domingo, 11 de diciembre de 2016

10. El Renacimiento en el resto de Europa. Historia del arte, Santillana, 2023

Historia del arte, Santillana, 2023

10. EL RENACIMIENTO EN EL RESTO DE EUROPA

 

1. El Renacimiento francés: la arquitectura y la escultura

El Renacimiento se expandió por el resto de Europa tuvo lugar desde finales del siglo XV. Fue entonces cuando Francia, España, Alemania, Inglaterra y los Países Bajos comenzaron a renovar el Gótico tardío.

 

1.1. La arquitectura francesa

Francia fue uno de los primeros países de Europa en recoger las influencias renacentistas procedentes de Italia. Estas llegaron de la mano del monarca francés Carlos VIII, quien reunió a un numeroso grupo de artistas italianos para que trabajaran en la corte francesa. Pero fue durante los reinados de Francisco I y Enrique II cuando el Renacimiento comenzó a despuntar en Francia.

La arquitectura renacentista francesa es principalmente de carácter civil y, sobre todo, palaciega. En un primer momento, las construcciones son en su mayoría reformas y ampliaciones de los palacios existentes en el valle del Loira.

Con la llegada al trono de Francisco I (1515-1547) comenzaron a construirse nuevos palacios, como el castillo de Chambord, que conserva reminiscencias góticas, aunque la ornamentación es italianizante. En el palacio de Fontainebleau trabajaron artistas italianos, como Benvenuto Cellini, Primaticcio o Rosso Fiorentino.

Estos dos últimos crearon la llamada escuela de Fontainebleau.

A pesar del esfuerzo de los monarcas y de los hermosos palacios construidos, la arquitectura francesa no desarrolló un estilo plenamente renacentista, ya que aún pervivía el gusto por el arte gótico.

 

Pierre Lescot (1515-1578)

El sucesor de Francisco I, Enrique II, encargó al arquitecto Pierre Lescot la continuación de las obras del palacio del Louvre. A Lescot se le considera el gran arquitecto del Louvre, ya que toda su vida la dedicó a este gran proyecto, aunque solo llegó a construir un ángulo del patio cuadrado que ideó, si bien fue completado posteriormente según su modelo. En 1546 comenzó a trabajar en la fachada occidental de la Cour Carrée del Louvre, donde introdujo novedosos elementos plásticos.

 

1.2. La escultura francesa

La escultura renacentista en Europa siguió los mismos pasos que la arquitectura, de hecho, estaba totalmente ligada a esta.

El nuevo impulso se debió a escultores italianos, como los hermanos florentinos Antonio y Giovanni Giusti, autores del sepulcro de Luis XII y Ana de Bretaña (1517-1531) en la abadía de Saint-Denis, en París.

La escultura no se centró solo en monumentos funerarios: había que decorar los insignes palacios y castillos de los monarcas y su corte. Asimismo, los jardines y las fuentes que rodeaban estos palacios se convirtieron en espacios propicios para esculpir bellas estatuas y relieves. En este escenario es donde la escultura francesa del Renacimiento desarrolló su máxima personalidad.

 

Algunos de los escultores más destacados del Renacimiento francés fueron Jean Goujon y Germain Pilon (1537-1590).

 

Jean Goujon (hacia 1510-1564/1569)

Escultor que colaboró con Pierre Lescot en el palacio del Louvre. Parece ser que se formó en Italia y allí estudió a los grandes escultores de la Antigüedad, hecho que repercutió en su obra.

Creó relieves decorativos en medallones de alabastro, como el relieve de Diana con un ciervo, para el castillo de Anet. Junto con Pierre Lescot, realizó la fuente de las Ninfas en el cementerio de los Inocentes de París. Goujon labró los relieves de esta, que posteriormente fueron sustituidos por copias; los originales se conservan en el Louvre. Destaca el tratamiento que da al desnudo femenino, de refinadas y ondulantes formas, que recuerda a la decoración escultórica de los frisos griegos y romanos.

A él se debe la tribuna de las Cariátides en el salón de baile del palacio del Louvre, espacio de gran armonía y belleza clásica destinado a los músicos.

 

2. La pintura en Flandes, Países Bajos, Francia y Alemania

Durante el siglo XV, la pintura del Renacimiento en Europa se vio influida por el arte de los «primitivos» pintores flamencos (Van Eyck o Van der Weyden). Sin embargo, durante el siglo XVI fue adoptando los nuevos modelos y tendencias procedentes de Italia.

