viernes, 27 de octubre de 2017

Mediterráneo sin cartera

Mediterráneo sin cartera

Artículo de Enric Juliana publicado en La Vanguardia, diario de Barcelona el 13 diciembre, 2014

Entre 1976 y 2014, los sucesivos gobiernos españoles se han nutrido básicamente de la España central y andaluza, con adición gallega

Vivimos en la era de la estadística. Fluyen los datos. Se cruzan, se pesan, se miden, se comparan, se relacionan y sobre ellos se erigen conclusiones, con mayor o menos fortuna. Las redes sociales aman los datos: no ocupan mucho espacio y generan movimiento. Un buen dato viene a ser como el wolframio aplicado el acero: blinda la opinión, la endurece, le afila el corte y la hace más resistente. En el gran festival de la subjetividad, en el actual mundo de la opinión a raudales, un relato con buenos datos reluce e invita a la discusión. Esta misma semana, la apertura del denominado Portal de Transparencia del Gobierno de España ha permitido contabilizar que hay 259 altos cargos que cobran más que el presidente. De inmediato la polémica: o los altos cargos cobran demasiado, o el jefe del Ejecutivo se queda corto de nómina. En este caso, los datos ayudan a defender la instauración de un baremo salarial más coherente, encabezado por el jefe del Estado y el presidente del Gobierno. Seguramente los altos cargos que más cobran no se habrán sentido cómodos viendo sus nombres en circulación. Ya circula por la red un ‘once’ con la alineación de los altos funcionarios de la Administración central mejor remunerados, entre ellos la presidenta de la Zona Franca de Vigo, lo cual no deja de ser una sorpresa.

Con mucho menos ruido y furia, esta semana también ha circulado otra estadística a la que merecería prestar atención. Una estadística sobre el lugar de nacimiento de todos los ministros españoles desde 1977 hasta la fecha. Son datos extraídos de un amplio estudio sobre los gobiernos de la democracia (“Los ministros de la democracia. Reclutamiento político y carrera ministerial de Suárez a Zapatero, 1976-2010″) obra de Juan Rodríguez Teruel, profesor de Ciencias Políticas en la Universitat de Valéncia. Con cifras y referencias extraídas de este informe del profesor Rodríguez Teruel, el politólogo Ton Vilalta ha elaborado un interesante cuadro estadístico sobre el origen territorial de los hombres y mujeres que en el citado periodo han tenido la oportunidad y la responsabilidad de sentarse en la mesa del Consejo de Ministros. Porcentaje de ministros por comunidad, comparado con el peso demográfico de cada territorio autónomo. Son datos interesantes que desde hace unos días podemos leer en la web de ciencia política Cercle Gerrymandering, de la que Vilalta, un buen experto en política italiana, es colaborador.

Evidentemente, un Gobierno no es una coordinadora regional, ni los ministerios se adjudican por estrictas cuotas territoriales, aunque la presencia femenina es un factor al que se presta atención desde que el primer ministro socialista José Luis Rodríguez Zapatero formase el primer Gobierno paritario de la historia política de España. Después de la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, el actual Ejecutivo sólo cuenta con cuatro mujeres, sobre un total de catorce miembros, incluido el presidente. Un Gobierno no es un muestrario regional pero algunos datos del informe Rodríguez Teruel, trabajados por Vilalta, son significativos.

La primera conclusión es harto previsible. El mayor porcentaje de ministros ha nacido en la ciudad de Madrid, capital de España, sede de los ministerios y de prácticamente todas las instituciones y organismos que configuran la Administración central del Estado. El 30 % de los ministros que tuvo España entre el primer gobierno de Adolfo Suárez y el último gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero nacieron en Madrid. Si añadimos al cómputo el actual gabinete de Mariano Rajoy, la constante se mantiene e incluso se incrementa. Siete de los 16 ministros nombrados por Rajoy hasta la fecha nacieron en Madrid. Casi la mitad.

