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domingo, 26 de junio de 2022

Los almorávides

 

LOS ALMORÁVIDES (1086-1147)

 

Originalmente los almorávides eran un grupo de bereberes que se establecieron en el siglo XI en una isla situada en la desembocadura del río Senegal. Allí se retiraron para rezar e intentar vivir mejor su fe islámica. A esta actividad se unió la lucha contra los negros paganos que habitaban el Sudán (las tierras al sur del desierto del Sahara).

El éxito militar de los almorávides se debió a que preferían luchar como infantería armada con lanzas y grandes escudos de cuero. Al no poder huir con rapidez, si la lucha les iba mal, no les quedaba otra opción que aguantar en el campo de batalla y ganar, porque los jinetes enemigos los alancearían por la espalda en caso de que huyeran. Por el contrario, los ejércitos cristianos peninsulares y andalusíes estaban centrados en la caballería pesada, capaz de huir con velocidad al verse derrotados. Otra novedad que introdujeron los norteafricanos fue el uso de tambores para coordinar el movimiento de los soldados. Siguiendo la tradición árabe, las lanzas de los almorávides a veces estaban hechas de caña y otro rasgo característico de su aspecto era el uso del velo (litham) pues consideraban a la boca una parte impura del cuerpo, por eso también se les conocía como “los velados”.

Las victorias que consiguieron al sur del Sahara les dieron fama, y así se les pidió que intervinieran en los territorios del actual Marruecos, donde fundaron Marrakech en 1062.

Desde el final del califato omeya en el año 1031 al-Ándalus había estado dividió en reinos de taifas enfrentados entre sí, que para evitar ser saqueados o conquistados por los reinos y condados cristianos del norte debieron pagarles unas cantidades de dinero llamadas parias. El rey Alfonso VI[1] de León y Castilla acabó conquistando la ciudad de Toledo en el año 1085, lo que decidió a los reyes de taifas para pedir ayuda a los almorávides. Así lo cuenta en sus memorias el rey taifa de Granada Abd Allah ibn Buluggin:

“(…) Era la época en que el rey cristiano [Alfonso VI], tras de tomar Toledo [en el año 1085], se lanzaba sobre toda la Península y, después de haber dicho que se daba por contento con lo que le pagáramos tributo [parias], nos trataba con poca benignidad. Lo que quería era apoderarse de nuestras capitales; pero, lo mismo que había dominado Toledo por la progresiva debilidad de su soberano, así pretendía hacer con los demás territorios. Su línea de conducta no era, pues, sitiar ningún castillo ni perder tropas en ir contra una ciudad, a sabiendas de que era difícil tomarla y de que se le opondrían sus habitantes, contrarios a su religión; sino sacarle tributos año tras año[2] y tratarla duramente por todos los procedimientos violentos, hasta que, una vez reducida a la impotencia, cayese en sus manos, como había ocurrido con Toledo. La noticia de lo sucedido en esta ciudad tuvo en todo al-Ándalus una enorme repercusión, llenó de espanto a los andalusíes y les quitó la menor esperanza de poder seguir habitando en la Península.”

Los reyes de taifas no estaban seguros de poder conservar su poder si los almorávides pasaban a la península ibérica, pero preferían un gobernante musulmán a otro cristiano como aparece en este diálogo entre al-Mutamid[3], el rey taifa de Sevilla, y su hijo al-Rasid:

“Al-Rasid: Padre, ¿vas a introducir contra nosotros, en nuestro al-Ándalus, a quien robe nuestro reino?

Al-Mutamid: ¡Por Dios, que no ha de decirse de mí jamás que yo convertí al-Ándalus en morada de infieles… prefiero cuidar camellos [en África] que cerdos [en Castilla]!.”

