Las lanzas (Los conquistadores de Breda), junio 5, 1625
Texto basado en M. Diaz Gavier, Breda 1625, e inspirado en la obra maestra de 1635 La Rendición de Breda también conocida como Las lanzas de Diego Velázquez y en una novela de Arturo Pérez-Reverte, El sol de Breda.
El asalto de Terheijden fue el último intento de los
holandeses para romper las líneas de asedio españolas.
En las siguientes semanas
la comida en Breda empezó a acabarse, y Spínola fue alertado por sus espías dentro de la ciudad de
que la rendición estaba cerca. El
27 de mayo, Federico Enrique de Nassau quemó su campamento y se retiró. Ahora Breda estaba sola. Spínola presentó unas condiciones muy favorables para
la rendición: la guarnición y
Justino
de Nassau eran libres de abandonar la ciudad con su impedimenta, junto con los ciudadanos no católicos que no quisieran verse obligados a vivir bajo la religión católica. El
general fue criticado por su bondad, que llegó al punto de prohibir a sus
soldados burlarse de los defensores derrotados
de Breda y, sobre todo, saquear la ciudad – lo que habrían conseguido de
haber tomado Breda por
asalto.
De
todos modos, el 5 de junio de 1625, la guarnición de Breda salió de la ciudad
por la puerta de Hertogenbosch. El general Spínola se reunió con Justino de
Nassau y sus hijos y los saludó con amabilidad. Entonces los holandeses
inclinaron sus picas y banderas en señal de respeto a los vencedores. Este
momento se ha hecho inolvidable por la obra maestra de Diego Velázquez, al que doy
un humilde homenaje. La idea de este dibujo me vino a la mente hace años y se
inspira en las últimas páginas del libro El sol de Breda de
Pérez-Reverte. He retratado la misma escena, solo que invertida. Mientras que
en la pintura original, Spínola, sus oficiales y Nassau fueron los
protagonistas, en mi dibujo están en segundo plano u ocultos; aquí los
protagonistas son los andrajosos, cansados, marcados con cicatrices, pero aun orgullosos,
soldados anónimos de los Tercios, de los cuales Velázquez solo mostró las
picas; ellos fueron los verdaderos conquistadores de Breda.
Un par de notas: la bandera del Tercio de Spínola (apenas
visible a la izquierda) no estaba en uso ya en 1625, por lo que debe
considerarse como un anacronismo. Justino de Nassau, al contrario de como lo
retrató Velázquez, probablemente era calvo en 1625, según un retrato del mismo
año; esta vez sigo la realidad histórica. Lo mismo para la colina, en la que
sucede la pintura de Velázquez, una licencia artística para mostrar una panorámica
de Breda sitiada. Esa colina nunca existió.
Así acabó el sitio de Breda, pero la guerra en Flandes continuó…
y una nueva guerra en Alemania estaba a punto de comenzar.
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