Después de los madrileños, vienen los castellanos (12%) y los andaluces (12%). Madrid, Castilla-León y Andalucía han aportado más de la mitad de los ministros que ha tenido España desde la restauración de la democracia. Si trasladamos estos datos a un mapa, ante nuestros ojos aparecen el fuerte peso de la capital y el vasto dominio del antiguo reino de Castilla (una vez culminada la Reconquista). La periferia de raíz no castellana mejor representada en el Consejo de Ministros es Galicia, la tierra donde nació el actual presidente del Gobierno. A continuación, vienen Catalunya, el País Vasco y la Comunidad Valenciana, por este orden. El territorio que menos ministros ha aportado al Gobierno de España en los últimos 38 años es Navarra, aunque muchos seguramente aún recordarán el vigoroso paso del socialista navarro Carlos Solchaga por los ministerios de Industria y Economía. La mayor desproporción entre ministros y peso demográfico se produce en Catalunya y Castilla-La Mancha. Por el contrario, son diversas las comunidades en las que la cuota de ministros en origen supera el porcentaje de población sobre el total español. En primer lugar, ya se lo pueden imaginar: Madrid. Después, Castilla-León, Galicia, País Vasco, Asturias, Cantabria y La Rioja.

Un dato llama poderosamente la atención: el escaso peso político en los ministerios de Madrid de lo que mi buen amigo Josep Vicent Boira, profesor de Geografía en la Universitat de València, llama la “España del Este”. La España Oriental. Las regiones del Arco Mediterráneo. Catalunya, Valencia e Islas Baleares, junto con Murcia. Los territorios de la antigua Corona de Aragón, puesto que la actual región aragonesa tampoco ha aportado muchos ministros a la gobernación española (menos que Asturias), son poco ministeriales. Las comunidades del Arco Mediterráneo (Catalunya, Valencia, Baleares y Murcia) suman el 32,3% de la población española, producen el 33,4% del PIB, generan más del 40% de las exportaciones, lideran los ingresos turísticos, concentran el mayor número de pequeñas empresas y no contabilizan más del 15% de los ministros de la democracia. Creo que es un dato relevante que va más allá de la anécdota o de la curiosidad estadística.

Podríamos decir que las comunidades del citado Arco Mediterráneo son las que presentan –con matices en Murcia- la menor ratio de funcionarios por mil habitantes. Contribuyentes netas a la solidaridad interna española son también las comunidades que hoy presentan un mayor nivel de endeudamiento autonómico, lo cual puede deberse a dos motivos: A) La existencia de un misterioso gen mediterráneo de la deuda que predispone a los nativos al déficit. B) Las disfunciones de un laberíntico sistema de financiación del gasto autonómico que ha penalizado a las regiones mediterráneas por haber registrado una más aguda disminución de los ingresos fiscales, dada su estructura socioeconómica. Es probable que, a finales de mayo, una vez celebradas las elecciones municipales y autonómicas, ese mismo Arco Mediterráneo presente, con muchos matices y diferencias en su interior, una notable singularidad política.

Decía al principio que un Gobierno no es una coordinadora regional obligada a mantener una cierta equidad territorial. Buena parte de los ministerios suelen ser dirigidos por políticos que provienen de la diplomacia y los cuerpos superiores de la Administración central del Estado, cuya radicación y fermento se produce en Madrid. La Brigada Aranzadi es de robusta matriz castellana, con notables aportaciones vascas. (Manuel Aranzadi Irujo, fundador de la principal casa editorial de recopilaciones jurídicas y jurisprudenciales, fue uno de los pioneros del Partido Nacionalista Vasco en Navarra. Enemistado con los republicanos, tomó partido por los militares alzados en julio de 1936, rompiendo con sus compañeros del Euskadi Buru Batzar, con sede en Bilbao).