 

2.1. Flandes y Países Bajos

Las ciudades flamencas de Gante, Ypres y Brujas fueron el núcleo de esta escuela pictórica que dominó el siglo XV. En ellas, un importante número de artistas creó un estilo y una técnica diferentes, de ahí el término ars nova, que se utilizó para designar esta nueva forma de enfocar y entender el arte, tan diferente a lo que estaba sucediendo en Italia. Las características de este estilo fueron:

• El desarrollo de la pintura sobre tabla. El tríptico se convirtió en la forma más usual de pintar retablos.

• El uso de la pintura al óleo, que ya era conocida, pero se perfeccionó en estos momentos. El óleo se convirtió así en la clave para el devenir de la pintura europea, pues abrió un gran campo de posibilidades figurativas hasta entonces inexplorado.

• Las obras se realizaron de manera minuciosa y detallada, por lo que se entienden para ser vistas desde cerca. Ese detallismo se consigue con el uso de veladuras por superposición de capas, obteniendo así transparencias en las capas del fondo y bellos colores en los primeros planos.

• Se trata de creaciones que tienden al naturalismo, en las que los paisajes juegan un papel muy importante.

 

Entre los pintores más relevantes de esta etapa, destacan el Bosco, Pieter Brueghel el Viejo, Antonio Moro y Joachim Patinir.

 

Jheronimus Bosch, el Bosco (1450-1516)

El Bosco perteneció a la generación de artistas flamencos que trabajaron en el último tercio del siglo XV y principios del siglo XVI. Era de ascendencia holandesa, al igual que muchos otros pintores de la misma escuela.

El Bosco consiguió romper con la tradición establecida y creó un estilo original, que lo diferenciaba de los demás por la temática y por el tratamiento de las formas.

Los temas que trata se inscriben dentro de una corriente de pintura alegórica y moralista que refleja la sociedad del momento, en la que los vicios, representados por el demonio, convierten al ser humano en presa de sus debilidades. El Bosco plasma estos temas con un tono satírico y burlón.

Su obra más relevante fue el tríptico El jardín de las delicias, que despertó gran interés en su época y fue adquirida por el monarca español Felipe II después de la muerte del pintor.

Otras obras destacadas del artista son: Concierto en un huevo, La extracción de la piedra de la locura y el tríptico El carro de heno.

 

EN PRIMERA PERSONA

El Bosco, el favorito entre coleccionistas

La obra del Bosco despertó gran interés entre diferentes amantes de la pintura. Tras la muerte del artista, hubo dos principales coleccionistas de su obra, Mencía de Mendoza y Felipe II, gracias a quienes algunas de las principales pinacotecas conservan actualmente obras del pintor flamenco.

Mencía de Mendoza, marquesa del Cenete, creció en el reino de Valencia, donde su padre, Rodrigo de Mendoza, le procuró una esmerada educación en diferentes disciplinas, además de transmitirle su pasión por el coleccionismo (tanto bibliográfico como artístico). Tras casarse con Enrique III de Nassau, señor de Breda, dueño en aquel momento de El jardín de las delicias, su contacto con la élite humanista y artística flamenca contribuyó a que hoy día se la considere una de las grandes mecenas de su época, pues poseyó obras tanto del Bosco como de su taller, por ejemplo, Las tentaciones de san Antonio Abad

El rey Felipe II también fue un gran mecenas de las artes y sintió una predilección especial por las pinturas italiana y flamenca; de hecho, el Real Monasterio de El Escorial acogió un número considerable de obras del artista nórdico debido a la gran admiración del monarca por su peculiar estilo y por el carácter religioso y moralizante que estas reflejaban.

 

Joachim Patinir (1480-1524)

Patinir fue el creador de una manera nueva de interpretar el paisaje. Si hasta ahora los pintores flamencos y holandeses lo utilizaban como elemento de fondo en sus grandes composiciones miniaturistas, con Patinir el paisaje se convirtió en protagonista de sus obras.

Utilizó una amplia gama cromática: marrones y ocres para el primer plano; verdes para el medio plano, y azules profundos para el último. Así, el artista conseguía una visión telescópica que aporta profundidad al cuadro. Una de sus obras más conocidas es Caronte atravesando la laguna Estigia.

