miércoles, 22 de febrero de 2017

La Peste Negra

    La crisis agrícola
    A principios del siglo XIV se produjo en Europa una importante crisis agraria, causada porque a finales del siglo XIII toda la tierra disponible para el cultivo en Europa estaba siendo trabajada, y el número de europeos comenzaba a ser ligeramente superior a la cantidad de alimentos que producían. Debido a lo anterior la mayoría de los europeos tenían una alimentación insuficiente. Además en primera mitad del siglo XIV se produjo una bajada de las temperaturas motivada por un enfriamiento general del clima planetario, lo cual coincidió con un aumento de la humedad en la Europa occidental, lo que echó a perder muchas cosechas. En virtud de lo anterior el hambre se extendió por toda Europa (Gran hambruna de 1315-1317).
    El mayor golpe contra la población europea tuvo lugar a mediados del siglo XIV con la Peste Negra. La Peste Negra fue una epidemia procedente del Extremo Oriente y que llegó a Europa por las caravanas de mercaderes que traían seda, pimienta, canela... Los primeros casos de la enfermedad se registraron en ciudades de la península de Crimea, al norte del mar Negro, donde trabajaban comerciantes italianos. Algunos se contagiaron y fueron extendiendo la enfermedad en el año 1347 desde la península de Crimea hasta el sur de Italia y la ciudad de Génova, siguiendo las rutas del comercio marítimo por el mar Mediterráneo. A partir de los primeros lugares donde prendió la epidemia ésta barrió Europa en menos de un lustro. La propagación de la enfermedad se producía por la picadura de piojos y chinches, que abundaban en las ciudades medievales.
    La población europea se encontraba debilitada por las hambrunas de comienzos del siglo XIV. El ciclo de la enfermedad era corto y era mortal en la mayoría de los casos. La Peste Negra, también era llamada peste bubónica porque a los enfermos se les inflamaban las axilas y las ingles formándose unos bubones (=tumores) llenos de sangre coagulada. Después de unos días estos tumores explotaban y el enfermo solía morir de deshidratación, pérdida de sangre, ataques al corazón, dificultades de respiración… Para el año 1340 habían muerto un tercio de los europeos.

La ilustración superior muestra un médico y dos enfermos de la Peste Negra, también llamada peste bubónica porque a los enfermos se les inflamaban las axilas y las ingles formándose unos bubones (=tumores) llenos de sangre coagulada. Después de unos días estos tumores explotaban y el enfermo solía morir de deshidratación, pérdida de sangre, ataques al corazón, dificultades de respiración



    La crisis religiosa
    El efecto de la Peste Negra fue traumático para los europeos occidentales. La primera reacción fue el surgimiento del movimiento de los flagelantes, que del Sacro Imperio Romano Germánico pronto se extendió por toda Europa. Se trababa de procesiones que duraban treinta y tres días y en las que los participantes se azotaban rememorando la Pasión de Cristo. Así pensaban librarse de la peste a la cual consideraban un castigo mandado por Dios. Unidos a las procesiones de flagelantes se produjeron ataques contra los barrios judíos en numerosas ciudades de Europa pues se acusaba a los judíos de haber originado la Peste Negra envenenando los pozos de los cristianos.