Finalmente al-Mutamid pidió socorro al emir almorávid, según la crónica al-Hulal al-mawsiyya (Crónica árabe de las dinastías almorávid, almohade y benimerín):

“A su majestad el imán[4] y emir de los musulmanes, campeón[5] de la Fe, vivificador[6] de la llamada califal, Yusuf ibn Tasfin[7]… Escribe el confiado en la generosidad de su poder, desde Sevilla… aquí estamos, árabes de este al-Ándalus, con nuestras cabilas[8] deshechas, desbaratada[9] nuestra unión… nos ha dominado este vil enemigo, el maldito Alfonso [VI], ha caído sobre nosotros con su ejército y nos pisotea, cautiva[10] a los musulmanes, coge territorio, castillos y fortalezas. Ninguno de nosotros, gentes de este al-Ándalus, tiene fuerza para ayudar a su vecino o a su compañero… Pero tú, Dios te ayude, eres el emir del Magreb[11] y a ti acudo… implorando de tu piedad que acudáis a realizar la yihad [guerra santa] contra este enemigo infiel, vivificando la Ley del Islam defendiendo la religión del Profeta [Mahoma].”

Yusuf ibn Tasfin atendió a la llamada de los reyes de taifas y cruzó el Estrecho de Gibraltar en el año 1086. En ese mismo año se enfrentó a Alfonso VI en Sagrajas (batalla de Zalaca) y lo derrotó. Tras derrotar a los soberanos cristianos los almorávides se apoderaron de todo al-Ándalus. Su gobierno supuso la detención del avance de los reinos cristianos del norte. La actitud de los almorávides frente a mozárabes y judíos andalusíes fue de persecución, por eso gran cantidad de mozárabes y judíos emigraron a los reinos de Castilla y León, Aragón…

 

Descripción de la batalla de Zalaca en la Historia de al-Ándalus de Ibn Al-Kardabus:

“Mientras, el emir de los musulmanes marchó hacia Badajoz, en dirección a Toledo, para encontrar a Alfonso con unos ejércitos en los que los ojos de los aliados [los reyes de taifas andalusíes] se alegraban. Ambos se encontraron cerca de Badajoz, en un lugar que se llama Zallaqa [Zalaca].

Había entre los dos campamentos cuatro kilómetros y medio [de distancia]. [Allí] ambos se enviaron recíprocamente mensajes [sobre] cuándo sería el encuentro en el que correría la sangre. El Maldito [Alfonso VI] dijo: “Hoy es jueves, el viernes es vuestra fiesta y el domingo es la nuestra, sea, pues, el encuentro entre nosotros, el día de sábado”. El emir de los creyentes[12] respondió: ”De esa manera, si Dios quiere, será.” El Maldito, empero, había ideado aquel ardid [trampa] tramando una traición.

El emir de los musulmanes puso su real [campamento] frente al enemigo, en tanto que Ibn Abbad [el rey taifa de Sevilla] y los reyes de taifas de al-Ándalus acamparon detrás de él. Entonces Ibn Abbad alzó el astrolabio[13] y observó el horóscopo del real [campamento] del emir de los musulmanes y dijo: “Ese es un aposentamiento funesto”. Como consecuencia, cuando fue la noche del viernes, el emir de los musulmanes levantó el campo y acampó entre dos montañas. Al-Mutamid tomó entonces el horóscopo del [nuevo] aposentamiento en que estaba él [Yusuf] y dijo: “Jamás he visto [un sitio] más propicio que ese lugar de acampamiento al que él ha bajado.”

Cuando fue el alba de la noche del viernes, el Maldito envió delante sus escuadrones[14], reunió alrededor suyo los flancos [de su ejército] y se dirigió en dirección del campamento de Al-Mutamid y de los reyes de taifas de al-Ándalus –porque creía que era el campamento del emir de los musulmanes- y aquéllos no se dieron cuenta de ello sino cuando sus espadas [las de los cristianos] entraron en sus cuellos y sus lanzas bebieron en su sangre, entonces la gente emprendió la huida a modo de las cabras montesas por aquellas montañas y llanura. Al-Mutamid como el león pardo, sin embargo, los detuvo y los acorneó con las astas en una lucha a cornadas, manteniéndose firme con la imperturbabilidad y la solidez de la alta montaña, hasta que se cubrió de heridas.

