miércoles, 6 de mayo de 2015

Arte renacentista. Pruebas de Acceso a la Universidad resultas. Santillana, 2009

2. Clasifique y comente la imagen 2 B

Piedad del Vaticano. Miguel Ángel. Mármol. 1499. 1,74 x 1,95 m. Basílica de San Pedro. Roma. Escultura del Cinquecento (Renacimiento italiano del siglo XVI).

Obra de juventud, quizás la más clásica y humanista del autor. El tamaño tiende a la monumentalidad, un poco mayor que el natural.

• La Virgen tiene en su regazo el cuerpo muerto de Cristo.

• Miguel Ángel elude el tratamiento dramático de la piedad gótica y nos presenta una Virgen serena y muy joven que contempla el cadáver de su hijo.

• El idealismo simbólico de la representación se advierte en que María es más joven que su hijo, para mostrarla eternamente virgen y pura.

• Su belleza es delicada. Sostiene a Cristo con la mano derecha mientras extiende la izquierda para ofrecerlo al mundo.

• La perfección técnica se acompaña de un concepto espiritual, la Virgen no expresa un dolor humano sino resignación. Su sufrimiento lo evidencia mostrándole a Dios que su voluntad se ha cumplido.

• La Virgen aparece totalmente vestida, su calidad técnica hace de su ropaje (pliegues y textura) algo real y deja traslucir cierta anatomía, que alcanza su perfección en el cuerpo semidesnudo de Cristo.

• En cuanto al cuerpo de Cristo, se desploma y parece resbalar sobre el de la madre, con tremendo verismo, no en vano el artista observó directamente cadáveres al natural para ejecutar la pieza, con el fin de estudiar mejor los músculos, tendones, huesos... El cadáver es, por tanto, una muestra de perfección, verismo y dominio anatómico.

• La cara es la de un joven ya muerto, sin rasgos de sangre ni dolor, nos lo muestra con la dignidad del hijo de Dios, que sabe que viene a morir para salvar a los hombres. En el cabello presenta labor de trépano y claroscuro. El torso está ligeramente girado hacia el espectador.

• La emoción contenida de la escena deriva del contraste entre el cuerpo perfecto desnudo de Cristo y los complicados pliegues de la vestidura de la madre, que solo dejan ver su rostro y sus manos.

• Las actitudes serenas de los personajes, más el perfecto trabajo de pulido del mármol, refuerzan la belleza ideal, la armonía y el sosiego renacentistas.

• Para lograr un mayor efecto Miguel Ángel utiliza el contraste, el claroscuro. Aumenta deliberadamente los ropajes plegados entre las piernas de la Virgen creando zonas oscuras. De esa forma concentra la luz y el brillo en el cuerpo de Cristo.

• La composición es cerrada, el grupo se concibe inserto en un triángulo, forma pura (relacionada con la divinidad), dando equilibrio al grupo.

• Destaca de forma armoniosa el brazo caído de Cristo y el brazo derecho de la Virgen.

• Aunque sea una obra de juventud se muestra ya como un maestro en el tratamiento de anatomías y la expresión de emociones.

• Clasicista también es el tema de la Piedad, el más humanista de toda la narración de la Pasión de Cristo.

• Logra integrar la escultura clásica y el cristianismo.

 

Parece que su autoría fue cuestionada por realizarla siendo tan joven, veintitrés años. Es probablemente la obra de la que se sentía más orgulloso y es la única firmada por él (en una cinta que cruza el pecho de la Virgen).

 

La función es funeraria, encargada por el cardenal Jean Bilhères de Lagraulas, para ser colocada en una capilla funeraria sobre su tumba, pero también recordatoria: el tema de la redención como expresión suprema del sacrificio, de la resignación y de la belleza.

 

- Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564). Polifacético artista, escultor, pintor y arquitecto, destacado en todas las disciplinas. Magnífico conocedor de la anatomía humana. Anticipa la escultura manierista y barroca en el tratamiento de músculos y venas. Tras la Piedad del Vaticano, realiza en 1503 el David para la plaza de la Signoria de Florencia. Desnudo magistral, en tensión, con mirada penetrante. La anatomía, quizás exagerada, perfectamente lograda, camina hacia el Manierismo. Su proyecto más ambicioso fue la tumba del papa Julio II. Era un monumento exento con muchas figuras y al final quedó inconcluso. Como obras que forman parte de este proyecto quedan el Moisés, Raquel y Lía y Los esclavos (desnudos y en tensión). La escultura del Moisés es grandiosa, donde se aprecia la terribilitá miguelangelesca; la influencia del Laocoonte es innegable. 

En los Sepulcros de la familia Médicis en San Lorenzo de Florencia aparecen las figuras sentadas de Giuliano y Lorenzo (más pensativo) acompañados el primero, de las figuras alegóricas del Día y la Noche, y el segundo, de las del Crepúsculo y la Aurora. Las proporciones distorsionadas y las figuras contrapuestas servirán de modelo a los manieristas.

