lunes, 9 de noviembre de 2015

5. LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DEL ARTE CRISTIANO. HISTORIA DEL ARTE, Santillana, 2023

HISTORIA DEL ARTE, Santillana, 2023

5. LAS PRIMERAS MANIFESTACIONES DEL ARTE CRISTIANO

 

1. El arte paleocristiano

Durante la época de las persecuciones, los cristianos se reunían en lugares de manera clandestina. Por un lado, estaban los tituli, que eran pequeños espacios adaptados al culto dentro de casas particulares. Por otro lado, estaban las catacumbas, cementerios subterráneos, no exclusivos del cristianismo, formados por galerías en cuyos muros se ubicaban los nichos.

En el año 313, el emperador Constantino promulgó el Edicto de Milán, con el que legalizaba el cristianismo en el Imperio y se convertía a esta religión. Los adeptos se multiplicaron y los anteriores recintos para el culto ya no eran capaces de albergar la gran afluencia de fieles. La solución a este problema se encontró en un edificio pagano: la basílica. Los cristianos tomaron el modelo romano y lo adaptaron a sus necesidades.

 

1.1. La arquitectura paleocristiana

Entre todos los edificios existentes en la arquitectura romana, los cristianos eligieron como modelo la basílica, debido a sus dimensiones y estructura. A partir de entonces, la basílica se convirtió en templo cristiano. Los primeros cristianos también desarrollaron otros edificios, necesarios para cubrir funciones específicas. Levantaron mausoleos para albergar la sepultura de las personalidades importantes para la comunidad; martyria (en singular martyrium), para recoger y adorar las reliquias de los santos y los mártires; y baptisterios, donde se bautizaba a los fieles por inmersión.

 

La basílica

Para los romanos, la basílica era el edificio donde se administraba justicia y se llevaban a cabo los negocios. Tenía planta rectangular y se dividía en naves longitudinales separadas por columnas. Al fondo solía haber un ábside donde se situaba el tribunal. En la entrada, un nártex servía de vestíbulo. Los cristianos mantuvieron la estructura de la basílica, pero cambiaron las funciones de los espacios interiores, para adaptarlos a su liturgia:

• Mantuvieron la planta rectangular, la división longitudinal en naves y la separación por columnas. El número de naves era impar, de manera que la central podía ser más ancha y alta que las laterales. Así podía albergar un claristorio para iluminar todo el espacio.

• El acceso al templo se realizaba a través de un atrio, al fondo del cual se situaba el nártex. Este espacio se reservaba para los catecúmenos o fieles aún no iniciados, ya que solo los bautizados podían acceder al interior.

• Al final de la nave central, en la cabecera, se encontraba el presbiterio, en forma de ábside, donde se sitúan el obispo y los presbíteros alrededor de un altar. Este hemiciclo estaba encuadrado por un gran arco de medio punto que reproducía los arcos de triunfo romanos, tanto en su forma como en su significado.

• Justo delante del ábside se situaba el transepto, otra nave que recorría la basílica en sentido transversal.

 

Las basílicas se cubrían con tejados a doble vertiente en la nave central y un tejado sencillo en las laterales. El interior no era abovedado, sino que se usaba un armazón de madera, a veces oculto por casetones. Los ricos materiales empleados y la decoración a base de mármoles, mosaicos y pinturas murales, en contraposición al exterior sobrio, contribuyeron a crear un espacio espiritual y casi sobrenatural. A esto también ayudaba la luz del claristorio, que era tamizada por las columnas que separaban las naves.

 

Ejemplos de basílicas de las primeras épocas son:

● La basílica de San Juan de Letrán (hacia el año 313) fue una de las primeras basílicas cristianas que se construyeron en Roma después del Edicto de Milán.

● La antigua basílica de San Pedro del Vaticano, edificada hacia el año 320 sobre la tumba de san Pedro Apóstol. Estaba compuesta por cinco naves y tenía adosado en uno de los brazos del transepto un martyrium, donde reposaban los restos del apóstol, y un baptisterio. Rápidamente se convirtió en el modelo a seguir para las futuras construcciones.

