La expansión
económica de Estados Unidos en los años veinte
Durante este
periodo,la agricultura y la industria incrementaron su producción,
mejorando sensiblemente su productividad.
Dos nuevas industrias
se desarrollaron rápidamente: la del automóvil y la de la
electricidad.
Así, la producción
de automóviles aumentó un 33% anual entre 1923 y 1929, auge que
arrastró a otros sectores industriales, aumentando la producción de
petróleo, de acero, de caucho y la construcción de carreteras. La
del automóvil fue la industria típicamente americana de la época.
Por otro lado, la producción de energía eléctrica se dobló entre
1923 y 1929, con lo que la producción de aparatos eléctricos
también se vio favorecida.
Uno de los grandes
impulsores de la economía fue la construcción, produciéndose un
auténtico boom, con la consiguiente demanda que originó en otros
sectores de la economía -siderurgia, cementeras, etcétera-.
Además, se generalizó
de forma progresiva la estandarización, es decir, la reducción del
número de modelos fabricados, lo que permitía optimizar la
producción y el consumo en masa de la misma. Apareció entonces la
utilización masiva de la publicidad, con la que no solo eran
sometidos a la estandarización los objetos, sino también los
propios consumidores.
Esta próspera
situación económica hizo que la cifra de paro fuera muy baja, en
torno al 2%, y que el nivel de vida fuera elevado, comparado con los
demás países del mundo: la población americana, que suponía el 6%
de la población mundial, consumía alrededor del 75% del caucho y
del petróleo o el 25% del azúcar.
Pese a este panorama
de expansión económica y optimismo, había aspectos de la economía
estadounidense que no funcionaban de un manera satisfactoria.
Así, la prosperidad
se asentaba sobre todo en una serie de industrias
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