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viernes, 5 de febrero de 2021

índice de democracia

 https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Dndice_de_democracia

Nivel de estudios en España. Censo de 2011, actualizado hace tres años.

https://www.epdata.es/datos/datos-graficos-estadisticas-municipio/52/fuentes-andalucia/3298


https://opendata.esri.es/datasets/6e71f495ceed44aabae4707e66c73aeb_0?geometry=-7.572%2C37.115%2C-3.866%2C37.878

 

FUENTES DE ANDALUCÍA

Población total     7280

Personas analfabetas 205

Personas sin estudios 1325

Personas con estudios de primer grado 1295

Personas con estudios de segundo grado     2670

Personas con estudios de tercer grado  615

Personas sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       1170

Hombres analfabetos 50

Mujeres analfabetas   155

Hombres sin estudios 575

Mujeres sin estudios   755

Hombres con estudios de primer grado 785

Mujeres con estudios de primer grado   510

Hombres con estudios de segundo grado     1455

Mujeres con estudios de segundo grado       1205

Hombres con estudios de tercer grado  230

Mujeres con estudios de tercer grado    385

Hombres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       520

Mujeres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       650

 

ELORRIO, provincia de Vizcaya, misma población que Fuentes de Andalucía

 

Población total     7185

Personas analfabetas 60

Personas sin estudios 430

Personas con estudios de primer grado 945

Personas con estudios de segundo grado     3365

Personas con estudios de tercer grado  1220

Personas sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       1165

Hombres analfabetos 40

Mujeres analfabetas   15

Hombres sin estudios 160

Mujeres sin estudios   275

Hombres con estudios de primer grado 435

Mujeres con estudios de primer grado   505

Hombres con estudios de segundo grado     1865

Mujeres con estudios de segundo grado       1510

Hombres con estudios de tercer grado  460

Mujeres con estudios de tercer grado    760

Hombres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       595

Mujeres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       570

 

PILOÑA, Asturias, misma población que Fuentes de Andalucía

Población total     7710

Personas analfabetas 100

Personas sin estudios 260

Personas con estudios de primer grado 880

Personas con estudios de segundo grado     3895

Personas con estudios de tercer grado  680

Personas sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       515

Hombres analfabetos 35

Mujeres analfabetas   25

Hombres sin estudios 90

Mujeres sin estudios   145

Hombres con estudios de primer grado 280

Mujeres con estudios de primer grado   540

Hombres con estudios de segundo grado     1585

Mujeres con estudios de segundo grado       1580

Hombres con estudios de tercer grado  395

Mujeres con estudios de tercer grado    260

Hombres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       95

Mujeres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       230

 

CARBAJOSA DE LA SAGRADA, provincia de Salamanca

Población total     6465

Personas analfabetas 5

Personas sin estudios 60

Personas con estudios de primer grado 420

Personas con estudios de segundo grado     2575

Personas con estudios de tercer grado  1630

Personas sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       1790

Hombres analfabetos 5

Mujeres analfabetas   0

Hombres sin estudios 25

Mujeres sin estudios   35

Hombres con estudios de primer grado 220

Mujeres con estudios de primer grado   200

Hombres con estudios de segundo grado     1365

Mujeres con estudios de segundo grado       1200

Hombres con estudios de tercer grado  740

Mujeres con estudios de tercer grado    890

Hombres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       950

Mujeres sin información sobre su nivel de estudios (menores de 16 años)       840

jueves, 26 de diciembre de 2019

El futuro de nuestros jóvenes

https://www.youtube.com/watch?time_continue=328&v=fX1CFsaCcW8&feature=emb_logo


https://www.youtube.com/watch?v=3kTwKFZEwg0

https://www.ine.es/jaxi/Tabla.htm?path=/t20/e245/p08/l0/&file=02002.px

https://public.tableau.com/views/Estudiantes_EEU/Infografia?%3AshowVizHome=no&%3Aembed=true#6

https://es.statista.com/estadisticas/479374/alumnos-matriculados-en-universidades-en-espana/

marvelous mrs maisiel

mandalorian

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2019/12/26/futuro-jovenes/1135070.html

El futuro de nuestros jóvenes

26.12.2019 | 05:00

Hablé con la muchacha sentada a mi lado en un vuelo de Berlín a Madrid. Parecía angustiada y decidí romper el hielo, rompiendo al mismo tiempo con la costumbre, cada vez más extendida, de no cruzar una palabra con el pasajero que tienes a tu lado.