Esa es la realidad de fondo, pero por ello no deja de llamar la atención la escasa presencia, hoy mismo, de la España mediterránea en el Consejo de Ministros. En el actual gabinete presidido por Mariano Rajoy ningún ministro ha nacido en Catalunya, Valencia y Baleares. Tampoco en Aragón o en Murcia. El actual Consejo lo componen un gallego (el presidente), cinco madrileños (José Manuel García-Margallo, Juan Ignacio Wert, Rafael Catalá y Luis de Guindos), tres castellano-leonesas (Soraya Sáenz de Santamaría, Isabel García Tejerina y Ana Pastor), dos vascos (Pedro Morenés y Alfonso Alonso), dos andaluces (Cristóbal Montoro y Fátima Báñez), un canario (José Manuel Soria) y un ministro nacido en Valladolid pero afincado desde joven en Catalunya, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera política (Jorge Fernández-Díaz). Cinco ministros han nacido en Madrid y otros tres en Valladolid, las dos únicas ciudades que han tenido el título de capital de España.

Son datos elocuentes que colorean y contribuyen a explicar la actual coyuntura política. Son datos que siguen dando sentido a este mapa de 1854, que no fue dibujado por ningún cartógrafo catalanista o republicano-federal, sino por un señor de Madrid que se llamaba Francisco Jorge Torres de Villegas, miembro de la Sociedad de Amigos del País. Entre 1851 y 1857, el citado Torres de Villegas publicó en dos volúmenes un extenso atlas sobre Europa y España contempladas desde distintos ángulos geográficos, jurídicos y políticos. En el mapa que viene a continuación –mapa que escogí para la portada del libro “La deriva de España”, publicado en el 2009- se dibujaban las cuatro Españas existentes, según “el régimen especial vigente en ellas”, en referencia al derecho civil. Torres de Villegas eligió unos nombres muy explícitos, cuya resonancia sigue siendo hoy tremendamente significativa: La España Uniforme o Puramente Constitucional. La España Incorporada o Asimilada. La España Foral. La España Colonial.

Desde la restauración de la democracia, más del 75% de los ministros, incluidos los seis jefes de Gobierno que se han sucedido en la cabecera del Consejo de Ministros, han surgido de la España Uniforme o Plenamente Constitucional. La España Foral ha tenido un peso relativamente significativo, mientras que la España Incorporada o Asimilada, sigue haciendo honor a tan ilustrativo nombre. Mapas, mapas, mapas.





martes, 24 de octubre de 2017

El poder de los criptobros

Todo sobre la inquietante cripto-revolución que planea Donald Trump - XL Semanal

El lobo de Wall Street - Trailer final en español (HD)

¿QUE ES EL APARTHEID? en minutos

EE.UU.: CUATRO AÑOS del ASALTO al CAPITOLIO en el día que se debe CERTIFICAR la VICTORIA de TRUMP

Un hombre con cuernos posa en el Capitolio

Las conchas 🐚 de cauri se utilizaban como moneda de cambio en la antigüedad..!!

 

'Criptobros': los nuevos lobos de Wall Street

Todo sobre la inquietante cripto-revolución que planea Donald Trump

 

¡Bitcoin por fin ha llegado a la Luna! La criptomoneda que nació en foros antisistema ha superado los 100.000 dólares. En las redes sociales, los inversores 'degenerados' –como se autodenominan los que buscan retornos de mesa de ruleta– lo celebran con emojis de cohetes, mientras que los tradicionales desempolvan la profecía del exitoso inversor Warren Buffett, el Oráculo de Omaha (y del sentido común), cuando advirtió: «Puedo decir con casi absoluta certeza que las criptos acabarán mal».

De momento van como un tiro. Y esta vez no parece otro rally especulativo. En un giro que hace temblar el sistema financiero, Donald Trump ha puesto el poder regulatorio en manos de amigos de confianza que aspiran a ponerle el turbo: Paul Atkins, el comisionado [regulador financiero] que permitió algunas de las prácticas más temerarias que llevaron a la crisis de 2008 y se reinventó como abogado de la industria cripto, dirigirá la todopoderosa Comisión de Valores y Bolsa (SEC); mientras David Sacks, miembro de la 'PayPal Mafia', como sus colegas Peter Thiel y Elon Musk, aquellos libertarios [anarcocapitalistas] que soñaban con crear dinero fuera del control estatal, dirigirá las políticas de la Casa Blanca en materia de inteligencia artificial y criptomonedas. Como señala The New Republic, «los criptobros están salivando». Pero, oiga, ¿quiénes son los criptobros?

Son los nuevos 'lobos' de Wall Street, aunque disfrazados con piel de cordero. Ya no se conforman con estar en la periferia del sistema; reclaman el centro mismo. Lo que esto signifique (¿revolución desde arriba o la madre de todos los Ponzis?) enfrenta a los analistas, que solo se ponen de acuerdo en una cosa: sea lo que sea, funciona de arriba abajo. Así que empezaremos por el tejado. Allá en las alturas, los más influyentes son hombres blancos (y algún asiático), educados en Stanford y otras universidades de la élite. Y no es casualidad que Musk, Thiel y Sacks sean sudafricanos blancos que crecieron en el apartheid y compartan la añoranza hacia una sociedad «ordenada verticalmente» (léase 'segregada') en castas. Su obsesión por crear sistemas paralelos al Estado, y ahora por colonizarlo, puede leerse como una forma de restaurar el poder que cierta versión del progresismo (lo woke) les disputa. En 2021, el asalto al Capitolio de sus feligreses 'acojonó' al mundo; en 2024, los cuernos de búfalo se han quedado en el trastero. Nadie los necesita porque los criptobros van camino de atrincherarse en el mismísimo Despacho Oval. Además, han pagado para instalarse allí. Musk donó 245 millones de dólares a la campaña de Trump, más que toda la industria petrolera.

De momento han conseguido el estatus de 'empleado especial' del Gobierno: sin necesidad de audiencias de confirmación ni requisitos de divulgación financiera, estos tecnócratas pueden diseñar políticas que afectan a sus intereses privados. El caso de Musk es flagrante. Como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental –denominado irónicamente DOGE, como su propia criptomoneda– podrá desguazar lo público y recortar, por ejemplo, fondos a la NASA, la gran competidora de SpaceX, o influir en la regulación de la IA mientras compite con OpenAI.

Luego están los ideólogos. Gente como Brian Armstrong, CEO de Coinbase (una de las mayores plataformas de intercambio de criptomonedas), que predica el Network State, un futuro donde las naciones serán reemplazadas por comunidades digitales autogobernadas. O Vitálik Buterin, el visionario creador de Ethereum. Aunque bitcoin es la primera y más conocida criptomoneda, ether es incluso más ambiciosa. Está en el centro de un ecosistema descentralizado: la Web3, la evolución de Internet basada en blockchain, que aspira a convertirse en una economía mundial paralela.

¿Y abajo? Pues más hombres blancos, aunque más jóvenes y muy desencantados con un sistema que, la verdad sea dicha, se está mostrando muy cicatero con sus expectativas. «No nos queda otra que especular para sobrevivir», resume el sociólogo Aris Komporozos-Athanasiou, del University College London. «Vivimos en un mundo donde especular es la nueva forma de conectar socialmente. Ya no apostamos solo con dinero: apostamos en redes sociales, en apps de citas, en política. Las criptomonedas son solo el síntoma más visible de una sociedad que ha convertido la especulación financiera en su modelo de funcionamiento. Es la lógica del casino elevada a forma de vida».

Este pensamiento captura el nihilismo financiero de una generación que ha perdido la fe en las vías tradicionales de ascenso económico. Según un estudio de la Universidad de Chicago, el inversor cripto típico está dispuesto a asumir riesgos extremos. Y su auge coincide con la explosión de las apuestas deportivas on-line. «Este año, los estadounidenses están en camino de apostar casi 150.000 millones de dólares en deportes», calcula The Economist. En el fondo, la bro-economy no hace distinciones, es un casino donde el 40 por ciento de los hombres jóvenes están metidos en apuestas y cripto. ¿A qué aspiran estos chavales? ¿A cambiar el mundo? Nah… A comprarse un Lamborghini. No en vano, «Lambo!» es uno de sus gritos de guerra.

