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martes, 5 de febrero de 2019

La guerra bizantino-sasánida

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/plagas-plagadejustiniano-historia-cultura-pandemia-imperioromano/20200324161047172561.html


LA GUERRA BIZANTINO-SASÁNIDA

Y EL INICIO DE LA EXPANSIÓN MUSULMANA

(primera mitad del siglo VII)



El imperio persa de los Sasaníes[1], surgido el año 224, había sido enemigo del Imperio Romano desde su creación. Tras la desaparición del Imperio Romano de Occidente en el año 476 los persas siguieron siendo los principales enemigos del Imperio Romano de Oriente. En los años que siguieron a la muerte del emperador Justiniano I (482-565)[2] el Imperio Romano de Oriente, o Imperio bizantino[3], se fue debilitando. Ejemplos de esa flaqueza fueron la invasión de Italia por los lombardos[4], la penetración de tribus eslavas[5] en la península de los Balcanes, la pérdida de las posesiones bizantinas en la península ibérica. La debilidad de los bizantinos fue aprovechada por Cosroes II [590-628][6], emperador sasaní, para intentar acabar definitivamente con su enemigo declarando la guerra a los bizantinos en el año 603.

En el año 611 los persas tomaron Antioquía y, más tarde, Jerusalén (614) y Alejandría (619). El mismo año que los persas conquistaron la capital de Egipto, los ávaros, pueblo nómada de origen turco instalado poco antes al norte del río Danubio, sitiaron Constantinopla. El emperador bizantino Heraclio I[7] compró su retirada y levantó el asedio a su capital, a continuación, contraatacó en los años 622 y 623 llegando a Azerbaiján y tomando la ciudad de Tabriz. En el año 626 los Sasaníes hicieron retroceder a Heraclio I al norte de la cordillera del Cáucaso, y otra vez atacaron Constantinopla con ayuda de los ávaros, búlgaros[8] y eslavos. Finalmente, Heraclio atacó desde el norte del Cáucaso con un ejército formado, en gran parte, por mercenarios[9], como los nómadas jázaros[10], y avanzó hasta el río Tigris, derrotando a Cosroes II en Nínive y tomando su capital, Ctesifonte.

La victoria de Heraclio I, basileus del Imperio bizantino, sobre el imperio persa sasaní fue tan grande que parecía asegurar el futuro dominio en Oriente Medio[11] del Imperio Romano de Oriente, pero menos de diez años después los árabes musulmanes, unificados poco antes por Mahoma, surgieron del desierto de Arabia. El segundo sucesor del profeta Mahoma, el califa Umar I, decidió lanzar expediciones de saqueo contra sus vecinos para evitar que los musulmanes se enfrentaran en guerras civiles. Sin embargo, la debilidad de bizantinos y sasaníes permitió a los árabes musulmanes conquistar Damasco (635) y derrotar al ejército bizantino en la batalla de Yarmuk (636). Al año siguiente, en Qadisiya (637), los árabes musulmanes vencerían a los persas sasaníes. En pocos años los árabes musulmanes se apoderarían de todo Oriente Medio, a excepción de la península de Anatolia que seguirían formando parte del imperio bizantino.



Las razones del éxito de los árabes musulmanes en su expansión fueron:

La motivación de los musulmanes, recientemente convertidos a la religión de Mahoma, que tenían la obligación de participar en la yihad, la guerra santa, para defender su religión: el islam. Así, por ejemplo, dice Mahoma en el Corán:

“Creyentes, cuando os encontréis con no creyentes, preparaos para la batalla y no les volváis la espalda. [Quien esto haga] incurrirá en la ira de Dios y el infierno será su morada, en verdad una horrenda morada.” [Corán, 8, 15-16]

Otra causa de sus victorias fue la facilidad de los árabes para desplazarse por el desierto a lomos de sus camellos, lo que les permitía atacar cuando y donde querían.

También hay que considerar el desgaste que habían sufrido los bizantinos y los persas en su larga guerra, pues ambos bandos habían perdido enormes cantidades de soldados, y habían gastado casi todo su dinero en contratar mercenarios, como los jázaros, y en conseguir aliados, como los ávaros. Así, cuando surgieron los árabes musulmanes como nuevo enemigo, los dos imperios fueron incapaces de recuperarse de las primeras derrotas que sufrieron.

