lunes, 16 de mayo de 2016

Las lanzas, 5 de junio de 1625



Las lanzas (Los conquistadores de Breda), junio 5, 1625
Texto basado en M. Diaz Gavier, Breda 1625, e inspirado en la obra maestra de 1635 La Rendición de Breda también conocida como Las lanzas de Diego Velázquez y en una novela de Arturo Pérez-Reverte, El sol de Breda.

El asalto de Terheijden fue el último intento de los holandeses para romper las líneas de asedio españolas. En las siguientes semanas la comida en Breda empezó a acabarse, y Spínola fue alertado por sus espías dentro de la ciudad de que la rendición estaba cerca. El 27 de mayo, Federico Enrique de Nassau quemó su campamento y se retiró. Ahora Breda estaba sola. Spínola presentó unas condiciones muy favorables para la rendición: la guarnición y Justino de Nassau eran libres de abandonar la ciudad con su impedimenta, junto con los ciudadanos no católicos que no quisieran verse obligados a vivir bajo la religión católica. El general fue criticado por su bondad, que llegó al punto de prohibir a sus soldados burlarse de los defensores derrotados de Breda y, sobre todo, saquear la ciudad lo que habrían conseguido de haber tomado Breda por asalto.

De todos modos, el 5 de junio de 1625, la guarnición de Breda salió de la ciudad por la puerta de Hertogenbosch. El general Spínola se reunió con Justino de Nassau y sus hijos y los saludó con amabilidad. Entonces los holandeses inclinaron sus picas y banderas en señal de respeto a los vencedores. Este momento se ha hecho inolvidable por la obra maestra de Diego Velázquez, al que doy un humilde homenaje. La idea de este dibujo me vino a la mente hace años y se inspira en las últimas páginas del libro El sol de Breda de Pérez-Reverte. He retratado la misma escena, solo que invertida. Mientras que en la pintura original, Spínola, sus oficiales y Nassau fueron los protagonistas, en mi dibujo están en segundo plano u ocultos; aquí los protagonistas son los andrajosos, cansados, marcados con cicatrices, pero aun orgullosos, soldados anónimos de los Tercios, de los cuales Velázquez solo mostró las picas; ellos fueron los verdaderos conquistadores de Breda.

Un par de notas: la bandera del Tercio de Spínola (apenas visible a la izquierda) no estaba en uso ya en 1625, por lo que debe considerarse como un anacronismo. Justino de Nassau, al contrario de como lo retrató Velázquez, probablemente era calvo en 1625, según un retrato del mismo año; esta vez sigo la realidad histórica. Lo mismo para la colina, en la que sucede la pintura de Velázquez, una licencia artística para mostrar una panorámica de Breda sitiada. Esa colina nunca existió.

Así acabó el sitio de Breda, pero la guerra en Flandes continuó… y una nueva guerra en Alemania estaba a punto de comenzar.

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