● En la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén se une la planta centralizada del martyrium del sepulcro de Cristo con la planta longitudinal de la basílica. En este caso, siguiendo el eje longitudinal del conjunto, el martyrium se sitúa detrás del templo, separado por un gran patio.

● La basílica de Santa Sabina, en Roma, está formada por tres naves separadas por arcadas sobre columnas de orden corintio.

● La basílica de Santa María la Mayor, en Roma, fue la primera dedicada a la Virgen María. En ella se utiliza un sistema arquitrabado para dividir las naves.

 

La basílica: de edificio administrativo a templo

En una basílica paleocristiana toda la concepción arquitectónica (camino central marcado por el eje longitudinal, luz del claristorio y arco de triunfo) está pensada para dirigir la mirada del fiel al ábside, que es el centro de la liturgia. Por otra parte, al incluir un transepto se busca el simbolismo de reproducir la cruz de Cristo en la planta del templo, en forma de cruz latina.

Las personas cristianas cambiaron el concepto y el sentido de la basílica para adecuarlo a las nuevas necesidades de culto y reunión de los fieles. Así, la basílica se convirtió en la base de la iglesia medieval. En la Edad Media se desarrollaron las diferentes zonas y espacios arquitectónicos, y se desplegó todo un simbolismo, que todavía hoy está vigente.

 

El mausoleo

Estas construcciones suntuosas eran edificios destinados a albergar la sepultura de personajes importantes para la comunidad. Utilizaban, como los baptisterios y los martyria, la planta centralizada, generalmente de cruz griega, circular u octogonal, con el fin de situar en el centro el objeto de veneración y facilitar el tránsito de los fieles a su alrededor.

Entre los mausoleos destaca el de Santa Constanza, encargado construir en Roma por Constantino para enterrar a su hija. El espacio central, cubierto con cúpula, estaba destinado a acoger el sarcófago de Constanza. Alrededor, separada por una doble columnata, corría una galería cubierta con bóveda de cañón. Rodeando el muro exterior había otra hilera de columnas, pero esta última no ha llegado hasta nuestros días.

 

1.2. La escultura paleocristiana

Los primeros cristianos no solo creían en la resurrección del alma, sino también de la carne; por ello, enterraban los cuerpos en lugar de incinerarlos. A partir de la conversión al cristianismo del emperador Constantino, muchos patricios romanos hicieron lo mismo y empezaron a encargar ricos sarcófagos con relieves esculpidos. Esta costumbre dio lugar a la aparición de una escultura funeraria que, técnica y formalmente, no supone ninguna novedad respecto a la escultura romana del Bajo Imperio.

Entre los temas más representados en estos relieves se encuentran los de Jonás y la ballena, Daniel en el foso de los leones, Adán y Eva, Moisés y las tablas de la ley, y la Pasión de Cristo, que triunfa sobre la muerte.

 

1.3. La pintura de las catacumbas

La mayor parte de la decoración de las catacumbas la encontramos en los cubículos. Las paredes y techos de estos espacios tenían pinturas murales que se caracterizaban por:

• El predominio del mensaje sobre la forma.

• Las imágenes son casi planas y cuentan con un perfilado muy marcado.

• Los fondos son neutros y no suele haber representación del espacio en perspectiva.

• Predominio de temas relacionados con la salvación de las almas, ya que esta creencia es una de las novedades que aporta la religión cristiana. También se muestra la figura de Cristo, que al principio aparecía como un joven imberbe. Los fieles orando son ampliamente representados. Destaca la figura de una mujer que levanta los brazos, la orante; se trata de un personaje simbólico que implora con el fin de alcanzar la gracia de Dios.

• Al igual que en la arquitectura y la escultura, la pintura asimila y adapta los temas paganos, aunque para los cristianos tenían otro significado. Así, por ejemplo, la iconografía cristiana toma la figura del Moscóforo griego para representar al «Buen Pastor»: Cristo como pastor que guía las almas, simbolizadas por los corderos.