 

Pieter Brueghel el Viejo (1525-1569)

Brueghel nació en los Países Bajos, pero trabajó gran parte de su vida en Amberes. Al igual que sucede con el Bosco, se encuentra muy cercano al surrealismo.

En sus obras tiene mucha importancia el paisaje, que sirve de fondo y escenario. Utiliza vistas panorámicas porque sus encuadres están cargados de elementos y personajes. Representa, sobre todo, temas de la vida cotidiana, con múltiples escenas dentro del cuadro, lo que da lugar a obras llenas de colorido y vitalidad. Algunos de sus lienzos más importantes son Cazadores en la nieve, La boda campesina y La torre de Babel.

 

Antonio Moro (1519-1576)

El holandés Antonio Moro fue ante todo un pintor de retratos. Su fama como retratista le valió ser requerido por las principales monarquías europeas.

Su aportación al retrato influyó en varios pintores españoles, como en su discípulo Sánchez Coello, en Juan Pantoja de la Cruz e incluso en Velázquez.

En 1548 el cardenal Granvela, obispo de Arras, se convirtió en su mecenas, lo introdujo en la corte española y pasó al servicio del emperador Carlos V. En 1553 fue enviado a Inglaterra, donde realizó el retrato de María Tudor. En 1568 se instaló en Amberes, donde pasó los últimos años de su vida.

La mayor contribución de Antonio Moro al retrato consiste en captar el carácter del personaje mediante el estudio de la mirada. De esta manera, imprime a quienes retrata una fuerza psicológica y un realismo inusuales hasta el momento. En todos sus retratos podemos observar la gran precisión del dibujo y la minuciosidad en las telas y plegados. La figura es realzada por una iluminación fría y un fondo neutro.

 

PUNTOS DE VISTA

Las artistas que quedaron en la sombra

A lo largo de la historia, numerosas mujeres artistas han vivido circunstancias similares: han aprendido el oficio en los talleres paternos, su carrera se ha visto truncada o potenciada al contraer matrimonio o su obra no siempre ha sido reconocida como propia. Caterina van Hemessen, Levina Teerling o las hermanas Margarita y Dorotea Macip, hijas de Joan de Joanes, son algunas de esas artistas.

Caterina van Hemessen (1528-1587), pintora de la escuela flamenca, se formó como artista en el taller de su padre, Jan Sanders van Hemessen, para posteriormente, en 1540, entrar en la corte bajo el patronazgo de la reina María de Hungría. Sin embargo, tras su matrimonio en 1554, abandonó su oficio hasta tiempo después de viajar a España como parte del séquito de la hermana de Carlos V. Su obra reconocida como propia es escasa, pero de gran valor artístico.

El caso de Levina Teerling (1510-1576) es parecido. Fue una miniaturista bastante documentada, pero sin que se haya conservado ninguna obra sobre cuya autoría se tenga plena certeza. Se formó con su padre, el reputado pintor flamenco Simon Bening, que había trabajado para Mencía de Mendoza, entre otra distinguida clientela. En 1545 fue invitada por Enrique VIII de Inglaterra a formar parte de su séquito. La calidad de su obra fue tan apreciada que continuó en la corte de los siguientes tres monarcas ingleses.

 

2.2. Francia

En la pintura francesa renacentista destaca el trabajo de Jean Clouet (1480-1541), como el retrato que realizó del monarca Francisco I.

Sobresale también la obra del pintor François Dubois (1529-1584), que representó La masacre de San Bartolomé, matanza contra los hugonotes ocurrida en París en 1572.

 

2.3. Alemania

Uno de los países que recibió la influencia flamenca durante el siglo XV fue Alemania. Con la llegada del siglo XVI, el desarrollo de la Reforma luterana hizo que se distanciara paulatinamente de la tradición flamenca, lo que permitió la llegada de la influencia italiana. Destacaron Matthias Grünewald (1460-1528), Hans Holbein el Joven (1497-1543) y Alberto Durero.

Grünewald todavía recibió importantes influencias del Gótico. Son pocas las obras que se conocen de él y, sin duda, la más impactante es el retablo del altar de Isenheim, trabajo de notable expresionismo donde la luz y el color cobran fuerza por la temática de la obra, la crucifixión de Cristo.

