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Radiografía de la pobreza en España: desigualdad endémica entre norte y sur
La desigualdad económica y social y la brecha que existe entre el norte y el sur en España es endémica. El último informe de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), que engloba, según sus datos, a más de 8.000 entidades sociales en el Estado, así lo confirma: "Es evidente la asimetría en los niveles de vida entre la mitad norte y la mitad sur" del país.
En el trabajo, que lleva por título Pobreza y territorio: Comunidades Autónomas y Unión Europea, se puede leer: "Las comunidades que se encuentran de Madrid al norte conservan menores tasas de pobreza y/o exclusión social —entre 1,8 y 11,0 puntos porcentuales por debajo de la media estatal— y compatibles con las tasas medias europeas y las de algunos de los países europeos más avanzados. Por otro lado, aquellas situadas al sur mantienen tasas extraordinariamente elevadas, entre 4,1 y 9,8 puntos porcentuales por encima de la media estatal".
El estudio expone que esta que denomina "desigualdad norte-sur" se agudizó notablemente durante los años de la crisis financiera de 2008 y que esa brecha no ha logrado cerrarse: "La recuperación macroeconómica posterior no [ha sido] suficiente para compensar esos años de pérdida". De este modo, exponen los autores del informe, la mejora en los indicadores que miden la pobreza y la exclusión en el sur de España entre 2022 y 2024 es "insuficiente" y se mantiene aún "un gran contraste entre los distintos territorios", según EAPN.
Las variaciones en las tasas que miden la pobreza y sus componentes "son siempre más acentuadas en el sur que las que soportan en el norte", lo que, a juicio de EAPN, señala "la mayor inestabilidad que producen las tasas altas de exclusión y vulnerabilidad".
Se considera, asume el estudio, que las personas están en riesgo de pobreza si viven en un hogar cuyos ingresos anuales son inferiores a 11.584 euros por unidad de consumo (965 euros al mes). Teniendo en cuenta esto, la tasa de pobreza —las personas que están por debajo de ese umbral— refleja de manera meridiana la brecha de la que habla el informe. Así, en el Estado la cifra es del 19,7%. Por encima, sencillamente, están las comunidades del norte —Navarra, Galicia, Madrid, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León y La Rioja, además de las tres líderes— y por debajo, las del sur: Canarias, Comunitat Valenciana, Murcia, Castilla La-Mancha, Extremadura y Andalucía.
Así, recoge el estudio, "para las regiones del sur", entre las que está Andalucía, a la cola una vez más, "la tasa de riesgo de pobreza alcanza en 2024 el 27,2% de la población residente, cifra que se reduce prácticamente a la mitad, el 13,9%, para aquellas que viven en la mitad norte del país". Además, "las variaciones regionales de la tasa de pobreza son más intensas en el sur".
Las tres comunidades con mayor proporción de población en pobreza, con las tasas más elevadas son Andalucía (29,1%), Extremadura (27,5%) y Castilla-La Mancha (27,4%). Por otro lado, Euskadi, Illes Balears y Catalunya registran las tasas más bajas con un 9,4%, 11,3% y 12,9%, respectivamente.
En estas condiciones, según EAPN, la evolución de la "brecha norte-sur" que había mostrado una reducción de la desigualdad regional, desde los 16,2 puntos porcentuales de diferencia en 2016 hasta los 11,8 de 2022, se ha incrementado este año hasta los 13,3 puntos porcentuales. Así, concluye EAPN, "esta estructura de relaciones de pobreza y/o exclusión entre las distintas comunidades se mantiene en el tiempo y las variaciones son solo de intensidad".
Todos los datos del estudio reflejan esta brecha norte-sur. También los de pobreza infantil. La Red tiene en cuenta, para esta estadística, la capacidad familiar en su conjunto y no la que puedan tener las personas de forma individual. De este modo, lo que se contabiliza son aquellos y aquellas niños, niñas y adolescentes que residen en hogares en pobreza.
"Al igual que con el resto de indicadores, —expone la Red— el análisis comparado por regiones refleja diferencias importantes". Así, mientras que en comunidades autónomas como Galicia (13,5%), Euskadi (15,4%) e Illes Balears (19,4%) menos de uno de cada cinco menores de edad está en pobreza, en Murcia (40,7%) y Andalucía (40,5%) son dos de cada cinco. Del mismo modo, "en el resto de regiones del sur un tercio de los niños, niñas y adolescentes viven en hogares con unos ingresos inferiores al umbral de pobreza".
Este patrón norte-sur se repite con todos los datos del trabajo, ya sean los índices de carencia material y social severa, los datos de renta y los de empleo. Todo esto tiene sus consecuencias en términos de contrastes sociales. Así, si se atiende al índice de Gini, el indicador más utilizado para medir la desigualdad en un territorio, este revela que estas son mayores en el sur que en el norte del país. Así, cuatro comunidades son más desiguales que la media, en ellas la diferencia entre los más ricos y los más pobres es mayor. Y tres de ellas son de la franja sur: Comunitat Valenciana, Canarias y Andalucía. La cuarta es la Comunidad de Madrid, que tiene una elevada renta.
11,1 millones de personas
Desde esta perspectiva, plante EAPN, "el territorio se configura como un factor determinante de desigualdad, y la cohesión territorial debería constituir, más allá de lo meramente formal, una meta política prioritaria". La Red, expone, "lleva años sosteniendo que el mero crecimiento económico no resolverá el problema de la pobreza si no va acompañado de medidas que amplíen los derechos sociales y económicos, como una fiscalidad justa, políticas de vivienda adecuadas, fomento del empleo de calidad o un sistema mejorado de garantías de rentas".
"Las desigualdades territoriales no surgen de manera espontánea", abunda el trabajo. "Si bien —puntualizan sus autores— la pobreza y la exclusión social se distribuyen de forma asimétrica entre los territorios debido a factores como la historia particular de cada comunidad autónoma, su localización geográfica, el tipo de economía predominante, la evolución del PIB o la composición demográfica —elementos en muchos casos poco modificables—, también influyen de manera decisiva la acción política, el nivel de inversión pública, las transferencias estatales, los fondos europeos y las políticas comunes. En definitiva, las diferencias responden a las distintas estrategias de cohesión e integración social".
En el trabajo, hacen un cálculo que revela el peso corrector del Estado en la desigualdad y llegan a esta conclusión: "La acción de [las administraciones, no solo el Gobierno central, sino todas, autonomías y ayuntamientos también], a través de las transferencias, incluidas las pensiones, consiguió reducir entre 19 y 26 puntos porcentuales la tasa de pobreza. Por ejemplo, para 2024, resulta que [esa acción estatal...] consigue reducir la tasa desde el 42,6% hasta el 19,7%, es decir, retira de la pobreza a un total de 11,1 millones de personas".
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