Como consecuencia de la Cuarta Cruzada y la disolución del Imperio bizantino en 1204, el Mar Egeo, una vez corazón naval de Bizancio, fue dominado por una variedad de principados latinos, protegidos por el poderío naval de la República de Venecia. Después de la reconquista de Constantinopla y la restauración del Imperio bizantino en 1261, una de las principales prioridades del emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo era el de defender su capital de un ataque veneciano. En consecuencia, buscó una alianza con el principal antagonista de Venecia, la República de Génova, mientras comenzaba a construir su propia flota.
Con la ayuda de su nueva flota, en 1263 Miguel VIII Paleólogo envió una expedición a Morea, contra el Principado de Acaya. En el momento de la victoria, las fuerzas terrestres bizantinas fueron sorprendidas y derrotadas, mientras que la armada aliada bizantino-genovesa sufrió una dura derrota por una armada veneciana numéricamente inferior en la Batalla de Settepozzi. Esto llevó a Miguel a abandonar su alianza con los genoveses. Miguel VIII inició entonces un acercamiento con Venecia y firmó un tratado en 1267. Con la neutralidad de Venecia, la principal amenaza para los intereses imperiales en el mar Egeo eran los corsarios lombardos con su base en Negroponte. La isla fue atacada varias veces por la armada bizantina bajo Alejo Filantropeno, pero este no consiguió progresos importantes. Sólo a partir de 1273, con la ayuda del renegado latino Licario, hizo avanzar a las fuerzas bizantinas, capturando una serie de fortalezas en la isla.
A inicios de 1270 (la fecha exacta es incierta, los investigadores modernos la colocan en 1272/1273 o 1274/1275), Miguel VIII Paleólogo inició una gran campaña contra Juan I Ducas, gobernante de Tesalia. Ésta iba a ser dirigida por su propio hermano, el déspota Juan Paleólogo. Para impedir toda ayuda que viniera a él de los principados latinos, Miguel también envió una flota de 73 barcos, dirigidos por Filantropeno para hostigar sus costas. El ejército bizantino, sin embargo, fue derrotado en la Batalla de Neopatria con la ayuda de tropas del Ducado de Atenas. Al oír estas noticias, los señores latinos se animaron y decidieron atacar a la armada bizantina, anclada en el puerto de Demetrias.
Nicéforo Gregoras escribe que la Armada Imperial disponía de más de 50 barcos, mientras que el italiano Marino Sanudo menciona 80 barcos imperiales. El número de la flota latina, compuesta de lombardos , barcos venecianos de Negroponte y venecianos de Creta, es diverso. Desde los 30 (según Gregoras) a los 62 (según Sanudo) barcos. En cualquier caso, todas las fuentes confirman que la flota latina era numéricamente inferior en un tercio.
Cabe señalar que, como consecuencia de su tregua con los bizantinos, los venecianos de Negroponte mantuvieron una postura neutral, aunque algunos de ellos se unieron a la flota latina de forma individual.
La flota latina tomo a los bizantinos por sorpresa. Justo cuando el triunfo parecía al alcance de los latinos, sin embargo, llegaron refuerzos dirigidos por el déspota Juan Paleólogo. Mientras se retiraban de Neopatria, el déspota se había enterado de la inminente batalla. Reunió a los hombres que pudo, cabalgó en una noche 40 millas y llegó a Demetrias justo cuando la flota bizantina estaba empezando a flaquear. Su llegada aumentó la moral de los bizantinos, y los hombres de Paleólogo, transportados a bordo de los buques por los barcos pequeños, comenzaron a reponer sus bajas y cambiar el rumbo de la batalla. Al caer la noche, todos menos dos buques latinos habían sido capturados. Las bajas latinas fueron cuantiosas e incluyó al triarca de Negroponte Guglielmo II da Verona, muchos otros nobles fueron capturados, entre ellos el veneciano Fillippo Sanudo, que probablemente era el comandante general de la flota latina.
La victoria en Demetrias marcó el comienzo de una ofensiva en todo el Egeo. Para el año 1278 Licario había sometido a toda Eubea excepto por su capital, Calcis, y para 1280, como gran almirante (megaduque) de la armada bizantina, había recuperado la mayor parte de las islas del mar Egeo para el Imperio.
Ilustración de Igor Dzis y Peter Dennis para el libro de Osprey de Raffaele D'Amato "Byzantine Naval Forces 1261–1461: The Roman Empire´s last marines" (2016).