 

Alberto Durero (1471-1528)

Durero es el gran representante de la pintura alemana del siglo XVI. Escribió un tratado sobre las proporciones del cuerpo humano y fue un gran estudioso de la perspectiva y de las técnicas de la pintura y el grabado. Viajó a Italia, donde conoció el trabajo de Pollaiuolo, Mantegna y Leonardo da Vinci, entre otros, y entró en contacto con las creaciones de la Antigüedad. Finalmente, centró su actividad en Núremberg (Alemania). Allí realizó obras de temas religiosos, autorretratos, grabados y xilografías.

Dentro de la temática religiosa, destacan Los cuatro apóstoles, obra monumental de realismo colorido y grandiosidad, y Adán y Eva, donde dejó atrás el lenguaje formal propio del Gótico para aplicar sus conocimientos del desnudo y de la proporción. En sus autorretratos se observa cómo se afirma como un gran artista. Conocedor del dibujo y del tratamiento de la pintura. Su autorretrato más conocido es el óleo sobre tabla conservado en el Museo Nacional del Prado.

 

OBRAS

1. Castillo de Chambord, Francia. Domenico da Cortona. 1539.

2. Palacio de Fontainebleau, Francia. Gilles Le Breton. 1540.

3. Fachada occidental de la Cour Carrée (patio cuadrado) del Louvre, París, Francia. Pierre Lescot. 1560 

La fachada se compone de dos plantas. La baja está formada por pilastras corintias adosadas que enmarcan ventanales inscritos en arcos de medio punto, La primera planta se forma con frontones triangulares y curvos alternados. Como remate tiene una tercera planta, más baja, a modo de ático decorado con relieves sin precedentes hasta el momento. El cuerpo central de la fachada se adelanta respecto al resto. Se compone de semicolumnas corintias entre las que se disponen hornacinas con esculturas.

4. Tribuna de las Cariátides. Jean Goujon. Hacia 1550. Salón de baile del palacio del Louvre, París.

5. Relieve de Diana con un ciervo. Jean Goujon. Hacia 1550. Castillo de Anet, Francia.

6. Fuente de las Ninfas. Jean Goujon y Pierre Lescot. 1549. Cementerio de los Inocentes, París, Francia.

7. La extracción de la piedra de la locura.

El Bosco. Hacia 1505. Museo Nacional del Prado, Madrid.

8. Tríptico El carro de heno. El Bosco. Hacia 1515. Museo Nacional del Prado, Madrid.

Esta obra representa todas las características de esta nueva etapa en la pintura flamenca: se trata de un tríptico cuya técnica es óleo sobre tabla y donde el paisaje tiene mucha relevancia.

El pintor pretende relatar cómo todas las clases sociales quieren conseguir su parte de heno del carro, es decir, su parte de placeres y riquezas.

9. Concierto en un huevo. El Bosco. Hacia 1480. Palacio de Bellas Artes de Lille, Francia.

10. Las tentaciones de san Antonio Abad. El Bosco. 1515.

Museo Nacional del Prado, Madrid.

11. Tríptico El jardín de las delicias.

La Creación del mundo. El tríptico cerrado presenta dos tablas pintadas en grisalla. En ellas aparece un globo terrestre transparente, indicando, posiblemente, la fragilidad del mundo.

Detalle de la tabla del lado izquierdo.Aquí se representa el Paraíso terrenal con la Fuente de la Vida.

Detalle de la tabla central. Esta parte de la obra del Bosco simboliza la Tierra, en la que la humanidad ha sucumbido al pecado.

Detalle de la tabla del lado derecho.

En esta tabla se representa el infierno, con criaturas fantásticas como el hombre-árbol, que mira directamente al público.

12. Caronte atravesando la laguna Estigia. Joachim Patinir 1524. Museo Nacional del Prado, Madrid.

Según el mito, la laguna Estigia unía el mundo de la vida con el de la muerte. El barquero Caronte la atravesaba portando las almas al reino de las personas difuntas. Para realizar la travesía, estas debían pagar una moneda al barquero. La obra aúna la mitología grecolatina con el pensamiento cristiano al introducir el ángel que señala el

buen camino.

