martes, 20 de marzo de 2018

ESO Bloque 4 y Bloque 5 Editorial Anaya

Bloque 5. La época de entreguerras (1919-1939)

Contenidos

La difícil recuperación de Alemania.
El fascismo italiano.
El crash de 1929 y la gran depresión.
El nazismo alemán.
La II República en España.
La guerra civil española.

Criterios de evaluación

1. Conocer y comprender los acontecimientos, hitos y procesos más importantes del período de entreguerras, o las décadas de 1919 a 1939, especialmente en Europa.
2. Estudiar las cadenas causales que explican la jerarquía causal en las explicaciones históricas sobre esta época, y su conexión con el presente.
3. Analizar lo que condujo al auge de los fascismos en Europa.

Estándares de aprendizaje evaluables

1.1. Analiza interpretaciones diversas de fuentes históricas e historiográficas de distinta procedencia.
1.2. Relaciona algunas cuestiones concretas del pasado con el presente y las posibilidades del futuro, como el alcance de las crisis financieras de 1929 y de 2008.
1.3. Discute las causas de la lucha por el sufragio de la mujer.
2.1. Explica las principales reformas y reacciones a las mismas durante la II República española.
2.2. Explica las causas de la guerra civil española en el contexto europeo e internacional.
3.1. Explica diversos factores que hicieron posible el auge del fascismo en Europa.


1.      La Revolución Rusa de 1917. La creación de la URSS

1.1. Causas de la revolución. La crisis del imperio zarista
Rusia era a principios del siglo XX un extenso imperio extendido entre los mares. Báltico y Negro y desde la frontera polaca hasta el océano Pacífico. Estaba gobernado por los zares de la dinastía Romanov, y en él existía un malestar generalizado.
El descontento político se debía al gobierno autocrático[1] de los zares, que propició la aparición de una oposición política integrada por partidos liberales burgueses y partidos marxistas revolucionarios, como los bolcheviques.
El descontento económico y social se debía al contraste existente entre la rica minoría, dueña de la tierra y de las fábricas, y la miseria del campesinado y del proletariado industrial.

1.2. Las revoluciones de 1905 y 1917
En 1905, el malestar general, unido al causado por la derrota rusa ante Japón, desencadenaron una revolución que obligó al zar a crear un Parlamento o Duma y a emprender algunas reformas. Pero la autocracia se mantuvo.
En 1917, las derrotas del ejército ruso en la Primera Guerra Mundial y el sufrimiento popular a causa de la guerra provocaron una doble revolución:
La Revolución Burguesa de febrero de 1917 depuso al zar Nicolás ll, e implantó una república. El Gobierno provisional, liberal y burgués, prometió reformas; pero su lentitud y la decisión de continuar en la guerra mundial provocaron su caída.
La Revolución Bolchevique de octubre de 1917, organizada por los marxistas radicales o bolcheviques, derrocó al Gobierno provisional y llevó al poder a su dirigente, Lenin, apoyado por los soviets[2] o comités de obreros, campesinos y soldados.

En 1918, los bolcheviques adoptaron el nombre de Partido Comunista; y retiraron a Rusia de la guerra, firmando el Tratado de Brest-Litovsk con Alemania (1918). Después, aprobaron una Constitución, que establecía el traspaso de los latifundios al campesinado, el control de las fábricas por los obreros, y la nacionalización de la banca y de los transportes. En 1919 fundaron la Tercera Internacional.
La actuación de Lenin desencadenó la oposición armada de los grupos contrarrevolucionarios. Estos organizaron el llamado Ejército Blanco -apoyado por Reino Unido, Francia y Japón-, que se enfrentó al Ejército Rojo bolchevique dirigido por León Trotsky. El resultado fue una cruenta guerra civil (1918 y 1921) que dejó ocho millones de víctimas.
La victoria del Ejército Rojo consolidó la revolución.

