Durante el siglo XVII se produjo en Inglaterra una revolución que supuso el paso de una monarquía absoluta a una monarquía parlamentaria.
El comienzo de la dinastía Estuardo (1603-1649)
Con la muerte en 1603 de Isabel I de Inglaterra desapareció la dinastía de los Tudor. Al no tener descendientes directos la reina dejó su trono a Jacobo VI de Escocia, hijo de su prima la reina María Estuardo de Escocia, que fue coronado en Inglaterra como Jacobo I (1566-1625). Así desde 1603 Escocia e Inglaterra pasaron a estar gobernados por un mismo rey de la dinastía Estuardo, pero se trataba de una unión personal como la de Castilla y Aragón, pues tanto Inglaterra como Escocia mantuvieron diferentes capitales, parlamentos, leyes, etcétera.
Durante su reinado Jacobo I intentó que sus súbditos compartieran una sola fe religiosa, por ello persiguió a los puritanos ingleses que no aceptaban el Anglicanismo. Efecto de lo anterior fue la emigración de muchos de ellos a las colonias inglesas en Norteamérica. En 1607 una compañía de comercio inglesa había fundado Jamestown (“la ciudad de Jacobo”), la primera ciudad inglesa en Norteamérica. En 1620 una expedición de puritanos (Pilgrim Fathers) cruzó el océano en el Mayflower y fundaron la colonia de Plymouth, a la que luego se fueron uniendo sucesivas oleadas de exiliados por razones religiosas.
Carlos I Estuardo (1600-1649) subió al trono a la muerte de su padre Jacobo I. El gobierno de Carlos se caracterizó por fracasos tanto en política exterior como interior. Declaró la guerra a España y luego a Francia, pero sin lograr ninguna victoria. En el interior de Inglaterra intentó reforzar su poder pero no lo consiguió. Convocó y disolvió varias veces al parlamento de Inglaterra, pues necesitaba su aprobación para crear nuevos impuestos que le permitieran financiar sus guerras, pero en Inglaterra el parlamento era diferente de las cortes castellanas o de las aragonesas y de los estados generales de Francia.
Durante el reinado de Enrique VIII y de su hija Isabel I el parlamento había ido recibiendo de los reyes mayores responsabilidades, así que su presencia en el gobierno del país era mayor en 1600 que en 1500, al revés que en las cortes de Castilla o en los estados generales de Francia. Por ello se veía fuerte para pedir al rey contrapartidas a cambio de votar los impuestos que éste necesitaba.
Al no conseguir la colaboración del parlamento para recaudar impuestos, Carlo I debió recurrir a establecer tributos nuevos sin contar con la asamblea, y a ejercer su poder como juez supremo del reino sin contar con la opinión de nadie. A sus errores se añadió el intento de reforma de la Iglesia Anglicana que hizo en 1640, que fue rechazado dentro de Inglaterra por los puritanos y en toda Escocia por los presbiterianos, los cuales formaron un ejército que se enfrentó al rey y lo derrotó en el campo de batalla. A causa de su urgente necesidad de dinero para pagar los gastos de esta guerra Carlos I debió llegar a un nuevo acuerdo con el parlamento, pero cuando finalmente no consiguió lo que quería se produjo una ruptura definitiva.
Carlos I huyó de Londres, ciudad de mayoría parlamentaria, a Oxford, donde estableció su capital durante la guerra civil.
Primera revolución inglesa o “Gran rebelión” (1642-1649)
Los bandos enfrentados en la primera guerra civil inglesa (1642-1646) fueron los realistas y los parlamentarios. Los realistas consideraban que defendían la forma tradicional de gobierno en la Iglesia y el estado. Los parlamentarios opinaban que el equilibrio en el gobierno en la Iglesia y el estado se había roto por las acciones del rey. El rey era respaldado por el norte y el oeste del país, la parte más rural y menos rica. El parlamento tuvo el apoyo del sur y este de Inglaterra, donde se concentraban las ciudades más pobladas y prósperas. Eso explica que al final ganaran la guerra los parlamentarios al poseer más dinero para pagar y equipar a sus ejércitos.
Al inicio de la guerra los realistas, también llamados cavaliers o “caballeros”, tuvieron ventaja pues sus ejércitos incluían a la mayoría de los pocos soldados profesionales que había en las islas. Hay que tener presente que las guerras civiles en las Islas Británicas coincidieron en el tiempo con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que implicó a casi todos los países de Europa incluidas España y Francia.