Los cristianos fueron detrás de los musulmanes fugitivos, veintisiete kilómetros por aquella llanura, matando, cautivando y saqueando.

Después que el emir de los musulmanes fue informado de la derrota de los reyes de taifas dijo: “Dejadlos que perezcan un poco [los reyes de taifas], pues ambos grupos [los taifas y los cristianos] forman parte de los enemigos.” Y cuando estuvo seguro que la mayoría de ellos habían sido muertos o hechos prisioneros, pensó que ya había llegado el momento de hacer presa en el enemigo, puesto que [éste] se hallaba distanciado de su campamento. Entonces se puso en marcha y dirigiéndose con su ejército al real del enemigo se apoderó de él, los destruyó por completo y lo saqueó; en él mató a unos diez mil, entre infantes y caballeros, y no quedaron de ellos más que esforzados varones [hombres valientes] alanceados. Luego se fue tras las huellas de Alfonso –pues ya la mayor parte del ejército [castellano-leonés] se había separado de él en persecución del Islam [de los musulmanes en fuga]- y pusieron [los almorávides] las espadas en sus espaldas y las lanzas en sus gargantas; entonces [los cristianos] fueron derrotados y huyeron fugitivos, expulsados, escondidos y rechazados.

Mientras, el Maldito se refugió en una montaña inaccesible con unos trescientos caballeros de sus hombres, que había reunido de los [más] valientes de sus guerreros, entre sesenta mil. Y cuando lo envolvió la noche y estuvo a salvo de que lo siguiese la caballería [musulmana], realizó subrepticiamente la escapada de la liebre delante del perro de caza, alcanzando Toledo derrotado, triste y herido…

[…]

Los musulmanes se apresuraron a cortar las cabezas de los politeístas[15] y construyeron con ellas [torres] como los alminares [que hay] en los patios de las aljamas, y desde lo más alto de ellos [de las pilas de cabezas decapitadas] los almuédanos tres días llevaron a cabo la llamada a la oración. Volviendo después al campamento todos aquellos musulmanes que habían salido ilesos.

Fue esta incomparable derrota [de los cristianos] el viernes diez de rayaba del año 481[16], con ella la garganta de la Península respiró aliviada y por su causa se afirmaron [fortalecieron] muchas regiones.”

 

La conquista de las taifas

En esta escena vemos a un grupo de almorávides capturando a un noble andalusí. Mientras ellos van a pie y sin armadura (salvo un chaleco acolchado) aquel combate a caballo y lleva una loriga o cota de malla (aunque ésta esté oculta por una túnica como era costumbre entre los musulmanes, ¿tal vez para evitar que la loriga se calentase demasiado por el Sol?).

El caballero andalusí lleva un casco con protector facial que es el paso intermedio entre el casco cónico y el yelmo o casco totalmente cerrado propio de los cristianos en el siglo XIII, esto es una muestra más de lo mucho que compartían los habitantes de la península sin importar su religión ni el reino al que pertenecían.

La captura de prisioneros para liberarlos a cambio de un rescate fue una costumbre durante toda la Edad Media, pero en el caso de los almorávides estos sólo hacían prisioneros cuando combatían contra otros musulmanes, cuando lo hacían contra infieles no daban cuartel (muerte del heredero de Alfonso VI en la batalla de Uclés) y solían levantar montones de cabezas decapitadas tras el combate.

 

Tras la victoria en Zalaca los almorávides lograron un gran prestigio entre los andalusíes que les permitió quitar el trono a la mayoría de los reyes de taifas, que en algún caso acabaron exiliados fuera de al-Ándalus, como lamenta este poema de Ibn al-Labbana, poeta cortesano de al-Mutamid:

Lloraba “el Álcazar[17] bendito”,

Mientras al-Mutamid partía en exilio.

Lloraba, por irse con gacelas y leones.

Lloraba el “Alcázar de las Pléyades[18]”,

¡Si Dios conservara sus fulgores…!

Sollozan los alcázares “Único” y “Brillante”,

Mientras el Guadalquivir y el Aljarafe

Soportan aquella patente [evidente] ignominia [vergüenza].

 

1.     ¿De qué taifa era rey al-Mutamid?

2.     ¿De qué taifa era rey Abd Allah?

3.     ¿Qué ciudad fundó Yusuf ibn Tasfin?

4.     ¿En qué año Alfonso VI conquistó Toledo? ¿Cuándo y dónde vencieron los almorávides a Alfonso VI por primera vez? ¿Por qué están relacionados ambos acontecimientos?

5.     Sabiendo lo que significa Magreb en árabe, explica porque le pusieron ese nombre a la región. Para ayudarte consulta el mapa que tienes del califato musulmán en el siglo VIII.

6.     ¿Dónde estuvo exiliado[19] al-Mutamid?

7.     ¿Cuál es el nombre que los musulmanes dan a la guerra santa?

8.     “Nuestras cabilas deshechas, desbaratada nuestra unión.” ¿A qué momento de la historia de al-Ándalus se refiere al-Mutamid?

9.     ¿Cerca de cuál ciudad sucedió la batalla de Zalaca?

10. ¿Qué otro nombre recibían los almorávides? ¿Por qué?

11. ¿Qué día de la semana acordaron Alfonso VI y Yusuf Ibn Tasfin enfrentarse en batalla?

12. ¿La noche de qué día Yusuf Ibn Tasfin cambió su campamento de sitio?

13. ¿Quién era el emir de los musulmanes mencionado en el relato de la batalla?

14. ¿En qué consistió la treta/engaño/ardid/emboscada/estratagema de Alfonso VI?

15. ¿Qué rey taifa andalusí detuvo el ataque por sorpresa de la caballería castellano-leonesa de Alfonso VI? ¿Con qué dos animales lo compara el autor de la crónica?

16. ¿Cuánta distancia persiguió la caballería de Alfonso VI a los musulmanes fugitivos?

17. ¿Qué otro nombre recibe la batalla de Sagrajas?

18. ¿Con cuántos caballeros huyó Alfonso VI de la batalla de Sagrajas? ¿A cuál ciudad se dirigió?

19. ¿Qué hicieron los musulmanes con las cabezas decapitadas de los cristianos?

 

MAPA DE LOS REINOS DE TAIFAS

ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ALMORÁVIDES

 

a)     Colorea con cera o lápiz amarillo el reino de León y Castilla.

b)     Colorea con cera o lápiz azul claro el reino de Pamplona.

c)      Colorea con cera o lápiz naranja el reino de Aragón.

d)     Colorea con cera o lápiz azul oscuro el reino de Francia.

e)     Los territorios despoblados no se colorean.

f)       Colorea de un color distinto que tú elijas cada uno de los reinos taifas, cuidando de que no haya ningún estado peninsular contiguo que tenga el mismo color.

g)     ¿Cuáles eran los reinos de taifas gobernados por dinastías de origen muladí? Escríbelos en orden alfabético.

h)     ¿Cuáles eran los reinos de taifas gobernados por dinastías de origen bereber? Anótalos en orden alfabético.

i)       ¿Cuáles eran los reinos de taifas gobernados por dinastías de origen eslavón (antiguos soldados-esclavos de los califas de Córdoba que tras el fin del califato crearon sus propios reinos –taifas-)? Colócalos en orden alfabético.

j)       ¿Cuáles eran los reinos de taifas más grandes? ¿Por qué?

 

IMÁGENES

Guerrero almorávid de infantería

Jinete andalusí derribado por almorávides WARHAMMER

Saqueo del campamento cristiano en Sagrajas Warhammer

Cabezas decapitadas



[1] Alfonso VI (1040-1109), rey de León, luego también de Castilla, y más tarde de Galicia. Conquistó Toledo en 1085, pero fue derrotado por los almorávides en Sagrajas o Zalaca en 1086.

[2] El propio Abd Allah de Granada debía pagar 10.000 meticales (monedas de oro que pesaban cuatro gramos cada una) al año a Alfonso VI.