Recordarán muchos cuando existía todavía la tercera clase en los trenes españoles cómo, nada más sentarse los pasajeros en el compartimento, se entablaba entre ellos conversación.


Era antes de que se existiesen los teléfonos móviles, que parece que no permiten, y no hablo ya sólo de los más jóvenes, apartar la mirada de la pantalla y enterarse de lo que sucede a su alrededor.

Me contó la joven compañera de vuelo que iba a Galicia para estar al lado de su padre enfermo y que había decidido abandonar el trabajo que tenía en una guardería de la capital alemana, donde hablaba en español a niños de distintas nacionalidades mientras otra maestra, alemana, se dirigía a ellos en el idioma de Goethe.

Había en Berlín, según me explicó, varias «kitas», como se conoce popularmente en Alemania a las guarderías, en las que se utilizaban esos dos idiomas, y ella había comenzado hacía dos años a trabajar en una de ellas sin apenas conocer la otra lengua.

Mientras tanto había avanzado en el conocimiento del alemán y estaba segura de encontrar de nuevo trabajo en algún otro centro de Berlín o cualquier otra ciudad de ese país en cuanto el estado de salud de su padre, que vivía solo, le permitiese volver a salir de España.
Me contó la joven compañera de vuelo que iba a Galicia para estar al lado de su padre enfermo y que había decidido abandonar el trabajo que tenía en una guardería de la capital alemana, donde hablaba en español a niños de distintas nacionalidades mientras otra maestra, alemana, se dirigía a ellos en el idioma de Goethe.
Había en Berlín, según me explicó, varias «kitas», como se conoce popularmente en Alemania a las guarderías, en las que se utilizaban esos dos idiomas, y ella había comenzado hacía dos años a trabajar en una de ellas sin apenas conocer la otra lengua.
Mientras tanto había avanzado en el conocimiento del alemán y estaba segura de encontrar de nuevo trabajo en algún otro centro de Berlín o cualquier otra ciudad de ese país en cuanto el estado de salud de su padre, que vivía solo, le permitiese volver a salir de España.
Me explicó lo fácil que le había resultado encontrar trabajo en Alemania tras una breve etapa en la vecina Austria en contraste con las dificultades de todo tipo en España y una cosa que destacó, y que yo había oído ya antes, es que, a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, en la mayoría de los europeos, las empresas responden siempre a las solicitudes de empleo que se les dirigen.
Responden positiva o negativamente, según los casos, pero dando siempre las gracias por el interés del solicitante, sin que ocurra como tantas veces en España, donde el joven que busca trabajo se queda sin saber si se recibió siquiera su solicitud porque muchas empresas ni siquiera tienen esa mínima cortesía.
Me habló también de los jóvenes que había encontrado trabajando en distintas profesiones en la capital alemana y de tantos amigos que tenía en Galicia y que, con casi treinta años, estaban en el paro sin poder salir de la casa de sus padres.
La precariedad laboral y los salarios de miseria que cobran muchas veces como falsos autónomos no permiten eso que se llama un proyecto de vida, formar una familia, y a muchos universitarios no les queda más remedio que liar el petate e ir a cualquier otro país, que se aprovechará de su formación, pagada con nuestros impuestos.
Luego se hablará de las bajas tasas de natalidad, de la imposibilidad de sostener el actual sistema de pensiones sin abrir las puertas a la inmigración, y los partidos de derechas seguirán haciendo lo que mejor saben: pescar en río revuelto.

Tras aterrizar en Madrid, le deseé suerte a mi acompañante y rápida recuperación a su padre para que pudiera ella regresar cuanto antes a Alemania, donde estaba segura de encontrar rápidamente trabajo, sobre todo ahora que había profundizado en el aprendizaje del otro idioma


jueves, 14 de noviembre de 2019

jueves, 23 de junio de 2016

material HIstoria del Mundo Contemporáneo

 dATOS PARA EL TEXTO SACADOS DE MANUALES HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORANEA EXCEPTO DATOS CHINA E INDIA SACADOS DE POPULSTAT.INFO

