¿Por qué la educación
es cada vez peor en España?
Habla (mal) un
profesor de instituto
Por Marta Medina en elconfidencial.com
https://www.elconfidencial.com/cultura/2021-03-10/borregos-que-ladran-juan-izuzkiza_2983644/
Juan Izuzkiza llevaba una
vida como profesor en un pequeño instituto del País Vasco hasta que lo trasladaron a un "macrocentro
público" en el que se concentraban "los malotes" de
la zona para impartir la asignatura de Valores Éticos. Izuzkiza pasó a sentirse como un
"carcelero" frente a un grupo de alumnos demasiado grande, demasiado desmotivado, con continuos
cambios de planes de estudio y dentro de un sistema que ni los estimula ni los
educa y donde el profesor ha perdido la autoridad. "He visto cosas que
vosotros no creeríais. He visto volar mesas cayendo al patio desde una tercera
planta, baños inundados todos los martes (¿o suele ser los jueves?), mapas de
escupitajos de múltiples colores y diversas densidades esparcidos por todo el
espacio imaginable, basureras volcadas en los pasillos, puertas rotas, paredes
golpeadas…", relata en su ensayo 'Borregos que ladran' (De Conatus,
2021).
Después de años como docente y sintiéndose de manos atadas
frente a la hiperburocratización del sistema educativo, la falta de confianza
de los padres en el profesorado y un alumnado con pocas ganas de aprender,
Izuzkiza decidió volcar todas sus frutraciones profesionales en 'Borregos
que ladran', una especie de
manual en el que recopila casos reales ocurridos en sus clases y
reflexiones sobre cuáles son los principales problemas y las posibles mejoras
de una escuela que, según su punto de vista, es "una organización, mal que
le pese, más política que ética,
y cuando quiere conjugar ambas, cuando quiere ser primero referente ético para
luego serlo político, yerra y hace el ridículo con su organización
timorata".
"Este libro nace del enfado", admite el
autor al otro lado de la pantalla del ordenador. "El enfado hay dos formas
de eliminarlo: ponerme a hacer barbaridades o sublimarlo con algo que escriba.
Tuve una sensación que nunca había sentido hasta entonces como profesor. En mí
convivían dos personajes: el que da clases, que era alguien que siempre había
reconocido, y el otro el que se escaquea de todo el papeleo, el análisis de
datos y todos elementos obsesivos que nos pide el sistema y que si no los
cumples viene la inspección a darte la vara con programaciones absolutamente
irreales. Pensaba hacer una guía para padres despistados, pero sobre todo
quería quitarme esa espina con la Administración que te pide papeles y papeles
que no sirven para nada. La Administración también lo sabe y todos hacemos el
papel". En 'Borregos que ladran', Izuzkiza [analiza] a través de
sus vivencias la situación de todos los agentes implicados en la cadena
educativa: los profesores, por supuesto, los alumnos, los padres, los gestores,
los políticos, y parte de la premisa de que "la escuela no está para cambiar el mundo, ni tiene la capacidad
real de mejorarlo (ni de empeorarlo, menos mal)".
"La escuela es un reflejo de la sociedad", apunta.
"Una escuela en la que se lee poco
es un reflejo de una sociedad en la que no se lee. Los profesores no
tenemos una capa de superhéroes para alegrar la sociedad, pero se nos presupone
que, a partir de ese pequeño granito o forúnculo, cambiemos el mundo. Esa
soberbia incapacita para actuar".
Izuzkiza no esconde que, según él, gran parte del problema
de la educación reposa en "el buenismo imperante" que no respeta las
leyes y se centra en exceso en la protección de un alumno "que es perfecto
en tanto en cuanto es alumno". En el libro cita referentes como Michel Houellebecq, Camille Paglia o Jordan B. Peterson sobre la posición de huida en
retirada del "hombre-varón actual" en las escuelas, al que en muchas
ocasiones se tacha como "defectuoso". "Lo que yo alcanzo a
sentir con las charlas 'inclusivas' es el peso de la confección de dos equipos,
bien diferenciados y excluyentes. Y ahí ya hemos montado el lío: un grupo
siempre es el bueno y el otro el malo. El bueno proviene del mundo de las
víctimas y el malo del de los verdugos [...]. Se puede considerar, por ejemplo,
que lo que se dice en las charlas
de igualdad es directamente generador de desigualdad", sentencia
respecto a las nuevas políticas de género dentro de los planes de estudio.