 

2. El arte bizantino

Después de la caída del Imperio de Occidente en el año 476, el Imperio de Oriente o Imperio bizantino se convirtió en el transmisor del legado cultural y político de la antigua Roma. Al mismo tiempo, debido a su situación geográfica, se vio favorecido por influencias orientales y griegas, y así surgieron un arte y una cultura con personalidad propia. De hecho, Bizancio se convirtió en el eje de una larga civilización que perduró hasta que los turcos otomanos conquistaron Constantinopla en el año 1453.

El arte bizantino alcanzó su máximo apogeo y esplendor durante el reinado del emperador Justiniano (527-565), quien ostentó no solo el poder político, sino también el religioso (forma de poder conocida como cesaropapismo).

La arquitectura y el mosaico alcanzaron mayor desarrollo en el arte bizantino. Las imágenes representadas en los mosaicos fueron fundamentales para difundir la doctrina de la religión cristiana.

 

2.1. La arquitectura: Rávena y Constantinopla

En general, el arte bizantino se consideró heredero de las formas romanas. La arquitectura bizantina, como la romana, es abovedada y da más importancia al interior de los edificios que al exterior. No obstante, la arquitectura bizantina tiene sus propias características:

·  Empleo de bóvedas. Los arquitectos bizantinos edificaron cúpulas de proporciones gigantescas, como la de Santa Sofía de Constantinopla, con más de 30 metros de diámetro. 

·  Utilizaron el capitel con cimacio, el más característico del arte bizantino. Además, emplearon los capiteles clásicos, en los que introdujeron modificaciones, como la decoración zoomorfa o la vegetal.

·  Los edificios religiosos bizantinos seguían en su planta los modelos propios de los primeros cristianos: la planta basilical y la central, que permitían el uso de enormes cúpulas.

Las muestras más importantes de arquitectura bizantina se encuentran en Constantinopla y en Rávena, ciudad situada al norte de Italia.

En Rávena se edificó la iglesia de San Apolinar in Classe, un edificio de planta basilical de tres naves separadas por columnas de mármol con arcos. Destaca la riqueza decorativa del mosaico del ábside, al que precede un arco de triunfo. Esta estructura está pensada para dirigir la mirada del fiel hacia el altar, centro litúrgico de los templos cristianos.

La obra maestra del arte bizantino es la basílica de Santa Sofía de Constantinopla. Es una obra clave de la historia de la arquitectura, debido al sistema de pechinas que utiliza. Este permite pasar de la forma cuadrada que se sigue en la planta a la circular adoptada en la enorme cúpula.

También en Rávena está la iglesia de San Vital. Sigue el modelo de planta centralizada octogonal, aunque una cabecera con ábside marca el eje principal. Este modelo de planta triunfó en la arquitectura bizantina. Tiene un amplio nártex situado de manera oblicua respecto al ábside. El interior está ricamente decorado con mármoles, pinturas murales y mosaicos. Estos últimos, que representan al emperador Justiniano y la emperatriz Teodora con sus correspondientes séquitos son considerados como los más importantes del arte bizantino.

 

2.2. El mosaico

Los bizantinos utilizaron la técnica del mosaico para embellecer por dentro sus edificios, ya que con ellos recubrían casi la totalidad de los muros de los templos.

Los mosaicos conservados más importantes se encuentran en el presbiterio de la iglesia de San Vital de Rávena, donde se representa al emperador Justiniano y a la emperatriz Teodora acompañados de sus respectivos séquitos.

 

PUNTOS DE VISTA

El mosaico bizantino frente al romano

Los mosaicos bizantinos no tuvieron el naturalismo que alcanzaron en Roma, pero destacaron por su técnica y riqueza lumínica y cromática. En muchos mosaicos emplearon, incluso, piedras preciosas o se cubrieron las teselas con pan de oro. La luz que se filtraba por las ventanas reverberaba sobre los mármoles y los brillantes mosaicos produciendo un efecto místico y casi sobrenatural.

En cuanto a la temática, frente a los contenidos costumbristas o mitológicos romanos, en el mosaico bizantino predominan las escenas religiosas. De especial interés son las representaciones del Pantocrátor (Cristo todopoderoso sentado y bendiciendo), la virgen o la Déesis (Cristo entre la Virgen y san Juan Bautista).  Esta iconografía cristiana se consolidó en la Edad Media y alcanzó gran desarrollo.