Pero el bitcoin ha sufrido al menos tres mutaciones entre sus fieles en su corta historia. Nació en las catacumbas de Internet tras la crisis: una moneda peer-to-peer, que permite transacciones directas entre usuarios sin intermediarios como los bancos. Algunos cafés y comercios alternativos la aceptaban. En Kreuzberg, en el distrito más punk de Berlín, los anarquistas brindaban en 2013 por el fin del sistema bancario cuando el bitcoin alcanzó la estratosférica cotización de… ¡600 dólares! La mayoría de aquellos bares ya no existe. Y de la utopía de una moneda para el pueblo no queda ni rastro.

La segunda transformación llegó con los criptobros: bitcoin dejó de ser una moneda para convertirse en un vehículo especulativo. Ya nadie compraba con bitcoins: era demasiado valioso para gastarlo. Se convirtió en 'oro digital'. Y es que bitcoin nació con una promesa de escasez programada: solo se podrán minar 21 millones de monedas, una limitación diseñada para evitar la inflación que afecta al dinero tradicional. La fecha estimada para alcanzar este límite era 2140. Pero habrá que revisarla. Primero porque la carrera de la IA puede cambiar el panorama: las empresas de inteligencia artificial están comprando centrales nucleares no solo para alimentar sus modelos de lenguaje, sino también para minar criptomonedas y ayudar a pagar los costes exorbitantes en energía y computación. Y segundo porque estamos ante una explosión de nuevas monedas: sitios como Pump.fun permiten crear tokens instantáneos con solo elegir un nombre y una imagen. Todo vale, desde memecoins basadas en hamsters hasta tokens promocionados por traders que se prenden fuego en directo en Discord o TikTok.

Y ahora presenciamos la tercera metamorfosis: su institucionalización. Y el mejor ejemplo es la propia familia Trump: el patriarca, que hace tres años llamaba «estafa» al bitcoin, ahora promete convertir a América en «la capital cripto del planeta»; sus hijos mayores dirigen empresas en el sector; y el joven Barron, aquel 'mini-Donald', como lo llamaba su madre cuando lo untaba con crema de caviar al bañarlo, no sale de su cuarto, pendiente de las cotizaciones de sus activos y presume de su título de embajador de World Liberty Financial, una plataforma de finanzas descentralizadas fundada por un vendedor de consejos para ligar y otro de limpiezas de colon.

Pero bitcoin nunca ha funcionado como moneda real y sus principales usos siguen siendo turbios: la avaricia y el crimen. Como señala Dennis Kelleher, CEO de Better Markets: «Si tuvieras que revelar los riesgos asociados, nadie participaría». Porque, bajo esta fachada de nueva respetabilidad, el mundo cripto sigue siendo el Salvaje Oeste. Te puedes encontrar con docenas de estafadores, desde el caído Sam Bankman-Fried hasta los operadores de esquemas pig butchering ('matanza del cerdo') que te enamoran primero y te despluman después; y es el método de pago preferido para el ransomware, el tráfico de drogas y el lavado de dinero.

Por eso, lo primero que se le pide a la SEC es «claridad regulatoria»... Pero la regulación que anhela la industria cripto tiene un objetivo sospechoso: que las criptomonedas sean clasificadas como commodities (materias primas), no como valores. Es la diferencia entre ser regulados como el trigo o como acciones de Apple. Esto significaría que dejarían de ser oficialmente 'dinero' para convertirse en simples mercancías. Como revela The Atlantic, esto permitiría a las plataformas operar con mucha menos supervisión, como los futuros de cereales o petróleo, pudiendo escapar del control directo de la SEC.

Esta jugada tiene un punto débil. Puede amedrentar a los grandes fondos de pensiones. Si de verdad los criptoactivos aspiran a la normalización, necesitan que los fondos de los maestros de Ohio o los bomberos de Texas se metan sin miedo. La razón es simple: no son simples inversores, sino los custodios del futuro financiero de generaciones enteras. Su entrada no solo aportaría billones en capital fresco, sino algo más valioso: legitimidad.