The battle of Demetrias was a Byzantine victory at sea in the 1270s during the reign of Michael Palaiologos. The Romans were trying to reassert their power in the Aegean and in Greece against the Crusader states and rival Romans. On land the Romans had actually suffered a major defeat at the battle Neopatras against a Greek state in Thessaly, ruled by a John Doukas, and his crusader ally the Duchy of Athens. At sea however, the Romans won a great victory
The Emperor sent 73 ships to attack the Latins at sea in Greece. But the Latins based in island crusader states launched a surprise attack on the Roman fleet at Demetrias, a Greek port. They thought after victory at Neopatras they could beat the Byzantines at sea too. They had a smaller fleet than the Romans, perhaps 1/3 less. The western ships were better though, because they had higher towers to shoot down from. But, the same army which had been defeated in Thessaly at Neopatras was able to come to the port and the soldiers were rowed from shore to the ships. It was one of those movie-like battles in a way, the Romans desperately fighting and on the verge of defeat. Then the army of John Palaiologos showed up and turned the tide of the battle. The Romans scored a decisive victory, capturing or eliminating all but two ships of the enemy fleet.
It opened up many Aegean islands to liberation by the Romans, most of Euboea would be temporarily a Byzantine possession. Sadly the change in Byzantine fortunes after the reign of Michael VIII meant these gains did not have the long term impact they otherwise may have
The Emperor sent 73 ships to attack the Latins at sea in Greece. But the Latins based in island crusader states launched a surprise attack on the Roman fleet at Demetrias, a Greek port. They thought after victory at Neopatras they could beat the Byzantines at sea too. They had a smaller fleet than the Romans, perhaps 1/3 less. The western ships were better though, because they had higher towers to shoot down from. But, the same army which had been defeated in Thessaly at Neopatras was able to come to the port and the soldiers were rowed from shore to the ships. It was one of those movie-like battles in a way, the Romans desperately fighting and on the verge of defeat. Then the army of John Palaiologos showed up and turned the tide of the battle. The Romans scored a decisive victory, capturing or eliminating all but two ships of the enemy fleet.
It opened up many Aegean islands to liberation by the Romans, most of Euboea would be temporarily a Byzantine possession. Sadly the change in Byzantine fortunes after the reign of Michael VIII meant these gains did not have the long term impact they otherwise may have
El emperador de Trebisonda Alejo III Conmeno (nacido en 1338, coronado en 1350 y muerto en 1390) y su madre, la princesa Irene, atienden a un Arconte latino, mientras un guardia Laz está atento en la escena.
Ilustración de Igor Dzis y Peter Dennis para el libro "Byzantine Naval Forces 1261–1461: The Roman Empire´s last marines" (2016).
Ilustración de Igor Dzis y Peter Dennis para el libro "Byzantine Naval Forces 1261–1461: The Roman Empire´s last marines" (2016).
Entrenamiento militar en Monemvasia en 1429. Un arquero de los Toxotes y un infante stratiota atienden a un oficial stratiota, que lleva la espada curva paramerion.
“En tierra y mar son siempre muy hábiles y virtuosos, buenos navegantes y marineros; teniendo muchos barcos, son excelentes armadores y capitanes, no solo con sus propios barcos, sino también en la Flota Imperial, donde muchos de ellos son comandantes. Al mismo tiempo, en tierra firme, son jinetes y guerreros altamente reconocidos en el lanzamiento de jabalina, pero también tenaces y valientes soldados de infantería. De hecho, sus comandantes fueron considerados entusiastas y sabios y se les tenía en gran estima ... Desde la antigüedad hasta hoy han preservado su fe y su amor a Dios y a las autoridades romanas” (George Sphrantzes- Jorge Frantzés sobre los stratiotas de la Marina Imperial).
Ilustración de Peter Dennis para el libro de Osprey de Raffaele D'Amato "Byzantine Naval Forces 1261–1461: The Roman Empire´s last marines" (2016).
“En tierra y mar son siempre muy hábiles y virtuosos, buenos navegantes y marineros; teniendo muchos barcos, son excelentes armadores y capitanes, no solo con sus propios barcos, sino también en la Flota Imperial, donde muchos de ellos son comandantes. Al mismo tiempo, en tierra firme, son jinetes y guerreros altamente reconocidos en el lanzamiento de jabalina, pero también tenaces y valientes soldados de infantería. De hecho, sus comandantes fueron considerados entusiastas y sabios y se les tenía en gran estima ... Desde la antigüedad hasta hoy han preservado su fe y su amor a Dios y a las autoridades romanas” (George Sphrantzes- Jorge Frantzés sobre los stratiotas de la Marina Imperial).
Ilustración de Peter Dennis para el libro de Osprey de Raffaele D'Amato "Byzantine Naval Forces 1261–1461: The Roman Empire´s last marines" (2016).
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