1.3. Las consecuencias de la revolución. La URSS
El gobierno de Lenin (1921-1924). Lenin concentró en su persona todo el poder político. En 1922 creó una organización política, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), integrada por Rusia y otras repúblicas asiáticas. Se organizó como un Estado federal y adoptó una Nueva Política Económica (NEP) que combinaba elementos comunistas y capitalistas. Gracias a ello, la economía soviética se recuperó.
El gobierno de Stalin (1927-1953). El sucesor de Lenin inició una nueva etapa, el «estalinismo». En ella se impuso un sistema político totalitario que reprimió cualquier oposición mediante purgas.
La economía pasó a manos del Estado. Se colectivizó la tierra, trabajada mediante cooperativas campesinas –koljoses- o asalariados en granjas estatales –sovjoses-. La industria creó grandes complejos estatales metalúrgicos, químicos y de armamento; y la banca y los demás servicios se mantuvieron nacionalizados. Además, el Estado planificaba cada rama productiva mediante planes quinquenales[3], planes económicos a cinco años en los que se marcaban los objetivos. Como resultado de todo ello, la URSS se convirtió en una gran potencia económica y militar.

En 1922, en una conferencia de delegaciones de Rusia, Bielorrusia y Transcaucasia (integrada por Armenia-Georgia-Azerbaiyán), se formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Después, se fue ampliando con la incorporación de otras repúblicas. La URSS se organizaba como un Estado federal cuya dirección estaba en manos del Partido Comunista.

2.      La economía (I). De la prosperidad a la crisis

2.1. Los “felices años veinte”
La economía del período 1924-1929 pasó por una etapa de prosperidad conocida como los “felices años veinte”. Afectó a Europa y, sobre todo, a Estados Unidos, que tras la Primera Guerra Mundial se convirtió en la primera potencia económica mundial.
Las bases de esta prosperidad económica fueron tres:
El desarrollo de la industria. Fue posible gracias al nuevo sistema de producción en cadena, que permitía fabricar en masa artículos como automóviles, electrodomésticos y otros bienes.
El incremento del consumo. Se debió a la publicidad y a las facilidades de compra proporcionadas por la venta a plazos y los créditos bancarios.
Las inversiones en bolsa. Se convirtieron en una forma rápida de conseguir dinero para los particulares, las empresas y los bancos. Todos ellos invirtieron su dinero en la compra de acciones, haciendo subir su precio sin parar.

La prosperidad de este período fomentó la confianza en el sistema capitalista, que había permitido aumentar el nivel de vida y disfrutar de bienes y servicios.  También desembocó en un modo de vida frívolo, caracterizado por la moda extravagante, y el gusto por la música popular, los bailes alocados (jazz, charleston), y los espectáculos (cine, cabarés, teatro) y la pasión por la velocidad.

La crisis de 1929. Cadenas causales
Al terminar la contienda se acumularon excedentes agrarios y muchos agricultores se arruinaron. El aumento de la producción industrial por encima de la demanda dio lugar a la acumulación de stocks sin vender.

2.2. La crisis de 1929. El crac de la Bolsa de Nueva York
La prosperidad económica finalizó en 1929. Este año se inició en Estados Unidos una crisis económica provocada por el exceso de producción en relación con el consumo.
Durante la Primera Guerra Mundial, la agricultura y la industria estadounidenses habían aumentado sin descanso su producción para abastecer a los países beligerantes. Pero, al finalizar la contienda, estos redujeron la demanda, lo que originó la acumulación o stocks de productos agrícolas y artículos industriales sin vender. Con ello, su precio bajó, y las empresas sufrieron importantes pérdidas.
La situación real de las empresas, por tanto, no se correspondían con el alto valor que sus acciones tenían en la bolsa. En 1929, esta situación generó un clima de desconfianza y la subida del precio de las acciones se redujo. El 24 de octubre de 1929, conocido como el “jueves negro”, el temor a un descenso aún mayor llevó a los inversores a la venta masiva de acciones, sin que hubiese nadie para comprarlas. El resultado fue el desplome de su precio y la quiebra o crac de la Bolsa de Nueva York, con el consiguiente hundimiento de muchas empresas y la ruina de grandes fortunas.

3.    La economía (II). La Gran Depresión

3.1. La generalización de la crisis
En Estado Unidos, la quiebra de la bolsa provocó una depresión general. Millones de personas perdieron su dinero y ahorros. Numerosos bancos quebraron, ya que habían invertido sus fondos en comprar acciones o en conceder créditos para adquirirlas. Muchas industrias y muchos agricultores se arruinaron ante el descenso de ventas y la falta de créditos. Y el comercio exterior se paralizó al adoptarse medidas proteccionistas.
Entre 1930 y 1931, la crisis se difundió desde EE.UU. al resto del mundo, afectando a Europa y a los países asiáticos y latinoamericanos. Se transformó así en una crisis total, la Gran Depresión, una de las mayores crisis económicas de la historia.

