viernes, 28 de octubre de 2016
Grecia: el imperio del pensamiento
https://www.youtube.com/watch?v=3jeagr5o0-0
https://www.youtube.com/watch?v=5_YDpuhPk_U&list=PL5f4fOFENMLHh6a-uEeID0wdawHXqaWGg
miércoles, 26 de octubre de 2016
martes, 25 de octubre de 2016
A Description of the Country from Thirty to Forty Miles Round Manchester That's Life (1963)
Frank Sinatra - That's Life
Joker - Frank Sinatra - That's Life (Shawn James Cover) [ LYRICS - ENGSUB ]
Frank Sinatra - That's Life (Lyrics)
John
Aikin. A Description of the country from thirty to forty miles round
Manchester (Una descripción del país unas treinta o cuarenta millas
alrededor de Manchester), Londres, 1795.
"Sin
la introducción de las spinning machines
(máquinas de hilar) ningún esfuerzo de los patronos o de los trabajadores
habría podido satisfacer la demanda comercial.
Estas
máquinas fueron usadas en el campo, aunque en un primer tiempo a escala
reducida: se creía que doce husos constituían ya una gran instalación. De otro
lado, la incómoda posición en que había que colocarse para hilar con dichos
instrumentos era inadecuada para los adultos, que veían con asombro cómo niños
de 9 a 12 años las manejaban con destreza. De ese modo la abundancia llegó a
las familias que hasta entonces habían estado agobiadas por el excesivo número
de hijos, mientras que los tejedores pobres se liberaban de la servidumbre en
la que habían vivido a causa de la insolencia de los hiladores (...).
El
invento y los progresos de las máquinas para reducir el trabajo han tenido una
gran influencia en la extensión de nuestro comercio, y asimismo han aumentado
el empleo, especialmente de niños, en las industrias algodoneras. Pero los
sabios designios de la Providencia implican que en esta vida no haya beneficios
que no vengan acompañados de desgracias. Y en estas industrias algodoneras y en
fábricas similares hay muchas y obvias desgracias que contrarrestan el
crecimiento demográfico que se deriva de la mayor facilidad de trabajo. En esas
fábricas se emplean niños de tiernas edades: muchos de ellos, que estaban
acogidos en las workhouses de Londres
y de Westminster, son trasladados en masa, para hacer el aprendizaje, a
industrias situadas a centenares de millas de distancia; en ellas prestan sus
servicios ignorados, indefensos y olvidados por aquellas personas a las que la
naturaleza o las leyes habían confiado su custodia. Por lo general estos niños
están obligados a trabajar demasiado tiempo en ambientes cerrados, con
frecuencia durante toda la noche: el aire que respiran está envenenado por el
aceite o por otras sustancias utilizadas por las máquinas y nadie se preocupa
de sus condiciones higiénicas, al tiempo que los constantes traslados de una
atmósfera caliente y densa a otra fría y enrarecida son causa de enfermedades e
invalideces, y concretamente de esa fiebre epidémica tan común en esas
fábricas. Nos preguntamos si el modo en que estos niños son empleados durante
sus primeros años de vida no va en detrimento de la sociedad. Por lo general,
al término de su periodo de aprendizaje ya no resisten el trabajo y no son
capaces de iniciar otra actividad. Las mujeres no saben coser o tejer y
desconocen cualquier otra ocupación doméstica indispensable para ejercer como
laboriosas y parsimoniosas mujeres y madres. Esta es una gran desgracia para
ellos y para la comunidad, como lo prueba tristemente la comparación entre las
familias de los trabajadores agrícolas y las de los obreros de las industrias
en general. En las primeras encontraremos aseo, limpieza y bienestar, y en las
otras suciedad, harapos y pobreza, aunque su salario sea el doble que el del
agricultor. Hay que añadir la falta de una adecuada educación religiosa y de
buenos ejemplos, así como que la gran e indiscriminada promiscuidad que reina
en estos ambientes es muy dañina para la futura vida moral de estos muchachos.
Denunciar estos defectos es también indicar sus soluciones, y en muchas
fábricas se han adoptado con verdadera generosidad y notable éxito. Pero,
aparte de ello, “la comunidad tiene el derecho de asegurarse que sus miembros
no sean deliberadamente ofendidos o abandonados sin atenciones (...).
Desde
que se calmó la oposición del vulgo al uso de máquinas para abreviar el trabajo
y se convencieron de su utilidad, se han instalado hiladoras en todos los
campos de las proximidades de Bolton, sobre todo donde hay abundancia de agua
(...).
[En
Dukinfiel] esta elaboración del algodón, al tiempo que da trabajo a gente de
todas las edades, de otro ha debilitado a muchas personas, o ha retrasado su
crecimiento, provocando un alarmante aumento de la mortalidad. Las causas de
ello en gran parte deben atribuirse a la nefasta costumbre, justamente
desaprobada por el doctor Percival y por otros médicos, de obligar a los niños
a trabajar día y noche en las industrias: en ellas las escuadras de muchachos
se tumban a dormir en los mismos lechos de los que se ha levantado otra
escuadra, impidiendo que las habitaciones sean aireadas".
Régimen de camas calientes, pisos patera, patera