13. La torre de Babel. Pieter Brueghel el Viejo. 1563. Museo de Historia del Arte, Viena, Austria

14. La boda campesina. Pieter Brueghel el Viejo. 1568. Museo de Historia del Arte, Viena, Austria.

15. María Tudor, reina de Inglaterra. Antonio Moro. 1554. Museo Nacional del Prado, Madrid.

16. Autorretrato. Caterina van Hemessen. 1548. Museo de Arte, Basilea, Suiza.

17. La masacre de San Bartolomé. François Dubois. Hacia 1572. Museo Cantonal de Bellas Artes de Lausana, Suiza.

El autor retrató la matanza de San Bartolomé, inscrita en el contexto de las guerras político-religiosas de Francia. Al fondo a la izquierda, muestra a la reina madre Catalina de Médici inspeccionando a las puertas del Louvre los cuerpos de los asesinados y a la derecha, el asesinato del mariscal Gaspar de Coligny, líder del partido hugonote, defenestrado desde una ventana de su palacio.

18. Francisco I, rey de Francia. Jean Clouet. Hacia 1525. Museo del Louvre, París, Francia. 

Durante el reinado de Francisco I se dio mucha importancia al desarrollo del arte y la literatura. Por ejemplo, fue mecenas de Leonardo da Vinci.

19. Retablo de Isenheim. Matthias Grünewald. Hacia 1515. Museo de Unterlinden, Colmar, Francia.

El retablo consta de varios paneles, distribuidos en forma de tríptico con tres aperturas y una predela en la parte inferior. El panel central representa la crucifixión de Cristo. Es palpable el dramatismo de la escena, con la figura de María Magdalena que alza los brazos con desesperación a sus pies, y detrás de ella, san Juan Evangelista sosteniendo el cuerpo desfalleciente de la Virgen María.

20. Adán y Eva. Alberto Durero. Hacia 1507. Museo Nacional del Prado, Madrid.

Se trata de un óleo sobre tabla donde aparecen Adán y Eva sobre fondo neutro, al desnudo y a tamaño natural. Muestran un movimiento inestable, de gran sensualidad y belleza, acompañado de una expresividad en los rostros característica de Durero.

21. Autorretrato. Alberto Durero. Hacia 1498. Museo Nacional del Prado, Madrid.

El realismo del rostro, el detallismo en los ropajes y el cabello, herencia de la pintura flamenca, adquieren más importancia al unirse a la composición y el colorido de inspiración veneciana.

22. Los cuatro apóstoles. Alberto Durero. Hacia 1526. Pinacoteca Antigua, Múnich, Alemania.

En la tabla izquierda aparecen san Juan y san Pedro, y en la derecha san Marcos y san Pablo. Durero plasma sus estudios sobre la proporción de la figura humana, y muestra su interés por los rasgos psicológicos.

 

 

ESTUDIO DE OBRAS DE ARTE

El jardín de las delicias

1. Ficha técnica

Autor: Jheronimus Bosch, el Bosco.

Cronología: Hacia 1490.

Localización: Museo Nacional del Prado, Madrid.

Técnica: Óleo sobre tabla.

2. Descripción

Este tríptico representa el ciclo de la vida en un tono crítico, donde infinidad de personajes y animales en multitud de situaciones nos dan una visión moralista del propio autor.

Cuando el tríptico está cerrado podemos ver la creación del mundo (representada mediante un globo terráqueo en tonos grises, blancos y negros, simulando una escultura, es decir, en grisalla).

Al abrirse, observamos la creación de Eva y Adán a la izquierda; en su parte central, la lujuria, desatada en placeres carnales; a la derecha, la escena cruel y apoteósica del infierno, donde el ser humano tiene que rendir cuentas de sus pecados y sufrir toda clase de tormentos.

3. Análisis y comentario

La composición es caótica, pero tratada con gran detallismo. La luz y el color son brillantes y se reflejan dentro de un marco idílico. La línea del horizonte se representa alta, para dar profundidad. Toda la obra está llena de ricos matices que nos ayudan a entender su significado; por ejemplo, las frutas son una clara alusión a los placeres sexuales; o el petirrojo está considerado un símbolo erótico relacionado con la lascivia. Los personajes desnudos, en actitud desatada, aparecen en algunas escenas montados en animales reales y en otras, en animales fantásticos tomados de los bestiarios medievales.


FALTAN PÁGINAS 264 A 279

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