Las Segundas Invasiones
Llamamos Segundas Invasiones a los
ataques que sufrieron las sociedades de Europa central y occidental durante los
siglos IX y X.
Los ataques tuvieron tres
protagonistas: vikingos, magiares y sarracenos. Estos pueblos iniciaron, por
distintas razones, una serie de incursiones de saqueo contra la Europa
occidental.
Los vikingos, también llamados
normandos (northmen, hombres del
norte), atacaron sobre todo las costas atlánticas europeas y además de saquear
y esclavizar a sus habitantes acabaron instalándose en Inglaterra, Irlanda,
Islandia y la región de Normandía en el norte de Francia.
Los magiares, también llamados
húngaros, se dedicaron a saquear durante décadas las tierras alemanas,
italianas y francesas hasta que, instalados definitivamente en Hungría, se
convirtieron al cristianismo.
Los sarracenos eran todos los
musulmanes que habitaban a orillas del Mediterráneo, pero fueron los instalados
en el norte de África, Baleares y Sicilia, los que se dedicaron preferentemente
a la piratería contra las costas de la Europa mediterránea hasta que el
reforzamiento político y militar de los cristianos occidentales hizo más escasos
estos ataques.
La actividad de estos tres pueblos
consistió sobre todo en incursiones de saqueo. Se llevaban oro, plata, objetos
preciosos y tejidos valiosos, así como esclavos.
En un principio no tenían intención de
instalarse en las tierras que arrasaban.
Un factor que explica el éxito de estos
invasores es que los ataques coincidieron en el tiempo y que dentro de cada
cultura agresora había numerosos jefes que hacían la guerra por su cuenta. Así la
Europa occidental cristiana soportó múltiples ataques procedentes de diversas
direcciones. Además, no existía un poder político cristiano en Europa
occidental que pudiera encargarse de la defensa. La mayoría de los reinos eran
muy débiles y el imperio carolingio se debilitaba cada vez más debido a las
continuas guerras civiles.
Los efectos de las Segundas Invasiones
fueron múltiples: nuevos pueblos con nuevas lenguas se incorporaron a la Europa
cristiana, el imperio carolingio acabó desapareciendo, pero en su lugar surgió
el Sacro Imperio Romano-Germánico centrado en tierras alemanas, la defensa
frente a los numerosos e inesperados ataques condujo a un debilitamiento del
poder de los reyes y al surgimiento del feudalismo, sistema que daba el poder
político, económico y social a los nobles.
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