Destacan los mosaicos del ábside de San Vital con Cristo entronizado, las procesiones de las vírgenes y los mártires sobre las arcadas de la nave central de San Apolinar el Nuevo, y el ábside de San Apolinar in Classe. 

 

2.3. Los iconos

La palabra icono, del griego eikon, significa «imagen», y designa las representaciones religiosas de la Iglesia cristiana ortodoxa.

En Bizancio, tras el periodo iconoclasta de destrucción y prohibición de imágenes, a mediados del siglo IX surgió la necesidad de justificar la representación de Dios, la Virgen y los santos. A partir de este momento, un icono ya no fue solamente la imagen formal de la divinidad con aspecto humano, puesto que dicha pintura contenía la esencia de aquello representado y, por tanto, era sagrada. Así, la veneración al icono no suponía un acto de idolatría, ya que no iba dirigida al elemento material, sino a la divinidad que contenía.

En los templos cristianos ortodoxos, los iconos se exponen para su adoración tras una especie de muro llamado iconostasio. 

 

3. El prerrománico español: el arte visigodo

El arte visigodo, que se extiende desde el siglo VI hasta la llegada de los musulmanes a la Península a principios del siglo VIII, alcanzó su mayor esplendor en el siglo VII. El pueblo visigodo estaba fuertemente romanizado, ya que había convivido con los ejércitos romanos en las fronteras del Imperio. Por tanto, su arte aglutina la cultura germánica con el arte tardo­romano.

 

3.1. La arquitectura

Al contrario de lo que sucedía en Roma, que era una civilización eminentemente urbana, la mayoría de edificaciones visigodas se sitúan en el ámbito rural.

La arquitectura visigoda tiene las siguientes características:

· La mayoría de edificios son religiosos y adoptan la planta basilical, aunque también los hay con la planta centralizada.

·      El uso de grandes sillares de piedra tallados.

·      La introducción del arco de herradura.

·      La utilización de bóvedas de cañón.

·      Entre la nave del templo y el transepto se sitúa un iconostasio. Este surge como respuesta a las necesidades  de la liturgia cristiana de esta época, que requería de zonas claramente separadas para los fieles y el clero.

·  Relacionado también con los oficios religiosos, en la zona de la cabecera se construyeron habitaciones para los clérigos. Estas estancias serán el antecedente de la sacristía.

·  Los edificios tienen pocos vanos.

·  Los templos se decoran con relieves esculpidos a bisel con una técnica un tanto tosca. Encontramos relieves en los capiteles, basas, líneas de imposta, cimacios, frisos, altares, canceles, etc. Los temas son geométricos, vegetales y animales, además de representaciones de escenas bíblicas.

Los templos más destacados de la arquitectura visigoda son San Juan de Baños, en Palencia, y San Pedro de la Nave, en Zamora.

ESTUDIO DE OBRAS DE ARTE

Basílica de Santa Sofía

1. Ficha técnica

Autores: Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.

Cronología: 537.

Localización: Constantinopla, actual Estambul, Turquía.

2. Descripción y análisis

La planta del templo es un rectángulo con un ábside en uno de los extremos. Tres naves longitudinales recorren el rectángulo, como en las basílicas paleocristianas. En el centro del rectángulo se levantan cuatro pilares que delimitan un espacio cuadrado. Sobre los enormes pilares se alza la gran cúpula de 31 metros de diámetro.

La cúpula es el aspecto más destacado de la construcción. Descansa sobre pechinas y tiene un tambor con ventanas que iluminan toda la base, de manera que parece que flota en el espacio. Para evitar el desplome de la gran cúpula central, en los lados longitudinales (este y oeste), por debajo de su nivel, hay dos semicúpulas que soportan parte del empuje. A su vez, las semicúpulas distribuyen parte de la presión del empuje sobre dos exedras con medias cúpulas más pequeñas y a menor altura. El conjunto produce la impresión de cúpulas que van cayendo en cascada.

