2. La escultura griega: la búsqueda de la belleza
La escultura es la manifestación artística en
la que más sobresalieron los griegos. Sus características más destacadas son
las siguientes:
Búsqueda de la belleza, que se basa en la
proporción y el equilibrio de las partes (canon), como sucedía en la
arquitectura.
Naturalismo, ya desde el siglo VII a. C.,
intentan imitar en sus obras la realidad (mímesis). El realismo debía
alcanzarse por medio de la razón y la experiencia. Como consecuencia, se
intenta reproducir la naturaleza, y en ella está incluida el ser humano.
Posteriormente, este realismo dio paso a una clara idealización.
El estudio del cuerpo humano se convirtió en
objetivo prioritario. Todo ello hay que relacionarlo con el antropocentrismo
propio de la cultura griega.
Los materiales más utilizados fueron la
piedra, sobre todo el mármol, y el bronce.
Las esculturas en piedra estaban
policromadas, aunque la mayor parte de los colores se han perdido.
La escultura evolucionó desde una primera
etapa donde predominaban las figuras esquemáticas, pasando por un realismo
idealizado típico de la época clásica, hasta llegar al arte realista de la
etapa helenística.
2.1. La escultura arcaica
El periodo arcaico se extiende desde el siglo
VII a. C. hasta el 480 a. C. En esta etapa, las esculturas y los relieves
presentan unas características que nos recuerdan a la estatuaria oriental y,
especialmente, a la egipcia:
Las figuras son hieráticas, se presentan de
pie con la pierna izquierda adelantada, en posición de marcha y los brazos
pegados al cuerpo.
La anatomía es estilizada: espaldas anchas,
pliegue inguinal muy marcado, pómulos salientes, grandes ojos almendrados,
sonrisa arcaica, cabellos largos y rizados.
Kurós y koré
El kurós
(kuroi en plural) es la estatua
masculina más característica de la época arcaica. Representa a jóvenes atletas
desnudos, que siguen fielmente las características mencionadas anteriormente.
Estas esculturas pudieron tener carácter votivo o funerario. Algunos ejemplos
son el Kurós de Anavyssos, Cleobis y Bitón, el Moscóforo y el Jinete Rampin.
La koré
(korai en plural) es una estatua
femenina vestida, bien con el peplo, o bien con el jitón (vestimenta interior
tanto corta como larga). En ellas se mantiene una actitud rígida, la sonrisa
enigmática y el geometrismo en los cabellos, pero algunas insinúan un cierto
movimiento, tanto al intentar recogerse el vestido con una mano como en los
pliegues de los mismos. Presentaban rica policromía e incrustaciones,
que embellecían la figura. Ejemplos de korai son la Dama de Auxerre, la Koré
del peplo y la Koré n.º 674.
Ambos tipos de estatuas eran de bulto redondo
y se realizaban en piedra o mármol.
Pie de la foto:
25. Kurós de Anavyssos. Hacia el 530 a. C. Museo Arqueológico
Nacional de Atenas,
2.2.
La escultura clásica
En
la etapa clásica, la escultura vive un avance hacia el naturalismo:
Se
abandona la frontalidad. De esta manera, se consigue un movimiento más
natural, se elimina la rigidez arcaica y se dota a la figura de mayor
equilibrio y armonía.
Los rostros
presentan una expresión más serena y los
cabellos y ropajes reciben un tratamiento más realista, dando así una
apariencia de vida y libertad que antes no poseían.
La
anatomía humana se conoce mejor y se trata de llegar a la máxima
perfección, es decir, a la belleza ideal.
Obras
representativas de la transición hacia el clasicismo son el Auriga de Delfos,
el Poseidón o Zeus de Artemision y el Trono Ludovisi.
La
escultura griega clásica está ligada a la evolución cultural de la sociedad
ateniense en el siglo V a. C. Se pueden distinguir dos etapas:
Alto
clasicismo (siglo V a. C.), representado por los escultores Mirón, Policleto y Fidias,
su máximo representante.
Clasicismo
tardío (finales del siglo V a. C.-siglo IV a. C.), periodo
en el que destacan Praxíteles, Scopas y Lisipo.
Mirón
(hacia el 480 a. C.-440 a. C.)
Escultor
que rompió con las convenciones de la época arcaica y otorgó sensación de movimiento
a las figuras, aunque aún faltaba dotarlas de expresión y estudio psicológico.
El
principal mérito de Mirón consistió en representar el cuerpo humano en tensión,
con posturas forzadas en un equilibrio inestable, por lo que el tratamiento de
la anatomía humana es exquisito.
Fue
especialmente conocido como broncista. Entre sus obras destacan el Discóbolo y el
grupo de Atenea y el sátiro Marsias, donde contrasta la actitud serena de
Atenea con la del sátiro, que se inclina hacia atrás sorprendido. Ambas obras
las conocemos en la actualidad gracias a copias realizadas en época romana.
Auriga
de Delfos
1.
Ficha técnica
Autor:
Atribuido a Pitágoras de Regio.
Cronología:
Hacia el 475 a. C.
Localización:
Museo Arqueológico de Delfos, Grecia.
2.
Descripción
Escultura
a tamaño natural, mide 1,80 metros. Representa a un conductor de carros: un auriga.