Por otro lado, la población de los imperios bizantino y sasaní estaba disgustada con sus gobernantes respectivos, porque no eran capaces de protegerlos durante las guerras, y debido a que tenían que pagar impuestos cada vez mayores para compensar los gastos producidos por esos conflictos.

Por último, dentro de los dos imperios enfrentados, había minorías cuyas creencias religiosas estaban perseguidas por sus gobiernos, y estas gentes vieron en los musulmanes a unos liberadores, pues los seguidores de Mahoma respetaban a todos los cristianos que pagaban impuestos y no los obligaban a convertirse en musulmanes.



PREGUNTAS

1.      ¿En qué año fue creado el Imperio Sasaní?

2.      ¿Cuándo murió el emperador Justiniano?

3.      ¿Qué emperador sasaní declaró la guerra al imperio bizantino en el año 603?

4.      ¿Cuándo conquistaron Alejandría los persas sasaníes?

5.      ¿Dónde estaban instalados los ávaros?

6.      ¿Qué significa la palabra basileus?

7.      ¿Dónde venció Heraclio I a Cosroes II?

8.      ¿A quién derrotaron los árabes musulmanes en la batalla de Yarmuk?

9.      ¿Cuándo ocurrió la batalla de Qadisiya?

10. ¿Qué significa la palabra yihad?

11. Da una razón de las rápidas conquistas de los árabes musulmanes.

12. ¿Cuál era el arma principal de los primeros guerreros árabes?

13. Nombra alguna característica del imperio bizantino que puedas deducir de la imagen del guerrero.



ELABORACIÓN DEL MAPA

1.      Realiza las actividades en su orden.

2.      Usa lápices o ceras de colores.

3.      Responde las preguntas en folios blancos copiando en negro las preguntas y respondiendo en azul. Las respuestas están en el texto principal y también en las notas a pie de página.

4.      Colorea en rojo los círculos que señalan las ciudades:

Alejandría, Jerusalén, Damasco, Constantinopla, Tabriz, Ctesifonte, Antioquía

5.      Colorea en negro las flechas que señalan los ataques de los persas sasaníes:

Hacia Antioquía (611), Jerusalén (614), y Alejandría (619)

En el año 626 hacia las cordilleras del Cáucaso, y luego hacia Constantinopla

6.      Colorea en amarillo las flechas que señalan los ataques de los bizantinos:

En el año 622, cruzando el Éufrates, hasta Tabriz

En el año 628, desde la cordillera del Cáucaso, hasta Nínive y Ctesifonte

7.      Colorea en verde las flechas que señalan los ataques de los árabes musulmanes:

En los años 635 y 636, hacia Damasco y Yarmuk

En el año 637, hacia Qadisiya

8.      Colorea en rojo la flecha que señala los ataques ávaros en los años 617 y 626.

9.      Colorea en naranja el territorio del imperio persa sasaní, que limitaba al sur con el Golfo Pérsico y los territorios de los lajmíes[12], al norte con el mar Caspio y la cordillera del Cáucaso, y al oeste la frontera comienza a orillas del mar Negro, baja hacia el sur cruzando Armenia y el río Tigris hasta llegar al río Éufrates. Recuerda que los lagos NO se colorean.

10. Colorea en azul claro los territorios del Imperio Romano de Oriente, que son todas las tierras al oeste de los gasaníes[13] y del imperio sasaní, más la isla de Chipre.



IMÁGENES

Batalla entre infantería bizantina y guerreros sasaníes que son apoyados por elefantes.



SOLDADO DE INFANTERÍA BIZANTINO DE LOS SIGLOS VI Y VII

Este soldado muestra la riqueza del imperio bizantino, pues, además de la espada y el escudo, lleva como armas defensivas adicionales un casco de metal y una loriga, o sea una camisa de mallas. En el escudo aparece el crismón, una abreviatura del nombre de Cristo compuesta por las letras mayúsculas X y P entrelazadas. Estas letras son las dos primeras letras del nombre de Cristo escrito usando el alfabeto griego. Lo anterior nos recuerda que lo que definía al imperio bizantino era que se veía a sí mismo como un imperio cristiano.





GUERRERO ARABE DE LOS SIGLOS VI, VII Y VIII

La mayoría de los primeros ejércitos musulmanes estaban formados por arqueros de infantería que usaban la espada para el combate cuerpo a cuerpo. Esta espada era un arma corta de hoja recta y con dos filos. Como protección contra los golpes y las flechas de sus enemigos llevaban turbantes y varias capas de tela apretadas.