[3] Mu’tamid, Muhammad ibn Abbas al- (1040-1095), rey de la taifa de Sevilla. Fue deportado [desterrado] por los almorávides a Marruecos donde murió.

 

[4] Imán (del árabe imám, jefe, imán): Jefe religioso musulmán.

[5] Campeón: defensor esforzado de una causa o doctrina.

[6] Vivificador: que da vida, nueva fuerza y vigor.

[7] Yusuf ibn Tasfin, muerto en 1106. Soberano almorávid desde 1061. Fundó Marrakech, derrotó a Alfonso VI. Destronó [derribó] a los reyes de taifas y conquistó Málaga, Granada, Sevilla, Badajoz y Valencia.

[8] Cabila (del árabe qabila, tribu): tribu de beduinos o beréberes.

[9] Desbaratar: deshacer o estropear algo.

[10] Cautivar: aprisionar al enemigo en la guerra.

[11] Magreb (en árabe Marhrib o Maghrib, “poniente”): conjunto de países del noroeste de África (Marruecos, Argelia y Túnez).

[12] Los emires almorávides no usaron el título de emir de los creyentes, pues este título era propio de los califas, sino el de emir de los musulmanes; por tanto, el darle el primer título se debe a un error del autor o al de un copista.

El título de Amir al-Muslimin wa Nasir al-Din (emir de los musulmanes y defensor de la religión) fue adoptado por Yusuf ibn Tasfin tras la victoria de Zalaca, dicho título sería legitimado por el califa abasí al-Mustazhir dos años más tarde.

[13] El astrolabio es un instrumento que permite determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste.

[14] El autor musulmán del texto habló antes de la treta/estratagema/trampa/engaño de Alfonso VI porque acordó con el emir almorávide luchar el viernes, pero en vez de esperar a que su enemigo se preparara el rey de León y Castilla lanzó al amanecer un ataque por sorpresa con su caballería.

[15] Los musulmanes medievales llamaban a los cristianos politeístas debido a la gran cantidad de santos y vírgenes que adoraban, en contraposición al dios único musulmán que no podía representarse de ninguna manera.

[16] Esta fecha es incorrecta. El encuentro tuvo lugar el viernes 12 de rayab del año 479 (23 de octubre de 1086).

[17] Alcázar (del árabe qasr): recinto fortificado construido en un lugar estratégico para seguridad y defensa de los soberanos o del gobernador de una ciudad.

[18] Pléyades: Estrellas de la constelación de Orión.

[19] Exiliar: expulsar a alguien de su país.

miércoles, 1 de junio de 2022

Fuentes históricas sobre la batalla de Covadonga

Crónica de Alfonso III (versión rotense), escrita originalmente en latín

 

Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva, y el ejército de Alqama llegó hasta él [en el año 722] y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva.

El predicho obispo subió a un montículo situado ante la cueva de la Señora y habló así a Pelayo: "Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?".

 

El interpelado se asomó a una ventana y respondió: "Aquí estoy".

 

El obispo dijo entonces: "Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda Hispania unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas. ¿Podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: cambia de decisión, y gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos".

 

Pelayo respondió entonces: “¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la Iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?”.

El obispo contestó: “Verdaderamente, así está escrito”.

Pelayo dijo: "Cristo es nuestra esperanza; que por este pequeño montículo que ves sea Hispania salvada y reparado el ejército de los godos. Confío en que se cumplirá en nosotros la promesa del Señor, porque David ha dicho: “¡Castigaré con mi vara sus iniquidades y con azotes sus pecados, pero no les faltará mi misericordia!". Así pues, confiando en la misericordia de Jesucristo, desprecio esa multitud [de enemigos] y no temo el combate con que nos amenazas. Tenemos por abogado cerca del Padre a Nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos”.

 

El obispo, vuelto entonces al ejército [musulmán], dijo: "Acercaos y pelead. Ya habéis oído cómo me ha respondido; a lo que adivino de su intención, no tendréis paz con él, sino por la venganza de la espada".

 

Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificiencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Santa Virgen María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos.