La demografía en la Edad Moderna

La demografía es el estudio de la población, su cantidad y características. Durante la Edad Moderna (del siglo XVI al siglo XVIII) la cantidad de habitantes de un país estaba en relación directa con su riqueza y poder, pues en una sociedad anterior a la mecanización mucha población era mucha mano de obra disponible y mucha riqueza.
Antes del siglo XVIII toda la Humanidad se ajustaba al régimen demográfico antiguo caracterizado por una natalidad y una mortalidad elevadas.
Aunque la nobleza y la realeza solían realizar matrimonios tempranos, la mayoría de la población se casaba a los 25 o 30 años. Esto se debía a la existencia de la familia extensa. El trabajo (agrícola y artesanal) era tarea de la comunidad familiar formada por decenas de personas que incluía padres, hijos, abuelos, tíos, primos, yernos, nueras. Así que la edad en que alguien se independizaba de su familia para crear una propia solía ser elevada.
Aunque el matrimonio era tardío la experiencia solía repetirse pues eran comunes las viudas y, sobre todo, los viudos.
La fecundidad femenina se extendía desde los 25 hasta los 45 años aunque una mujer no podía dar a luz más de siete u ocho veces, a causa de la prolongación de la lactancia. Por ello la media de hijos nacidos por familia era de cuatro o cinco, aunque solo dos o tres alcanzaban la edad del matrimonio. De todos modos, a causa de la elevada natalidad, la mitad de la población eran menores de 18 años.
De cada cien niños nacidos el mismo año, 25 no cumplían un año, otros 25 morían antes de los 20 y sólo la mitad superaban esa edad. A causa de lo anterior la esperanza de vida al nacer era de 20 o 25 años. Un hombre o una mujer a los 45 o 50 años eran viejos.


 
Las causas de una mortalidad tan elevada eran una alimentación insuficiente, una higiene escasa y la presencia de todo tipo de enfermedades.
La población solía crecer con rapidez año a año hasta que se producía una crisis de subsistencia o estallaba una epidemia y aquella se hundía bruscamente.

En el siglo XVIII en Inglaterra y alguna otra región se produce la llamada transición demográfica, es decir el paso del régimen demográfico antiguo al régimen demogáfico moderno.
La esperanza de vida al nacer alcanza los 30 años, 40 para los burgueses, y aún más para las minorías dirigentes.
En el siglo XVIII en Europa la natalidad continuó siendo muy elevada pero empezó a descender la mortalidad. Esto último se debió a una mejora en la alimentación, lo que redujo las crisis de subsistencia ylas epidemias. La dieta de los europeos mejoró gracias a la introducción de las plantas americanas: la patata en Inglaterra, los estados alemanesi y Francia, y el maíz en España y los estados italianos.

La población creció en el siglo XVIII en Europa de 120 a 187 millones de habitantes, siendo los europeos un tercio de los habitantes del planeta. Aunque la mitad de la Humanidad vivía en China (295 millones de habitantes en 1800) e India (255 millones).

El crecimiento demográfico en el siglo XVIII aumentó la población europea e hizo necesario buscar soluciones para alimentar y ocupar a esas personas: se pusieron en cultivo nuevas tierras, se intensificó la emigración hacia América, se produjo éxodo rural, una parte de la mano de obra excedente se integró en el domestic system (en Bohemia -actual República Checa- 200.000 personas hilaban lino en sus casas).
Algunos ejemplos del crecimiento demográfico en el siglo XVIII (1701-1800) son Inglaterra, que pasó de 5'5 a 9 millones de habitantes, los estados italianos, que pasaron de 11'5 a 18, o Francia que pasó de 19 a 26.
iHablamos de estados alemanes y de estados italianos para el siglo XVIII porque, aunque existían los idiomas y culturas alemanes e italianos, no existían ambos países ya que su territorio estaba repartido entre decenas de estados.

población actual europa y países, ver densidad población desiertos-bandoleros

 

 Estadísticas enlaces

http://pitt.libguides.com/c.php?g=12439&p=66002

http://pitt.libguides.com/c.php?g=12439&p=66002

http://www.populstat.info/

 http://ocw.unican.es/ciencias-sociales-y-juridicas/historia-social/practicas-1/p1/evolucion-de-la-poblacion-en-europa

 http://www.clionomia.com/recursos-de-aprendizaje/demograf%C3%ADa/poblaci%C3%B3n-europea-de-1000-a-2000/

 http://cfacal.webs.uvigo.es/04cuadros.htm

 http://historiadelmediterraneosincomplejos.blogspot.com.es/2013/04/el-norte-de-africa-durante-el-siglo.html

 Santo temor al déficit

Llegan las elecciones y los partidos muestran un gran pavor ante la deuda pública