[1] Los Sasaníes fueron una dinastía, es decir una familia de reyes, que gobernó la antigua Persia, el país que hoy se llama Irán, del año 224 al año 651.
[2] Las cifras entre paréntesis () indican el año de nacimiento y muerte de la persona a cuyo nombre siguen estas cifras.
[3] La capital del Imperio Romano de Oriente era una antigua ciudad griega llamada Bizancio. Cuando el emperador Constantino la convirtió en capital en el año 330 le cambió el nombre por Constantinopla o Constantinopolis, que significa ciudad de Constantino, pero los griegos siguieron usando el nombre anterior, y de ahí salió el nombre de Imperio Bizantino.
[4] Los lombardos eran un pueblo de lengua germánica, como lo son el inglés y el alemán, que invadió Italia en el año 568.
[5] Los eslavos eran un conjunto de pueblos que hablaban lenguas del mismo origen y que comenzaron a saquear los Balcanes desde el año 517. Hoy en Europa siguen existiendo los siguientes pueblos que hablan lenguas eslavas: rusos, polacos, ucranianos, checos, eslovacos, eslovenos, croatas, servios…
[6] Las cifras entre corchetes indican el año de inicio y fin del reinado o gobierno de la persona a cuyo nombre sieguen estas cifras.
[7] Heraclio I (575-641) fue el primer emperador bizantino en ser llamado basileus (“rey” en griego), y además declaró al griego lengua oficial del imperio.
[8] Los búlgaros eran un pueblo nómada establecido en la desembocadura del Danubio.
[9] Los mercenarios son soldados que sirven a un gobierno extranjero a cambio de un sueldo.
[10] Los jázaros eran un pueblo de origen turco que vivía al sur de la cordillera del Cáucaso.
[11] Oriente Medio es la región del mundo formada por Egipto, Turquía, Irán, Siria, Iraq, Líbano, Siria, Palestina y Jordania.
[12] Los lajmíes eran tribus árabes aliadas de los persas.
[13] Los gasaníes eran tribus árabes aliadas de los bizantinos.














https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1473309913703232

martes, 23 de octubre de 2018

jueves, 14 de diciembre de 2017

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miércoles, 5 de octubre de 2016

Bizantinos según Giorgio Albertini

http://miniaturasmilitaresalfonscanovas.blogspot.com.es/2012/07/los-ejercitos-del-imperio-romano-del_13.html


Entrada triunfal del emperador Constancio II en Roma 356





In 357AD Constantius II visited Rome from April 28-May 29 and marched in a triumphal procession through the city. It’s important to remember Rome had no longer been a place Emperors needed to be for quite some time. But Constantius probably just felt he needed to show a steady hand before heading back to the East, and also maybe just wanted to see the famous city.

Going to Rome brought the Christian Emperor Constantius into the home of a pagan senatorial aristocracy which despised him, but which he largely ignored. Constantius did not offer them many high ranking positions. He seemingly wanted to reduce some tensions between the two sides though - he appointed a pagan urban prefect named Orfitus to a second term instead of the Christian Leontius. He likely did this to get some approval from the senators of Rome. Additionally, he allowed some state funds to continue going to the pagan temples.

It seems he had no interest in reviving their power or prominence though. According to Ammianus, Constantius really enjoyed seeing all the amazing pagan buildings and monuments. Constantius even added to them by sending an obelisk from Egypt that is today known as the Lateran Obelisk. Nonetheless, during this same visit Constantius had the famous Altar of Victory removed from the Roman senate.

His mixed intentions and actions seem hard to read, perhaps indicative of the religious crossroads the empire was in at the time. It’s hard to manage two large groups which are so different. However, there would be no way back for Greco-Roman paganism even with Julian the Apostate succeeding Constantius.



Justiniano I (Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus Augustus - Φλάβιος Πέτρος Σαββάτιος Ἰουστινιανός Αύγουστος, emperador romano de Oriente, 527-565 d.C.) comprueba en el Hipódromo de Constantinopla el desenlace de la Revuelta de Nika en el 532 d.C. acompañado de su esposa, la emperatriz Teodora I. Con ellos al mando y con generales capaces como Belisario y Narsés, el Imperio alcanzó su máxima extensión territorial. Reconquistó el Norte de África (aniquilando a los vándalos), Sicilia, Córcega, Cerdeña, Malta, Islas Baleares, Italia (destruyendo el reino ostrogodo) y Sur de Hispania en su proyecto de “Renovatio Imperii Romanorum”, es decir, recuperar las provincias occidentales para el Imperio.