3.2. Las consecuencias de la crisis
La crisis se reflejó en todos los ámbitos de la vida.
En la economía, la producción agraria e industrial descendió al decrecer la demanda; y el comercio exterior se redujo al generalizarse el proteccionismo. Por su parte, el sistema capitalista sufrió un fuerte rechazo entre las clases medias y trabajadoras.
La población detuvo su crecimiento; y la migración transoceánica disminuyó, pues los países receptores limitaron las entradas para reducir su paro.
En la sociedad crecieron el paro y las desigualdades. Con ello, el optimismo de los felices años veinte fue sustituido por el pesimismo y la falta de confianza en el progreso.
En política, la depresión desprestigió a la democracia, que no supo evitarla; y favoreció el auge de ideologías que se presentaban como salvadoras, como el totalitarismo entre la clase media, y el comunismo entre los obreros.

3.3.  Las propuestas de solución
Cada país intentó salir de la crisis buscando sus propias fórmulas.
Algunos promovieron la autarquía o autosuficiencia económica, explotando los recursos propios y comprando al exterior lo menos posible.
Pero la mayoría adoptó las ideas del economista británico John Maynard Keynes, consistentes en estimular la inversión, el empleo y el consumo mediante la intervención del Estado en la economía. Este fue el caso de Estados Unidos, donde el nuevo presidente Franklin Delano Roosevelt puso en marcha en 1933 un conjunto de medidas económicas y sociales conocido como New Deal. Incluía el control de los bancos obligándoles a conceder créditos a bajo interés; subvenciones a la agricultura y a la industria para disminuir la producción; reducción de la jornada laboral; salarios mínimos; seguros de desempleo; fomento de las obras públicas, etc.




4.    El ascenso de los totalitarismos

4.1. La crisis de la democracia y el ascenso del totalitarismo
En el período de entreguerras, la catástrofe que supuso la Primera Guerra Mundial y las dificultades de la posguerra ayudaron a formar una corriente de opinión contraria al sistema democrático, al considerar que el parlamentarismo había fracasado.
La democracia y el sistema parlamentario se mantuvieron en Estados Unidos y en los países europeos de mayor tradición liberal, como Reino Unido y Francia.
Otros estados del centro y del sur de Europa adoptaron regímenes autoritarios, de jefe único; o totalitarios, de partido único y control social total. Los totalitarismos contaron con el apoyo social de la clase media, descontenta por el descenso de su nivel de vida a causa de la crisis; de gran capital, deseoso de detener el auge del comunismo; de muchos excombatientes y parados descontentos; y de los sectores sociales más conservadores. Entre ellos, destacaron el fascismo en Italia; y el nazismo, en Alemania.

4.2.  Los rasgos de los totalitarismos
Los partidos totalitarios controlaron el poder político y todos los ámbitos de la vida de las personas. Por eso, en los países en los que accedieron al poder, implantaron:
Un sistema político autoritario. En él, el Estado concentró todo el poder y lo ejerció mediante un líder carismático que exigía obediencia ciega: el duce[4] Mussolini, en Italia; o el führer[5] Hitler, en Alemania. No hay libertades personales, ni pluralismo político. Solo un partido único, que reprime con violencia cualquier oposición.
El control económico y social. El Estado dirigía la economía y se proclamó anticapitalista y anticomunista. Además, controlaba la sociedad mediante la propaganda, la censura de los medios de comunicación y la educación.
El rechazo de la igualdad. Defendieron la superioridad de los miembros del partido único sobre los demás; la de los hombres sobre las mujeres; y la de unas razas sobre otras.
El pensamiento irracional. Proclamaron el fanatismo y la obediencia, reforzados con símbolos, escudos, cantos y uniformes que fomentaban la unidad de sus seguidores.
El ultranacionalismo. Exaltaban la grandeza de la propia nación, y reclamaron territorios para lograr su unidad o para dotarla de un espacio vital[6] que permitiera su supervivencia.
El militarismo. Defendieron la fuerza y la guerra como instrumentos de poder, prestigio y progreso de los pueblos.

