fundamentalmente en ámbito osco y samnita. Ahora bien, puesto que como sabemos en este periodo la tropa debía costearse su propio equipamiento, no es descabellado suponer que más de un legionario trajera al campo de batalla piezas de armamento heredadas de sus antepasados, máxime en el caso de los aliados (socii) de Roma, que no necesariamente habrían de estar a la última en tecnología militar. Por fin, la figura del herido viste un LINOTHORAX de tipo griego, también algo anticuado pero todavía popular en la península itálica, formado por lienzos de lino encolados uno sobre otro. Puesto que el escudo se sostenía con el brazo izquierdo, el lateral izquierdo del cuerpo se orientaría en dirección al enemigo, quedando el lado derecho algo más retrasado, de modo que la pierna izquierda quedaría adelantada y, por tanto, más expuesta a las posibles heridas. Por lo mismo, lo usual en este periodo parece haber sido el empleo de una única GREBA, que se fijaría a la pierna izquierda. Tal es el caso entre la mayoría de las figuras de esta escena, salvo una, que se dota de dos grebas, algo que sería menos usual, pero tampoco extraordinario. La espada que esgrime una de las figuras corresponde a un modelo griego conocido  como XIPHOS, relativamente corto y diseñado para ser empleado como estoque, es decir, fundamentalmente como arma punzante y no tanto tajante. Sería precisamente a raíz de experiencias como la de Cannas, en las que los legionarios hubieron de batirse con guerreros íberos y celtíberos cuando tomaran contacto con las muy superiores espadas laténicas hispanas que más tarde adoptarían para confeccionar su célebre gladius hispaniensis.