jueves, 9 de noviembre de 2017

De re militari, por Vegecio ( c. 400-450)

https://jmarin.jimdofree.com/fuentes-y-documentos/reino-visigodo/saqueo-de-roma-seg%C3%BAn-jordanes/

Conviene ahora que hablemos de las armas ofensivas y defensivas del soldado, ya que en esto hemos perdido del todo las antiguas costumbres; y a pesar del ejemplo de la caballería goda, alana y huna, tan adecuadamente protegida con armas defensivas, que debería habernos hecho comprender su utilidad, consta que en cambio dejamos a nuestra infantería descubierta. Desde la fundación de Roma hasta los tiempos del divino Graciano [emperador desde el 375 al 383], la infantería siempre había estado defendida con la coraza y el casco [cataphracteis et galeis]; pero cuando la negligencia [=descuido] y la pereza hicieron menos frecuentes los ejercicios, estas armas, que nuestros soldados no llevaban más que raras veces[1], les parecieron muy pesadas. Pidieron, pues, al emperador, primero, ser descargados de la coraza y, luego, de los cascos. Habiéndose así expuesto contra los godos, con el pecho y la cabeza descubiertos, fueron a menudo destruidos por la multitud de sus arqueros[2]; sin embargo, ni después de tanta calamidad que alcanzó hasta la ruina de tantas ciudades, ninguno de nuestros generales tuvo el cuidado de devolver a la infantería las corazas o los cascos. Y así acontece que, al exponerse el soldado en la batalla a las heridas, piense más en la fuga que en el combate. ¿Y qué otra cosa puede hacer un arquero a pie, sin casco y sin coraza, que no puede sostener al mismo tiempo un escudo con un arco? Pero parece que la coraza y aun el casco son pesados para el infante que no los usa sino rara vez; en cambio, el uso cotidiano de estos los hace livianos [=ligeros], aunque hubiesen parecido pesados al principio. Pero aquellos que no pueden soportar el peso de las antiguas armas, deben ser obligados a recibir, en sus cuerpos desguarnecidos, las heridas y también la muerte o, lo que es más grave y vergonzoso, a ser hechos prisioneros o traicionar la república[3] con su fuga. Así, evitando el esfuerzo del ejercicio, se hacen degollar vergonzosamente como rebaños. ¿Por qué los antiguos llamaban muro [murus] a la infantería, sino porque las legiones armadas, además de con la lanza y el escudo, también refulgían [=brillaban] con las corazas y los cascos?

 

El texto pertenece a De re militari, una obra del escritor romano Vegecio, cuya fecha de redacción se encuentra entre el 400 y el 500. En este libro Vegecio intenta explicar las causas de las derrotas militares de los romanos ante los bárbaros.

Este texto hemos de entenderlo como una exageración. Lo cierto es que la mayoría de los soldados romanos sí llevaban cascos y corazas. Estos, así como los escudos, lanzas, espadas, arcos y flechas se elaboraban en talleres estatales (fabricae) que dependían directamente del emperador. Al tener que equipar a cientos de miles de legionarios la calidad media de la producción no era muy elevada. De hecho, las espadas de los bárbaros solían ser de mejor calidad, aunque la mayoría de estos iban armados sólo con lanza y escudo.

 



[1] A pesar de lo que se ve en las “películas de romanos” como Gladiator lo cierto es que los legionarios romanos sólo llevaban coraza en combate o durante sus deberes de guardia; el resto del tiempo la armadura permanecía guardada. Lo mismo ocurre hoy en día con los chalecos antibalas que los soldados y policías usan sólo en ocasiones de peligro, y no a todas horas, debido a su peso e incomodidad.

[2] Los godos eran famosos entre los pueblos germánicos por su uso del arco.

[3] La palabra “república” (res publica) para los romanos de la época de Vegecio era un sinónimo del Estado o del gobierno imperial porque la República de Roma había desaparecido más de tres siglos antes (el año 27 a. C.).






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