Mostrando entradas con la etiqueta Textos de Economía 2024-2025. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Textos de Economía 2024-2025. Mostrar todas las entradas

sábado, 17 de septiembre de 2016

Textos de Economía 2024-2025

 Cinco años del monstruo de Wuhan [análisis económico]

"Criptobros": Los nuevos lobos de Wall Street

Fusiones, adquisiciones y el mito del libre mercado

No lo llames dignidad, llámalo "paguita"

El "cohete" económico no llega a los sueldos

El poder real de compra...


Las razones por las que hace 40 años un piso se pagaba rápidamente

Viviendas de sobra, gente sin vivienda

Guerra al cisne invasor

A Castells les gustan los granujas que copian y odia a los buenos estudiantes

domingo, 10 de julio de 2016

Más salario y menos cuentos

https://www.publico.es/opinion/columnas/salario-cuentos.html

Más salario y menos cuentos

Julen Bollain, 16 de marzo de 2025

 

Si algo define a un gobierno progresista, es garantizar que quien trabaja recibe un salario digno por su trabajo. Y eso, en España, pasa por subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En los últimos años se ha dado un paso de gigante a este respecto, pasando de los 735 euros mensuales de Rajoy en 2018, a 1.194 euros en 2025. ¡Un 61% de subida! Y mientras tanto, ¿qué ha pasado con el empleo? La respuesta es sencilla: récord de personas afiliadas en la Seguridad Social, récord de creación de empleo y mínimos de paro. ¿Dónde está el apocalipsis que la derecha mediática y política anunciaba?

Lo cierto es que el SMI es mucho más que un número. El SMI es la diferencia entre llegar a fin de mes o no llegar, entre poder llenar la nevera sin angustia o estar siempre al borde del abismo. Es un pilar de justicia social que, lejos de destrozar la economía, la impulsa. Y cuidado, porque esto no lo dicen las teorías económicas más radicales. Lo dicen los datos. Mientras que algunos empresarios lloraban por la supuesta quiebra masiva que traería la subida del SMI, sus beneficios siguieron creciendo. ¿Casualidad? No lo creo.

 

Y la economía siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido

España es un país de sueldos bajos y alquileres imposibles. Pero la subida del SMI no solo ha puesto más dinero en los bolsillos de los trabajadores, sino que ha hecho justicia con los sectores más precarizados: jóvenes, mujeres y empleadas de sectores esenciales que antes apenas llegaban a fin de mes. ¿Y el cataclismo económico que nos prometieron? Lo mismo que los unicornios: ni están ni se les espera. De hecho, tres de cada cuatro empresas han declarado al Banco de España que la subida del SMI apenas les ha afectado. Por el contrario, lo que sí ha sucedido es que los beneficios empresariales siguen batiendo récords. ¿No será que algunos podían y, por justicia, debían pagar más, pero no querían?

Porque más salario mínimo significa menos desigualdad. A lo largo de la historia, el trabajo ha sido el gran motor de movilidad social, pero en España los bajos salarios han condenado a miles de trabajadores a vivir en la cuerda floja. Que el 60% de las personas que cobran el SMI sean mujeres no es casualidad. Que muchas de ellas trabajen en sectores esenciales y, aun así, cobren sueldos miserables, tampoco. La subida del SMI es un acto de justicia y es un acto de reparación.

Eso sí, que quede clara una cosa. Subir el SMI está bien, pero dejar que Hacienda meta la mano en el bolsillo de quienes menos ganan es una broma de mal gusto. Más de 540.000 trabajadores que cobran el salario mínimo empezarán a ver retenciones en sus nóminas. Un Gobierno progresista no puede dar a quien menos tiene con una mano y quitarle parte con la otra. No puede ser que, quien apenas llega a fin de mes, tenga que tributar por IRPF mientras las grandes fortunas siguen encontrando vías para pagar cada vez menos.

Hay que decirlo claramente: un salario mínimo es, por definición, el ingreso mínimo que debería cobrar cualquier trabajador para sobrevivir. Gravar con IRPF a quien está en ese nivel no es progresividad fiscal, es un castigo a la pobreza. Que paguen más los que más tienen y que los salarios más bajos estén libres de impuestos. Esa sí sería una reforma fiscal progresista y no las medias tintas que dejan fuera de juego a los trabajadores con menos recursos.

 

Europa nos señala el camino: sigamos subiendo

Comparado con otros países europeos, España todavía tiene un salario mínimo modesto. Mientras en Alemania o Países Bajos se superan los 1.850 euros, en Bélgica los 1.750 euros y en Francia casi llega a 1.550 euros, aquí seguimos peleando por un salario mínimo que dé para vivir. Pero el camino está trazado. Se ha demostrado que subir el SMI, además de fortalecer la economía, trae consigo menor precariedad, mayor consumo y, en definitiva, mayor estabilidad para quienes siempre se las ven canutas para llegar a fin de mes.

Además, está la gran pregunta que muchos evitan: si el SMI sube, ¿por qué no lo hacen también los salarios medios? La clave de la desigualdad en España no está en que los sueldos más bajos suban "demasiado rápido", sino en que los salarios intermedios llevan estancados demasiado tiempo. La subida del SMI es solo el primer paso de un cambio de modelo en el que los sueldos en general deben reflejar mejor el valor del trabajo y la riqueza que se genera.

Si queremos una economía fuerte y un país donde el empleo garantice una vida digna, hay que seguir la senda iniciada en 2018. Subir el salario mínimo ha demostrado que lo que algunos llamaban “imposible”, lo que nos iba a llevar a la bancarrota, solo era incómodo para los de siempre. Para los privilegiados. Y lo incómodo para ellos, suele ser lo mejor para la mayoría.

