lunes, 8 de abril de 2019

El ejército romano durante la monarquía y la república


EL EJÉRCITO ROMANO DURANTE LA MONARQUÍA Y LA REPÚBLICA

(DEL 753 AL 27 A. C.)



LA MONARQUÍA EN ROMA

El imperio romano fue creado por la fuerza de su ejército, sus famosas legiones. Allí donde iban las legiones se fundaban ciudades romanas, se construían vías, acueductos…

Sin embargo, durante sus quinientos primeros años Roma sólo fue una ciudad-estado al estilo de las polis griegas, en lucha permanente con sus vecinos etruscos, latinos, sabinos, samnitas, celtas y griegos.

Desde el principio el ejército romano, al igual que pasaba en Atenas y Esparta, estaba constituido por hombres libres que eran ciudadanos. Formar parte del ejército era una condición necesaria para ser ciudadano; por ello cada soldado se compraba sus propias armas ofensivas (lanza y espada) y defensivas (escudo, casco, coraza, grebas), y a quien era demasiado pobre para armarse le retiraban derechos políticos. Eso explica que los soldados romanos usaran diferentes modelos de armas (distintos tipos de cascos, corazas e incluso espadas).

A finales de la etapa de la monarquía romana (753-510 a.C.) un rey dividió a toda la población romana en clases. Cada clase estaba formaba por todos los ciudadanos que pagaban una cantidad determinada de impuestos:

1ª clase: hombres con una riqueza de 100.000 sestercios[1]. Estaban divididos en 80 centurias.



2ª clase: hombres con una riqueza de 75.000 sestercios. Estaban divididos en 20 centurias.

3ª clase: hombres con una riqueza de 50.000 sestercios. Estaban divididos en 20 centurias.

4ª clase: hombres con una riqueza de 25.000 sestercios. Estaban divididos en 20 centurias.

5ª clase: hombres con una riqueza de 11.000 sestercios. Estaban divididos en 30 centurias.

6ª clase, o proletarios: hombres sin ninguna riqueza. Formaban una centuria.



La agrupación de los ciudadanos en clases permitía controlar mejor el cobro de impuestos, organizar las votaciones y saber quién estaba disponible para cumplir con el servicio militar.

Los ciudadanos de la primera clase estaban armados al modo de los hoplitas griegos con una lanza para pinchar, espada, escudo redondo, casco, coraza y grebas. Los ciudadanos de la segunda y la tercera clase también luchaban como lanceros, pero con menos armadura, y un escudo rectangular u oval más grande. Los ciudadanos de la cuarta clase no podían permitirse armas defensivas, excepto un escudo, e iban armados con lanza y jabalina. Los ciudadanos de la quinta clase luchaban con hondas.

Durante la monarquía la táctica de los romanos, o sea su forma de luchar, era, como hacían los griegos, unir a todos los lanceros en lo que parecía una muralla de escudos que avanzaba unida caminando por una llanura, mientras los honderos y los lanzadores de jabalina acosaban al enemigo. La caballería sólo servía para reconocer el terreno y la fuerza de los contrarios. Esta agrupación de lanceros que se movían juntos se llamaba falange y era muy difícil de maniobrar.






[1] El sestercio era una moneda de plata romana. Se calcula que el salario medio de un obrero romano podía estar entre los 700 y los 2.000 sestercios al año. Un obrero o un soldado normal podían cobrar unos cuatro sestercios al día, unos veinte euros actuales. Hay que pensar que la mayoría de los romanos que recibían un sueldo gastaban su salario en comprar comida, sobre todo pan.



