martes, 5 de julio de 2022

Textos sobre el movimiento obrero

 

EL MOVIMIENTO OBRERO

 

Discurso de William Pitt en la discusión de Hill Whitbread sobre la asistencia pública, 12 de febrero de 1796

 

La experiencia ha mostrado ya todo lo que puede producir el trabajo de los niños y la ventaja que se puede hallar en emplearlos tempranamente en las labores de que son capaces. El desarrollo de las escuelas de Industria debe dar también resultados materiales importantes. Si alguien se tomase la molestia de calcular el valor total de lo que ganan desde ahora los niños educados según este método, se sorprendería al considerar la carga de que exonera al país su trabajo, que basta para subvenir a su mantenimiento, y los ingresos que sus esfuerzos laboriosos y los hábitos en los que son formados viene a añadir a la riqueza nacional.

 

 

Annual Register, 26 de abril de 1812

 

En la tarde del viernes, alrededor de las cuatro, un numeroso grupo de revoltosos atacó la fábrica de tejidos pertenecientes a los señores Wroe y Duncroft, en West Houghton […], y, encontrándola desprotegida, pronto se apoderaron de ella. Inmediatamente la incendiaron y todo el edificio con su valiosa maquinaria, tejidos, etc., fue completamente destruido. Los daños ocasionados son inmensos, habiendo costado la fábrica sola 6.000 libras. La razón aducida para justificar este acto horrible es, como en Middleton, el “tejido a vapor”. A causa de este espantoso suceso, dos respetables familias han sufrido un daño grave e irreparable y un gran número de pobres han quedado sin empleo. Los revoltosos parecen dirigir su venganza contra toda clase de adelantos en las maquinarias. ¡Cuán errados están! ¿Qué habría sido de este país sin tales adelantos?

 

 

Charles Turner Thackrah, Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad, 1832

 

En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y m media de la mañana y termina a las siete de la tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros […].

Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a  las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano […]. Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre […].

 

F. Engels, La situación de la clase obrera, (Informe del Dr. Barry), 1845

 

Las influencias desfavorables, en los obreros, del trabajo en la fábrica son:

1.  La desagradable necesidad de constreñir sus esfuerzos intelectuales y físicos a un paso igual al del movimiento de la máquina […].

2.  La persistencia en una posición recta, por espacios de tiempo demasiado largos […].

3.  La privación del sueño por la larga jornada de trabajo […]. Los locales de trabajo, frecuentemente, son bajos, deprimentes, polvorientos y húmedos, el aire impuro, la atmósfera recalentada, y continua transpiración […]. El muchacho de la fábrica no tiene un momento libre fuera del destinado a almorzar, y sólo entonces sale al aire libre […].

 

F. Engels, La situación de la clase obrera, 1845

 

Manchester tiene no menos de 40.000 habitantes. La ciudad está construida de modo que puede vivirse en ella durante años y años y pasearse diariamente de un extremo a otro, sin encontrarse con un barrio obrero o tener contacto con obreros, hasta tanto uno no vaya de paseo o por sus propios negocios. Esto sucede principalmente por el hecho de que, sea por tácito acuerdo, será por intención consciente y manifiesta, los barrios habitados por la clase obrera están netamente separados de los de la clase media.

 

La miseria es tan grande en Dublín, que un solo instituto de beneficencia, la Mendicity Association recoge cada día a 2.500 personas, esto es, el 1% de la población, a las cuales atiende únicamente de día, suministrándoles el alimento. Las mismas cosas nos cuenta el Dr. Alison en lo referente a Edimburgo, ciudad cuya magnífica ubicación le ha valido el nombre de Atenas, y cuyo barrio aristocrático, en la parte nueva de la ciudad, contrasta de modo estridente con la enorme miseria del barrio pobre, en la ciudad vieja. Alison sostiene que esta parte de la ciudad es sucia y tan fea como los peores barrios de Dublín y que la Mendicity Association tendría que socorrer en Edimburgo a un número de gente necesitada, proporcionalmente igual al de la capital irlandesa; agrega que los pobres, en Escocia, y particularmente en Edimburgo y Glasgow, están en peores condiciones que los de cualquier otra parte del imperio británico, y que los más miserables no son los irlandeses, sino los escoceses. El Dr. Lee, pastor de la vieja iglesia de Edimburgo, declaró, en el año 1836, ante al Commission of Reliqions Instruction: “Que no había visto nunca, antes, una miseria como la de su parroquia. La gente no tiene muebles, les falta todo, a menudo habitan dos parejas de esposos en la misma habitación. Un día visitó siete casas en las que no encontró ninguna cama, en algunas ni siquiera paja; personas de ochenta años dormían sobre un armazón de madera. Casi todas permanecían vestidas durante la noche. En una habitación.

Las mismas condiciones encontramos en las ciudades industriales. Nottingham tiene en total, 11.000 casas, de las cuales, de siete mil a ocho mil están construidas con el muro posterior en común, de manera que es imposible cualquier clase de ventilación; además, existe una sola letrina en común para muchas casas. En una inspección recientemente hecha se comprobó que muchas filas de casas están construidas sobre húmedos albañales, cubiertos sólo con una capa de pavimento. En Leicester, Derby y Sheffield no se ve otra cosa. Sobre Birmingham informa el artículo citado del Artizan: “En las partes viejas de la ciudad existen muchas localidades sucias y descuidadas, llenas de montones de residuos y cenagales. Los patios, muy numerosos, en Birmingham suman más de 2.000 y albergan a la mayor parte de la clase obrera; son, en su mayoría, estrechos y fangosos, mal ventilados y con malos desagües; encierran de ocho a veinte casas, la mayor parte de las cuales reciben el aire de una sola parte, porque tienen el muro posterior en común con otra casa, y en el fondo del patio existe un depósito de desperdicios, o algo semejante, cuyo aspecto es indescriptible. Debemos señalar que las nuevas construcciones están dispuestas más racionalmente y mantenidas con mayor decencia; y también que en los patios, los cottages están menos apretados que en Manchester y Liverpool. Por esto, en períodos en que dominaban enfermedades epidémicas, Birmingham tuvo un número mucho menor de muertos que Wolvehampton, Dudley y Bilston que están sólo a algunas millas de aquélla. En Birmingham, los sótanos que sirven para habitaciones son desconocidos, aunque algunos locales para sótano sean impropiamente utilizados como ateliers. Las casas de albergue para obreros son bastante numerosas (más de 400), sobre todo en los patios del centro de la ciudad; son casi todas repugnantemente sucias y húmedas, y sirven de refugio a pordioseros, vagabundos (trampers), ladrones y prostitutas, que allí comen, beben, fuman y duermen, sin ninguna consideración a las conveniencias o al confort, en una atmósfera soportable sólo para esa gente degradada”.

 

Marx y Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1848

 

La burguesía ha sometido al campo a la denominación de ciudad. Ha creado ciudades enormes, ha incrementado en alto grado el número de la población urbana con relación a la rural. Ha hecho depender a los países bárbaros y semibárbaros de los civilizados, a los pueblos campesinos de los pueblos burgueses, al Oriente de Occidente. La burguesía va superando cada vez más la fragmentación de los medios de producción, de la propiedad, de la población. Ha centralizado los medios de producción y ha concentrado la propiedad en unas pocas manos.

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