Algunos rasgos de los totalitarismos
Los totalitarismos reprimieron con violencia cualquier oposición mediante la policía política,               como  la Gestapo alemana; pusieron la educación al servicio de los intereses del partido; exigieron el culto y la obediencia ciega al líder; sostuvieron la superioridad de unas razas sobre otras; y defendieron el patriotismo y la guerra como instrumento de prestigio y de poder de la nación.







5.    El fascismo y el nazismo

5.1. El fascismo en Italia
Las causas que favorecieron el nacimiento del fascismo en Italia fueron el descontento por los acuerdos de paz alcanzados tras la Primera Guerra Mundial; y la situación de la posguerra, caracterizada por la crisis económica, el paro, la inflación y el malestar social, manifestado en movimientos revolucionarios que asustaron a los sectores más conservadores.
El fascismo fue obra del periodista Benito Mussolini, quien en 1921 fundó el Partido Nacional Fascista que contaba con grupos paramilitares -los Fascios italianos de combate o << camisas negras>>- dedicados a reprimir al movimiento obrero. Así, se ganó el apoyo de los grandes propietarios, de la pequeña burguesía, de la Iglesia y del rey Víctor Manuel III.
En 1922, la exitosa intervención de los Fascios contra los sindicatos y huelgas obreras llevó a Mussolini a reclamar el poder. Para presionar al gobierno, organizó una Marcha sobre Roma con sus <>, logrando que el rey le nombrase jefe del gobierno.
Una vez en el poder, Mussolini implantó una dictadura fascista. Para ello, asumió todo el poder; restringió las libertades; prohibió los partidos políticos; reprimió a los sindicatos y a cualquier oposición mediante la policía política (Ovra); dirigió la economía; y controló todos los aspectos de la vida social mediante la propaganda y la censura.

5.2. El nazismo en Alemania
Las causas que favorecieron el nazismo en Alemania fueron el descontento existente en la República de Weimar (1918-1933) por la humillación sufrida en el Tratado de Versalles; y la situación de la posguerra: crisis económica, paro y un malestar social manifestado en movimientos revolucionarios.
El nazismo surgió en torno al antiguo soldado Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes, fundado en 1920, que contaba con una organización paramilitar (las Secciones de Asalto o SA), dedicada a combatir a los comunistas.
Así, se ganó el apoyo de buena parte de las clases medias arruinadas por la crisis económica de 1929 y de los capitalistas contrarios al comunismo.
En la elecciones de 1932, el Partido Nazi consiguió 13,8 millones de votos; y en 1933 Hitler fue nombrado canciller de Alemania.
Una vez en el poder, puso fin a la República de Weimar, proclamó el III Reich alemán e implantó una férrea dictadura, disolviendo o prohibiendo el resto de partidos y sindicatos y anulando los derechos y la libertades fundamentales.
También controló la economía; dirigió la educación, la cultura y el arte mediante la propaganda y la censura; buscó la cohesión social en torno a la idea de la superioridad de la raza aria y la persecución de los judíos; y adoptó una política militarista basada en el rearme, el rechazo del Tratado de Versalles y las reivindicaciones territoriales.
Todas estas actuaciones desembocarían en la Segunda Guerra Mundial.

Elecciones parlamentarias (número de votos  del Partido Nazi)
Fecha                Votos           %

Mayo, 1924                    1918000              6,6
Diciembre, 1924             903000                3,0
Mayo, 1928                    810000                2,6
Noviembre, 1930           6406000              18,3
Julio, 1932                     13800000            37,3
Noviembre, 1932           11700000              33,1





6.      La Segunda Guerra Mundial (I). Causas

6.1. Los contendientes
El 1 de septiembre de 1939 se iniciaba la Segunda Guerra Mundial. El conflicto duró casi seis años, hasta el 5 de agosto de 1945, y se considera el más importante de la historia de la humanidad.
Los países contendientes se agruparon en dos bandos. Por una parte, las potencias occidentales o Aliados, liderados por Reino Unido y Francia; y por otra parte, las potencias del Eje, lideradas por Alemania e Italia. Durante la contienda (1941), ambos bandos incorporaron aliados, como la Unión Soviética, Japón y Estados Unidos, lo que dio al conflicto un alcance mundial.