En definitiva, y como decía anteriormente, el SMI no es solo una cifra, sino un reflejo del tipo de sociedad que queremos construir. Una en la que el trabajo sea justamente remunerado, en la que el crecimiento económico se distribuya de manera equitativa y en la que nadie se quede atrás. El SMI ha subido un 61% en los últimos años y la economía sigue batiendo récords. No, no ha sido un desastre. Sí, ha sido un avance. Y sí, todavía queda trabajo por hacer. Porque un país que se dice progresista no puede permitirse salarios de miseria. La pregunta ya no es si debemos subir el SMI. Es por qué no lo hemos hecho antes.


viernes, 8 de julio de 2016

Los empleados españoles llevan 16 años perdiendo poder adquisitivo

https://www.larazon.es/economia/empleados-espanoles-llevan-16-anos-perdiendo-poder-adquisitivo_2024012565b1aab5b834070001383dd1.html

 

Los empleados españoles llevan 16 años perdiendo poder adquisitivo

Javier de Antonio, 25 de enero de 2024

 

Los trabajadores españoles llevan 16 años perdiendo poder adquisitivo al elevarse lo salarios por debajo de lo que lo ha hecho la inflación. Ni siquiera el empujón del 8,8% que tuvieron los sueldos de los empleados de base en 2023 –muy por encima del incremento de directivos y cargos medios– ha logrado equilibrar sus emolumentos en relación con el 2007 por culpa d una inflación que no cede.

Así lo constata el informe «Evolución salarial 2007-2023», elaborado por la escuela de negocios Eada e ICSA. En sus conclusiones principales, los analistas de ambas instituciones desvelan que los más beneficiados de las subidas durante los últimos años han sido los cargos más bajos de las compañías, en detrimento de los puestos intermedios. De este modo, el salario medio bruto de los empleados se situó a cierre del pasado ejercicio en 26.406 euros, un 8,8% más, y el de los altos directivos en 88.347 euros, un 3,29% más. Sin embargo, el de los cargos medios alcanzó los 43.062 euros, lo que supone una caída del -3,8%.

El informe apunta que la razón para que se haya producido esta situación de retroceso para los cargos intermedios está relacionada con la sucesión de incrementos del salario mínimo interprofesional (SMI) –especialmente desde 2018, con un salto del 54%, desde los 707 euros a las 1.080 con los que cerró 2023–, los convenios colectivos pactados y a la «amortización que las empresas realizan de estas posiciones en tiempos inciertos y con fluctuaciones como la actual».

Pero es la inflación el factor más determinante de la pérdida de renta relativa. Pese a que los sueldos de los empleados han subido un 34,8% desde 2007, el IPC lo ha hecho por encima en términos lineales, un 36,1%. El incremento acumulado del salario de la dirección fue del 28,59%, casi seis puntos menos, mientras que los mandos intermedios han subido sólo un 23,73%, 11 puntos por debajo. También muestra el informe que el salario medio bruto es más elevado cuanto mayor es la empresa y que los únicos salarios que han experimentado una reducción son los de los cargos intermedios en la mediana empresa (-3,99%) y en la grande (-7,34%). «Estamos asistiendo a una progresiva transformación de las organizaciones que aplanan sus estructuras, lo que implicará menos mandos intermedios y más puestos tecnificados», incidió el director del Área de Estudios de Icsa, David Suárez, que abundó que el sueldo de los empleados ha crecido más en la pequeña empresa (12,18%) y en la mediana (12,34%) que en la más grande (8%).

La industria es el sector que registró los salarios más altos, con 30.171 euros, arrebatando la primera posición a las finanzas y a los seguros, que se situaron en segunda posición (28.816 euros), seguidos de la construcción (24.564 euros), los servicios (21.933 euros) y el transporte (20.966 euros). En las últimas posiciones del ranking volvieron a situarse el comercio y el turismo (18.154 euros).

La Comunidad de Madrid sigue liderando el listado de mejores sueldos y en todas las categorías. Lo demuestra que los altos directivos madrileños perciben 93.636 euros anuales de media, seguidos de los catalanes, 90.322 euros, y los asturianos, que completan el podio con 87.117 euros. La Rioja (75.455 euros) y Extremadura (76.542 euros) cierran el ranking de esta categoría. Entre los cargos medios, los mejor pagados son los de Madrid (45.640 euros), Cataluña (44.025 euros) y Asturias (42.462 euros), mientras que La Rioja (36.778 euros) y Extremadura (35.846 euros) ocupan también los últimos puestos. Respecto a los empleados de base, Madrid sigue está al frente de la lista con 27.987 euros, seguida de Cataluña, con 26.996 euros, mientras que Navarra se sitúa en tercera posición (26.707 euros). A la cola, de nuevo Extremadura (21.981 euros) y La Rioja (22.552 euros).

Con este contexto económico, caracterizado por la «incertidumbre», apunta el estudio, defienden un nuevo modelo de incrementos salariales distinto al actual. «Necesitamos un modelo más sostenible y adaptable», recalcó Suárez, que propone un cambio de sistema retributivo basado en «retribuciones variables, complementos extrasalariales –como seguros médicos o ayudas para guardería–, el teletrabajo o las carreras profesionales», para que la mejora de los salarios que «no se base en incrementos lineales y se vincule más a la productividad».

Suárez, también puso la alerta sobre la incidencia de la Inteligencia Artificial (IA) en el empleo, ya que modificará el mercado laboral y quedarán afectados «seis de cada 10 empleos tecnológicos». De cara a 2024, Suárez avisa de «la situación de incertidumbre» que van a marcar los criterios salariales en las empresas.