PÁGINA
61
Los
templos
El
estado de conservación de los templos etruscos es muy deficiente, porque, con
la excepción de la parte inferior, de piedra, el resto se construía con
materiales perecederos como la madera y el ladrillo.
No
obstante, gracias a las descripciones del arquitecto romano Vitrubio, sabemos que
estos edificios tenían planta cuadrangular, descansaban sobre un podio alto y
tenían un pórtico de columnas, tras el cual solía haber tres puertas que
conducían a tres cellas paralelas dedicadas a las tres principales divinidades
etruscas. También había santuarios de una sola cella.
A
diferencia de los templos griegos, los etruscos daban más importancia a uno de los
lados del santuario, concretamente la fachada de entrada, la cual quedaba
realzada mediante el profundo pórtico columnario y las escaleras que le daban
acceso. El techo tenía cubierta a dos aguas, y a menudo estaba decorado con
frisos escultóricos y con estatuas de terracota en los extremos.
En sus
inscripciones, Vitrubio también señala el uso del orden toscano, un orden
arquitectónico arquitrabado que, además, es una innovación etrusca. Este orden,
adoptado después por el arte romano, presenta dos características:
a) Una
columna lisa con basa y capitel geométrico a la manera dórica, compuesto también
de collarino, equino y ábaco.
b) Un
entablamento formado por un arquitrabe liso, un friso sencillo sin triglifos ni
metopas, y una cornisa.
PIES DE IMAGEN
En la necrópolis del Crucifijo del Tufo (Orvieto, s. VI-V a. C.)
las tumbas se sitúan unas a continuación de otras, alineándose al exterior las
puertas.
Entre las tumbas de la necrópolis etrusca de Orvieto también las
encontramos excavadas en la roca, con forma rectangular.
Modelo de templo etrusco pseudoperíptero, con cella abierta y doble
representación del dios Baco en el tímpano. Es un pequeño objeto votivo de
arcilla fina de color rosa.
PÁGINA
62 (Arte clásico: Roma)
El
realismo escultórico
La escultura
etrusca también se sitúa, por la función y la temática, principalmente en el
ámbito funerario. Los sarcófagos fueron la tipología escultórica más destacada.
Estas obras, esculpidas mayoritariamente en bronce y terracota, reproducen a
los difuntos con una gran veracidad en una escena relajada y cotidiana, como es
el caso del Sarcófago de los esposos de Cerveteri.
Esta
voluntad de fidelidad realista por reproducir los rasgos físicos de los
difuntos revela un aspecto básico de la cultura etrusca: el profundo temor a la
muerte y al olvido, y la creencia de que el difunto viviría en otra vida.
Formalmente,
en la escultura etrusca se adivinan aspectos de la escultura arcaica griega,
como la sonrisa forzada, los ojos almendrados, el uso de la geometría y un
cierto hieratismo.
Estas
mismas características son las que determinan la escultura de las estatuas exentas
que solían adornar los templos, de las cuales el ejemplo más destacado es el Apolo
de Veyes.
Otro
género muy popular en la escultura fue el retrato, cuyo elevado realismo tuvo una
gran incidencia en la estatuaria romana. Igualmente importantes fueron las representaciones
escultóricas de animales míticos o fantásticos, como, por ejemplo, la Quimera
de Arezzo.
PIES DE IMAGEN
La Quimera de Arezzo (s. V-IV a. C.), Museo Archeologico
Nazionale, Florencia. Es un perfecto ejemplo de arte mitológico etrusco.
Esculpido en bronce, sorprende por su vitalidad y su energía.
Supuesto retrato de Lucio Junio Bruto en un busto de posible origen
etrusco (300 a. C.), Musei Capitolini, Roma.
Sarcófago de Laetitia Seianti (s. II a. C.), Museo Archeologico
Nazionale, Chiusi. Era común que los escultores representasen al difunto en una
actitud cotidiana relajada.
El Apolo de Veyes (510-490 a. C.), Museo Nazionale Etrusco, Roma.
Escultura de terracota que presenta una clara influencia del arte arcaico
griego.
PÁGINA 67
-
Anfiteatro. De planta elíptica, surge de la unión de dos teatros. Allí se celebraban
luchas de gladiadores, naumaquias y venationes (luchas de animales).
El Coliseo de Roma es el ejemplo más importante, pero también cabe destacar el
anfiteatro de Nimes, Francia, y los de Mérida y Tarragona, en España.
-
Circo. Lugar donde se organizaban las carreras de cuadrigas (caballos y carros)
y se realizaban actividades atléticas. A pesar de su mal estado de conservación,
destaca la magnificencia del circo Máximo en Roma.
b)
Monumentos de carácter administrativo. El más importante es la basílica, un edificio
generalmente rectangular formado por tres naves cubiertas con una bóveda de cañón
y media cúpula al fondo, destinada al comercio, a la administración de justicia
y a diversos actos públicos. La más importante es la basílica de Majencio en el
foro de Roma.
c)
Monumentos conmemorativos. Son elementos arquitectónicos como los altares, columnas
y arcos, extraídos de su contexto constructivo habitual, individualizados y magnificados,
que recuerdan perennemente las gestas del Imperio.
-
Columnas conmemorativos. Pueden ser de dos tipos: la columna rostral, con el fuste
decorado con elementos escultóricos que representaban la proa de un barco (rostrum),
y que recordaba victorias navales, y la columna historiada, con el fuste recubierto
con relieves de gestas bélicas, como la columna Trajana, sin duda el mejor ejemplo.
- Arcos
de triunfo. Construidos en el foro o en los accesos de las ciudades; podían ser
de una o de tres arcadas. Los arcos de Tito y de Septimio Severo en Roma y el
de Bará en Tarragona son excelentes ejemplos.
Materiales
Los
romanos construían la mayoría de sus edificios con piedra y ladrillo, pero a
partir del siglo II a. C. también utilizaron el mármol para las columnas y el
revestimiento de lujo.
Los
romanos también usaron nuevos tipos de paramento para levantar muros; el más importante
fue el opus caementicium, realizado con una mezcla de piedras pequeñas, grava,
arena, cal y agua, que era equiparable al hormigón actual y que permitía cubrir
grandes espacios.
INFORMACIÓN
AÑADIDA
El arco de Tito en Roma (s. I d. C.) presenta elementos decorativos
y constructivos innovadores, como los capiteles compuestos de las columnas y
las ventanas ciegas.
El anfiteatro romano de Tarragona (s. II d. C.) presenta una parte
de la cávea excavada en la roca y la otra construida sobre bóvedas inclinadas en
opus caementicium.
Basílica de Majencio o de Constantino (s. IV d. C.), Roma. De
proporciones colosales, aún conserva el arranque de los arcos que sostenían las
tres bóvedas de la nave central.
PÁGINA 68
3.6.
REALISMO E IDEALISMO DE LA ESCULTURA ROMANA
La
escultura romana se subordina claramente a la arquitectura, ya que la mayoría
de las obras escultóricas tienen como objetivo ornamentar edificios o
monumentos. En cuanto al estilo, la estatuaria romana está influenciada por el
arte etrusco y el arte griego, por el cual Roma sintió una gran admiración
cultural. En este sentido, cabe señalar la gran cantidad de copias en mármol
realizadas a partir de originales griegos en bronce desgraciadamente
desaparecidos.
Además
del mármol, los escultores romanos también trabajaron con piedra y bronce, materiales
con los que desarrollaron dos géneros escultóricos propios: el retrato y el relieve
histórico.
El
retrato
En esta
tipología se incluyen el busto, la escultura exenta y la escultura ecuestre.
Esta última tipología está representada por la estatua de Marco Aurelio, modelo
para las estatuas ecuestres del Renacimiento.
En un
primer momento estos retratos tienen como referencia la escultura funeraria etrusca
y la tendencia realista de la estatuaria griega del período helenístico (siglo
III a. C.). Posteriormente, en el siglo I d. C., el retrato imperial adopta un
cierto idealismo, propio del período clásico griego, pero muy afectado por la
corriente popular que humaniza los gestos. Gradualmente se simplifican las
formas, y en el período del Bajo Imperio o tardorromano (siglos III-V) se
tiende a la esquematización y aparece una
evidente
voluntad de solemnizar el personaje, anticipando la rigidez del retrato bizantino.
INFORMACIÓN AÑADIDA
Retrato ecuestre de Marco Aurelio (s. II d. C.), Roma. Escultura en
bronce del emperador a caballo. Este modelo tuvo gran influencia en el
Renacimiento italiano del s. XV.