6.2. Causas del conflicto

Las causas generales
Las causas generales de la guerra fueron múltiples. El deseo de revancha de Alemania, pues consideraba que había sido humillada en el Tratado de Versalles al imponérsele el pago de indemnización a los Aliados y una reducción del ejército y de la flota. La aparición de las ideologías totalitarias y el auge del militarismo. Los nacionalismos, origen de reivindicaciones territoriales. Y la depresión económica y el empobrecimiento general causados por la crisis de 1929.

Las causas inmediatas y la chispa
Entre las causas inmediatas de la guerra destacan la política militarista y agresiva de las potencias totalitarias en los años anteriores a la guerra.
Así, Japón invadió Manchuria, en 1932; Italia se anexionó Abisinia y Albania, en 1935 y 1939, respectivamente; y Alemania, con el pretexto de incorporar a su imperio los territorios de población germana, se anexionó Austria y la región checa de los Sudetes en 1938 y casi toda Checoslovaquia en 1939. Estas agresiones no fueron contenidas a tiempo por la Sociedad de Naciones ni por las democracias occidentales, que optaron por realizar concesiones para tratar de evitar el conflicto.
La chispa que inició la contienda fue la invasión de Polonia por Alemania, sin previa declaración de guerra, tras firmar un pacto de no agresión con la URSS. Este hecho provocó la declaración de guerra de Reino Unido y Francia contra Alemania.

El camino hacia la guerra. Los pactos
A.   El Pacto de Acero. El 22 de mayo de 1939, Hitler y Mussolini firmaron el Pacto de Acero, que establecía el apoyo mutuo de ambos países en caso de guerra. Se establecía así el llamado Eje Roma-Berlín, al que se sumaría Japón en 1940, una vez iniciada la guerra.
B.    El pacto germano-soviético. El 23 de agosto de 1939, la URSS de Stalin y Hitler firmaron un pacto en el que <>. Las cláusulas secretas del pacto estipulaban la partición de Polonia entre rusos y alemanes.

7. La Segunda Guerra Mundial (II). Acontecimientos y consecuencias

7.1. El desarrollo del conflicto (1939-1945)

Características de la guerra
La guerra tuvo una enorme extensión, ya que sus operaciones se desarrollaron en el Pacífico, en Europa y en África, implicó a sesenta países, y afectó de una manera u otra al 90% de la humanidad. Fue, además, una guerra de gran duración –seis años, dos más que la primera–. Se debió, sobre todo, a las victorias iniciales de Alemania, que obligaron a una larga reconquista del territorio.
También destacó por su carácter de guerra total, ya que obligó a organizar la economía de los países contendientes en función de la guerra, movilizó a más de 100 millones de personas, y utilizó un potente armamento (tanques, bombas, aviación, etc.) Y alcanzó una extrema crueldad: unos 800 millones de civiles sufrieron la ocupación enemiga, bombardeos y privaciones; y hubo deportaciones, torturas, asesinatos y genocidios.

Etapas y acontecimientos
Las victorias del Eje (1939-1941). Alemania lanzó una <> basada en el uso conjunto de tanques y aviones. Gracias a ello, y a la neutralidad de Rusia, ocupó hasta 1940 casi toda Europa occidental. Luego, con el apoyo de Italia, forzó a Francia a firmar un armisticio, ocupó parte de su territorio y obligó a la formación del gobierno colaboracionista de Vichy. También intentó rendir a Reino Unido mediante bombardeos; conquistó territorios en el norte de África y los Balcanes (1940); y en 1941 invadió la URSS, ante la necesidad de recursos alimentarios y energéticos. Esto abrió un segundo frente en el este europeo. Por su parte, Japón, que deseaba extender su influencia en el Pacífico, destruyó en 1941 la flota de Estados Unidos en Pearl Harbor (Hawái). Este hecho provocó la entrada de Estados Unidos en el conflicto.

  El equilibrio de fuerzas (1941-1943). En estos años, Alemania fue frenada por los británicos en el norte de África y por los rusos en Stalingrado; Italia fue invadida por los Aliados; y Japón fue frenado por EE.UU. en el Pacífico.

