Los árabes mucho antes de la llegada del Islam usaban arcos compuestos y arcos simples de hasta metro y medio de largo y el arco había llegado a ser una de sus armas nacionales. De manera poco usual, lo llevaban en el hombro derecho. La leyenda registra que Mahoma a menudo solía apoyarse en un arco mientras predicaba, y el Corán dice “la mano del hombre no ha empuñado un arma a la que el arco no pueda aventajar”. Las aljabas contenían normalmente treinta flechas.
Los ejércitos fatimíes reclutaban sus arqueros entre los sudaneses (véase la nota 104). Las fuentes más tempranas los llaman nubios y la puntería de sus arqueros es registrada tan pronto como en el año 643, cuando dejaron ciegos a tantos árabes por sus lluvias de flechas que fueron apodados “los arqueros de los ojos”.
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