LA REPÚBLICA DE LOS ROMANOS
Durante el periodo de la república romana (510-27 a. C.) la ciudad-estado comenzó la conquista de la península italiana, que tardó en realizar dos siglos y medio. Esta etapa dura hasta el inicio de la I guerra púnica. En ese tiempo surgen dos ingredientes del éxito militar romano:
El constante aumento de los efectivos del ejército. Los pueblos vencidos por los romanos no eran esclavizados en masa tras la derrota, sino que muchos consiguieron tratados de paz ventajosos con Roma, pero a cambio debían pagar impuestos y aportar soldados a los ejércitos de la república romana. Si al principio de la república sólo se reclutaban dos legiones cada año (de unos 4.000 hombres cada una), para repartirlas entre los dos cónsules[1], con el paso del tiempo ese número de legiones aumentó y la cantidad total de soldados se multiplicó por dos, pues por cada legión “romana” los aliados itálicos aportaban otra. Además, con el paso de las décadas, los romanos concedieron la ciudadanía romana a ciudades y regiones que habían conquistado mucho tiempo atrás, y esos nuevos ciudadanos debían prestar el servicio militar.
La adaptación a las nuevas situaciones. Durante la conquista de Italia los romanos lucharon contra pueblos como celtas[2] y samnitas[3] que tenían estilos de combate basados en la emboscada y el movimiento, lo que hacía inútil la antigua forma de combatir en falange a la griega, la cual era fácil de rodear o atacar por la espalda. Así los romanos dividieron la legión en unidades más pequeñas capaces de actuar por sí mismas. Igualmente copiaron de los celtas el modelo de escudo rectangular u oval de gran tamaño (scutum), nuevos tipos de cascos, y el uso de la cota de malla. De los samnitas los romanos adoptaron el uso de lanzas arrojadizas (jabalinas). Más tarde, durante la conquista de la Península Ibérica en el siglo II a.C., copiaron el modelo de espada hispánica, corta y recta.

Fue durante la conquista de Italia cuando los ejércitos romanos establecieron su táctica de combate tradicional (que vemos en las ilustraciones de la página siguiente): antes de chocar contra las tropas enemigas los tiradores armados con jabalinas, flechas o piedras desgastaban al enemigo, luego cada legionario romano arrojaba contra el enemigo su pilum (jabalina arrojadiza pesada que si no mataba al rival podía clavarse en su escudo y hacerlo inmanejable), a continuación sacaba el gladius (espada corta y recta) para pinchar el estómago  o los muslos buscando destripar o desangrar al rival. 




Fue con el inicio de la I guerra púnica que Roma inició la expansión por el Mediterráneo que la convirtió en un imperio. Para el año 100 a. C. la república romana había conquistado Italia, Sicilia, Cerdeña, Córcega, el norte de África, la mayor parte de la península ibérica, Grecia y parte de la península de Anatolia. Los reinos, pueblos y ciudades no conquistados por Roma también sentían su influencia.
La etapa de expansión en los siglos III a. C. y II a. C. convirtió a la república romana en un imperio[4] y enriqueció a la clase más rica gracias a los botines[5] de guerra, a la llegada de cientos de miles de esclavos (prisioneros de guerra) a la península itálica y al pago de tributos por los territorios conquistados, llamados provincias.

El efecto negativo de las victorias romanas fue un empobrecimiento del conjunto de la ciudadanía romana. Los legionarios debían participar en guerras cada vez más lejos de Italia y por más años. Cuando volvían a Italia sus familias solían estar arruinadas al no poder competir los precios de sus productos agrícolas con los que se cultivaban en las tierras conquistadas, o en los latifundios de los romanos más ricos, que eran trabajados por los esclavos. Al perder sus tierras, por no poder devolver préstamos que habían pedido, los ciudadanos ya no poseían riqueza suficiente para comprar o reparar sus armas. Estos nuevos proletarios emigraban a Roma capital.
Sobre el año 100 a. C. existía el grave problema de que cada vez más ciudadanos ricos querían evitar el servicio militar, y cada vez había más ciudadanos pobres que no podían pertenecer al ejército. Roma necesitaba un ejército numeroso más que antes, pues debía colocar tropas en los territorios conquistados fuera de Italia para evitar rebeliones, y continuar su expansión. Para solucionarlo el cónsul Mario realizó varias reformas en el ejército:
Abolió el servicio militar obligatorio. Sólo serían legionarios los ciudadanos que quisieran serlo. De ese modo los más pobres se enrolaron en el ejército, que suponía un trabajo seguro. El salario se estableció en unos 900 sestercios al año, pero como se descontaba el dinero gastado por el Estado romano en vestir, armar y alimentar a cada soldado al final el sueldo no era muy alto.
El gobierno romano se encargó de armar a los nuevos soldados, de forma que la mayoría de ellos usaría armas muy semejantes.
Mario estableció un programa de entrenamiento muy estricto, y obligó a los legionarios a cargar con ellos todo lo que necesitaran cuando marchaban a la guerra. Eso obligaba a cada hombre a cargar más de veinte kilos de peso entre armas, herramientas, ropa de repuesto…
Mario prometió que, al terminar el contrato de alistamiento en la legión, que duraba veinte años o más, cada soldado recibiría una parcela de tierra suficiente para mantenerle a él y a su familia.