    La crisis económica y social
    La Peste Negra causó millones de muertos. Cada persona muerta eran dos manos perdidas para la agricultura o para la artesanía. La falta de mano de obra produjo un ascenso de los salarios en la ciudad y en el campo, y ello fue la causa de la subida de los precios. Lo anterior tuvo efectos distintos en el campo y en la ciudad:
    En la ciudad las capas más humildes de la población (los oficiales y aprendices de los gremios, las personas sin oficio estable, las viudas, los huérfanos) vieron como aumentaban los precios y se les hacía la vida cada vez más dura. Su primera reacción fue acusar a los judíos de haber causado la Peste Negra, lo que causó matanzas en toda Europa, entre las que destacó la masacre de judíos peninsulares que comenzó en Sevilla en 1391. Posteriormente las clases populares urbanas reclamaron un aumento de los salarios y poder participar en el gobierno de las ciudades, monopolizado por los patricios (los ricos comerciantes y maestros artesanos). Por ello tuvieron lugar luchas civiles y rebeliones en varias ciudades europeas como París (1358), Florencia (1378), Gante (1453), Barcelona (1453)...
    En el campo la situación pareció al principio que iba a mejorar para los campesinos. Debido a la altísima mortalidad ahora había tierra de sobra para trabajar, sólo la de mejor calidad, así que las cosechas aumentaron y la alimentación mejoró. Además la falta de trabajadores provocó un aumento de los salarios para los trabajos agrícolas. Sin embargo los señores feudales pronto empezaron a exigir más dinero de impuestos o a inventarse nuevos impuestos. Lo anterior se explica porque los señores feudales laicos (nobles) y eclesiásticos (obispos y abades) se encontraron tras el paso de la Peste Negra que había perdido a gran cantidad de campesinos que les pagaban impuestos; por eso la cantidad de riqueza que obtenían de los impuestos se redujo mucho. Además al subir los sueldos en el campo a los señores feudales les costaba más caro pagar a los campesinos libres cuando necesitaban su trabajo. En vez de reducir sus gastos, los señores feudales, que se habían acostumbrado a un lujo cada vez mayor y a un nivel de vida más alto gracias al crecimiento económico en Europa occidental durante los siglos XI, XII y XIII, decidieron mantener sus ingresos explotando más el trabajo de sus campesinos. Esa situación de opresión provocó numerosas sublevaciones campesinas durante la segunda mitad del siglo XIV y en el siglo XV como por ejemplo la Jacquerie (1358) en Francia, la revuelta de Wat Tyler (1381) en Inglaterra, las rebeliones de los Irmandiños (1431 y 1467-1469) en Galicia, la Guerra de los payeses de remensa (1462-1472) en Cataluña. Todas las rebeliones campesinas fueron aplastadas por la nobleza.


 El cronista francés Jean Froissart fue testigo de la Jacquerie y así la describe:

    “Gentes de las aldeas se reunieron en Beauvaisis y dijeron que todos los nobles traicionaban al reino, y que sería un gran bien destruirlos. Partieron, sin otras armas que garrotes y cuchillos, hacia la mansión de un caballero, lo mataron, así como a su mujer encinta y a todos los niños, y quemaron el castillo. Esas malvadas gentes robaban, incendiaban y mataban como perros rabiosos. […] Quemaron más de sesenta mansiones y castillos.
    Los caballeros se enfrentaron a esos villanos y se lanzaron sobre ellos con sus lanzas y sus espadas.”


     La crisis política y militar 
    Al lado del hambre y la peste, la tercera calamidad que azotó la Baja Edad Media fue la guerra. Durante los siglos XIV y XV se desarrolló la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra, una guerra civil en Castilla (1351-1369), las invasiones de los turcos otomanos en Europa oriental desde 1347 en adelante…
    Las guerras de la Baja Edad Media fueron más destructivas que anteriores guerras medievales porque…
    1- Europa había conseguido controlar su nivel de violencia en los siglos XI, XII y XIII mediante la Paz de Dios y la Tregua de Dios , y habían surgido numerosas ciudades de gran riqueza y población. A partir del siglo XIV dejarán de respetarse tanto la Paz como la Tregua de Dios.
    2- Por otra parte las guerras de la Baja Edad Media implicaron ejércitos cada vez más numerosos que actuaban en largos periodos de tiempo arrasando extensas regiones y dedicándose a sitiar y saquear ricas ciudades. Además los ejércitos ya no sólo se constituían de guerreros feudales que luchaban por el rey 40 días sino por mercenarios que luchaban por la paga y el botín. Cuando los reyes, nobles o repúblicas urbanas terminaban sus guerras licenciaban a sus soldados mercenarios para dejar de pagarles sus sueldos, pero muchas veces estos no se iban de vuelta a sus lugares de origen sino que se quedaban donde estaban y se unían en las llamadas compañías libres, formadas por unos pocos cientos de hombres, actuando como bandidos (secuestrando comerciantes, saqueando monasterios, chantajeando a ciudades…).


    La crisis espiritual

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