jueves, 28 de febrero de 2019

La dictadura franquista

INTRODUCCIÓN
El régimen franquista se inició al final de la Guerra Civil (1939) y terminó a la muerte de Franco en 1975. Francisco Franco impuso una dictadura de carácter fascista, es decir concentró todos los poderes, suprimió los partidos políticos, eliminó los derechos y las libertades individuales y colectivas; creó un modelo de Estado que esperaba controlar toda la vida de los habitantes del país.
El Franquismo tuvo tres etapas diferenciadas:
La posguerra (1939-1959), caracterizada por el aislamiento internacional, el estancamiento económico y la represión política contra los vencidos.
El desarrollismo (1959-1973), caracterizado por el crecimiento económico y la transformación social resultado de la apertura al exterior.
La crisis del régimen (1973-1975), donde la evidente mala salud de Franco se combinó con una crisis económica y una creciente oposición social.

1.      LA POSGUERRA (1939-1959)

A.    GRUPOS IDEOLÓGICOS Y APOYOS SOCIALES DEL FRANQUISMO
Dentro del bando que ganó la Guerra Civil y que apoyó después a Franco estaban los falangistas, los monárquicos, los conservadores y los carlistas.
Los falangistas fueron el grupo político con mayor influencia hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. A la dictadura militar unieron ideas como la negación de la lucha de clases, la oposición al liberalismo, el comunismo y a la democracia, el caudillismo, el ultranacionalismo, el centralismo…
Tras el fin de la guerra mundial Franco pasó a apoyarse más en los conservadores dejando de lado a los falangistas. Por su parte, los monárquicos fueron cada vez más críticos con Franco, pues esperaban que tras la guerra este dejara que volviera a España la familia real de los Borbones.
Los grupos sociales que apoyaron al franquismo fueron la gran burguesía, el Ejército y la Iglesia católica.
La gran burguesía formada por los propietarios de latifundios, de los bancos y de las grandes empresas. Gracias a la Guerra Civil se anuló la reforma agraria republicana, se rebajaron los sueldos y desaparecieron los sindicatos, todo lo cual benefició a los miembros de la gran burguesía.
El ejército vencedor de la Guerra Civil fue la base del poder de Franco durante todo su gobierno. Tras el conflicto se licenció muy lentamente a las tropas reclutadas para la contienda, pero el tamaño del ejército español continuó siendo muy grande comparado con la situación anterior a 1936, pues su finalidad era controlar a la población y el territorio españoles. Los oficiales disfrutaban de gran prestigio social, a pesar de tener sueldos escasos, y los altos mandos del Ejército ocuparon puestos políticos en los gobiernos de Franco y en la administración de empresas públicas, con sueldos muy elevados.
El tercer grupo social que apoyaba a Franco fue la Iglesia católica, pues el dictador hizo que el Estado español volviera a ser confesional. Las consecuencias de lo anterior fueron que se suprimió el divorcio y el matrimonio civil; la enseñanza religiosa volvió a ser obligatoria; se restableció el presupuesto estatal para el culto y el clero; además gran parte de los colegios e institutos volvieron a estar en manos de instituciones religiosas, mientras miles de maestros y profesores republicanos eran despedidos y se les prohibía ejercer un oficio en la Enseñanza.

B.          LAS OSCILANTES RELACIONES CON EL EXTERIOR
Se pueden establecer tres etapas en las relaciones exteriores españolas durante la posguerra: el apoyo a los regímenes fascistas, el aislamiento internacional y la alianza con los Estados Unidos.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Franco apoyó claramente a las potencias fascistas (Alemania e Italia). España no participó directamente en el conflicto, pero tampoco fue neutral, sino “no beligerante”, es decir que favoreció los intereses nazis y fascistas. El gobierno español envió materias primas a los nazis, así como una unidad militar de voluntarios, la División Azul, a luchar al lado de Alemania contra la URSS.
Tras la derrota del fascismo y el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, España quedó aislada internacionalmente hasta 1953. Las potencias vencedoras consideraban que el régimen franquista seguía siendo su enemigo. En 1946 la ONU realizó una condena de la dictadura de Franco y recomendó la retirada de los embajadores de los países democráticos.
El aislamiento internacional acabó en 1953 cuando se firmaron los acuerdos de colaboración militar entre España y EE.UU. En el contexto internacional del enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS los norteamericanos consideraban que la dictadura de Franco, profundamente anticomunista, podía ser una buena aliada. Los acuerdos supusieron el establecimiento de bases  militares estadounidenses en España, como la de Rota, a cambio de entregar al ejército español armamento moderno. Además los rasgos más claramente fascistas del régimen habían ido desapareciendo desde el fin de la guerra mundial. A partir de ese momento el régimen franquista empezó a ser reconocido internacionalmente, y en 1955 España entró en la ONU.