El tema de la Piedad fue repetido en la Piedad de la catedral de Florencia y en la piedad Rondanini.

Esta última tiene una fuerza expresiva inigualable, las dos figuras de pie, formando un solo bloque, sorprenden por su modernidad.

Técnicamente, Miguel Ángel utiliza la talla o esculpido sin boceto previo. Elige un bloque de mármol de la cantera, sin vetas ni imperfecciones. Va quitando todo el material que le sobra hasta lograr la obra que había visto en él cuando lo escogió.





4. La arquitectura española del Renacimiento

El Renacimiento no llegará a España hasta el momento de transición del siglo XV al XVI, como en el resto de Europa.

La aparición de la corriente renacentista se ve favorecida por las intensas relaciones entre España e Italia durante el reinado de los Reyes Católicos y Carlos V.

Como freno para la difusión del Renacimiento podemos señalar la situación social y religiosa española, y el fuerte arraigo de las formas góticas.

El arte del Renacimiento será promovido por la monarquía, la Iglesia y la nobleza. Familias como los Mendoza y los Fonseca actuarán en España como mecenas.

 

La arquitectura de España en el siglo XVI suele dividirse en tres períodos:

- En el primer tercio, el Plateresco, caracterizado por la riqueza decorativa con balaustradas, grutescos, medallones, columnas y guirnaldas. Destacan autores como:

• Lorenzo Vázquez, formado en Italia, a su vuelta a España, trabaja para la familia de los Mendoza. Realiza la fachada del Colegio de Santa Cruz (1491) en Valladolid, donde se superponen elementos góticos y renacentistas. En la parte superior de la fachada habrá pilastras clásicas. Pero introduce el almohadillado típico de los palacios florentinos, aunque más pequeño.

• Pedro Gumiel trabaja para el cardenal Cisneros. Realiza el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Muestra una decoración menuda. Los arcos son góticos. La decoración a base de atauriques y roleos, y el recubrimiento de madera.

• Alonso de Covarrubias y Enrique Egas edifican el Hospital de la Santa Cruz en Toledo. El trazado es de Egas y la fachada de Covarrubias. Crean un tipo de hospital de planta de cruz griega inscrita en un cuadrado. En el crucero se coloca un altar, coronado por un cimborrio. Esta distribución está en función de los enfermos. En la fachada se utilizan elementos renacentistas con bastante libertad, concentrados, sobre todo, en la parte superior.

• Juan de Álava hace la fachada de la iglesia de San Esteban (1524) en Salamanca. Está concebida a modo de retablo marcado por contrafuertes que sostienen un gran arco de medio punto. La decoración con grutescos, medallones, pilastras... Las esculturas bajo dosel aún son góticas.

• De autor desconocido son la Casa de las Conchas y la fachada de la Universidad de Salamanca.

La Casa de las Conchas sitúa en la fachada del edificio el tema de las conchas, aludiendo al emblema de la orden de Santiago a la que pertenecía el fundador, imitando el Palacio de los Diamantes en Ferrara. Se ajusta a las características de la casa renacentista española: dos pisos y la puerta ligeramente descentrada alrededor de la que se distribuyen los elementos decorativos.

La fachada de la Universidad de Salamanca (1519-25) es la obra más importante del Plateresco.

Típica fachada retablo. Las pilastras no llegan al suelo. Consta de tres pisos, cinco calles y dos vanos de ingreso: la puerta de la virtud y la del vicio.

En el primer piso destaca el medallón de los Reyes Católicos, aunque no se hiciera durante su reinado fueron los que auspiciaron esta Universidad; la decoración es de grutescos y motivos florales. El segundo piso está decorado con escudos, el central de Carlos V; decoración con medallones y bustos inscritos en veneras. El tercer piso, decorado con grutescos y medallones, tiene un relieve del papa Nicolás V y esculturas de Hércules y Venus.

 

- En el segundo tercio, Purismo, sin los excesos decorativos anteriores y más próximo a las tendencias clasicistas del Cinquecento italiano.

• Pedro de Machuca realiza el Palacio de Carlos V (1528) en la Alhambra de Granada. La planta es cuadrada con un patio circular donde se superponen columnas toscanas y jónicas. Influencia de Bramante en la sobriedad y la perfección. La fachada con almohadillado en la parte baja.

• Rodrigo Gil de Hontañón hace la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares (1541-53).

La decoración solo enmarca los vanos. Destaca la parte central del edificio donde el fundamento heráldico es lo más importante. Los elementos decorativos son frontones triangulares y semicirculares, medallones, escudos, volutas...

El Palacio de Monterrey en Salamanca. La fachada es de tres pisos coronada por una galería de arcos con remate en crestería. La decoración se concentra en los cuerpos altos.

• Alonso de Covarrubias reconstruye el Alcázar de Toledo, creando el tipo de alcázar español.