Tras la revuelta de Nika (que dejó 30.000 muertos en el Hipódromo y la ciudad parcialmente quemada) comenzó un gran proyecto renovador urbanístico, en el que destaca la basílica de Hagia Sophia, entre otras muchas importantes construcciones y restauraciones. Bajo su reinado la peste se cebó tanto con la población mediterránea como con la constantinopolitana, hasta tal punto que la plaga heredó el nombre del emperador (conocida como “La plaga de Justiniano” de los años 541-543 d.C.). Triboniano redactó el Código Justinianeo (Corpus Iuris Civilis) que compiló toda la legislación romana desde el siglo II al siglo VI d.C..

Ilustración de Giorgio Albertini para “The Eastern Romans 330-1461”.
Texto: Koldo Gondra.













Anemas, el guardia personal del emperador Juan Tzimisces, se adelanta y carga bravamente contra el grueso de las tropas de los rus en busca del príncipe Svyatoslav en la Batalla de Silistra en el año 971.





Basilio II Bulgaróctono (Βασίλειος Β΄ Βουλγαροκτόνος) o el "asesino de búlgaros" (emperador romano de Oriente desde el año 976 a 1025). Con él, el Imperio alcanzó la gloria militar. Aplastó el Reino Búlgaro, venció a los árabes y a los rusos. Forjó también una alianza con el príncipe Vladimir II de Kiev. Basilio II fue responsable, en gran medida, de la conversión de los rusos a la Ortodoxia Cristiana, si bien Cirilo y Metodio tuvieron mucho que ver en el proceso. También fue el precursor y fundador de la Guardia Varega.

Basilio fue un magnífico emperador militar (obtuvo al menos 3 Triunfos romanos otorgados por el Senado y varias Ovatio), buen administrador y gobernante inteligente. Era adorado por sus soldados y dormía y comía en campaña junto a ellos. Reincorporó Bugaria, Serbia y Armenia al Imperio con lo que recuperó las antiguas fronteras del Danubio tras 400 años. En Italia recuperó gran parte del territorio perdido con anterioridad para el Catepanado de Italia frente a los lombardos y los normandos. Los agricultores lo amaban por las leyes favorables que firmó para la protección de la pequeña propiedad. Subió los impuestos a la nobleza y al clero y nadie osó oponérsele.

No le gustaba la pompa palaciega y solía ir vestido con ropa militar en la Corte. Entre sus curiosidades podemos destacar que en la campaña contra los búlgaros aplastó a éstos en la decisiva batalla de Kleidon e hizo 14.000 prisioneros, mandando cegar a 99 de cada 100, dejando tuerto al restante para que pudiese guiar a los demás de vuelta..., con lo que arruinaría el Reino Búlgaro al tener que mantener a muchos ciegos. Se dice que lo hizo en un ataque de ira al enterarse de la muerte de su general favorito, Teofilacto Botaniates. El zar Samuel de Bulgaria murió de un ataque al corazón tras ver la escena de su ejército volviendo a casa.

Pidió ser enterrado al lado del campo de entrenamiento de la Tagmata Imperial de caballería, en lugar del suntuoso lugar reservado a los emperadores. Sus coetáneos creían que así podría escuchar a sus ejércitos prepararse para el combate por el Imperio. Especialmente por Sicilia, cuya reconquista frente a los musulmanes se la privaría la propia muerte. En 1204 su tumba fue profanada y saqueada por los cruzados.

Ilustración de Giorgio Albertini para “The Eastern Romans 330-1461 AD”

Texto: Koldo Gondra del Campo





[La Segunda Batalla de Cannas, octubre del año 1018 d.C.]

Cuando el noble normando Osmond Drengot fue exiliado por el rey Ricardo I de Normandía por el asesinato de uno de sus parientes, Osmond y sus 4 hermanos (entre ellos Gilbert Buatère y Ranulfo Drengot) hicieron una peregrinación al santuario de San Miguel, en Monte Sant'Angelo sul Gargano en el Catepanado bizantino de Italia.