“Para el creyente, la salvación está en el santo temor de Dios; para todo ministro de Hacienda, la salvación está en el santo temor al déficit”. Corría una tarde de 1905 cuando el ministro de Hacienda y premio Nobel José Echegaray pronunció en el Parlamento esta frase, hoy más viva que cualquiera de sus dramas. Echegaray sintetizó en pocas palabras un corpus arraigado de doctrina económica: los Gobiernos de cualquier rincón del mundo consideraban entonces que el Estado debía ser pequeño, apenas intervenir en la sociedad y nunca gastar más de lo que recaudara.
Una gran depresión y dos guerras mundiales arrinconaron este paradigma, pues Europa occidental comprendió tras ellas que solo reduciendo la desigualdad social cabía reconstruir el continente y deslegitimar las ideologías revolucionarias —o contrarrevolucionarias— que habían llevado a la debacle. Así, la convicción de que el Estado podía mejorar la vida de los ciudadanos se hizo hegemónica en las décadas centrales del XX. Los Gobiernos perdieron aquel temor religioso al déficit e impulsaron un aumento del gasto en educación, sanidad e infraestructuras, destinado a redistribuir las rentas, financiado con crédito e impuestos. Así ocurrió en toda Europa occidental salvo en las dictaduras del sur. Aislada bajo el franquismo, España siguió presa de la fe en el equilibrio presupuestario: el Estado del bienestar no llegó hasta bien avanzada la democracia.
Toda una hazaña pues a esas alturas la revolución conservadora de los ochenta instauraba un nuevo paradigma global, un liberalismo radical, remozado, presto a desmantelar la expansión estatal aún a costa del bienestar ciudadano y ahíto de temor al sacrosanto déficit. Temor que impregna desde final del pasado siglo a las instituciones europeas, resueltas a aplicar a martillazos la ortodoxia presupuestaria.
Y en estas seguimos hoy. Llegan las elecciones y los partidos de la derecha conservadora, el centro liberal y la vieja socialdemocracia, como sus afines en Europa, muestran en sus programas el mismo pavor al déficit que describía Echegaray, mientras la nueva izquierda hace aspavientos de protesta frente al mandato europeo, carentes de credibilidad vista la experiencia de Grecia. Pero quién sabe: si hubo una época —no tan lejana— en que el fervor místico por el equilibrio presupuestario parecía una antigualla, quizás llegue algún día otra racha del mismo signo. Un tiempo secularizado en el que l



Democracia y autocracia

En España, la democracia consolidada es cosa reciente. Pero el orden político, no


Se celebró como el gran triunfo de la democracia: de los 36 Estados democráticos contabilizados en 1974 se había pasado, 20 años después, a 117. Y aún seguía la cuenta cuando alguien advirtió que a medida que aumentaba el número de democracias, crecía también el de Gobiernos elegidos que infringían la Constitución, violaban los derechos de los individuos y las minorías e invadían las funciones del legislativo y del judicial. Autocracias electivas se llamó el nuevo invento; en ellas, tras las grandes expectativas, la corrupción comenzó a campar por sus respetos, con Putin y Chávez en la avanzadilla de estos autócratas elegidos.
En España, la democracia consolidada es cosa reciente. Pero el orden político del que procede, pongamos desde los años cuarenta del siglo XIX, siempre estuvo asentado en redes familiares y clientelares que un profeta, Joaquín Costa, definió como oligarquía y caciquismo. Con eso, la Administración independiente, el imperio de la ley y la rendición de cuentas que caracterizan el buen Gobierno democrático nunca acabaron de instalarse en la médula de nuestro sistema político. Todo lo contrario: desde los años ochenta del siglo pasado, la descentralización del poder, con autonomía de los poderes regionales en todos los espacios en que el dinero se roza con la política, ha acabado por identificar democracia con corrupción del sistema político. De Cataluña a Andalucía, pasando por Madrid o Valencia, no hay poder territorial que se haya librado de las redes de familiares, amigos y clientes.
¿Tiene remedio? Todo, menos la muerte, tiene remedio en la vida. La cuestión es poner manos a la obra. Y entonces la tentación es grande de pensar que lo único que hace falta es una buena escoba que barra a los corruptos, un cirujano de hierro, un poder Ejecutivo fuerte y sin trabas. No bastan las lecciones del pasado: las nuevas generaciones tendrán que aprender también en propia carne que todos los salvapatrias, más aún si son elegidos, acaban por convertirse en los peores focos de corrupción. Control y equilibrio de poderes, Administración autónoma, imperio de la ley, rendición de cuentas: eso es todo; pero qué trabajito y cuánto tiempo nos cuesta entenderlo.

Santos JUliá