 

Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividieron en dos sus destacamentos, y allí mismo fue al punto muerto Alcaman y apresado el obispo Oppas. En el mismo lugar murieron ciento veinticinco mil caldeos.

 

Los sesenta y tres mil restantes subieron a la cumbre del monte Auseva y por el lugar llamado Amuesa descendieron a la Liébana. Pero ni éstos escaparon a la venganza del Señor; cuando atravesaban la cima del monte que está a orillas del río llamado Deva, junto al predio de Cosgaya, se cumplió el juicio del Señor: el monte, desgajándose de sus cimientos, arrojó al río de los sesenta y tres mil caldeos y los aplastó a todos.

 

 

 

Batalla de Covadonga según al-Razi. Comentario de Texto Nath al-tib, (Historia de Al-Ándalus) por  al-Maqqari.

 

Nafh al-tib de Al-Maqqari

 

"Cuentan algunos historiadores que el primero que reunió a los fugitivos cristianos de España, después de haberse apoderado de ella los árabes, fue un infiel llamado Pelayo, natural de Asturias, en Galicia, al cual tuvieron los árabes como rehén para seguridad de la gente de aquel país, y huyó de Córdoba en tiempo de Al-Hurr ibn/ben Abd al-Rahman al-Thaqafi/al-Taqafi, segundo de los emires árabes de España, en el año sexto después de la conquista, que fue el 98 de la Hégira [716-717]. Sublevó a los cristianos contra el lugarteniente de Al-Hurr, le ahuyentaron "y se hicieron dueños del país, en el que permanecieron reinando, ascendiendo a veintidós el número de los reyes suyos que hubo hasta la muerte de Abd al-Rahman III”.

 

Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa Ibn/ben Suhaim/Suhayn Al-Qalbi/al-Kalbí, se levantó en tierra de Galicia [la antigua provincia romana de Gallaecia] un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos en Al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país hasta llegar a Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con trescientos hombres.

 

Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían qué comer sino la miel que tomaban de la dejada por las abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo: "Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?". En el año 133 [del calendario musulmán, que comienza con la Hégira] murió Pelayo y reinó su hijo Fávila/Fáfila. El reinado de Pelayo duró diecinueve años, y el de su hijo dos. Después de ambos reinó Alfonso, hijo de Pedro, abuelo de los Banu Alfonso, que consiguieron prolongar su reino hasta hoy y se apoderaron de lo que los musulmanes les habían tomado."


1.   La Crónica de Alfonso III es un texto escrito en latín durante el reinado de ese rey (del 866 al 910) y narra acontecimientos históricos que abarcan del año 672 al año 866.

2.   El texto se refiere a Oppas, hermano del rey visigodo Vitiza que lo nombró obispo de Sevilla. Tras la subida al trono de Rodrigo ayudó a sus sobrinos a luchar contra el rey. Tras la batalla de Guadalete llegó a un acuerdo con los musulmanes de Tariq.

3.   Cova Dominica (Cueva de la Señora –de la Virgen-) es el nombre latino de Covadonga.

4.   Ismaelitas fue uno de los nombres que los autores cristianos medievales usaban para designar a los musulmanes. El nombre deriva de Ismael. Su padre, Abraham, es visto como origen de las religiones judía, cristiana y musulmana. Sin embargo los judíos y los cristianos se creen descendientes de Isaac, el segundo hijo de Abraham.

5.   Caldeos fue otro de los nombres que los autores cristianos medievales usaban para referirse a los musulmanes. Deriva de Caldea, una región de Oriente de la que procedía Abraham según la Biblia.

6.   El David del texto es el rey David de la Biblia. En esta referencia se nota que el autor de la crónica es un eclesiástico.

7.   Fundíbulo (del latín fundibulum): Máquina de guerra de madera, que servía antiguamente para disparar piedras de gran peso.

8.   Los musulmanes y los cristianos medievales se llamaban unos a otros infieles porque ambos creían que su religión era la única verdadera.