La historia del dinero siempre ha sido una historia de confianza. Las reservas de oro en las bóvedas de Fort Knox y otros bancos centrales daban respaldo físico a cada billete en circulación. Cuando Nixon abandonó el patrón oro en 1971, consagró el reinado del dinero fíat: billetes que no valen nada por sí mismos, sostenidos por la fe en el sistema. El dólar se convirtió en la moneda refugio global porque el mundo confiaba en la Reserva Federal estadounidense. Ahora, bitcoin propone algo radicalmente diferente: un sistema monetario que no requiere confianza y que tampoco está garantizado por nada tangible. Y este experimento está siendo adoptado no por El Salvador de Bukele, pionero en estas lides, sino por el Estado más poderoso y epicentro de las finanzas mundiales.

Como señala el periodista de Washington Christopher Beam, «la 'total falta de propósito' de las criptomonedas puede haber sido su mayor ventaja: sin una misión clara más allá de que 'el precio suba', el movimiento ha podido transformarse en lo que pedía este momento histórico». Pero Warren Buffett mantiene su advertencia: «Ya me meto en suficientes problemas con cosas que creo que entiendo... ¿Por qué demonios debería apostar a favor o en contra de algo sobre lo que no sé nada?». Para el CEO de Berkshire Hathaway, las criptomonedas son como conchas marinas: no tienen valor intrínseco, solo son valiosas si alguien paga más por ellas que lo que pagaste tú. El tiempo dirá si el mayor inversor de la historia tenía razón o se está perdiendo tocar la Luna.

 

 

 

 

 

Los nuevos lobos de Wall Street

CRIPTOBROS

 

David Sacks: la mafia de Paypal

Nombrado ‘criptozar’ de la Casa Blanca | Junto a Musk y Thiel, formó parte de Paypal y, como ellos, es un expatriado sudafricano con nostalgias infantiles de una sociedad segregada que ilustra la revancha del hombre blanco. Ahora, Trump ha decidido que supervise las dos tecnologías más disruptivas, las criptomonedas y la Inteligenica Artificial. El minado de critomonedas se va a disparar, entre otras cosas porque se usará para financiar la carrera de la IA.


Brian Armstrong: Coinbase

El profeta del nuevo mundo, el Network State | El CEO de Coinbase —una de las principales compañías del sector— es el gurú cripto más escuchado en Washington. Mientras vende en el Congreso el bitcoin como herramienta de libertad financiera, promueve el ‘Network State’: su visión de un mundo donde los estados-nación y los gobiernos han sido sustituidos por comunidades de Internet —unidas por un interés común (por ejemplo, la sostenibilidad)— y que votan en blockchain.


Giancarlo Devasini: Director financiero de Tether

El banquero central en la sombra | Es el director financiero de Tether, una criptomoneda estable diseñada para mantener un valor fijo vinculado al dólar en una proporción de 1:1. Es decir, en teoría, un Tether siempre debería valer un dólar. Esta criptomoneda estable o stablecoin aspira a ser el nuevo patrón oro del mundo cripto. Devasini era cirujano plástico, pero dejó la medicina cuando vio que las criptos eran más lucrativas.

Changpeng 'CZ' Zhao: ex-CEO de Binance

El estafador confeso más rico del mundo | Construyó la mayor plataforma de compra-venta de criptomonedas del mundo: Binance. Multado con 50 millones de dólares y forzado a dimitir por lavado de dinero (se declaró culpable), sigue siendo el más rico del sector. La paradoja perfecta: fue castigado por el sistema, pero conserva su fortuna. Es de origen chino y tiene nacionalidad canadiense.

