domingo, 19 de diciembre de 2021

Un asesino de once años

Un asesino de 11 años

Gonzalo Aguirregomezcorta 27/01/2011

 

La edad de consentimiento sexual en EEUU es de 16 o 18 años, dependiendo del estado. No se es suficientemente mayor para poder beber alcohol hasta los 21, en cambio se supera la mayoría de edad en casi todo el territorio a los 18. Pero, ¿puede un niño que comete un asesinato con 11 años ser juzgado como un adulto? La respuesta es sí.

La presunta precocidad criminal de Jordan Brown podría costarle una vida entera entre rejas. Está acusado de matar en 2009 a Kenzie Marie Houk tras dispararle en la nuca mientras dormía. Era la novia de su padre y le quedaban semanas para dar a luz al hijo que ambos esperaban.

Según la acusación, esperó a que su progenitor se fuera a trabajar para cometer el crimen. Acto seguido, se subió al autobús del colegio como si nada hubiera pasado y dejó a su hermana de 4 años sola con el cadáver. No olvidemos, según la acusación.

En la actualidad, Brown se encuentra a las puertas de su adolescencia. Tiene 13 años y aguarda bajo custodia una decisión que se escapa a su razón y que puede condicionarle de por vida. Si es juzgado como un adulto, se enfrentaría a cadena perpetua. Se convertiría así en la persona más joven de EEUU en ser condenada de por vida sin la posibilidad de disfrutar de la libertad condicional (2.500 personas sufren esta pena por crímenes cometidos antes de los 18 años) Si se respeta su minoría de edad, podría quedar libre cuando cumpliera los 21.

Brown proclama su inocencia a psicólogos, fiscales y jueces, pero ellos lo llaman de otra manera: "Negativa a asumir la responsabilidad". Ahí reside la delgada línea que le separa de un juzgado juvenil a otro para mayores. La acusación considera condición sine qua non que admita su culpa para poder rehabilitarse. Sin rehabilitación no hay perdón; y sin perdón, Brown se enfrentaría al peor de sus destinos. "Este chico nunca va a admitir lo que hizo", llegó a comentar un psiquiatra de la acusación.

El juez Dominick Motto consideró hace un año que la falta de remordimiento de Jordan constituyó un factor en su contra para ser tratado como un niño ante la Justicia. Esta semana, un panel compuesto por tres jueces del Tribunal Superior deberá decidir si la opinión del juez Motto es admisible. El proceso podría alargarse durante semanas o incluso meses.

Por enésima vez, el sistema judicial estadounidense vuelve a quedar en entredicho. Amnistía Internacional ha advertido a las autoridades de Pensilvania que, si finalmente se enjuicia a Brown como adulto, supondría una violación del derecho internacional.

"No es coherente con las obligaciones internacionales de EEUU en materia de derechos humanos", afirmó Susan Lee, directora de la organización en América. Junto a Somalia, EEUU es el único país del mundo que no ha ratificado la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, que prohíbe que casos como el de Brown lleguen a buen puerto.

Brown iba a ver los partidos de hockey sobre hielo con su padre, cuando picaba el hambre no dudaban en saciarla en algún restaurante de comida rápida y si el crío se portaba bien, el premio era pegar unos tiros contra algunas latas en las inmediaciones de la granja de Pittsburgh en la que vivían.

Estaba familiarizado con aquel modelo de escopeta de calibre 20, tanto que presuntamente supo encontrarla y hacerla funcionar para desencadenar el fatal desenlace. El peso de la ley caerá sobre Brown, un chico que con 11 años ya sabía jugar a juegos de mayores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario