sábado, 25 de marzo de 2017

Carthaginian warrior 264-146 BC



Quizás sea un asunto de alguna importancia que no fue hasta después de la tragedia del Krimisos que los cartagineses autóctonos fueron considerados en primer lugar como una milicia local para defender Cartago. Desde entonces los ciudadanos serían llamados a las armas en tiempos de emergencia nacional, como lo habían sido, junto con la Banda Sagrada de Cartago, para desafiar a la fuerza invasora de Agatocles, y lo haría de nuevo un siglo más tarde para enfrentarse a los invasores romanos en Zama.

Invariablemente, los conscriptos eran hombres obligados con poco estómago para esa tarea, y una gran proporción de ellos nunca había luchado antes.


















https://books.google.es/books?id=vssfAwAAQBAJ&pg=PA36&dq=CARTHAGINIAN+WARRIOR&hl=en&sa=X&ei=Ux7TVNCSDoLyUK6WgbgP&ved=0CCgQ6AEwAQ#v=onepage&q=CARTHAGINIAN%20WARRIOR&f=false
https://books.google.es/books?id=Uy1nA-jHaP0C&pg=PA50&dq=CARTHAGINIAN+WARRIOR&hl=en&sa=X&ei=RiDTVNPgDobzUJLfgdgJ&ved=0CDAQ6AEwAg#v=onepage&q=CARTHAGINIAN%20WARRIOR&f=false
http://www.lovereading4kids.co.uk/series/Dover%20History%20Coloring%20Book
http://www.rainbowresource.com/product/Sistine+Chapel+Coloring+Book/024676/0bc27f3de41b0cf20290548b?subject=14&category=4212

EQUIPO Y ASPECTO

La ropa que usaban, las armas que manejaban, y el peso que cargaban los que servían en los ejércitos de Cartago, soldado o guerrero, aficionado o profesional, en general eran parecidas a aquellas de otros pueblos del mundo antiguo, pero obviamente presentaban algunas variantes regionales y étnicas. Por ejemplo las vestiduras de los oscos eran muy parecidas a las usadas por un guerrero ibérico, siendo poco más que borceguíes ligeros y una túnica corta y resistente a menudo cubierta por un manto de lana. Lo mismo puede decirse de sus herramientas para la guerra, y a lo largo de la etapa que hemos elegido las principales en uso fueron la lanza, la espada, la daga, la jabalina, la honda y el arco. Las tres primeras eran usadas para la refriega cuerpo a cuerpo, y el resto eran armas de proyectil. Todas las armas tenían sus propias ventajas. El arco era más efectivo a distancia que la jabalina, y la lanza alcanzaba más lejos que la espada.
La protección para el cuerpo en forma de armadura o cascos parece haber sido una rareza entre los guerreros, restringida en general a los nobles. Obviamente nadie que fuera a la guerra se sentiría del todo seguro sin alguna forma de protección craneal, y nadie dejaría pasar la oportunidad de coger una si pudiera, fuera recibida de un padre o tomada de los muertos -amigos o enemigos-. Para dar una sensación de seguridad se usaban al menos sencillos gorros cónicos de cuir bouilli, y cualquier cosa que protegiese la cabeza de los golpes del enemigo..................

Sin embargo para la mayoría lo único que impedía la muerte o una herida seria del combatiente en el tumulto de la batalla era su destreza marcia, su fuerza física, su agilidad y su escudo. Este era con mucho el elemento de la panoplia más barato y común, y también era el artículo más útil en la batalla. Rico o pobre, joven o viejo, ningún guerrero podía permitirse estar sin escudo. Era la principal línea de defensa contra todas las formas de ataque, y si se usaba con habilidad podía hacer de los cascos y la armadura corporal algo punto menos que superfluo.

LA EXPERIENCIA DE LA BATALLA
Entre las verdades más evidentes de la guerra está que un ejército se asienta en una psicología frágil que es mucho más importante que la organización o la tecnología. Todos los hombres son valientes, y todos los hombres son cobardes, dependiendo de las circunstancias. Un hombre puede recurrir a su corazón para llenarse de coraje pero el resultado podría no ser el deseado. En realidad, el instinto de mantenerse en el puesto y matar viene con la experiencia; no se enseña. En su forma más cruda es el miedo natural de un hombre a perder su reputación como un hombre entre sus compañeros más cercanos lo que lo protege frente a la terrible experiencia de la batalla. Nosotros, que en nuestras vidas cotidianas siempre estamos gobernados por los dictados del instinto de conservación, no podemos comenzar a entender

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