Busto de Tito Flavio Vespasiano (s. I d. C.), Musei Capitolini,
Roma. El escultor retrata al emperador con gran realismo, sin idealizar al
personaje.
La dama de la permanente (s. II d. C.), Musei Capitolini, Roma. En
los retratos femeninos, el peinado sirve a los historiadores para identificar
su época.
Estatua Barberini (finales s. I a. C.), Musei Capitolini, Roma. Este
senador lleva en las manos los retratos de sus antepasados, probablemente
realizados a partir de las máscaras mortuorias que se hacían en cera, como era
costumbre en las clases altas de la sociedad romana.
Página 69
El
relieve histórico
El
relieve histórico se caracteriza por su alto grado narrativo, y por cómo recrea
con gran realismo y vivacidad numerosas escenas bélicas que subrayan la
grandeza del Imperio. En este sentido destaca el gusto por la creación del
paisaje y la decoración arquitectónica.
Estos
relieves se esculpen en impresionantes monumentos conmemorativos, como altares
(aras) -Ara Pacis, en Roma-, arcos de triunfo y columnas exentas. La
adecuación de los relieves al espacio arquitectónico tiene en la decoración helicoidal
de la Columna Trajana un ejemplo paradigmático; también es el mejor documento
escultórico que se ha hecho
nunca
de un emperador.
Información añadida mediante imágenes:
Relieve del arco de Septimio Severo (203), Museo
Archeologico Nazionale, Roma. La combinación del bajo, el alto y el
medio relieve, permite al escultor dotar a la obra de una cierta perspectiva.
Relieve del Arco de Constantino (procede de un monumento de Marco
Aurelio, s. II d. C). El alto grado de realismo del relieve histórico permite
incluso identificar a los personajes.
Columna Trajana (s. II a. C.), Roma. En una franja helicoidal, que
recorre toda la columna de arriba a abajo, se narra, con relieves, la conquista
de la Dacia por las legiones de Trajano.
Cabeza de Constantino (s. IV), Musei Capitolini, Roma. Aunque la
expresión del rostro es intensa, el modelado es seco y duro y ya anticipa la
rigidez hierática de la escultura bizantina.
Página 70
3.7.
LA DECORACIÓN PICTÓRICA
La
cultura y el arte griegos fueron referentes permanentes de la pintura romana
desde sus orígenes. La llegada de obras pictóricas procedentes de los botines
obtenidos en Grecia influyó sobre los temas, de manera que aumentaron gradualmente
las escenas mitológicas y la plasmación de los ritos religiosos.
A
partir del siglo I a. C., se extendió la práctica de la
decoración
de interiores de casas, palacios, edificios públicos y religiosos, utilizando
la técnica de la pintura mural al fresco y mostrando una preferencia mayor por
temáticas cotidianas.
La
mayor parte de estas obras se han podido conservar gracias a la erupción del
Vesubio del año 79 d. C., que sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano y
preservó edificios intactos. En conjunto, estas pinturas se caracterizan por un
alto grado de realismo, en el cual destaca el uso de la perspectiva
-que se
consigue disminuyendo el tamaño de las figuras y difuminando los detalles para
dar la sensación de profundidad-, el detallismo, la precisión, la riqueza
cromática y la fuerza expresiva.
Tradicionalmente
se establecen cuatro estilos o sistemas pictóricos muy diferenciados:
a)
Primer estilo o estilo de incrustación. Desarrollado
desde
mediados del siglo II a. C. hasta comienzos del
siglo I
a. C., este estilo presenta una influencia griega
intensa,
que se caracteriza por la imitación de grandes losas de mármol o columnas, como
es el caso de la Casa dei Griffi o de los Grifos en Roma.
b)
Segundo estilo o estilo arquitectónico. Apareció en
Roma a
comienzos del siglo I a. C., y simulaba elementos arquitectónicos pintados,
como si toda la pared se abriese al exterior, tratando de crear una sensación
ilusionista. A medida que el estilo evolucionó, se incorporaron escenas mitológicas
paisajísticas o humanas en el centro del muro, como si fuesen ventanas pequeñas
o cuadros colgados.
Las
pinturas que decoran la Villa Fanio Sinistor de Boscoreale o los grandes frisos
de la Villa dei Misteri en Pompeya son algunos de los ejemplos más notables.
