Al principio de su periodo de expansión los árabes confiaban claramente más en su infantería que en su caballería, aun considerando que un soldado de caballería valía tanto como para cobrar doble paga.
Este hombre es un beduino (es decir un nómada, a diferencia de los árabes sedentarios), descrito como “la materia prima del Islam”, y usa el traje beduino tradicional. El largo sobretodo y la túnica por debajo habrían sido tejidos de lana de camello. En sus brazos hay tiraces, brazaletes tejidos en seda de colores que llevaban inscripciones bordadas, con frecuencia del Corán. Los colores de la vestimenta eran brillantes, como escarlata, rojo, azul, amarillo, verde y blanco, y a veces estaban a rayas. Los caudillos usaban las ropas más brillantes, decoradas con bordados de oro y de colores. Los turbantes lo más común es que fueran blancos pero en ocasiones eran de colores. Todos los árabes usaban barbas.
Una fuente de principios del siglo IX menciona uniformes, y tan pronto como en el año 737 a un ejército completo en campaña contra los Jázaros se le habían suministrado uniformes blancos, siendo el blanco el color de los Omeyas la dinastía gobernante. De la misma manera algunas tropas abasíes parecen haber usado el negro.
Las principales armas eran saif y lanza, siendo la primera una espada recta de hierro o acero que tradicionalmente se suspendía de un tahalí. El uso de la espada colgada del cinturón fue introducido de forma oficial a mediados del siglo IX. La jabalina o harbah también era usada y había sido un arma favorita de los mercenarios quraish preislámicos. Los escudos se llamaban o turs (grandes y redondos, de madera y cuero) o daraqa (más pequeños y enteramente de cuero).
Algunos soldados de infantería usaban armadura, formando estos las filas frontales cuando se disponía de ellos.
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