En el interior, los muros son muy ligeros: están formados por dos pisos de arcadas sobre columnas, donde hay tribunas, galerías altas que recorren las naves laterales. En la parte superior, los muros aparecen completamente horadados por ventanas. Prácticamente, los muros no ejercen ninguna función sustentante, puesto que los empujes y las fuerzas se han ido repartiendo. Contrasta la gran masa sólida del exterior con el interior de aspecto ingrávido.

3. Comentario

Santa Sofía fue inaugurada en el año 537, pero un terremoto hundió la cúpula y no se volvió a levantar hasta el año 562. Marcó un hito en la historia de la arquitectura, tanto por la habilidad en la distribución de los empujes y las fuerzas como por la utilización de las pechinas. El uso de mármoles y mosaicos en su interior, la luz que reverbera sobre los materiales dorados y el espacio diáfano de aspecto inmaterial crean un universo casi sobrenatural.

En 1453 Constantinopla cayó en manos de los turcos y Santa Sofía pasó a ser una mezquita. Por ello, se añadieron los cuatro alminares. También se cubrieron los mosaicos, pues la cultura musulmana no permite representar figuras humanas. Los trabajos de restauración han recuperado los mosaicos de la época bizantina.

 

Iglesia de San Vital

El núcleo central del edificio está constituido por ocho grandes pilares sobre los que se asienta una bóveda. A partir de los pilares se desarrollan siete exedras de dos pisos, en las que los muros han sido sustituidos por columnas. Entre el muro exterior y las exedras corre un deambulatorio (como en los baptisterios), que comunica visualmente con todo el edificio gracias a las esbeltas columnas, que ofrecen un espacio diáfano y transparente.

El exterior es sobrio y en él encontramos contrafuertes en los ángulos del octógono. Los muros están perforados por grandes ventanales.

 

ESTUDIO DE OBRAS DE ARTE

Mosaicos de la iglesia de San Vital

1. Ficha técnica

Autor: Desconocido.

Cronología: Mediados del siglo VI.

Localización: Iglesia de San Vital, Rávena, Italia.

2. Descripción y análisis

Se trata de dos paneles en los que vemos al emperador Justiniano acompañado de su séquito en uno, y en el otro, a la emperatriz Teodora con su corte. Representan la tradicional oblatio imperialis: la costumbre que existía entre los emperadores de hacer ofrendas a las iglesias más importantes para manifestar ante los fieles su virtud cristiana y, a la vez, su poder sobre el Imperio.

Justiniano porta una patena de oro y viste de color púrpura, tono que simboliza el poder. Lo acompañan, a un lado, el obispo de Rávena (Maximiano, como leemos en la inscripción sobre su cabeza) y, al otro, generales de sus ejércitos. Así, Justiniano acredita el apoyo que recibe del poder militar y eclesiástico para convertirse en la máxima autoridad, tanto política como espiritual, es decir, el cesaropapismo. Además, el emperador y su esposa aparecen con nimbo o aureola, lo que supone la sacralización de su poder.

El cortejo de Justiniano se presenta sobre un fondo de oro.

Los personajes no forman parte de una procesión, sino que se muestran totalmente de frente y hieráticos. Los protagonistas, por supuesto, están situados en el centro de cada escena.

3. Comentario

Aunque estos mosaicos forman parte de la decoración de la iglesia de San Vital, no representan escenas religiosas, sino que se trata de una ostentación fastuosa con el fin de mostrar la grandeza del emperador.

Los retratos no son realistas, sino que exaltan el poder de la realeza y su alianza con la religión. En suma, no nos encontramos ante un espacio narrativo, sino simbólico, donde prima el concepto de lo representado.

 

 

1.Ilustración de personas cristianas en unas catacumbas.

2.Alzado de la antigua basílica de San Pedro del Vaticano.

3. Esquema de planta de cruz latina

4. Planta de la basilica del Santo Sepulcro, Jerusalén. Hacia el año 336.

5. Vista desde la nave central de la basilica de Santa María la Mayor, Roma. Hacia el año 440.

6. Sarcófago del senador Junio Basso, Roma, Italia. Hacia el año 359.

El sarcófago muestra, en forma de doble friso, escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento separadas por columnas. En la parte superior, las columnas soportan un arquitrabe y en la inferior se alternan arcos y frontones.