El predominio aliado (1943-1945). Fue resultado de una doble ofensiva en Europa. Por el oeste, tras el desembarco de Normandía (1944), los Aliados liberaron París y penetraron en Alemania. Por el este, el Ejército Rojo soviético ocupó diversos países de Europa oriental (1944), mientras los guerrilleros partisanos liberaban Yugoslavia y Albania de los nazis. Finalmente, en abril de 1945, Mussolini fue capturado y ejecutado; y dos días después Hitler se suicidaba en Berlín, tras la entrada en la ciudad del ejército ruso.
En el Pacífico, Japón se retiraba de Birmania, Filipinas y China tras las batallas de Iwo Yima y Guadalcanal. Finalmente se rendía tras el bombardeo atómico por EE.UU. de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 agosto de 1945. Este hecho puso fin a la guerra.

7.2. Las consecuencias de la guerra
Pérdidas humanas y materiales. Como efecto de las batallas, los bombardeos a poblaciones y las represalias se produjeron entre 50 y 60 millones de muertos, la mayoría civiles, y 70 millones de heridos y mutilados. Además, tras la guerra, hubo más de 40 millones de desplazamientos forzosos por las modificaciones fronterizas. La guerra destruyó también campos y ciudades, industrias, e infraestructuras como puentes, puertos, ferrocarriles, etc.
Repercusiones políticas. Desaparecieron monarquías europeas. Cayeron los regímenes totalitarios y se revitalizaron las democracias. Y a nivel internacional se impuso un nuevo orden político mundial liberado por las dos superpotencias vencedoras en la guerra: Estados Unidos y la URSS.
 Cambios territoriales. Tras los tratados de paz surgió un nuevo mapa de Europa, pues fueron muchos los países que ampliaron o redujeron sus territorios.

8.    El diseño de la paz. La ONU

8.1. Las conferencias previas
Antes de finalizar la guerra en 1945, los Aliados se reunieron en una serie de conferencias para solucionar los problemas relativos a Alemania y a Europa oriental.
En la Conferencia de Teherán (noviembre de 1943), se acordó que la URSS se anexionara las repúblicas bálticas y el este de Polonia.
En la Conferencia de Yalta (febrero de 1945), los llamados Tres Grandes -Churchill, Franklin D. Roosevelt y Stalin-, se comprometieron a que la reconstrucción de Europa se hiciera mediante gobiernos democráticos; delimitaron las fronteras de Polonia; y decidieron la división de Alemania y de la ciudad de Berlín en cuatro zonas de ocupación militar: estadounidense, británica, francesa y soviética.
En la Conferencia de Potsdam (julio-agosto de 1945), se acordó la devolución de los territorios ocupados por los nazis; la desmilitarización y la partición de Alemania convenidas en Yalta; el pago de reparaciones; y el castigo de los responsables nazis. Los juicios contra los crímenes de guerra cometidos por los nazis se celebraron en la ciudad alemana de Núremberg.
En el juicio principal de Núremberg, un Tribunal Militar internacional (TMI) juzgó a partir del 20 de noviembre de 1945 a 24 de los principales dirigentes del gobierno nazi y de sus principales organizaciones por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

8.2. Los tratados de paz
Después de la guerra, en 1946, se firmaron diversos tratados de paz y se terminaron de ajustar las fronteras de Europa.
Tras ellos, la URSS amplió su territorio en el Báltico y en el este a costa de Polonia, que fue compensada  extendiendo su frontera oeste hasta el río Óder a expensas de Alemania. Alemania y Berlín se dividieron en las zonas de ocupación acordadas en Potsdam. Italia quedó ocupada por un ejército angloamericano y perdió sus colonias; Japón quedó ocupado y cedió Manchuria a China. Y Europa oriental quedó ocupada por millones de soldados rusos.

8.3. La creación de la ONU
Los Aliados decidieron también la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una nueva organización internacional que sustituyera a la ineficaz Sociedad de Naciones.
Su nacimiento legal se produjo el 26 de junio de 1945, en la Conferencia de San Francisco, y su carta de fundación fue firmada por 50 Estados. Tendría su sede en Nueva York, y estaría integrada por una Asamblea General de todos sus miembros -5 de ellos permanentes-, y otros organismos. Sus objetivos eran mantener la paz y la seguridad mundial mediante la solución pacífica de los conflictos, la cooperación internacional y el respeto a los derechos humanos y a la libre determinación de los pueblos.