También se queja de la dificultad de los padres para confiar en las personas
sobre las que depositan la labor educacional de sus hijos. "Todos pensamos
que somos padres corresponsables, pero muchos, en realidad, somos permisivos, o
demasiado protectores o negativos, que son los que siempre delegan. Si todos fuésemos
corresponsables sería un mundo ideal".
El profesor cree que se pierde demasiado tiempo en
cuestiones para él accesorias y menos en el conocimiento que debería
transmitirse en la escuela. "El conocimiento enseñable como tal no es el
centro de la educación", desarrolla. "Los conceptos han perdido
importancia y los profesores no saben muy bien qué hay que enseñar. Como el
alumno se aburre, la escuela tiene que intentar seducirlo. El alumno, que lo
sabe, pasa a ser un sujeto totalmente pasivo, porque sabe que siempre la
escuela va a ir a buscarlo. Cualquier cosa vale, porque al final todo el mundo
consigue éxito académico incluso en las zonas con mayor abandono escolar".
Según el último informe de la Encuesta de Población Activa del Ministerio de
Educación que mide cuánta gente entre 18 y 24 años han obtenido, como mucho, el
título de ESO, la tasa de abandono
escolar temprano se situó en 2020 en el 16%, la cifra más baja
contabilizada en España. "Andalucía, con un 21,8% de abandono, y Baleares,
con un 21,3%, lideran el fracaso educativo, mientras el País Vasco, con un
6,5%, es la que presenta la menor tasa", subtitula 'El País'.
"Yo era un estudiante cafre y tenía compañeros
igualmente cafres", recuerda. "Entonces también nos aburríamos en
clase. Pero, ¿qué ha cambiado desde entonces? Todavía no he encontrado ni un
profesor que me diga que se enseña mejor ahora que antes. La diferencia es que
antes si tú no hacías lo que el sistema te pedía, salías del sistema.
Suspendías. Repetías. Ahora el
conocimiento se pone en cuestión y el sistema educativo ya no
pivota alrededor de dicho conocimiento, sino del alumno, que es perfecto en
tanto en cuanto es alumno". Para Izuzkiza, los pedagogos buscan eliminar
la figura del profesor y elaboran planes de estudios individualizados en los
que el niño no tiene que adaptarse al conocimiento existente, sino que el
conocimiento tiene que adaptarse al niño. "Pero cuando llega la
Selectividad, surge la angustia de las notas, de los cortes, y cambian las
reglas de juego y el alumno no entiende qué ha pasado. Cuando veo estas cosas
algodonosas de la nueva pedagogía, no las entiendo, porque lo que te gusta
académicamente se encuentra estudiando y no al revés".
La crítica de 'Borregos que ladran' también se dirige
a la injerencia de los pedagogos y
políticos en el sistema educativo mediante los cambios legislativos
que impulsa cada Gobierno. El pasado noviembre, el Congreso aprobó la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), la
octava ley que ha modificado los planes educativos españoles desde 1980. Cuatro
de esas modificaciones se han hecho en los últimos 18 años. "El protocolo
está detrás de los planes, de las programaciones, de las formaciones, el
protocolo que todo lo ocupa es la triste y estúpida estrategia estrella. Y
esconde algo más terrible aún. No se quieren testigos del terror que vive la
autoridad educativa, siempre cortoplacista. Se inventan diez mil obsesionantes formas de evaluar a
los alumnos, porque en el bombardeo se oculta el terror a que sean los
alumnos quienes valoren el sistema", opina el profesor.
"Estos cambios legislativos son una perversión",
sentencia, "porque estas leyes columpio en las que viene cada uno con una
ocurrencia provocan algo muy dañino para la democracia, que es que no nos
tomemos en serio la ley. Dejé de leer las leyes que me afectaban porque no me
las tomaba en serio y si en una
democracia no te tomas en serio la ley, mal vamos. Creo que en esto hay
que ser kantiano: cuando no te gusta una ley tienes que seguir obedeciéndola y
luchar para cambiarla. Tenemos que estar constantemente pendientes del CIS para
conocer los cambios legislativos y eso absorbe mucho tiempo que no se dedica a
la enseñanza en sí".
Pero Izuzkiza no pierde la esperanza. El profesor cree en
que si se vuelve a poner el foco en la educación, si los maestros consiguen
volver a educar con afecto y vocación y no dejarse llevar por la inercia, si la
alegría y el amor por el conocimiento vuelven a hacerse fuertes en las aulas,
si los padres depositan realmente su confianza en los docentes, si los
estudiantes adoptan un papel más activo en su propia educación, conseguiremos
que "la escuela no sea un gris
reflejo de los males que asolan al mundo, que no es poco".
No hay comentarios:
Publicar un comentario