C.          LA CONFIGURACIÓN POLÍTICA DEL NUEVO ESTADO
El régimen de Franco (1939-1975) fue una dictadura opuesta al comunismo y a la democracia, con un fuerte carácter centralista, por lo que se suprimieron los estatutos de autonomía tras la guerra.
Desde el principio hasta el final de su funcionamiento el franquismo fue una dictadura en la que el Jefe del Estado, Francisco Franco, tuvo todos los poderes en sus manos. Franco controlaba el poder ejecutivo y el poder legislativo, que en una democracia se repartirían entre un Gobierno y un Parlamento elegidos democráticamente, así como el poder judicial, pues él nombraba a los jueces. Y, evidentemente, como Generalísimo de los ejércitos, dirigía todas las Fuerzas Armadas españolas.
El partido único era la Falange Española Tradicionalista y de las Untas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), en la que estaban integrados todos los grupos vencedores de la Guerra Civil (fascistas, carlistas, monárquicos, conservadores…).
Tras la eliminación de los sindicatos obreros el régimen franquista creó el sindicato vertical[1], donde estaban integrados obreros y patrones.
La dictadura franquista eliminó los derechos individuales y colectivos (libertad de circulación, de expresión, de prensa, de manifestación, de religión…) que aparecían en la Constitución de 1931.
Franco dictó varias leyes[2] para institucionalizar[3] su régimen. En 1938 el Fuero del Trabajo estableció los derechos laborales de los españoles, y los sindicatos verticales. En 1942 se crearon unas Cortes franquistas con carácter deliberativo o consultivo, es decir que tras oír las leyes que proponía Franco siempre las aprobaban. En 1945 la Ley de Referéndum estableció la posibilidad de realizar plebiscitos, y el Fuero de los Españoles fue una declaración de derechos y deberes de los españoles.

D.         LA REPRESIÓN POLÍTICA
Durante la posguerra el régimen franquista realizó una intensa represión contra cualquier oposición. En esos años hubo 50.000 ejecuciones y en 1940 había 270.000 encarcelados por causas políticas. Todavía en 1950 había más de 30.000 presos políticos. Parte de estos prisioneros fueron usados como trabajadores forzosos por el régimen franquista para que trabajasen en las obras del Valle de los Caídos o en empresas privadas que apoyaban a la dictadura. Unos 5.000 encarcelados murieron por enfermedad (disentería, tifus, tuberculosis…) o por hambre (con una dieta de berzas, nabos, coles, vainas de habas…).
A pesar de la represión la lucha militar contra la dictadura continuó. Durante la Segunda Guerra Mundial y hasta 1952 existió una guerrilla antifranquista, el maquis. Los guerrilleros eran sobre todo republicanos que no se habían rendido y esperaban que la derrota del nazismo significase la derrota del franquismo. El número de maquis excedió los cinco mil.
Durante los años cincuenta se abandonó la lucha armada y la única oposición organizada contra el franquismo la realizó el Partido Comunista de España, que actuaba desde la clandestinidad. Los otros grupos políticos republicanos (socialistas, anarquistas, demócratas…) habían sido casi eliminados, y carecían del fuerte apoyo exterior del que disfrutaba el PCE, financiado por la URSS.
La represión no solo incluyó muertes y encarcelamientos, sino también la depuración de cientos de miles de personas. Esto significó que fueron expulsados de su trabajo, sobre todo empleados públicos, y se les prohibió volver a ejercerlo.




[1] Sindicalismo vertical: Sistema fascista de afiliación de los trabajadores en corporaciones, por oficios, en las que se integran a empresarios y obreros en la misma organización con la pretensión de eliminar los conflictos de clase.
[2] Las Leyes Fundamentales del Reino fueron ocho leyes que organizaban los poderes del Estado durante la dictadura franquista. Que en esas leyes aparecieran derechos y libertades no significa que se cumplieran, pues al ser el franquismo una dictadura las instituciones del Estado (policía, jueces…) rompían las leyes sin que hubiera consecuencias. Las dictaduras nunca son Estados de Derecho, ni existe en ellas el imperio de la ley.
[3] Institucionalizar: Hacer legal. Integrar en la estructura del Estado.

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