El efecto de las reformas de Mario fue positivo porque aumentó el número de efectivos disponibles para Roma, pudiendo así luchar guerras al mismo tiempo en sitios tan separados como la península ibérica y Grecia, además estos soldados profesionales luchaban mejor que los reclutas que sólo estaban un año en la legión. La parte negativa de la reforma mariana fue que muchos de los nuevos legionarios dejaron de sentir que su fidelidad iba hacia la república de Roma y empezaron a considerar a sus generales, que eran los que les pagaban, por encima del poder del Senado, los magistrados y los comicios. Además, eran los generales los que se ocupaban de darles sus parcelas de tierra a los soldados cuando se licenciaban, y eso lo hacían muchas veces enfrentándose al Senado, que tenía muchas dificultades para gobernar los territorios conquistados. Las decisiones que tomaba el Senado sobre el funcionamiento de la República tardaban en llegar semanas o varios meses a los confines del territorio romano, pero muchas veces era necesario tomar decisiones rápidas sobre el terreno (enfrentarse a una invasión, construir una calzada o un acueducto, remediar los daños de una inundación o un terremoto) y eran los generales romanos quienes lo hacían.
Por causa de todo lo anterior la república de Roma se vio envuelta durante todo el siglo I a. C. en guerras civiles en las que las legiones luchaban unas contra otras. Los políticos como Mario[6], Sila[7], Craso[8], Sertorio[9], Pompeyo[10] o Julio César[11] se dieron cuenta que daba más poder mandar un ejército que ser magistrado o pertenecer al Senado. Debido a la situación de caos y a las largas etapas sin un gobierno permanente se produjeron varias rebeliones de esclavos formando ejércitos de decenas de miles de hombres, como el que dirigió Espartaco.
Augusto[12], un pariente lejano de Julio César, acabó con las guerras civiles tras derrotar a todos sus enemigos y, en el año 27 a.C., se convirtió en el primer emperador de Roma. Reorganizó el ejército en un número fijo de legiones, que totalizaban 300.000 soldados, y las colocó en las fronteras del Imperio frente a los bárbaros. Fijó las condiciones para alistarse, como medir un mínimo de 1’75 metros. Estableció la duración del servicio militar en 25 años, y si un legionario sobrevivía a su tiempo de servicio al licenciarse recibía un praemium de 12.000 sestercios. Al fin y al cabo, la palabra latina imperator (emperador) significa jefe supremo del ejército y todos los emperadores de Roma basaron su poder sobre la fuerza militar.