El carro y los animales que tiraban de él han desaparecido. El auriga aparece
erguido, casi frontal y tomando las riendas de la cuadriga. Está realizada en
varias piezas de bronce soldadas. Los ojos están hechos con incrustaciones de
pasta vítrea y en la diadema se conservan restos de plata.
3.
Análisis
Mantiene
rasgos arcaicos, como el tratamiento del pelo y la caída de los pliegues de la túnica
tan rectos. Sin embargo, adelanta rasgos más clásicos como la desaparición de
la sonrisa arcaica, la expresión serena del rostro y la ruptura del hieratismo,
al colocarse los pies un poco ladeados.
4.
Comentario
Posiblemente
se hizo para conmemorar alguna victoria en las carreras de cuadrigas de los Juegos
Píticos, que se realizaban en el santuario de Delfos.
ESTUDIO
DE OBRAS DE ARTE
Discóbolo
1.
Ficha técnica
Autor:
Mirón.
Cronología:
Hacia el 450 a. C.
Localización:
Museo Nacional Romano, Roma, Italia.
2.
Descripción
Representa
a un joven atleta en tensión, justo en el momento de lanzar el disco. El cuerpo
se inclina hacia adelante y gira con el brazo derecho alzado mientras el brazo
izquierdo se apoya en la rodilla derecha.
3.
Análisis
Cada
extremidad está tensada al máximo, lo que resalta aún más la musculatura. Sin embargo,
el rostro no muestra expresión alguna. Su mirada se dirige al disco que va a lanzar,
pero no hay una emoción patente.
4.
Comentario
La
escultura original del Discóbolo se realizó en bronce, pero se perdió y la
conocemos en la actualidad gracias a copias antiguas elaboradas en mármol.
La
técnica del bronce permitía crear estatuas en equilibrio inestable, cosa que no
sucedía con la piedra, por lo que se solucionó el problema dando un punto de
apoyo que, en este caso, simula el tronco de un árbol.
34. Discóbolo. Copia en mármol y esquema (a la izquierda) con las
líneas que pueden reconocerse en esta escultura.
32. Trono Ludovisi. Hacia el 460 a. C. Museo Nacional Romano, Roma,
Italia.
El Trono Ludovisi es un bloque de mármol blanco, hueco en su parte
posterior y que consta de bajorrelieves esculpidos en sus tres lados.
Representa el nacimiento de la diosa Atenea.
33. Auriga de Delfos.
Partenón
1. Ficha técnica
Autores: Se piensa que fue fruto de varios
artistas, el escultor Fidias pudo ser el coordinador y los arquitectos Ictino y
Calícrates quienes lo diseñaron a gran escala.
Cronología: 432 a. C.
Localización: Acrópolis de Atenas, Grecia.
2. Descripción
Es un templo dórico, octástilo y períptero.
Presenta pórticos anterior y posterior hexástilos.
Estaba realizado en mármol blanco pentélico y
cubierto con tejas también de mármol. Predominaba una decoración con vivos
colores: las estrías de las columnas eran rojas, los ábacos eran azules, los
triglifos tenían color azul y amarillo, y los fondos de los frontones y de las
metopas estaban coloreados de rojo.
Es un excelente ejemplo de la búsqueda de la
armonía y de la proporción. En su exterior encontramos elementos que pueden
parecer erróneos, pero en realidad son variaciones para corregir los efectos
ópticos que produce la perspectiva:
Las distancias que separan las columnas no
son todas iguales, de esta manera se evita la sensación de pesadez.
Tanto el estilóbato como el entablamento
tienen un perfil convexo.
El eje de las columnas no es absolutamente
vertical, está ligeramente inclinado hacia el centro, excepto en las dos
centrales.
Las columnas de los extremos presentan
éntasis.
Todo ello provocaba una imagen armoniosa y
esbelta que culminó con la rica decoración escultórica.
En el interior, la naos tenía una columnata
de doble piso que rodeaba la estatua criselefantina de Atenea Pártenos, obra de
Fidias. A través del opistodomo se accedía a una cámara con cuatro columnas
jónicas que tal vez albergaba el tesoro. A pesar de que es un templo dórico, el
friso del interior es de orden jónico. En este largo friso, también de Fidias,
se representa la procesión de las Panateneas, en la que se entregaba un peplo
(vestido típico de las mujeres en la Grecia antigua) tejido por mujeres
atenienses en honor a la diosa.
3. Comentario
La construcción de este templo significó, por
un lado, el resultado de la revancha de los atenienses por el saqueo sufrido
por los persas durante las guerras médicas y, por otro, la reafirmación de la
superioridad de la ciudad de Atenas.
El Partenón tuvo distintos usos a lo largo
del tiempo: primero fue un templo cristiano, después se convirtió en mezquita y
más tarde, en el siglo XVII, fue usado por los turcos como polvorín. Mientras
se utilizaba como polvorín, fue alcanzado por una bomba y su parte central
quedó destruida.
Atenea Pártenos
De gran tamaño, unos 10 metros, sostiene en una mano la Victoria o
Niké, y en la otra porta su escudo. La elegancia y majestuosidad de la diosa se
acentúan gracias a los pliegues dorados de su traje y a las incrustaciones de gemas
en sus ojos.
Reconstrucción partenon en angulo y coloreada
Plano o planta del partenon
Frontal partenon
Esquema de la corrección de efectos opticos
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