También se incluyen temas paganos adaptados al cristianismo, como la escena central, donde se representa la traditio legis romana: el emperador romano entronizado con los rollos de la ley en la mano. Ahora es Cristo, cuyo trono se asienta sobre el mundo, quien entrega la nueva ley a los apóstoles.

7. Interior (arriba) y planta (abajo) del mausoleo de Santa Constanza, Roma, Italia. Hacia el año 326.

8. Cubículo de los Sacramentos, catacumbas de San Calixto, Roma, Italia. Siglo III.

9. Catacumbas de Priscila, Roma, Italia. Segunda mitad del siglo III.

Estas pinturas se encuentran en un cubículo llamado de la Velatio (concepto religioso que significa «toma del velo», en alusión al que lleva la orante sobre la cabeza).

El Buen Pastor. La figura de Cristo se sitúa en el techo del cubículo.

La orante. Representa a una mujer en actitud de orar, situada en el centro de la composición. A su izquierda hay una mujer sentada, que sostiene en su regazo a un niño. A su derecha hay tres figuras: un anciano y una pareja joven.

10. Interior (arriba) y mosaicos de la cúpula del ábside (abajo) de San Apolinar in Classe, Rávena, Italia. Hacia el año 534.

Esta iglesia se construyó en honor de san Apolinar, el primer obispo de Rávena.

La iglesia consta de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales, y de un hermoso ábside decorado con mosaicos.

La separación de las naves se logra con arcadas de medio punto sustentadas en columnas de base cuadrada.

Los mosaicos de la cúpula del ábside se pueden dividir en dos zonas. En la superior destaca una gran cruz dentro de un círculo. Sobre el círculo aparece, entre las nubes, la mano de Dios. En la parte inferior, rodeado de un verde paisaje, se encuentra san Apolinar con los brazos levantados. Los corderos que lo enmarcan representan a los fieles del obispo.

11. Cristo sentado entre san Vital y el obispo Eclessius, mosaico del ábside principal de la iglesia de San Vital.

12. Exterior (arriba) y planta (abajo) de la iglesia de San Vital, Rávena, Italia. Hacia el 532.

13. Interior de la cabecera de la iglesia de San Vital.

14. Interior de Santa Sofía. Vista de parte de la cúpula desde la nave central.

15. Vista de los muros exteriores del templo.

16. Interior de la basílica. Vista de las cúpulas interiores.

17. Exterior de la basílica de Santa Sofía.

18. Cristo con el emperador Constantino IX y la emperatriz Zoe. Mosaico del siglo XI

19. Planta (arriba) y alzado (abajo) de la basílica de Santa Sofía.

20. Justiniano y su corte.

21. Teodora y su corte.

22. Mosaico bizantino Déesis. Estambul, Turquía. Siglo XII.
23. Mosaico romano Ulises y las sirenas. Museo del Bardo, Túnez. Siglo III d.C.

24. Iconostasio de la iglesia de la Trinidad, Pskov, Rusia

25. Exterior de la iglesia de San Juan de Baños, Palencia, 661.

La iglesia fue edificada y consagrada por el rey Recesvinto. Sigue el modelo de planta basilical con nártex o pórtico, tres naves longitudinales, transepto y ábside cuadrado. Cerca del ábside, aunque no accesibles desde él, hay dos recintos que servían de salas auxiliares al clero en sus funciones litúrgicas.

26. Interior de la iglesia de San Juan de Baños.
El interior de las naves está separado por arcos de herradura que apoyan en columnas romanas. El acceso al pórtico y el ábside está marcado por un gran arco de herradura con una cruz esculpida en la clave. La decoración escultórica es sobre todo geométrica, con flores y rombos inscritos dentro de circunferencias. Las cubiertas interiores son de madera en las naves y de bóveda de cañón en el ábside. Las ventanas son escasas y pequeñas, propiciando interiores oscuros.

DESDE EL 123 HASTA EL 129

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