[1] Los cónsules eran los políticos que gobernaban la República de los romanos. Se elegían dos cada año, y el cargo duraba doce meses, tras los cuales había nuevas elecciones. Normalmente un cónsul salía a hacer la guerra y el otro se quedaba en la capital para gestionar los asuntos cotidianos.
[2] Una tribu celta invadió Italia en el año 390 a. C., aniquiló al ejército romano y saqueó la propia ciudad de Roma.
[3] Los samnitas eran un pueblo de Italia central que Roma conquistó a lo largo de tres guerras que se extendieron desde el 343 al 290 a. C.
[4] Un imperio es un Estado formado por grupos humanos con diferentes lenguas, religiones, tradiciones…, que suelen mantenerse unidos por un gobierno que usa la violencia y no es elegido.
[5] Botín: conjunto de bienes (propiedades) que un ejército vencedor arrebata al enemigo vencido. Por ejemplo, dinero, muebles, animales…
[6] Cayo Mario (157-86 a.C.), fue un general y político romano. Derrotó a los númidas en el norte de África; a los cimbrios y a los teutones, pueblos germánicos, cuando invadían el norte de Italia.
[7] Lucio Cornelio Sila (138-78), fue un general y político romano. Derrotó a los itálicos sublevados contra Roma, al rey del Ponto en Asia Menor y a Mario tras una larga guerra civil.
[8] Marco Licinio Craso Dives (“el Rico”) (115-53 a.C.), fue un político y general romano. Venció al ejército de esclavos huidos dirigido por Espartaco.
[9] Quinto Sertorio (123-72 a.C.), general y político romano. Aliado de Mario contra Sila murió luchando contra Pompeyo.
[10] Cneo Pompeyo Magno (106-48 a.C.), general y político romano. Derrotó al ejército de esclavos huidos dirigido por Espartaco, limpió de piratas el Mediterráneo, conquistó Asia Menor, Siria y Palestina.
[11] Cayo Julio César (100-44 a.C.), político y general romano. Conquistó las Galias y se apoderó del gobierno de Roma tras vencer a Pompeyo en una guerra civil.
[12] Cayo Julio César Octaviano Augusto (63 a.C.-14 d.C.), primer emperador de Roma era sobrino nieto de Julio César. Acabó la conquista de Hispania y llevó la frontera del imperio hasta el río Danubio.

ACTIVIDADES
-Coloca el título de la ficha en negro y en mayúsculas
-Copia en bolígrafo negro las preguntas
-Responde con bolígrafo azul y deja espacio para posibles correcciones con bolígrafo rojo

1.      ¿Cuáles eran las armas defensivas de los romanos en la etapa inicial de Roma?
2.      ¿Cuántos años duró la monarquía en Roma?
3.      ¿Cuántas centurias estaban formadas por ciudadanos de la primera clase?
4.      ¿Cuántas centurias sumaban todas las demás clases juntas?
5.      ¿Cómo se llamaba a los ciudadanos de la sexta clase?
6.      ¿A qué llamamos falange?
7.      ¿Cuántos euros ganaba un obrero romano al día?
8.      ¿En qué gastaba su salario?
9.      ¿Cuáles fueron las dos causas principales de las victorias romanas?
10. ¿Cuántos hombres formaban una legión?
11. ¿Cuántos años duraron las guerras samnitas?
12. ¿Dónde copiaron los romanos el modelo de espada corta y recta que usaron desde el siglo II a. C.?
13. ¿Cómo se usaba el gladius?
14. ¿A qué llamaban los romanos provincia?
15. ¿Qué es el botín de guerra?
16. ¿Por qué se arruinaban las familias de los legionarios romanos mientras estos luchaban fuera de Italia por la República?
17. ¿Dónde emigraban los ciudadanos campesinos cuando se convertían en proletarios?
18. Describe la reforma que estableció el cónsul Mario qué te parece más importante y di por qué.
19. ¿Por qué el Senado tenía dificultades para gobernar los territorios conquistados?
20. ¿Qué dos políticos romanos lucharon contra los esclavos rebeldes dirigidos por Espartaco?
21. ¿Quién fue el primer emperador?
22. ¿En qué año comenzó el Imperio?
23. ¿Cuál era la altura mínima para alistarse en las legiones durante el Imperio romano?
24. ¿Cuánto dinero recibía un legionario cuando se licenciaba, es decir concluía su contrato?
25. ¿Era mucho o poco dinero en esa época? ¿Por qué?
26. ¿Cuánto dinero es hoy?
27. Rellena el siguiente cuadro



28.  Escribe estas palabras romanas al lado de su definición:
Gladius, imperator, pilum, praemium, scutum



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