Información añadida mediante imágenes:
Vista del Vesubio desde las ruinas de la ciudad de Pompeya. En
muchos de los edificios de esta ciudad se han encontrado pinturas en muy buen
estado de conservación.
Los frescos de la Villa Fanio Sinistor de Boscoreale (s. I a. C.) simulan
muy bien los elementos arquitectónicos propios del segundo estilo pictórico.
Los frescos de la Villa dei Misteri de Pompeya (s. I a. C.) forman frisos
de grandes figuras, extendidos por los muros como un zócalo alto. Representan
la iniciación en los ritos báquicos y crean una ilusión de perspectiva.
71
c)
Tercer estilo o estilo ornamental. Nacido durante las últimas décadas del siglo
I a. C. en Roma, y desarrollado bajo la moda impuesta desde la corte imperial
de Augusto, este estilo sustituyó los edificios del segundo estilo por una
arquitectura fantástica y de perspectivas imposibles que, sin ocupar todo el
muro, se abrían como ventanas a un mundo imaginario en medio de las paredes.
También era frecuente la presencia de esculturas que simulaban que sostenían la
ventana.
Las
pinturas del triclinium (comedor) de la Villa di Livia de Prima Porta
son un buen ejemplo del estilo ornamental.
d)
Cuarto estilo o estilo ilusionista. Apareció en Pompeya después del terremoto
del 62 d. C. Se caracteriza por la reaparición de las arquitecturas del segundo
estilo, pero con más presencia de escenas amorosas, picarescas, mitológicas y
de la vida cotidiana y familiar.
Otra
característica es la calidad escenográfica de algunas pinturas que reproducen
escenas teatrales con cortinajes, telones y máscaras.
Son un
ejemplo excelente para la caracterización de este estilo los frescos que
decoran la Casa di Marco Lucrezio en Pompeya.
Además
de la pintura mural también se han conservado pinturas sobre madera y al temple
o encáustica (a la cera), que muestran las mismas características realistas
propias del arte romano.
Información añadida:
Fresco de la Villa di Livia de Prima Porta, en Roma (finales
del s. I a. C.), que refleja el estilo ornamental (tercer estilo) con
perspectivas de un jardín imaginario.
Fresco de la Casa di Marco Lucrezio, en Pompeya (s. I d. C.),
representativo del estilo ilusionista (cuarto estilo) con figuras
arquitectónicas y escenas con personas.
Interior de un dormitorio de la Villa de Boscoreale en el
cual se aprecia la riqueza y la sofisticación de la pintura mural.
72
3.8. EL
DETALLISMO DEL MOSAICO
El
mosaico romano es un legado helenístico, llegado a través de las antiguas
colonias griegas del Sur de la península Itálica. Su gran desarrollo se produce
en la época imperial (siglos I a. C.-II d. C.), y su aplicación, tanto en el
suelo como en las paredes de las casas particulares y de edificios públicos, es
claramente ornamental.
El
mosaico se construye con trocitos de pasta de vidrio, esmalte o mármol llamados
teselas. Según el tamaño y la forma de las teselas se distinguen tres técnicas
diferentes: el opus tessellatum y el opus vermiculatum, de
herencia griega, y el opus sectile, creado con fragmentos de mármol de
diverso tamaño. El opus sectile era la técnica habitual en edificios públicos
y privados de gran suntuosidad.
Al
principio el mosaico romano representa temas de la mitología y de la pintura
griegas, como La batalla de Isos entre Alejandro y los persas. Más
tarde, el gusto por el detalle y por los colores vivos, tomado de la pintura
mural, permitió un amplio repertorio temático, que incluye motivos vegetales y
figuras geométricas.
Información añadida:
Músicos de calle (s. I. a. C.), mosaico encontrado en la Villa del
Cicerone de Pompeya es de tipo costumbrista y anecdótico.
Detalle del mosaico La batalla de Isos (s. I. a. C.) que
refleja los rostros del rey persa Darío y sus Inmortales, nerviosos, asustados
y despavoridos ante el desastre.
Alejandro Magno en la batalla de Isos, mosaico
de la Casa del Fauno de Pompeya. Entre sus características principales cabe
citar las grandes dimensiones (5 por 2,70 m), los colores (blanco, amarillo,
rojo y negro) con diversos matices, el movimiento frenético, el uso
del escorzo en la perspectiva y el expresionismo de los rostros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario