viernes, 29 de septiembre de 2017

Mausoleo de los Julios en Glanum (actual Saint-Rémy-de-Provence)



Desperta Ferro Antigua y Medieval nº19


Bajorrelieve que orna el zócalo sudoriental del MAUSOLEO DE LOS JULIOS, Saint-Rémy-de-Provence. Fue construido por tres hermanos de la gens Julia en honor a sus padres. Su progenitor fue un tal Cayo, galo de la Provincia –la Narbonense- que habría obtenido la ciudadanía romana gracias a César –de ahí ese nomen, Julios-, probablemente durante la estancia de este en la Transalpina en el invierno del 51-50 a. C. Aunque el monumento se ha datado tradicionalmente alrededor del 30-20 a. C., estudios recientes los sitúan alrededor del año 40 a. C. siguiendo criterios estilísticos. La escena aquí reproducida se ha interpretado como una exaltación del valor de Cayo el Joven, hijo difunto del fundador de la estirpe, que habría militado en la Legión VI, reclutada en la Provincia y cuyos veteranos se asentaron tras la guerra civil en la zona, en las inmediaciones de Arelate. La Legión VI participó en Farsalia, acompañó a César a Alejandría y fue decisiva, aún muy mermada de efectivos, en su victoria de Zela. Cayo el Joven, que sería la figura central en la escena, habría muerto en Zela, identificándose esta batalla por la presencia de una amazona que cae del caballo a la derecha de aquel; una Victoria que sujeta un trofeo heroiza a Cayo, cuyos compungidos padres reciben la noticia de su muerte en la esquina superior izquierda del relieve.





Desperta Ferro Antigua y Medieval nº25

Detalle de uno de los frisos del Mausoleo de Glanum o MAUSOLEO DE LOS JULIOS, Saint-Rémy-de-Provence, Francia, c. 40-20 a. C. Se trata de un complejo mausoleo familiar erigido por los tres hijos de un matrimonio cuyo nombre familiar es el de Julio; se explica que encontremos una familia con tal nombre en la Galia si entendemos que el servicio en el ejército permitía a los no romanos obtener la ciudadanía romana. En el momento de obtenerla, era costumbre que cambiaran sus nombres indígenas por aquel de la persona con quien habían combatido, por lo que es probable que en este caso se trate de la tumba de un antiguo veterano de César –cuyo nomen era igualmente Julio-. La riqueza del mausoleo sugiere que nos hallamos ante una aristócrata galo, quizá acaso uno de los equites galos de los que habla el propio César, que devienen en equites romani (César, Bell. Gal. I.31; VII. 38). En otros relieves, aquí no visibles, se representan escenas mitológicas y concretamente una amazonomaquia, la caza del jabalí de Calidón por Meleagro, Cástor y Pólux, y una escena de la Guerra de Troya con la lucha en torno al cadáver de Patroclo. Por el contrario, la escena que aquí vemos podría representar un hecho real. Dado que en la iconografía funeraria romana era usual la representación del difunto, se puede sugerir que en este relieve se le muestre en algún hecho bélico reseñable de su propia vida. Lo que vemos es un combate entre jinetes armados y vestidos de forma bastante homogénea, lo que nos impide distinguir a los miembros de una u otra hueste. Hacen uso de un género de silla de montar “de cuernos” –bien visible en el caballo moribundo en primer plano-, así llamada por los cuatro pomos que “ajustaban” al jinete y le permitían cargar sin miedo a la caída, dada la ausencia de estribos. Los jinetes visten un modelo de protección de lino encolado de tipo griego (linothorax) de cuyos extremos penden pterugues o cintas de cuero que protegen los hombros y la cadera. Hacen uso de escudos cóncavos redondos de tipo igualmente griego (aspis en griego, clipeus en latín) aparentemente enmangados (y no embrazados) y blanden lanzas y espadas. De estas últimas destaca su longitud y silueta pistiliforme, así como la punta triangular muy aguzada, todo lo cual se corresponde con lo que sabemos del modelo de espada empleada por las legiones romanas tardorrepublicanas: el gladius hispaniensis cuyo prototipo era, a decir de los propios romanos (y que la arqueología se está encargando de confirmar) un arma propia de los pueblos peninsulares prerromanos adoptada por Roma en el curso de la conquista de estos territorios. Los cascos son de tipología variada: de tipo ático el del segundo jinete por la izquierda; de tipo Montefortino avanzado el del jinete que blande gladius –variante tardía dotada ya de amplios cubrenucas-; quizás un casco galo de tipo Port el del que lucha contra él, con su calota redondeada y chata. La mayoría de ellos se decoran con penachos y en un caso presenta sendos cuernos, de lo que no tenemos refrendo arqueológico para la época pero si iconográfico –por ejemplo en el Arco de Orange-, lo que quizás indica un combate acaecido durante la Guerra de las Galias.










2 comentarios:

  1. hola que tal ?
    me gustaria saber si me podria pasar fotos d elos ortrso relieves que menciona .
    Su articulo es muy interesante pero demasiado corto, me hubiera gustado un analisis detallado a nivel iconográfico de cada friso. Tambien aprovecco para preguntarle como es posible el estado tan malo de conservacion: este pareciera no ser solo obra del tiempo los elementos , sino de vandalismo, que es lo que se puede ver en muchas ruinas clasicas en paises musulmanes.
    agaurdo su rta y desde ya mil gracias

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  2. Gracias por el comentario.

    El análisis no es mío. Simplemente lo he copiado de la revista española Desperta Ferro especializada en historia militar.

    Lo único original es que he añadido algunas fotos, que he buscado personalmente, a las que ilustraban el artículo.

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