La planta es cuadrada con torres muy marcadas en los extremos, y una entrada principal con un amplio zaguán que da paso al patio. La escalera es imperial, se bifurca en el primer rellano y luego otra vez. Las torres están cubiertas con chapiteles de pizarra, elemento típico de la arquitectura de los Austrias. La fachada está realizada con decoración heráldica, frontones triangulares, medallones y remates en la balaustrada.

• Diego de Siloé continúa la catedral de Granada. Había sido iniciada por Enrique Egas en estilo gótico. Siloé introduce modificaciones para adaptar el templo a la estética renacentista, empleando pilares con esbeltos pedestales y doble entablamento, al estilo de Brunelleschi en San Lorenzo.

Reforma la capilla mayor para darle aspecto centralizado y techarla con cúpula, si bien las naves se cubren con bóvedas de crucería. Realiza también las catedrales de Málaga y Guadix.

Lleva a cabo la Escalera Dorada de la catedral de Burgos, para solventar la diferencia de altura entre el crucero y la puerta externa del mismo. El tramo central de la escalera se bifurca y se vuelve a unir en la parte superior.

• Andrés de Vandelvira realiza la catedral de Jaén (1540), de gran originalidad, con planta rectangular y cabecera plana. Recuerda las obras de Brunelleschi y Palladio. Interviene en el templo de El Salvador de Úbeda, cuya planta es semejante a la de la catedral de Granada.

- El último tercio del siglo XVI se corresponde con el reinado de Felipe II. El arte de este momento se caracteriza por seguir los dictados del Concilio de Trento y el espíritu de la Contrarreforma.

Esta etapa será denominada herreriana, por la influencia que ejerce la obra de Herrera, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, fundado por Felipe II en conmemoración de la victoria en la batalla de San Quintín sobre los franceses el día de San Lorenzo de 1557. Otras razones son: realizar una sepultura digna para su padre Carlos V y convertirlo en panteón real; crear un seminario y colegio de estudios sacerdotales que apoyen las reformas del Concilio de Trento; y la propia inquietud científica y didáctica del monarca que se refleja en la biblioteca.

Tendrá, por tanto, una finalidad múltiple: iglesia, panteón real, palacio, convento, biblioteca y colegio.

El proyecto original de Juan Bautista de Toledo resultaba muy complejo por la existencia de numerosas torres y la importancia visual concedida a la iglesia (fue revisado por el arquitecto italiano Paccioto). Cuando muere se hace cargo de las obras Juan de Herrera, que adopta una planta en forma de parrilla, aumenta la importancia exterior del edificio y de todos los elementos del mismo (convento, palacio, biblioteca y colegio) que resultan portadores de una función, tanto de carácter práctico como simbólico.

La planta rectangular se organiza en torno a tres núcleos: el núcleo central, que incluye la Portada central, la Biblioteca, el Patio de los Reyes, la Iglesia y, rodeando a esta, el Palacio Real; el núcleo sur, integrado por el Patio de los Evangelistas y el Convento con sus cuatro patios menores, y el núcleo norte, formado por el Palacio administrativo, el Seminario, el Colegio y los cuatro patios menores. El Patio de los Reyes con estatuas de los seis reyes de Judá sobre pedestales aluden al Escorial como nuevo Templo de Salomón. El Patio de los Evangelistas se constituye con un templete, en el centro, del que parten calles y en cada uno de los ángulos, los cuatro evangelistas, simbolizando la importancia de la Iglesia como fuente de vida.

De las doce torres proyectadas en principio, Herrera construirá solo seis: dos torres campanario que se sitúan a los pies de la iglesia y cuatro torres que, ubicadas en los ángulos y terminadas en agujas piramidales, flanquean el edificio, del que llama la atención la gran cúpula.

Exteriormente destaca el aspecto sobrio y austero de todo el conjunto, sin ornamentación y del que sobresale el sentido robusto del muro de granito, y como elemento dinamizador las series repetitivas de ventanas, muy sencillas, adinteladas y sin decoración. Se crea así un ritmo de volúmenes exteriores que resulta manierista. Solo la fachada propiamente dicha de entrada al edificio rompe esta austeridad de El Escorial.

Las columnas en la parte inferior son de mayor realce visual que las pilastras de la superior, más planas y que dirigen la visión hacia el frontón con el remate de bolas que unifica y armoniza todos los elementos del edificio.

Esta solidez extrema adquiere elegancia gracias a los remates superiores de toda la edificación, destacando las torres y los tejados, típicos de la arquitectura de los Austrias, a base de pizarra a dos vertientes muy anguladas, y buhardillas y chapiteles rematando las torres.

Igualmente caracteriza esta arquitectura los remates de pirámides con bolas, que coronan los elementos altos de la construcción.

En conjunto, la austeridad del edificio es la imagen perfecta del concepto de Estado y de Imperio de Felipe II: frío y racional. Sin que falte en la concepción de la planta y de las edificaciones un cuadro de relaciones matemáticas, con simbolismo mágico e incluso esotérico para algunos.


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