A partir de 1645 el parlamento crea el New Model Army o Ejército de Nuevo Modelo, formado por soldados profesionales, entre los que abundaban los puritanos como Oliver Cromwell (1599-1658), un hidalgo rural que había sido miembro del parlamento en 1640. A los puritanos del Ejército de Nuevo Modelo se les llamó roundheads, “cabezas redondas”, porque solían llevar el pelo corto, al contrario que los cavaliers que lo dejaban por los hombros o llevaban peluca.
Estas nuevas tropas parlamentarias derrotarán al ejército real en la batalla de Naseby en 1645. Al año siguiente el rey se rendiría a los presbiterianos escoceses.
En 1647 Carlos I escapa de una prisión inglesa e inicia la segunda guerra civil (1648-1649). En esta ocasión se alió con sus súbditos escoceses pero igualmente fue derrotado por el ejército parlamentario dirigido por Cromwell.
En 1649 Carlos I fue juzgado por la Cámara de los Comunes bajo la acusación de alta traición, encontrado culpable fue decapitado.
Commonwealth (1649-1660)
Tras la ejecución de Carlos I en 1649 el gobierno de Inglaterra pasó a manos del parlamento que fundó la primera y única república en la historia del país, la Commonwealth. Así Inglaterra se convirtió en la primera nación europea que pasó de ser una monarquía a ser una república. Suiza y los Países Bajos/Holanda también eran repúblicas pero nunca habían sido reinos.
Entre 1649 y 1651 sucedió la tercera guerra civil inglesa, cuando Carlos II llegó de Francia y logró levantar un ejército con la ayuda de los escoceses, pero finalmente fue derrotado por Cromwell y el Ejército de Nuevo Modelo en la batalla de Worcester en 1651. Mientras tanto la guerra se había extendido a Irlanda que, desde antes de la primera guerra civil inglesa, se había liberado del dominio inglés. Entre 1649 y 1653 fue reconquistada con gran brutalidad por las fuerzas del parlamento encabezadas por Cromwell. Tras la victoria de Cromwell la propiedad de la tierra en Irlanda fue redistribuida, de manera que la mayor parte de los campos pasaron a ser propiedad de los protestantes, que eran la población menos numerosa. Asimismo se concedieron tierras en Irlanda a miles de escoceses e ingleses protestantes que emigraron allí. Por último varias decenas de miles de irlandeses fueron deportados como esclavos a las colonias inglesas del Caribe y de Norteamérica.
Mientras tanto el parlamento comenzó a gobernar pensando en los intereses del país y en 1651 aprobó el Acta de navegación una ley que establecía lo siguiente:
· Se prohibía cualquier desarrollo de industrias en las colonias capaz de competir con las de Inglaterra.
· El comercio con las colonias estaría monopolizado por los navegantes ingleses. De esta manera se cerró el imperio colonial inglés a la navegación extranjera. El gobierno pretendía de esta manera proteger a los comerciantes y armadores ingleses.
El Acta de navegación dañaba seriamente al comercio holandés con Inglaterra y sus colonias, lo que acabó provocando una guerra entre las Provincias Unidas de los Países Bajos e Inglaterra desde 1652 a 1654, que terminó con la victoria inglesa. A partir de entonces las Provincias Unidas cederían a Inglaterra el papel de país más importante en el comercio naval entre Europa y los otros continentes.
Entre 1649 y 1653 se habían producido numerosas tensiones entre el parlamento y el ejército controlado por los puritanos de Cromwell.
Desde 1653 Cromwell gobernó Inglaterra con el título de Lord protector, aunque su gobierno en realidad fue una dictadura apoyada por el ejército. Durante la Commonwealth Inglaterra se convirtió en la principal potencia comercial del norte de Europa e inició su propio imperio colonial en ultramar.
Restauración (1660-1685)
Tras la muerte de Cromwell el parlamento y el ejército decidieron restaurar en el trono inglés a Carlos II (1630-1685), hijo del rey decapitado. Su reinado de 1660 a 1685, llamado la Restauración, se caracterizó por unas buenas relaciones entre el rey y el parlamento. En 1679 el parlamento aprobó la Habeas Corpus Act que establecía la obligación de presentar a todo detenido en un plazo corto ante un juez, que podría ordenar la libertad inmediata del detenido si no encontraba motivo suficiente de arresto. La institución jurídica del hábeas corpus garantizaba la libertad personal del individuo, pues evitaba los arrestos y detenciones y arbitrarias, como las que se realizaban en otras monarquías como la de Francia, donde el rey podía encarcelar sin juicio y por tiempo indefinido a quien quisiera sin tener que dar explicaciones.
Segunda revolución inglesa o “revolución gloriosa” (1688-1699)
A la muerte de Carlos II su hermano Jacobo II (1633-1701), el cuarto hijo de Carlos I, heredó el trono. Jacobo II intentó gobernar de manera absolutista, sin contar con el parlamento. Además se había convertido al Catolicismo y por ello concedió libertad de culto a la minoría católica. Por último, intentó crear un ejército permanente. Todo lo anterior provocó el temor a que cambiase la organización política y religiosa de Inglaterra por completo.
Por todo lo dicho un grupo de nobles, con el apoyo del parlamento, ofreció la corona inglesa a Guillermo III de Nassau (1650-1702), príncipe de Orange, un noble holandés casado con María hija de Jacobo II. Guillermo era considerado el defensor del protestantismo en Europa y había sido criado en un sistema donde se respetaba al parlamento.
El rey Jacobo, temiendo una sublevación violenta, abandonó el país hacia Francia en 1689 mientras Guillermo desembarcaba pacíficamente en la isla de Gran Bretaña y recibía la corona del parlamento a cambio de aprobar la Declaración de derechos (Bill of Rights) donde se recogían normas como las siguientes:
· El rey no puede crear o eliminar leyes o impuestos sin la aprobación del parlamento.
· El rey no puede cobrar dinero para su uso personal, sin la aprobación del parlamento.
· Es ilegal reclutar y mantener un ejército en tiempos de paz, sin aprobación del parlamento.
· Las elecciones de los miembros del parlamento deben ser libres.
· El parlamento debe reunirse con frecuencia.
En 1690 Jacobo desembarcó en Irlanda para recuperar su trono perdido pero fue derrotado en la batalla de Boyne por Guillermo III.
Unos años después, en 1707, los parlamentos de Inglaterra y Escocia aprobaron el Acta de Unión que creó el reino de Gran Bretaña donde se fundían los reinos de Escocia e Inglaterra de forma definitiva. Así apareció la actual bandera de Gran Bretaña, la Union Jack, donde se combinan las cruces de los santos patronos de Inglaterra (la cruz roja de San Jorge sobre fondo blanco), Escocia (el aspa blanca sobre fondo azul es la cruz de san Andrés) e Irlanda (el aspa roja sobre fondo blanco es la cruz de san Patricio).
Efectos culturales de las revoluciones inglesas
Un efecto de las revoluciones inglesas fue crear cierta libertad de pensamiento debido a la debilidad de los gobiernos en la segunda mitad del siglo XVII. Al mismo tiempo las personas envueltas en acontecimientos tan nuevos y sorprendentes para ellas (guerras civiles, regicidios, concesión de nuevos derechos…) reflexionaron sobre lo que estaba ocurriendo.
· Thomas Hobbes (1588-1679). Filósofo inglés que consideraba que el hombre, en estado natural no en sociedad, está movido por el deseo y el temor (“El hombre es un lobo para el hombre”), por lo que para vivir en sociedad cada ser humano tiene que renunciar a sus derechos en provecho de un soberano absoluto que hace reinar el orden: el estado.
· John Locke (1632-1704). Filósofo inglés que, en su libro del año 1689 Cartas sobre la tolerancia, consideraba que la sociedad se basa en un contrato entre los gobernantes y los gobernados, y que el soberano debe obedecer las leyes igual que los súbditos. A un nivel más filosófico, se esforzó en mostrar en su obra de 1690 Ensayo sobre el entendimiento humano, cómo, a partir de las experiencias de los sentidos, se forman las ideas y los conocimientos.
· Sir Isaac Newton (1642-1727) fue un científico. En 1687 publicó Principios matemáticos de filosofía natural, obra en la que aplica las matemáticas al estudio de los fenómenos naturales, en primer lugar del movimiento.
Conclusión
Así fue como durante el siglo XVII Inglaterra pasó de ser una monarquía autoritaria a convertirse en una monarquía parlamentaria. Mientras en España y los demás países europeos los reyes acaparaban cada vez mayor poder, siendo los que legislaban, creaban las leyes, nombraban a los jueces, reclutaban a los ejércitos y decidían las guerras, en las Islas Británicas se estableció un sistema político en el que el rey veía controlado su labor de gobierno por un parlamento que aprobaba las leyes y controlaba la política del rey, en el que los jueces eran independientes del poder del rey, y donde los súbditos tenían reconocidos una serie de derechos que los convertían en ciudadanos por encima de la voluntad del monarca.