lunes, 1 de octubre de 2012

El Despotismo Ilustrado


Los historiadores llaman Despotismo Ilustrado a la forma de gobierno en Europa durante la segunda mitad del siglo XVIII. Los déspotas ilustrados siguieron actuando como monarcas absolutos, pero aceptaron algunas de las ideas ilustradas y realizaron una activa propaganda mostrándose preocupados por el bien de sus súbditos, los cuales eran vistos como incapaces de gobernarse a sí mismos, como si políticamente fueran menores de edad, de ahí el lema del Despotismo Ilustrado: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

Los monarcas absolutos en el siglo XVIII se preocuparon por la opinión pública, que era básicamente la opinión publicada, es decir la minoría de personas cultas que había en cada reino y estaba en contacto con sus iguales del resto de Europa. Los ilustrados apoyarían el Despotismo Ilustrado al verlo como un medio para el progreso y la felicidad de los súbditos, mientras se limitaba el poder de los privilegiados.

Con las reformas que emprendieron los déspotas ilustrados pretendían aumentar su poder y favorecer el crecimiento económico de sus reinos. El poder de los reyes en el siglo XVIII se veía estorbado por los privilegios de la Iglesia, de la nobleza y de instituciones como los gremios, por ello los déspotas ilustrados van a recurrir a la colaboración de personas cualificadas y con nuevas ideas, dispuestas a reformar e impulsar el desarrollo político y económico de las naciones. El monarca ilustrado es un soberano que acepta los principios de la Ilustración y desea ponerlos en práctica para lograr una mayor eficacia en el Estado, en beneficio de éste y de los súbditos.

Las reformas realizadas por los déspotas ilustrados fueron:

-       En materia de religión los déspotas ilustrados siguieron las ideas de los “filósofos” y se mostraron tolerantes con las distintas religiones de sus súbditos (judíos, una fe cristiana distinta). Al mismo tiempo los reyes intentaron controlar a las distintas iglesias dentro de sus reinos (regalismo=nombramiento de cargos religiosos por el rey). En el caso de los países católicos se enfrentaron a la oposición de las órdenes religiosas, como la Compañía de Jesús, que fue expulsada de países como Portugal (1759) o España (1767).

-       En la administración apoyaron el centralismo y la uniformidad de las instituciones (extensión a todo el reino de determinadas leyes e impuestos). También dieron puestos importantes a funcionarios técnicos [especializados] sin importar su origen social (pequeña nobleza, burguesía).

-       La educación se abrió a más capas sociales mediante nuevas instituciones docentes (Colegios de Medicina, Escuelas de Ingenieros) y se orientó hacia las “ciencias útiles”, experimentales, con aplicación práctica en la producción de riqueza. Se desarrollaron las academias (Lengua, Historia) y se fundaron sociedades científicas.

-       La organización económica de los estados se vio afectada por múltiples intentos de reforma, pues los déspotas absolutos estaban muy interesados en mejorar la producción de riqueza dentro de sus reinos. Así, se intentó:

·      Favorecer el acceso a la propiedad.

·      Luchar contra los monopolios comerciales no provechosos y el intervencionismo económico de los gremios. Los reyes crearon leyes que favorecían el libre comercio.

·       Impulsar la colonización de tierras dentro de los reinos que estaban abandonadas favoreciendo la instalación de extranjeros. Esto pasaba desde Rusia hasta España (La Carolina).

·      El fomento de las obras públicas.


El Despotismo Ilustrado no tuvo éxito con muchas de sus reformas porque los monarcas absolutos nunca se plantearon eliminar los privilegios de la nobleza y de la Iglesia, los estamentos sobre los que se apoyaba la autoridad de los reyes. El fracaso de las reformas centradas en el uso de la tierra, que era la principal fuente de riqueza en el Antiguo Régimen, y el mantenimiento de la situación de desigualdad social basada en el privilegio significaron la frustración de las esperanzas de los ilustrados y de la burguesía en un cambio social.

Los efectos a largo plazo del Despotismo Ilustrado fueron un aumento del poder del Estado y un descontento por parte de las burguesía europeas que ayudaría al surgimiento de las ideas revolucionarias.

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