En 1016, estos normandos fueron reclutados por el noble lombardo Melus (o Melo) de Bari, quien se había rebelado contra sus señores bizantinos, pero que estaba huyendo de su enemigo. Melus aseguró a los aventureros normandos la facilidad de la victoria y la abundancia de botín y en 1017 los normandos se dirigieron hacia el sur. Se unieron a las fuerzas lombardas bajo Melus en Capua y marcharon hacia Apulia, tratando de atrapar a los romanos orientales por sorpresa. Exitoso en un encuentro anterior en mayo en las orillas del Fortore contra las fuerzas enviadas por el catepán (gobernador militar y civil del Catepanado de Italia, con Bari como capital) León Tornikio Kontoleon, se habían apoderado de todo el territorio entre Fortore y Trani en septiembre y estaban asolando Apulia.

El líder normando ahora era Gilbert Buatère y el nuevo catepán romano, Basilio Boioanes (Βασίλειος Βοϊωάννης), había reunido una fuerza masiva de reserva y un contingente de la famosa Guardia Varega enviada por el emperador Basilio II desde Constantinopla.

Ambos ejércitos se encontraron en el río Ofanto, en el mismo lugar de la derrota romana frente a Aníbal en el año 216 a.C.: Cannas. Esta segunda batalla de Cannae fue desastrosa para los lombardos, que fueron aniquilados. Melus de Bari logró escapar a los Estados Pontificios y finalmente a la corte del Sacro emperador Enrique II. Los normandos perdieron a su líder, Gilbert Buatère, y a la mayoría de su grupo. Solo 10 caballeros normandos sobrevivieron a la batalla. Entre ellos estaba Ranulfo (eventualmente el Conde de Aversa), quien 20 años después ayudó a los romanos orientales contra los musulmanes en Rometta, Sicilia.



[Ilustración - Serie emperadores]

Manuel I Comneno (Μανουήλ Α' Κομνηνός, emperador romano de Oriente, 1143-1180 ) obliga a Reinaldo de Chatillón, príncipe normando de Antioquía, a reconocer su soberanía en el año 1159.

En 1156 Reinaldo acusando a Manuel I de no haberle pagado una cuantiosa suma de dinero, decidió por ello atacar la Chipre bizantina. El Patriarca Latino de Antioquía se negó a sufragar los gastos de la expedición y Reinaldo lo torturó, lo desnudó y empapó sus heridas con miel y lo dejó al raso. Un día después el Patriarca aceptó financiar la expedición a Chipre y Reinaldo devastó la isla, saqueó y mató todo lo que quiso. Tras este inquietante suceso, el emperador Manuel I Comneno emprendió la marcha hacia el principado de Antioquía. Reinaldo optó por humillarse ante la superioridad militar imperial: descalzo y andrajoso, suplicó públicamente el perdón del emperador, postrándose ante él. En 1159 tributó al emperador y se comprometió a aceptar un Patriarca ortodoxo en Antioquía. Cuando Manuel I visitó Antioquía para visitar a Balduino III de Jerusalén, Reinaldo entró en la ciudad conduciendo la brida del caballo de Manuel, expresando así su sumisión al emperador.

Manuel fue un atípico gobernante. Destacó tanto en el campo de batalla como en la mesa de negociación. También fue capaz de discutir con cierta propiedad sobre temas teológicos. Una de sus principales curiosidades es que a pesar del fuerte pensamiento político como soberano universal que poseía hizo amistad con un gobernate rival, Conrado III, emperador del Sacro Imperio. Su gusto por lo occidental tuvo como consecuencia que en Bizancio empezasen a hacerse justas y torneos típicos del medievo en Occidente en los que, además, tomó parte.

Miguel I era sumamente pragmático pero ambicionaba más allá de sus posibilidades reales. Imaginó una invasión de Egipto y quiso derrotar a todos y cada uno de los enemigos del Imperio. Tuvo el honor de ser el último emperador (del que se tenga constancia escrita) que recibió del Senado de Constantinopla el premio del Triunfo romano en 1151 tras derrotar a serbios y húngaros.

Ilustración de Giorgio Albertini para “The Eastern Romans: 330-1461 AD”.
Texto: Koldo Gondra 










29  de mayor de 1453, Constantino XI el último emperador bizantino