9.   El historiador musulmán cuando habla de Galicia se refiere a la antigua Gallaecia romana.

10.      Al Hurr fue el tercer gobernador (valí) de al-Andalus de 716 a 719. Trasladó la capital de Sevilla a Córdoba.

11.      Abd al-Rahman III fue califa de Córdoba del 912 al 961.

12.      Anbasa Ibn Suhayn Al-Kalbí fue el sexto valí (gobernador) de al-Andalus (del 721 al 726). Su apellido Al-Kalbí indica que pertenecía a una tribu árabe de origen kalbí, es decir yemení.

13.      Los musulmanes decían que los cristianos eran politeístas, es decir que adoraban a varios dioses. Esto se debía al culto que los cristianos daban a los santos y a la Virgen.

14.      Fáfila fue rey del año 737 al año 739, estableció la corte de su reino en Cangas de Onís. Su hermana se había casado con Pedro, duque de Cantabria, y su hijo Alfonso I fue elegido rey a la muerte de su tío, reinando del 739 al 757.

15.      Banu Alfonso es el nombre árabe de la dinastía que desciende de Alfonso I.



Dos versiones de la batalla de Covadonga (718 o 722)

 

Crónica de Alfonso III[1] (versión rotense), escrita originalmente en latín.

 

“Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva, y el ejército de Alqama llegó hasta él [en el año 722] y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva.

El predicho obispo[2] subió a un montículo situado ante la cueva de la Señora[3] y habló así a Pelayo: "Pelayo, Pelayo, ¿dónde estás?".

El interpelado se asomó a una ventana y respondió: "Aquí estoy".

El obispo dijo entonces: "Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda Hispania unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas[4]. ¿Podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: cambia de decisión, y gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos[5]".

Pelayo respondió entonces: “¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la Iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?”.

El obispo contestó: “Verdaderamente, así está escrito”.

Pelayo dijo: "Cristo es nuestra esperanza; que por este pequeño montículo que ves sea Hispania salvada y reparado el ejército de los godos. Confío en que se cumplirá en nosotros la promesa del Señor, porque David[6] ha dicho: “¡Castigaré con mi vara sus iniquidades y con azotes sus pecados, pero no les faltará mi misericordia!". Así pues, confiando en la misericordia de Jesucristo, desprecio esa multitud [de enemigos] y no temo el combate con que nos amenazas. Tenemos por abogado cerca del Padre a Nuestro Señor Jesucristo, que puede librarnos de estos paganos”.

El obispo, vuelto entonces al ejército [musulmán], dijo: "Acercaos y pelead. Ya habéis oído cómo me ha respondido; a lo que adivino de su intención, no tendréis paz con él, sino por la venganza de la espada".

Alqama mandó entonces comenzar el combate, y los soldados tomaron las armas. Se levantaron los fundíbulos[7], se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas. Pero al punto se mostraron las magnificiencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Santa Virgen María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos.

Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la palma de la victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividieron en dos sus destacamentos, y allí mismo fue al punto muerto Alcaman y apresado el obispo Oppas. En el mismo lugar murieron ciento veinticinco mil caldeos.

Los sesenta y tres mil restantes subieron a la cumbre del monte Auseva y por el lugar llamado Amuesa descendieron a la Liébana. Pero ni éstos escaparon a la venganza del Señor; cuando atravesaban la cima del monte que está a orillas del río llamado Deva, junto al predio de Cosgaya, se cumplió el juicio del Señor: el monte, desgajándose de sus cimientos, arrojó al río de los sesenta y tres mil caldeos y los aplastó a todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Batalla de Covadonga según al-Razi, texto recopilado por al-Maqqari en el Nafh al-tib, libro que recogía textos literarios e históricos de al-Ándalus, redactado a caballo de los siglos XVI y XVII.