Vitálik Buterin creador de Ethereum

El idealista que desafía a Wall Street | El niño prodigio que a los 19 años creó Ethereum y su criptomoneda Ether representa la cara más técnica y visionaria. Su moneda hace posible las finanzas descentralizadas (DeFi), un experimento radical que aspira a recrear todo el sistema bancario sin bancos: préstamos, trading y derivados financieros controlados por código en lugar de humanos. Buterin es un idealista… Si alguien puede construir la arquitectura digital para destronar al dólar, es él.


DICCIONARIO ESENCIAL DEL CRIPTOINVERSOR

Imagina a un inversor de 25 años, bebida energética en mano, murmurando a las tres de la madrugada frente a seis pantallas: “¡HODL con diamond hands, bros!”. Para el no iniciado podría parecer que sufre un ataque epiléptico. Para otro criptobro, acaba de articular una estrategia de inversión. Su jerga está salpicada de emojis, y muchos vocablos vienen del póker. Este es el diccionario esencial.

HODL

El mantra de la cultura cripto. Nació de un error tipográfico en 2013, cuando un trader borracho escribió “I AM HODLING” en lugar de “HOLDING” (“aguantando”). Es el que mantiene sus criptos contra viento y marea.

“TO THE MOON”

El grito de guerra. Siempre acompañado del emoji del cohete, predice una subida estratosférica del precio.

REKT

Del inglés wrecked (“destruido”), es la pesadilla del apalancado (ese que pide dinero prestado para sus apuestas). Quedarse REKT es perderlo todo.

“DIAMOND HANDS”

Tener “manos de diamantes” es mantener tus inversiones sin importar cuánto caiga el mercado. Se popularizó cuando una horda de inversores compró acciones de la moribunda GameStop, causando pérdidas millonarias a los fondos que apostaban por su caída.

FOMO

El motor psicológico del mercado cripto. El fear of missing out (“miedo a perderse algo”) es lo que empuja a la gente a comprar en máximos históricos, convencida de que el tren se va sin ellos. Es la fuerza que lleva a personas racionales a meter sus ahorros en tokens con nombres de perros porque “esta vez es diferente”.

DEGEN

Abreviatura de “degenerado”, pero usado con orgullo. Es un trader que abraza el riesgo extremo operando con apalancamientos absurdos y apostando en los proyectos más dudosos.

WAGMI/NGMI

WAGMI (“We’re all gonna make it”) es el grito de esperanza colectivo: “Todos lo conseguiremos”. NGMI (“Not gonna make it”) es su opuesto: “¿Vendiste bitcoin antes de que Trump ganase? No lo conseguirás, bro”.

“PIG BUTCHERING”

La estafa de moda. Las víctimas son engordadas (como cerdos) antes de ser sacrificadas. El timador se hace amigo de la víctima antes de convencerla para invertir en una plataforma fraudulenta. Luego desaparece.

“WHALE”

Una “ballena” es cualquier inversor con suficientes criptos para mover el mercado, por ejemplo, Elon Musk.

“NOCOINERS”

El término despectivo para los que no tienen criptos, por escepticismo o conservadurismo financiero.

 https://www.coinbase.com/es-es/learn/crypto-basics/what-is-a-token


jueves, 19 de octubre de 2017

41. La aparición de Roma






El Mediterráneo occidental, 800-600 a. C., mapa sacado de página web británica que reproduce un libro de comienzos del siglo XX.



https://vdoc.pub/search/vie%20privee

Enlace al vocabulario

LA APARICIÓN DE ROMA

El estudio de la ciudad de Roma y de la civilización que creó es importante porque la civilización romana se extendió por todas las orillas del mar Mediterráneo y todavía afecta hoy a los países que rodean ese mar. La civilización romana era una forma de vivir que incluía una lengua, el latín (idioma del que procede el castellano); unos alimentos, como el pan de harina de trigo, el vino y el aceite de oliva; una vida en la ciudad con comodidades como agua corriente, bibliotecas y piscinas públicas, alcantarillado, recogida de basuras…

La civilización romana nación en la península itálica. En el siglo VIII a. C., la península itálica estaba habitada por diversos pueblos, como los etruscos en el norte; los latinos en el centro, y los griegos en el sur.



La ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a. C. en la región del Lacio en el centro de la península itálica, cuando algunas tribus de latinos se juntaron para vivir a orillas del río Tíber y levantaron poblados en siete colinas. Los romanos hablaban latín, lo mismo que las demás tribus latinas del Lacio.

En la historia de Roma podemos distinguir tres etapas:

-       La monarquía (753-509 a. C.)

-       La república (509-27 a. C.)

-       El imperio (27 a. C.-476 d. C.)

 

1.   

La monarquía en Roma duró del año 753 al año 509 a. C. La palabra monarquía significa originalmente “el poder de uno”. Es una forma de gobierno en la que una persona suele…

-    Tener todo el poder

-    Mandar durante toda su vida

-    Dejar su poder a un heredero

 

Los monarcas también son llamados reyes o soberanos.

Roma tuvo siete reyes: cuatro de origen latino y tres reyes de origen etrusco. El último rey etrusco, Tarquinio el Soberbio, abusó de su poder y, en el año 509 a. C., acabó siendo expulsado de la ciudad por los patricios, que eran los habitantes más ricos de Roma.

Al principio los habitantes de Roma vivían de la agricultura y la ganadería, pero más tarde la ciudad se enriqueció con el comercio. Roma estaba cerca del mar y de salinas, lugares donde se consigue sal evaporando el agua del mar. Los romanos comerciaban con la sal. Además cobraban un impuesto a los comerciantes que cruzaban del sur al norte de Italia atravesando el vado que había al lado de Roma. Un vado es un punto de un río por donde este se puede atravesar sin problemas. Hoy hay puentes en todos los sitios que se necesitan, pero cuando se fundó Roma había muy pocos puentes, y los vados eran importantes para poder cruzar los ríos anchos y profundos como el Tíber, que es el río que pasa por Roma.

Durante los 250 años que duró la monarquía Roma fue una ciudad-estado. Esto quiere decir que todas las ciudades alrededor de Roma tenían sus propios reyes, sus propios ejércitos, su propia moneda, sus propias leyes, sus propios dioses… Los romanos hacían la guerra a sus vecinos para robarles ganado o convertirlos en esclavos. A veces estas ciudades-estado también luchaban por controlar unos terrenos que fueran buenos para la agricultura.

 








VOCABULARIO

1.   ¿Qué lengua hablaban los romanos?

2.   ¿Cuáles eran los alimentos más importantes para los romanos?

3.   ¿Qué comodidades había en las ciudades romanas?

4.   ¿Dónde nació la civilización romana?

5.   ¿Qué otras penínsulas hay en el mar Mediterráneo además de la península itálica? Observa el mapa.

6.   ¿En qué año fundaron Roma?

7.   Rellena el siguiente cuadro con la historia de Roma.

Etapa de la historia de Roma

Cronología (fecha de inicio y de final)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8.   ¿Cuáles son las tres características de un rey?

9.   Dos sinónimos de soberano.

10.    ¿Quién fue el último rey de Roma?

11.    ¿Quiénes eran los patricios?

12.    ¿Qué son las salinas?

13.    ¿Qué es un vado?

14.    ¿Cuál es el río que pasa al lado de Roma?

15.    ¿Para qué hacían la guerra los romanos a sus vecinos?

 

miércoles, 18 de octubre de 2017

Las invasiones bárbaras de Hispania



1. Legionarios romanos, finales del siglo IV - principios del V d.C., de izquierda a derecha: Legio Palatinae Herculia seniores; Legio Comitatensis Séptima seniores.




3. Generales romanos, finales del siglo IV - principios del siglo V d.C., de izquierda a derecha: Magister Militum Flavio Estilicón; tribuno militar; guerrera Auxilia Palatina Cornuti iuniores.





4. Guerreros de los pueblos esteparios al servicio de Roma, finales del siglo IV - principios del V d. C., de izquierda a derecha: jinete alano; jinete huno.




2. Arquero a caballo romano y catafracta romana, finales del siglo IV - principios del siglo V d.C.