La creación de la ONU tomó como base los principios de la Carta del Atlántico, una declaración conjunta firmada por Roosevelt y Churchill en 1941. Perfiladas en sucesivas reuniones, tomó forma legal en la Conferencia de San Francisco de 1945.

9.    La cultura y el arte entre 1919 y 1945

9.1. La cultura y la ciencia
La literatura de este extenso periodo histórico se caracterizó por dos corrientes contrastadas: una pesimista, cuya obra más destacada es La decadencia de Occidente, de Oswald Spengler; y otra pacifista, con obras como Adiós a las armas, de Ernest Hemingway. La música adquirió un gran desarrollo. Y el cine fue evolucionando desde películas mudas y en blanco y negro a películas sonoras y en color.
En la ciencia, Albert Einstein formuló la teoría de la relatividad, y Max Planck inició la física cuántica.

9.2. La evolución artística

La arquitectura racionalista
En arquitectura, una vez agotado el modernismo a comienzos de siglo, surgió el llamado Movimiento Moderno o racionalismo, caracterizado por el abandono de los excesos ornamentales, la tendencia a la simplificación de las formas, y la valoración de la función a la que se destina el edificio. El racionalismo originó dos corrientes: el funcionalismo y el organicismo.
El funcionalismo, característico de Europa, buscó crear una arquitectura nueva basada en la razón y en el principio de que <>. Los edificios adoptaron volúmenes geométricos y sin decoración, y plantas simples perfectamente adaptadas a su función.
Sus representantes principales fueron Walter Gropius, fundador de la escuela alemana de la Bauhaus, que integró la arquitectura con el diseño interior y el mobiliario. Y Le Corbusier, que buscó recuperar la dimensión humana de la arquitectura en obras como la Villa Saboya.
El organicismo se desarrolló sobre todo en Estados Unidos, y buscó la integración del edificio en la naturaleza empleando materiales más plásticos y formas más curvas. En esta corriente destacó Frank Lloyd Wright, con su Casa sobre la cascada.

La escultura
La escultura utilizó los nuevos materiales proporcionados por la industria, como el hierro, e introdujo el movimiento real en las obras. La figura principal fue Alexander Calder, creador de <> o esculturas con movimiento.

La pintura. Dadaísmo, surrealismo y abstracción
El dadaísmo fue una corriente provocadora que reivindicó la destrucción del arte, el azar y lo absurdo. En ella destacó Marcel Duchamp, creador de los ready-made, obras realizadas con objetos cotidianos. Con ellos pretendía demostrar que su simple exposición en una sala de arte les daba un valor artístico del que realmente carecían y que, por tanto, el arte era solo una actitud mental del espectador.
El surrealismo se inspiró en el inconsciente y los sueños para crear obras caracterizadas por las relaciones absurdas e irracionales entre sus elementos. En este periodo, sus principales representantes fueron René Magritte y Marc Chagall.
La abstracción eliminó de las obras cualquier referencia al mundo real, con lo que el color y las formas se convirtieron en los verdaderos protagonistas del cuadro. Pintores destacados de esta corriente fueron Vasily Kandinsky, Paul Klee y Piet Mondrian.




[1] Gobierno autocrático. Forma de ejercer el poder en la que una sola persona detenta toda la autoridad, sin someterse a ninguna limitación a su poder.
[2] Soviets. Asambleas de soldados, obreros y campesinos. Surgieron en la revolución de 1905 como oposición al zarismo, y desempeñaron un papel decisivo en derribarlo en la revolución de 1917.
[3] Planes quinquenales. Programación de los diversos sectores de la economía soviética, sobre todo de la industria, durante un período de cinco años. Cada plan fijaba unos objetivos y los mecanismos para alcanzarlos. Por tanto, fueron el instrumento básico de la economía planificada del bloque comunista.
[4] Duce. Palabra derivada del latín dux que significa “guía o conductor”. En la Italia fascista fue usada para referirse a Mussolini como guía o conductor del fascismo.
[5] Führer. Palabra alemana que significa “líder”. Fue el título elegido por Hitler para denominar su liderazgo sobre el Estado y sobre el Partido Nazi.
[6] Espacio vital. Territorio necesario para garantizar las necesidades y la supervivencia de la población de un Estado. El concepto, influido por las ideas naturalistas de la época, fue usado por Hitler y los ideólogos nazis para defender la política de anexiones territoriales del III Reich


Editorial Anaya

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