 

"Cuentan algunos historiadores que el primero que reunió a los fugitivos cristianos de España, después de haberse apoderado de ella los árabes, fue un infiel[8] llamado Pelayo, natural de Asturias, en Galicia[9], al cual tuvieron los árabes como rehén para seguridad de la gente de aquel país, y huyó de Córdoba en tiempo de Al-Hurr[10] ibn/ben Abd al-Rahman al-Thaqafi/al-Taqafi, segundo de los emires árabes de España, en el año sexto después de la conquista, que fue el 98 de la Hégira [716-717]. Sublevó a los cristianos contra el lugarteniente de Al-Hurr, le ahuyentaron "y se hicieron dueños del país, en el que permanecieron reinando, ascendiendo a veintidós el número de los reyes suyos que hubo hasta la muerte de Abd al-Rahman III[11]”.

Dice Isa ben Ahmad al-Razi que en tiempos de Anbasa Ibn/ben Suhaim/Suhayn Al-Qalbi/al-Kalbí[12], se levantó en tierra de Galicia [la antigua provincia romana de Gallaecia] un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos en Al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islamitas, luchando contra los politeístas[13] y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país hasta llegar a Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con trescientos hombres.

Los soldados no cesaron de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían qué comer sino la miel que tomaban de la dejada por las abejas en las hendiduras de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo: "Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?". En el año 133 [del calendario musulmán, que comienza con la Hégira] murió Pelayo y reinó su hijo Fávila/Fáfila[14]. El reinado de Pelayo duró diecinueve años, y el de su hijo dos. Después de ambos reinó Alfonso, hijo de Pedro, abuelo de los Banu Alfonso[15], que consiguieron prolongar su reino hasta hoy y se apoderaron de lo que los musulmanes les habían tomado."





[1] La Crónica de Alfonso III es un texto escrito en latín durante el reinado de ese rey (del 866 al 910) y narra acontecimientos históricos que abarcan del año 672 al año 866.

[2] El texto se refiere a Oppas, hermano del rey visigodo Vitiza que lo nombró obispo de Sevilla. Tras la subida al trono de Rodrigo ayudó a sus sobrinos a luchar contra el rey. Tras la batalla de Guadalete llegó a un acuerdo con los musulmanes de Tariq.

[3] Cova Dominica (Cueva de la Señora –de la Virgen-) es el nombre latino de Covadonga.

[4] Ismaelitas fue uno de los nombres que los autores cristianos medievales usaban para designar a los musulmanes. El nombre deriva de Ismael. Su padre, Abraham, es visto como origen de las religiones judía, cristiana y musulmana. Sin embargo los judíos y los cristianos se creen descendientes de Isaac, el segundo hijo de Abraham.

[5] Caldeos fue otro de los nombres que los autores cristianos medievales usaban para referirse a los musulmanes. Deriva de Caldea, una región de Oriente de la que procedía Abraham según la Biblia.

[6] El David del texto es el rey David de la Biblia. En esta referencia se nota que el autor de la crónica es un eclesiástico.

[7] Fundíbulo (del latín fundibulum): Máquina de guerra de madera, que servía antiguamente para disparar piedras de gran peso.

[8] Los musulmanes y los cristianos medievales se llamaban unos a otros infieles porque ambos creían que su religión era la única verdadera.

[9] El historiador musulmán cuando habla de Galicia se refiere a la antigua Gallaecia romana.

[10] Al Hurr fue el tercer gobernador (valí) de al-Andalus de 716 a 719. Trasladó la capital de Sevilla a Córdoba.

[11] Abd al-Rahman III fue califa de Córdoba del 912 al 961.

[12]  Anbasa Ibn Suhayn Al-Kalbí fue el sexto valí (gobernador) de al-Andalus (del 721 al 726). Su apellido Al-Kalbí indica que pertenecía a una tribu árabe de origen kalbí, es decir yemení.

[13] Los musulmanes decían que los cristianos eran politeístas, es decir que adoraban a varios dioses. Esto se debía al culto que los cristianos daban a los santos y a la Virgen.

[14] Fáfila fue rey del año 737 al año 739, estableció la corte de su reino en Cangas de Onís. Su hermana se había casado con Pedro, duque de Cantabria, y su hijo Alfonso I fue elegido rey a la muerte de su tío, reinando del 739 al 757.

[15] Banu Alfonso es el nombre árabe de la dinastía que desciende de Alfonso I.